El patriarcado de la conquista y las mujeres ind¨ªgenas
Las mujeres ind¨ªgenas y rurales han sido testigos de un saqueo permanente, raz¨®n de las tasas alarmantes de violencia dom¨¦stica y feminicidios en M¨¦xico, Bolivia o Brasil
La palabra "caca" sali¨® de las alcantarillas y fue noticia en Brasil. El presidente Bolsonaro rescat¨® el asunto de la basura para lanzarlo como un problema ambiental. Primero, sugiri¨® disciplinar el intestino como un medio para proteger el medio ambiente. "Cada dos d¨ªas" es c¨®mo uno debe defecar para el progreso del pa¨ªs. En segundo lugar, presionado por el ataque continuo a los territorios ind¨ªgenas, se burl¨® de que la "caca petrificada" de un ind¨ªgena dejar¨ªa la tierra in¨²til para la explotaci¨®n econ¨®mica. Es cierto que es posible entender su tonter¨ªa como distracciones autoritarias del poder, el "rid¨ªculo pol¨ªtico" descrito por Marcia Tiburi: mientras se discute lo innombrable en la esfera p¨²blica, las pol¨ªticas ambientales promueven la deforestaci¨®n y el despojo de tierras ind¨ªgenas.
La maniobra vulgar de Bolsonaro tambi¨¦n es discurso espont¨¢neo, porque entiende a las naciones ind¨ªgenas como es como desperdicios humanos. Hay una metonimia ideol¨®gica en la repetici¨®n de "caca" cuando habla del medio ambiente. Es una forma de deshumanizaci¨®n de la vida ind¨ªgena. Pero, como la vida pol¨ªtica es ca¨®tica, los eventos hist¨®ricos pueden simplificarse y tomarse como la "causa y consecuencia" de los abusos de poder. En la misma semana que Bolsonaro se deleitaba con el vocabulario escatol¨®gico, 2.000 mujeres ind¨ªgenas de 120 grupos se reunieron en Brasilia para la primera marcha de mujeres ind¨ªgenas en la historia del pa¨ªs: "Territorio: nuestro cuerpo, nuestro esp¨ªritu". Como si la audacia de la marcha no fuera suficiente, vinieron en alianza con otras 100.000 mujeres trabajadoras rurales para la Marcha de las Margaritas, el movimiento permanente m¨¢s grande de mujeres latinoamericanas. Ro'Otsitsina Xavante no se define como una l¨ªder, sino como una portavoz del movimiento y, por lo tanto, describi¨® la reuni¨®n: "Queremos unirnos a las Margaritas para mostrar alianza".
La alianza comenzar¨¢ donde el hist¨®rico proyecto del patriarcado nunca dej¨® de funcionar en Am¨¦rica Latina: las mujeres ind¨ªgenas y rurales se encuentran entre las principales v¨ªctimas de los "cr¨ªmenes patriarcales", como lo llama Rita Segato. Mientras marchan juntas, desaf¨ªan el mandonismo patriarcal que las describe como el residuo de la historia, al igual que las reglas restrictivas de la comunidad sobre la participaci¨®n de las mujeres en el "mundo blanco". En la marcha, las mujeres ind¨ªgenas eligieron un espacio del "poder blanco" para ocupar: el edificio del Ministerio de Salud, donde se definen las pol¨ªticas de salud ind¨ªgenas. La ocupaci¨®n tiene un gesto tr¨¢gico, ya que la matanza ind¨ªgena se produjo de dos maneras en la historia de los pa¨ªses latinoamericanos: por enfermedades y por la explotaci¨®n del medio ambiente.
El despojo de los cuerpos ind¨ªgenas es una extensi¨®n de la expropiaci¨®n de territorios por el avance del capital: los territorios ind¨ªgenas se describen como "tierras inexploradas", y el imperativo de la conquista se alinea con el orden patriarcal de poder. La expresi¨®n "colonialidad del poder" se consolid¨® en la literatura cr¨ªtica latinoamericana para describir la intersecci¨®n entre el capitalismo y el racismo en las formas de gobierno de nuestros pa¨ªses: un proyecto de modernidad se estructur¨® con el racismo como eje organizador de la explotaci¨®n. Rita Segato prefiere llamarlo "la conquistalidad del poder", un mandato masculino interminable para la feudalizaci¨®n de los territorios: es un proyecto hist¨®rico de propiedad racista y patriarcal. Es dentro de este marco de poder depredador colonial que los l¨ªderes fascistas adquieren una forma particular en la guerra contra las mujeres y el medio ambiente: los cr¨ªmenes del patriarcado ya se instalaron en Am¨¦rica Latina como una marca de poder antes de la propagaci¨®n del orden mundial mis¨®gino.
Si el patriarcado de la conquista fue perpetrado por la posesi¨®n y el mandonismo, tambi¨¦n lo fue por el orden religioso cat¨®lico-evang¨¦lico y militar de nuestros pa¨ªses. Las mujeres ind¨ªgenas y rurales han sido testigos de este saqueo permanente de su vida, raz¨®n de las tasas alarmantes de violencia dom¨¦stica y feminicidios en pa¨ªses tan diferentes como M¨¦xico, Bolivia o Brasil. Si de las mujeres ind¨ªgenas y rurales surgi¨® el grito "estamos unidas y no nos callaremos", corresponde a las mujeres del "mundo blanco" escuchar y solicitar permiso para participar en la uni¨®n que comienza. Es alrededor de la "cuesti¨®n de g¨¦nero", seg¨²n Segato, que gravitan todas las otras formas de poder. Aqu¨ª es exactamente donde surgir¨¢n narraciones inesperadas sobre la perversidad del poder patriarcal racista para la transformaci¨®n pol¨ªtica.
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