Los horarios de los institutos hacen que los adolescentes vivan en un ¡®jet lag¡¯ permanente
Adecuar las horas de aprendizaje al ritmo cronobiol¨®gico aumenta en al menos un punto el rendimiento escolar y disminuye los problemas de conducta
A las ocho de la ma?ana, cada d¨ªa del curso acad¨¦mico, miles de preadolescentes y adolescentes espa?oles matriculados en ESO y bachillerato entran en las aulas de los institutos. Lo hacen somnolientos. A¨²n medio aletargados, m¨¢s dormidos que despiertos. Su jornada continua se extender¨¢ como m¨ªnimo hasta las dos y media de la tarde, por lo que en el mejor de los casos no comer¨¢n hasta las tres. As¨ª ha sido durante mucho tiempo. Y as¨ª seguir¨¢ siendo este curso escolar en la mayor parte de Espa?a. El problema, se?alan los expertos, es que estos horarios van en contra del reloj biol¨®gico de los adolescentes, lo que significa que viven en un jet lag permanente.
¡°Cuando los chavales hacen horario de ocho de la ma?ana a dos y media de la tarde, muchos de ellos comen a las tres o tres y media de la tarde, de forma que se retrasan las horas de estudio, la merienda, la cena, el inicio del sue?o¡ Es decir, producimos un jet lag escolar de manera continua¡±, reflexiona Gonzalo Pin, pediatra en el hospital Quir¨®n Salud de Valencia y miembro de la Sociedad Espa?ola de Sue?o, que lleva tiempo reivindicando la racionalizaci¨®n de los horarios escolares.
Esta reivindicaci¨®n es especialmente importante en el caso de los alumnos de ¨²ltimos cursos de ESO y bachillerato, ya que en la adolescencia se produce lo que se conoce como retraso de fase, un retraso del reloj biol¨®gico que provoca que los adolescentes tengan tendencia a dormirse m¨¢s tarde. ¡°Cada vez tenemos m¨¢s datos que destacan los beneficios de adecuar los horarios escolares a los horarios biol¨®gicos, pero estamos haciendo justo lo contrario de lo que dice la biolog¨ªa. Normalmente, el estudiante en edad escolar entra a las nueve de la ma?ana y, sin embargo, cuando llega la adolescencia le hacemos entrar una hora m¨¢s pronto, que es justo lo contrario de lo que deber¨ªa pasar. Los adolescentes deber¨ªan entrar a las aulas incluso m¨¢s tarde que los alumnos de primaria¡±, afirma Pin.
Beneficios de retrasar el horario de entrada a los institutos
El desequilibrio entre los horarios biol¨®gicos de los adolescentes y la hora ambiental tiene consecuencias a muchos niveles. En primera instancia, en lo acad¨¦mico, ya que, como argumenta Gonzalo Pin, el nivel de capacidad de atenci¨®n y de aprendizaje de un adolescente a las ocho de la ma?ana ¡°es m¨ªnimo¡±. As¨ª lo ha demostrado el estudio europeo SHASTU (Sleep Habits in Student's Performance) sobre la influencia de los h¨¢bitos del sue?o en el rendimiento escolar y el estado emocional del alumnado entre los tres y los 18 a?os, dirigido por el propio Pin. ¡°Nuestra investigaci¨®n ha demostrado que adecuar los horarios de aprendizaje al ritmo cronobiol¨®gico aumenta en al menos un punto el rendimiento escolar, especialmente en los ni?os que ten¨ªan previamente un peor rendimiento; y disminuye los problemas de conducta en el aula, de forma que el tiempo de aprendizaje es mucho m¨¢s eficiente¡±, subraya el experto.
No son los ¨²nicos beneficios que tendr¨ªa el retraso del horario lectivo. Cada vez m¨¢s estudios demuestran que la existencia de horarios escolares excesivamente tempranos genera en los estudiantes ¡°un d¨¦ficit cr¨®nico de sue?o¡±. Este d¨¦ficit, seg¨²n Gonzalo Pin, tiene una ¡°relaci¨®n directa¡± con alteraciones en la conexi¨®n entre la parte frontal del cerebro, que es donde residen las funciones ejecutivas, y la parte de la am¨ªgdala l¨ªmbica, que es donde residen los sentimientos, ¡°de forma que aumentan las dificultades de orden mental y los casos de depresi¨®n y ansiedad¡±.
Adecuar los horarios escolares a los horarios cronobiol¨®gicos supondr¨ªa, para el pediatra, ¡°mejorar la calidad de vida de los estudiantes¡±. As¨ª lo demuestran m¨²ltiples estudios hechos en pa¨ªses como Estados Unidos, Alemania o Israel. Seg¨²n los resultados de los mismos, los adolescentes dedican al sue?o aproximadamente el 88% del tiempo extra que ganan por la ma?ana al retrasar la hora de inicio de las clases. As¨ª lo certifica tambi¨¦n un estudio llevado a cabo por cient¨ªficos de la Divisi¨®n de Neurolog¨ªa del Hospital de Ni?os de Boston y publicado en la revista Sleep Health. Seg¨²n el mismo, el 78,4% de los preadolescentes y el 57,2% de los adolescentes que formaron parte del estudio ten¨ªan excesiva somnolencia durante el horario lectivo. El retraso de 50 minutos en el inicio de las clases redujo esa somnolencia, respectivamente, en un 4,8% y un 8,5%, ya que los j¨®venes durmieron una media de 30 minutos m¨¢s en las noches escolares.
Horarios saludables
En Catalu?a se han inaugurado en este nuevo curso acad¨¦mico 25 institutos escuela. En todos ellos los alumnos de ESO comer¨¢n en el cole entre la una y las dos de la tarde y no en casa como lo hac¨ªan hasta ahora al acabar la jornada (sobre las tres de la tarde). Con esta modificaci¨®n de los tiempos el Gobierno catal¨¢n empieza a asumir las recomendaciones del Pacte per a la reforma horaria de Catalunya, que la Fundaci¨®n Bofill aplic¨® a la educaci¨®n en su informe Educaci¨®n a la hora. En el mismo, se insiste mucho en la necesidad de tener en cuenta las evidencias sobre los ritmos cronobiol¨®gicos y los ciclos de atenci¨®n y fatiga seg¨²n la edad del alumnado ya que, indican, ¡°se ha demostrado que unos horarios m¨¢s saludables desde el punto de vista f¨ªsico, ps¨ªquico y emocional contribuyen a la motivaci¨®n y disposici¨®n por el aprendizaje de cualquier ni?o y adolescente¡±.
Para Gonzalo Pin esta medida deber¨ªa implantarse en todas las aulas de ESO y bachillerato de Espa?a. En primer lugar, en su opini¨®n, porque los comedores escolares nos hacen m¨¢s igualitarios a la hora de comer y favorecen la oportunidad de utilizar la hora de la comida ¡°como un aula de ense?anza sobre la importancia de la nutrici¨®n¡±. En segunda instancia, y m¨¢s importante si cabe, porque adecuar los horarios de comida y sue?o a los ritmos biol¨®gicos disminuye las cronodisrupciones, que est¨¢n detr¨¢s de la tendencia a la obesidad y a la diabetes tipo 2. ¡°Con la jornada continua los adolescentes comen muy tarde, en un horario en el que aumenta la resistencia a la insulina y las alteraciones en el equilibrio de las grasas. Si a eso sumamos que, adem¨¢s, comen tarde con un d¨¦ficit cr¨®nico de sue?o, esto puede provocar alteraciones metab¨®licas que predisponen a la obesidad¡±, concluye el experto.
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