El extra?o enamoramiento de Bolsonaro con jueces
El mandatario brasile?o ha recibido un gui?o del segundo magistrado m¨¢s famoso despu¨¦s de Moro, Marcelo Bretas, un evang¨¦lico
El presidente Jair Bolsonaro es famoso por usar la idea de estar enamorado como ejemplo en diversas circunstancias. Ya ha dicho p¨²blicamente que hab¨ªa empezado a enamorarse del presidente del Congreso, Rodrigo Maia, a pesar de haber tenido con ¨¦l varios encontronazos. Lo mismo dijo del presidente del Senado, Davi Alcolumbre. Y no necesita confesar su enamoramiento con el presidente del Supremo, Dias Toffoli. Entre ellos solo elogios rec¨ªprocos.
Que se enamor¨®, antes de ser elegido presidente, del juez estrella de Lava Jato, Sergio Moro, qued¨® claro cuando lo llam¨® para ofrecerle el importante Ministerio de Justicia. Ahora parece que aquellos amores andan en crisis.
En compensaci¨®n, Bolsonaro ha abierto paso a un nuevo enamoramiento con el segundo magistrado m¨¢s famoso despu¨¦s de Moro, Marcelo Bretas, juez del caso Lava Jato en R¨ªo de Janeiro, con fama de ser m¨¢s duro en sus condenas que Moro. Y con una particularidad: confes¨® que, como evang¨¦lico devoto, su gran consejera es la Biblia, que ocupa un lugar especial en su mesa de trabajo. Al exgobernador de R¨ªo de Janeiro, Sergio Cabral, que lleg¨® a ser imaginado por Lula da Silva como candidato a la presidencia de la Rep¨²blica, ya lo ha condenado a 216 a?os de c¨¢rcel.
El primer vestigio de un inicio de enamoramiento de Bolsonaro con el temido Bretas surgi¨® el pasado lunes cuando el juez descubri¨® que entre los seguidores de su cuenta de Twitter estaba Jair Bolsonaro. Y le falt¨® tiempo al duro juez de Lava Jato de R¨ªo de Janeiro, para mostrar en p¨²blico su sorpresa y su agradecimiento. Escribi¨®: ¡°honrado por tener entre los seguidores de esta cuenta de Twitter al presidente de la rep¨²blica de Brasil. ?Gratitud!¡±.
Es posible, sin embargo, que ese enamoramiento haya sido rec¨ªproco por motivos de inter¨¦s. El juez Savonarola de R¨ªo de Janeiro ha deslizado que, como su amigo el exjuez Moro, Bretas podr¨ªa dejar la jurisprudencia para probar suerte en la pol¨ªtica. Y, sobre todo, no ha descartado que le gustar¨ªa poder ocupar un sill¨®n en el Supremo.
Ambos sue?os de Bretas est¨¢n hoy en manos de Bolsonaro. El presidente en este primer mandato tendr¨¢ que cambiar, en efecto, a dos ministros del Supremo, y ya ha dicho que le gustar¨ªa alguien ¡°terriblemente evang¨¦lico¡±. ?Qui¨¦n m¨¢s evang¨¦lico que Bretas que no esconde que su gran consejera al emitir sentencias es la Biblia? Y por el modo como andan las relaciones entre el presidente y su ministro Moro, podr¨ªa quedar pronto libre el Ministerio de Justicia. ?Qu¨¦ mejor momento para el sue?o de Bretas?
Quiz¨¢ Bretas, que es un gran lector de la Biblia, ha visto que en el Antiguo Testamento, los jueces no se distingu¨ªan de los gobernantes. En el Libro de los Jueces queda claro, por ejemplo, c¨®mo en todo el mundo de Israel ¡°juzgar era sin¨®nimo de reinar¡±. Los jueces acabaron siendo los caudillos del pueblo de Israel. En el discurso de San Pablo en la Sinagoga de Antioquia de Pisidia queda claro que los jueces hab¨ªan sido puestos por dios ¡°para que se abstuvieren de condenar lo que Dios hab¨ªa dispuesto¡±. Y fue el juez, Samuel, el encargado de ungir a David como rey de Israel.
No es extra?o que evang¨¦licos como Bolsonaro, Moro y Bretas, para quienes la Biblia es vista sobre todo bajo el prisma del Antiguo Testamento en el que todo gira alrededor de los designios de un dios fustigador, no vean una separaci¨®n neta entre la justicia y la pol¨ªtica.
Hay quien prefiere ver tambi¨¦n en estos enamoramientos entre el mandatario y los jueces con poder un inter¨¦s especial m¨¢s pol¨ªtico que religioso. A Moro se lo llev¨® a su Gobierno porque sab¨ªa que ten¨ªa una gran fuerza popular. Con Bretas es posible que el acercamiento est¨¦ relacionado con el inter¨¦s de la familia Bolsonaro en la pol¨ªtica de R¨ªo de Janeiro, en la que se formaron y crecieron y en la que andan envueltos en litigios judiciales por sus relaciones estrechas con las milicias y con el asesinato, a¨²n sin detenidos, de la activista, Marielle Franco.
Bretas no ha dejado de ser cortejado por Bolsonaro. Existe de ¨¦l una foto que, mientras fue duramente criticada por la opini¨®n p¨²blica democr¨¢tica, fue aplaudida por el presidente m¨¢s enamorado de las armas que ha existido. En esa foto, el juez aparece con un fusil moderno en las manos. Tuvo que explicar que era para formarse en clases de tiro para defensa propia, al estar ¨¦l y su familia gravemente amenazados por quienes llev¨® a la c¨¢rcel.
Es posible que estemos ante puras elucubraciones de pasillos pol¨ªticos, pero no cabe duda que se trata de una gran paradoja. Bolsonaro, que en su campa?a puso el ¨¦nfasis en acabar con la vieja pol¨ªtica corrupta y reforzando la experiencia de Lava Jato encarnada en los jueces Moro y Bretas, pueda acabar, al rev¨¦s, arranc¨¢ndoles de la justicia para meterles en la pol¨ªtica. Uno, Moro ya est¨¢, y Bretas podr¨ªa llegar.
Para Bolsonaro, cuando al llegar a la presidencia tuvo que constatar que su hijo el senador, Flavio, hab¨ªa sido descubierto en pr¨¢cticas de corrupci¨®n pol¨ªtica cuando era diputado de Rio, su mayor preocupaci¨®n no ha sido luchar contra la corrupci¨®n, ni eliminar la vieja pol¨ªtica de los intereses personales, ni de luchar por mantener viva la separaci¨®n entre los diferentes poderes para que unos no se contaminen con los otros. Su pasi¨®n ahora son los magistrados, sobre todo quienes puedan ayudar a su hijo y quiz¨¢s a parte de su familia a salvarse de la quema.
Hay quien me pregunta por qu¨¦ pusieron el nombre Jair a Bolsonaro, descendiente de emigrantes italianos y alemanes. Dado su enamoramiento con jueces, hay quien se imagina que fue simb¨®lico, ya que Jair es el nombre de uno de los 14 jueces de Israel. En realidad fue algo m¨¢s prosaico. Cuando naci¨® el mandatario brasile?o hab¨ªa un famoso futbolista llamado Jair que celebraba ese d¨ªa su aniversario. A Jair, su madre le a?adi¨® el segundo nombre de Messias porque cont¨® que el parto de su hijo hab¨ªa sido tan dif¨ªcil que solo un milagro lo hizo nacer.
Es verdad, sin embargo, que Jair, que significa en hebreo ¡°hombre que ha sido iluminado por Dios¡±, es tambi¨¦n el nombre de uno de los jueces de la Biblia. Pertenece al grupo de los llamados ¡°jueces menores¡±. Por eso se le dedican en la Biblia, solo tres vers¨ªculos en el cap¨ªtulo X, del Libro de los Jueces, a pesar de haber ejercido como juez tantos a?os. Todo lo que de ¨¦l se dice es: ¡°Despu¨¦s de Tola, Jair de Galaad fue juez durante 22 a?os. Ten¨ªa 30 hijos que andaban en burro, y pose¨ªa 30 ciudades, que a¨²n se llaman las aldeas de Jair¡±. Era una para cada hijo.
Eran los tiempos en que la tribu de Israel que estaba constituida por n¨®madas en busca de una tierra para fijar su morada y reinar sobre ella, llegaron a la f¨¦rtil Palestina y a base de guerras y batallas y de reca¨ªdas en los ¨ªdolos por las que eran castigados, se convirtieron al final en el pueblo escogido por dios.
Dado que Bolsonaro siempre ha aparecido como cat¨®lico y evang¨¦lico m¨¢s del Viejo Testamento que del Nuevo, del dios de la espada y los truenos que del Dios acogedor y creador de paz, no es extra?o que se le haya quedado, heredado de su nombre de viejo juez de Israel, su esp¨ªritu combativo y que le sea tan dif¨ªcil el lenguaje del di¨¢logo con los diferentes y tan lejos del mandato del Nuevo Testamento del ¡°Bienaventurados los sembradores de paz¡±.
Todo el reinado, a¨²n breve del capit¨¢n retirado, el presidente Jair Messias Bolsonaro, que recibi¨® millones de votos de aquellos a quienes prometi¨® lucha sin cuartel contra la corrupci¨®n, se est¨¢ revelando una paradoja singular. Podr¨ªa acabar siendo, al rev¨¦s, el reinado donde se celebre el funeral de la vieja Lava Jato. Las revelaciones, en efecto, de The Intercept Brasil publicadas por algunos diarios, entre ellos EL PA?S Brasil, que revelar¨ªan el modo poco constitucional de llegar de Moro y sus procuradores a las condenas de pol¨ªticos y empresarios, est¨¢n produciendo una profunda crisis ¨¦tica y de identidad.
La paradoja feliz es que ello podr¨ªa servir para que resurja un modo nuevo y m¨¢s limpio de juzgar y condenar que, sin dejar de ser severo como exigen ciertos pecados de corrupci¨®n, que son al final pecados contra los m¨¢s pobres, pueda mostrar su cara de verdadera justicia, sin mezclas espurias entre jueces y pol¨ªticos. Brasil vive, en efecto en la Justicia, uno de los momentos m¨¢s delicados y graves de su historia. De c¨®mo sea capaz de resolver ese enigma depender¨¢ en buena parte su futuro. Brasil se lo juega todo hoy en la crisis de la pol¨ªtica contaminada por la Justicia, o al rev¨¦s.?
Los tiempos en los que los jueces eran, en el pasado caudillos y pol¨ªticos, fueron barridos por la moderna legislaci¨®n mundial que, en nombre de la democracia, separ¨® con rigor los diferentes poderes para evitar esa contaminaci¨®n, los que Brasil est¨¢ sufriendo en este momento.
Algunos llegan a apellidar de b¨ªblico a este abrazo bolsonariano de contaminaci¨®n entre la Justicia y la pol¨ªtica y para ello querr¨ªan hasta modificar la Constituci¨®n, que esa s¨ª es la Biblia de los tiempos nuevos, donde ya no caben, libres y esclavos, fieles o infieles. En la Biblia laica de la Constituci¨®n deber¨ªamos ser todos hijos de la libertad que salva, y no de la violencia. Esta, desde la antig¨¹edad, sirvi¨® m¨¢s a la muerte que a la vida, usada sobre todo contra los esclavos y los m¨¢s desamparados, inertes ante los que se presentaban como justicieros enviados por dios.
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