Lo ¡®vintage¡¯ es tan moderno¡
Festivales, reuniones, cursos y canales de YouTube dan nueva vida en Estados Unidos a la est¨¦tica retro
ESTE A?O SE conmemora el centenario de la aprobaci¨®n, por parte del Congreso de Estados Unidos, de la Ley Volstead, popularmente conocida como la Ley Seca y consistente en la prohibici¨®n de venta de alcohol en EE UU. En Nueva York tiene lugar cada verano un gigantesco festival que conmemora aquella norma represiva que, dicho sea de paso, sirvi¨® de bien poco. Se trata del Jazz Age Lawn Party, que se celebrar¨¢ el 24 y 25 de agosto en Governors Island reuniendo en torno a 20.000 personas vestidas de los a?os veinte.
Esta celebraci¨®n tem¨¢tica, que recrea uno de los momentos m¨¢s ¨¦picos de la historia norteamericana, tuvo lugar por primera vez en 2005 y se ha convertido en uno de los eventos m¨¢s divertidos del verano, que frecuentemente agota sus entradas. La organiza el cantante y compositor Michael Arenella, que ameniza los eventos acompa?ado de su Dreamland Orchestra, con un fascinante repertorio de jazz de los a?os veinte y treinta.
Tambi¨¦n ellos ponen m¨²sica cada a?o a la denominada Easter Parade, que hace las delicias de los amantes de la moda, las rarezas y lo antique. Se trata de un desfile tradicional de sombreros y tocados que lleva celebr¨¢ndose en Nueva York desde 1870, durante las vacaciones de Semana Santa, y que ha ido evolucionando hasta convertirse en toda una oda a la extravagancia, una cita imperdible; era uno de los eventos favoritos del venerado fot¨®grafo de moda Bill Cunningham, que la retrat¨® desde 1950 hasta su muerte en 2016.
La comunidad vintage tiene cada vez m¨¢s adeptos debido a la creciente popularidad de las clases de swing (charlest¨®n, balboa, lindy hop y claqu¨¦, entre otros). En varias ciudades del mundo, especialmente en Londres, Nueva York, Boston y S¨ªdney, se dan cita numerosos grupos de personas que se visten a diario siguiendo una completa est¨¦tica retro (ropa, pelo, zapatos, accesorios, maquillaje) y participan en variopintos eventos organizados semanalmente, lo que les permite vivir en una burbuja del pasado. No se trata de af¨¢n de provocaci¨®n, sino de una marcada predilecci¨®n por otra ¨¦poca hist¨®rica. Se trata de aquellos que usan su libertad para vivir en un carnaval permanente: no es que se vistan al modo vintage en momentos puntuales, es que van as¨ª al trabajo y a comprar el pan.
Los grupos meetup tienen multitud de seguidores para organizar actividades (pin-ups, m¨¢s de 4.500; Vintage Society, m¨¢s de 2.100; Swing, casi 1.000), que son m¨²ltiples. La maquilladora profesional estadounidense Michelle Coursey ha fundado junto a su pareja un canal de YouTube, My vintage love, y es la impulsora de muchas otras iniciativas, como por ejemplo talleres de maquillaje de los a?os veinte a los cincuenta o el proyecto Holiday nostalgia, en colaboraci¨®n con el Museo del Tr¨¢nsito de Nueva York. Esta idea consiste en hacer que, durante algunos d¨ªas de diciembre, en la ciudad circulen por un par de l¨ªneas de metro los trenes R1-9, vagones de los a?os treinta, conocidos como ¡°los trenes de la nostalgia¡±, que llevan a un viaje de regreso al pasado.
En Nueva York tambi¨¦n se organizan eventos inmersivos regularmente. Uno de los m¨¢s conocidos es la Shanghai Mermaid, una fiesta underground mensual en torno al jazz, la decadencia y el glamour, creada por Juliette Campbell en 2007 y que exige un c¨®digo de vestuario elegante y sofisticado. No todo vale: los miembros fundadores de estos eventos pueden f¨¢cilmente distinguir si se trata de vintage aut¨¦ntico o de burdas imitaciones.
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