Los bichos nos invaden y no precisamente desde el espacio
Las especies representan un problema ecol¨®gico cada vez m¨¢s grave
El ¨²ltimo bicho que ha aparecido en Espa?a sin haber sido invitado tiene un nombre extra?o y una descripci¨®n espeluznante: se llama Obama nungara y es un gusano carn¨ªvoro de 20 cent¨ªmetros que parece sacado de aquella maravillosa pel¨ªcula de la serie b espa?ola llamada Slugs. Muerte viscosa, de Juan Piquer Sim¨®n, que reinaba con justicia en los programas dobles de los cines de barrio que todav¨ªa resist¨ªan a finales de los a?os ochenta. SEO/Bird Life ha detectado su presencia en la Albufera de Valencia y considera que seguramente haya llegado en plantas o en turba para macetas procedente de Argentina o Brasil, de donde es originaria. Se alimenta de lombrices y caracoles, pero teniendo en cuenta su tama?o y su aspecto no debe de ser muy gracioso encontr¨¢rsela.
Las especies invasoras representan un indicio m¨¢s de que la humanidad est¨¢ cambiando el planeta a una velocidad mayor de la que este puede soportar. Estos animales, y plantas, se aprovechan de las redes comerciales de un mundo global, de la inconsciencia de muchos ciudadanos, que adoptan mascotas que luego no pueden controlar, y de la crisis clim¨¢tica, que permite que se adapten. No es la primera vez que algo as¨ª ocurre, ni de lejos: en Am¨¦rica no hab¨ªa caf¨¦ ni caballos antes de la conquista y en Europa no exist¨ªan ni las patatas ni los tomates. Pero nunca ha ocurrido a tanta velocidad ni con tanto peligro para las especies aut¨®ctonas y, al final, para nosotros mismos.
Visones, mapaches, cotorras argentinas, la rana toro, que se come todo lo que pilla y se multiplica como si no hubiese un ma?ana en el Delta del Ebro, son solo los ejemplos m¨¢s conocidos y visibles. El Pa¨ªs Semanal public¨® recientemente un reportaje que pon¨ªa los pelos de punta sobre la avispa asi¨¢tica o velutina, una de las especies invasoras m¨¢s agresivas y da?inas. Lleg¨® a bordo de un carguero desde China y se expandi¨® sin mayores problemas en varias zonas de Europa, entre ellas el norte de Espa?a. Un apicultor se dio cuenta de que algo raro estaba pasando en sus colmenas cuando vio que ¡°una cosa grande cazaba a una abeja, la decapitaba, le arrancaba las patas y se llevaba su cuerpo¡±. Era una velutina. Eso s¨ª es una aut¨¦ntica pel¨ªcula de terror, pero no de serie b.
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