Coalici¨®n, de entrada, no

Estamos en los d¨ªas decisivos para la formaci¨®n de un nuevo Gobierno. Si Pedro S¨¢nchez no logra ser investido antes del 23 de septiembre, se disolver¨¢n las c¨¢maras parlamentarias y se convocar¨¢n nuevas elecciones para el 10 de noviembre. Aunque la repetici¨®n de los comicios es un mecanismo previsto en nuestra Constituci¨®n, ser¨¢ percibida, sin duda, por la opini¨®n p¨²blica como un fracaso, como la incapacidad de la clase pol¨ªtica para alcanzar acuerdos que aseguren la gobernabilidad.

Al menos p¨²blicamente, ning¨²n partido puede manifestarse a favor de una repetici¨®n de las elecciones. Otra cosa distinta son los c¨¢lculos que, a partir de las encuestas, cada partido est¨¢ haciendo sobre c¨®mo le podr¨ªa ir en caso de que tengamos que acudir de nuevo a votar. Sin embargo, la probabilidad de que se repitan las elecciones es muy elevada, dada la negativa del PP y de Ciudadanos a facilitar con su abstenci¨®n la investidura del candidato socialista, y dado tambi¨¦n el evidente distanciamiento entre PSOE y Unidas Podemos. En vista de la firme oposici¨®n de las dos formaciones de derecha, s¨®lo un acuerdo entre las dos organizaciones pol¨ªticas de la izquierda lo impedir¨ªa, contando siempre con el apoyo (anunciado) del PNV y ERC.

M¨¢s informaci¨®n

El infierno de la soledad parlamentaria

Aroma a elecciones en el Congreso

Tras el fracaso de la investidura del 23 de julio, y ante la manifiesta desconfianza respecto a Unidas Podemos, los socialistas abogan por un gobierno en solitario (¡°a la portuguesa¡±) a partir de un programa pactado para el conjunto de la legislatura. Por su parte, Unidas Podemos insiste en un Gobierno de coalici¨®n con presencia de sus m¨¢ximos dirigentes en el Consejo de Ministros presidido por Pedro S¨¢nchez, tal como lo han manifestado en el documento publicado hace una semana y enviado a los socialistas.

Cabe preguntarse si hay alguna posibilidad de que posiciones tan alejadas (en una situaci¨®n como la actual, de suma cero) puedan aproximarse hasta lograr alcanzar alg¨²n tipo de acuerdo (pasando a una situaci¨®n de suma positiva en la que ambos partidos puedan salir beneficiados). La desconfianza es tan grande entre PSOE y Unidas Podemos, que no parece probable, ni deseable, la formaci¨®n, por ahora, de un Gobierno de coalici¨®n entre ambas formaciones pol¨ªticas (¡°coalici¨®n, de entrada, no¡±). Sin embargo, creo que hay algunas f¨®rmulas de cooperaci¨®n que se podr¨ªan explorar para salir de la actual par¨¢lisis.

Una f¨®rmula consistir¨ªa en una cooperaci¨®n por fases, que podr¨ªa conducir al final a un Gobierno de coalici¨®n. En una primera fase, ambas formaciones pol¨ªticas tendr¨ªan que pactar un programa de gobierno, lo cual no ser¨ªa dif¨ªcil, ya que gran parte del mismo se negoci¨® con ocasi¨®n de los frustrados Presupuestos Generales del Estado en febrero y marzo. No obstante, al no sumar el PSOE y Unidas Podemos mayor¨ªa parlamentaria, tendr¨ªa que ser un pacto program¨¢tico abierto a otros partidos.Superada la investidura y formado un Gobierno socialista presidido por Pedro S¨¢nchez (que podr¨ªa incluir en el consejo de ministros alguna persona independiente, pero cercana a Unidas Podemos), se entrar¨ªa en la fase de cooperaci¨®n parlamentaria. Si esa cooperaci¨®n funciona bien y permite generar confianza entre estas dos formaciones pol¨ªticas, se podr¨ªa ir a una tercera fase, a mitad de legislatura, en la que Pedro S¨¢nchez se comprometer¨ªa a realizar un cambio de Gobierno para incorporar a algunos destacados dirigentes de Unidas Podemos. Y si no funciona, se convocar¨ªan elecciones anticipadas en 2022. Ser¨ªa una cooperaci¨®n por fases, que podr¨ªan asumir las dos formaciones pol¨ªticas junto al acuerdo del programa de gobierno.

Aunque la actual desconfianza hace poco recomendable un Ejecutivo de coalici¨®n entre el PSOE y Unidas Podemos, hay, sin embargo, espacio para el di¨¢logo si realmente ambas fuerzas pol¨ªticas tienen voluntad de alcanzar un acuerdo que satisfaga las expectativas de cada una de ellas y evite la repetici¨®n de las elecciones. Ser¨ªa, como digo, pasar a una situaci¨®n de suma positiva, en la que cada partido obtendr¨ªa alg¨²n beneficio, menor del que aspiran, pero mayor del que realmente lograr¨ªan de mantener la actual situaci¨®n de suma cero?en la que se encuentran. Por eso, ¡°coalici¨®n, de entrada, no; m¨¢s tarde, quiz¨¢¡±.

Eduardo Moyano es catedr¨¢tico de Ciencias Sociales en el CSIC.