Blas de Lezo: madres y padres unidos por mantener en el colegio el ABP o Aprendizaje Basado en Proyectos

Cuando una familia elige un centro escolar, su ¨²nica obsesi¨®n es que sus hijos tengan los mejores medios para que lleguen tan lejos como les sea posible. Y si, una vez conseguido ese objetivo, alguien les pide que renuncien, esa familia levantar¨¢ la voz y pelear¨¢ hasta el final por el bien de sus hijos.

Esto es lo que ocurre en el colegio Blas de Lezo, en el barrio madrile?o de Las Tablas.

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Hace unas semanas, padres y madres intensificaron su lucha para conseguir la vuelta del anterior equipo directivo, el que inaugur¨® el centro y el que puso en marcha una experiencia educativa innovadora y excepcional, casi ¨²nica en el sistema p¨²blico: el aprendizaje basado en proyectos (ABP).

Gracias a esta metodolog¨ªa, que fomenta la cooperaci¨®n, la b¨²squeda de informaci¨®n y la aplicaci¨®n pr¨¢ctica del conocimiento, los alumnos han venido aprendiendo -tanto en ingl¨¦s como en castellano, puesto que el centro es biling¨¹e- sin usar libros de texto, sin hacer deberes repetitivos al llegar a casa y, especialmente, con una gran motivaci¨®n. Todo ello ha convertido el Blas de Lezo en el colegio p¨²blico m¨¢s solicitado de Las Tablas pese a haberse inaugurado hace solo cuatro a?os.

Ahora, sin embargo, y tras el cambio de la direcci¨®n del centro, no existe ninguna garant¨ªa de que este programa educativo pueda continuar.

El aprendizaje basado en proyectos (o project-based learning, PBL en sus siglas en ingl¨¦s) no es ning¨²n experimento. La actual ley educativa (LOMCE) y el decreto que establece el curr¨ªculo b¨¢sico de la Educaci¨®n Primaria contemplan el ABP aplicado a las asignaturas de Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales, Lengua Castellana y Literatura, Educaci¨®n Art¨ªstica y Valores Sociales y C¨ªvicos, como recuerda la experta en ABP Isabel Vizca¨ªno en mi libro C¨®mo sobrevivir a los deberes de tu hijo.

Si la ley lo recomienda, por lo tanto, no se entiende que no se trate de extender en las aulas y que no se tengan en cuenta las reivindicaciones de los padres del colegio Blas de Lezo, con los que he tenido la oportunidad de hablar en varias ocasiones.

Desde que lo hice, me han asaltado tres preocupaciones. La primera es la de asegurar la pervivencia de ese modelo educativo innovador del que se han venido beneficiando sus hijos, algo que dif¨ªcilmente puede darse con otro equipo directivo -sin duda muy profesional, pero diferente del anterior-.

La segunda preocupaci¨®n se debe a la escasa presencia de proyectos educativos innovadores en las aulas p¨²blicas madrile?as. No abundan los colegios que trabajen el ABP, el aprendizaje cooperativo, las comunidades de aprendizaje, el aprendizaje por servicio o cualquier otro mecanismo que aporte a los alumnos un plus de motivaci¨®n, formaci¨®n, conocimientos y capacidad competitiva.

Y la tercera preocupaci¨®n, y en esto enlazo con el caso de otro colegio, el centro Los Jarales de Las Rozas, se extiende a la metodolog¨ªa de selecci¨®n de los directores. Las dudas sobre estas designaciones deben despejarse favoreciendo la transparencia y garantizando que al proyecto de direcci¨®n le sigue un proyecto educativo aplicado por docentes formados en las metodolog¨ªas que se quieran aplicar, siempre poniendo el foco en la innovaci¨®n y la diferenciaci¨®n.

Tenemos mucho trabajo por delante si queremos poner la innovaci¨®n en educaci¨®n al alcance de todos y no solo de aquellos que tengan la suerte de acceder a un colegio p¨²blico diferenciado o que puedan pagar un centro que apueste por metodolog¨ªas novedosas. Y esta educaci¨®n innovadora debe de fomentar, a la vez, la inclusi¨®n de todos los estudiantes. Nada mejor que el aprendizaje por proyectos y el trabajo cooperativo para conseguirlo.