Con los zapatos encima de la mesa
El anfitri¨®n, cort¨¦s, mira sonriente y fijamente al suelo, como por azar, para aparentar que no ve la zafia pose de su desma?ado hu¨¦sped
La imagen es pat¨¦tica, desabrida, inc¨®moda. Est¨¢ Boris Johnson sentado el pasado jueves en el palacio del El¨ªseo, frente a Emmanuel Macron. El anfitri¨®n, cort¨¦s, mira sonriente y fijamente al suelo, como por azar, para aparentar que no ve la zafia pose de su desma?ado hu¨¦sped.
La imagen de Boris es zool¨®gica. Aprieta (no deposita) el pie derecho encima de una mesilla baja. La empuja con el zapato, posici¨®n suela-a-media-asta, justo ah¨ª donde se enganchan los chicles y las deposiciones de los perros victorianos.
La brusca brutalidad del desaf¨ªo se reafirma con la gordezuela mano derecha, taxativa sobre su rodilla ¨ªdem, mientras la izquierda reposa, l¨¢nguida, en la entrepierna, ah¨ª donde acaba la corbata, palmo y medio por debajo del cintur¨®n.
Por la curva de la espalda, declinante hacia atr¨¢s del mullido respaldo del sof¨¢, se dir¨ªa que la composici¨®n es casual. Pero el semigiro de la cabeza ¡ªsin cuello visible¡ª hacia el fot¨®grafo, la semisonrisa ir¨®nica y la deliberada abstracci¨®n de que holla el despacho de un jefe de Estado, componen la desali?ada voluntad de transmitir que ¨¦l sabe contravenir las normas, muestra c¨®mo hacerlo y goza al perpetrarlo.
Por su refinada educaci¨®n en las m¨¢s exclusivas aulas de la aristocracia posimperial, el rubio descendiente de un inmigrante turco al Reino Unido conoce al dedillo las reglas m¨ªnimas de urbanidad: nunca poner los codos encima de la mesa; erguir la espalda sin que roce el respaldo; evitar tomar la palabra con la boca llena; jam¨¢s hurgarse la nariz; no poner los pies en el plato... Si las zarandea es porque lleva un mensaje de estropicio y quiere transmitirlo tambi¨¦n mediante esa imagen.
Es la escuela del otro aficionado a meter los pies donde no le llaman, Josemari Aznar. En una famosa foto junto a George W.?Bush, en Canad¨¢ (25/6/2002), aparece fum¨¢ndose un puro, con los dos pies (a falta de uno) sobre la mesilla baja. El mensaje se lo transmitir¨ªa en el rancho de Tejas, el 22/2/2003: ¡°Estamos cambiando la pol¨ªtica espa?ola de los ¨²ltimos 200 a?os¡±.
Aquello acab¨® fatal, en la foto de las Azores (16/3/2003), con Bush apretando la vulnerable intersecci¨®n de cuello y hombro al Sumiso ?nsar. Ni siquiera las generosas alzas ocultas de sus zapatos le permitieron mantenerse a cierta altura. Falleci¨® pol¨ªticamente el 11-M tras los bombardeos de Irak.
Hay una ley que no admite contravenci¨®n: se empieza poniendo el pie encima de la mesa y se acaba metiendo la pata.
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