Asesinatos y otras razones por las que el monte Gurug¨² es un infierno
En el segundo cap¨ªtulo de la ruta migratoria de Jean Koulio, el joven guineano describe su a?o de estancia en Marruecos
En el cap¨ªtulo anterior, Jean Koulio relat¨® las razones por las que decidi¨® dejar su pa¨ªs natal, Guinea, y empezar una ruta migratoria. Despu¨¦s de pasar por Senegal, Mauritania, Mali y Libia, lleg¨® a Marruecos y acab¨® en el Gurug¨². Este monte, ubicado a unos pocos cientos de metros de la valla que separa la frontera entre Marruecos y Melilla, es hogar temporal de miles de hombres provenientes de distintos pa¨ªses de ?frica. All¨ª esperan una oportunidad para esquivar a las autoridades marroqu¨ªes, saltar la valla y pisar Melilla, es decir, Espa?a, es decir, Europa, para labrarse un mejor porvenir. Las p¨¦simas condiciones de vida en el Gurug¨², as¨ª como los malos tratos de la polic¨ªa marroqu¨ª a los migrantes, han sido descritas en numeros¨ªsimas ocasiones por quienes han morado all¨ª, y no pocos reportajes period¨ªsticos han documentado esta realidad.
Del cap¨ªtulo anterior: Pas¨¦ m¨¢s de dos semanas de viaje hasta que llegu¨¦ a Marruecos el 6 de marzo de 2014. Malick finalmente estaba en T¨¢nger; yo me hab¨ªa hecho amigos que conoc¨ªan el camino, y que me dec¨ªan que se dirig¨ªan al monte Gurug¨². Yo quer¨ªa probar de todo. A partir de este d¨ªa y hasta el 11 de marzo de 2015 mi vida fue un infierno.
- P. ?T¨² quer¨ªas ir?
- R. Yo quer¨ªa probar a ver qu¨¦ pasaba en el Gurug¨². Aguant¨¦ un a?o. Ese a?o que estuve en Marruecos solo estuve en ese monte, salvo dos d¨ªas que me qued¨¦ en Rabat para descansar despu¨¦s de varios intentos de cruzar la valla de Melilla.
- P. ?Pero te hab¨ªan contado lo de la valla? ?Cu¨¢ndo te enteras por primera vez?
- R. De la existencia de la valla me entero cuando llego a Argelia. De lo que me hablaba mi amigo Malick era de pateras, pero cuando llegu¨¦ a Argelia pregunt¨¦ y algunas buenas personas me explicaron c¨®mo eran las cosas. Otros me dec¨ªan: "De pateras no te voy a hablar, son muy peligrosas, prefiero que intentes saltar la valla". Yo preguntaba: "Pero la valla ?d¨®nde est¨¢?". Y me respond¨ªan: "Aqu¨ª en Marruecos, entre Espa?a y Marruecos". No ten¨ªa idea de que hab¨ªa una ciudad espa?ola llamada Melilla que est¨¢ en ?frica. A m¨ª en la escuela siempre me hab¨ªan ense?ado que entre Marruecos y Espa?a est¨¢ el mar Mediterr¨¢neo. ?Pero c¨®mo pueden colocar una valla si hay agua? Al llegar al Gurug¨² supe que s¨ª que era verdad.
- P. ?Desde el Gurug¨² se ve?
- R. ?Hombre! La luz de Melilla es la que ilumina el Gurug¨². Porque desde all¨ª a la valla hay casi 600 metros. Cuando se preparaba un salto, algunos de nosotros baj¨¢bamos corriendo desde lo alto del monte (se r¨ªe), y en ese momento es cuando haces por escapar de la polic¨ªa [marroqu¨ª]. Dos polic¨ªas no pueden parar a 600 personas, as¨ª que dejan el camino libre a otros. Los que pueden entrar, entran; los que no han podido escalar por la verja, se quedan.
- P. Cu¨¦ntame la vida en el Gurug¨². ?Por qu¨¦ dices que es un infierno?
- R. Lo duro de todo esto es el maltrato de la polic¨ªa a los migrantes. La polic¨ªa marroqu¨ª sube al Gurug¨² y te coge, te quema los colchones, te tiran la comida al suelo, el arroz o lo que sea. Hay chicos que no se pueden escapar porque tienen heridas graves o alguna enfermedad y no pueden salir corriendo. A esos les pegan. Su ¨²nica preocupaci¨®n es asegurar la frontera y pegar a los migrantes, y mala suerte si te cogen a cinco metros de la valla. Si te pillan en Marruecos y sales vivo, es que Dios est¨¢ contigo. Te lo aseguro. Han matado a varios de mis amigos. Ten¨ªa uno que se llamaba Oxy y un d¨ªa no estaba m¨¢s. No falleci¨® all¨ª, pero le hab¨ªan pegado tanto que, al llegar a Rabat, estaba muerto.
- P. ?A ti te han pegado?
- R. A m¨ª muchas veces. Si intentas saltar y no lo logras, te pegan. Yo lo consegu¨ª a la octava, as¨ª que las otras siete me han pegado mucho. Otra vez me pele¨¦ con un polic¨ªa en el mercado de Nador [a unos 15 kil¨®metros del monte] porque fuimos a buscar comida. Cuando la gente terminar de vender su productos y recoge su puesto, tira lo que sobra, as¨ª que nosotros aprovech¨¢bamos para recuperar algo y comer durante la semana. Yo estaba parado y lleg¨® un polic¨ªa de la valla pese a que est¨¢bamos muy lejos de ella. Me dijo que la ley exige que est¨¦ como m¨ªnimo a diez metros de distancia de la valla y yo estaba mucho m¨¢s lejos, pero ¨¦l me cogi¨® y me amenaz¨® con que me iba a detener para que me llevaran a Rabat. Yo le di un codazo, claro. Entonces llegaron dos de sus colegas, me cogieron y me dijeron que iban a meterme en la c¨¢rcel, pero como hab¨ªa muchos chicos africanos, empezaron a gritar todos y al final nos escapamos.
- P. ?Te parecieron racistas los marroqu¨ªes?
- R. En cada sitio hay racistas y hay gente buena. Hemos conocido m¨¢s gente buena en Marruecos, y tambi¨¦n hemos conocido a racistas.
- P. ?Conseguiste entonces pasar a la octava a Melilla?
- R. El d¨ªa que entr¨¦ en Melilla fue el 11 de marzo de 2015. Salt¨¦ la valla a las cuatro de la madrugada. Antes no hab¨ªa conseguido entrar; por el camino hay obst¨¢culos, agujeros, y era f¨¢cil caerse dentro durante la carrera.
- P. ?Llegaste a treparla m¨¢s de una vez?
- R. Salvo el d¨ªa que me ca¨ª a una zanja, todas las otras veces sub¨ª. Yo dec¨ªa que si me dejaban en la valla solo por un minuto y medio, pod¨ªa llegar arriba. Mide siete metros, pero la ten¨ªa perfectamente controlada.
- P. ?C¨®mo pod¨ªas treparla?
- R. Con fuerza; la mano no entraba en los agujeros, pero ten¨ªa unos hierros sacados de una obra que pod¨ªa usar como ganchos, en los pies tambi¨¦n. Yo con los pies no me enteraba pero con las manos¡ (Risas). Era dif¨ªcil, pero sub¨ªa.
Si la polic¨ªa te pilla en Marruecos y sales vivo, es que Dios est¨¢ contigo
- P. ?Qu¨¦ ocurri¨® las otras seis veces?
- R. La primera, que no sab¨ªa por d¨®nde ten¨ªa que ir y me atrap¨® la Guardia Civil espa?ola. Me devolvieron rapid¨ªsimamente porque hay puertas en la valla cada 20 metros. Me cogieron, abrieron la puerta y para afuera.
- P. ?Sabes que eso es una vulneraci¨®n de los derechos humanos aunque se haya legalizado?
- R. S¨ª, pero as¨ª pasa. Entras y te sacan por la puerta. As¨ª que si saltas y te coge la polic¨ªa nacional, est¨¢s salvado, porque te llevan a comisar¨ªa, pero si te coge la Guardia Civil, te mandan fuera.
- P. ?Todo esto os lo cont¨¢is en el Gurug¨²?
- R. En el Gurug¨² encontr¨¦ un chico que llevaba dos o tres a?os intentando entrar, pero cada vez que lo hac¨ªa, la Guardia Civil le expulsaba. Mis seis o siete veces no es son nada para ¨¦l. Y al rev¨¦s, he visto gente que ha llegado una noche y al d¨ªa siguiente ha cruzado. Si a esa persona le preguntas si la valla es dif¨ªcil, te dir¨¢ que no.
- P. Pero ?cu¨¢ntos erais en el Gurug¨²?
- R. Solo guineanos hab¨ªa m¨¢s de 400 chicos. Hab¨ªa m¨¢s de mil personas de todas las nacionalidades. Son historias que a veces me vienen a la cabeza, pero ya pasaron.
- P. Es que con 25 a?os has vivido m¨¢s que otros con 90¡
- R. S¨ª, he pasado muchas cosas, pero hay gente que ha sufrido m¨¢s que yo y que al final no ha conseguido entrar. Tuve un compa?ero all¨ª que, despu¨¦s ha pasado por Libia y cruzar el Mediterr¨¢neo, ¨¦l no lo consigui¨®. Y yo s¨ª estoy aqu¨ª, gracias a Dios. Yo en Marruecos dec¨ªa a todos mis compa?eros que no iba a encontrar un sitio mejor en el que quedarme que el Gurug¨², porque all¨ª no pagaba casa (risas). All¨ª hab¨ªa pocas cosas que hacer, pero todo lo que hac¨ªamos era en equipo. Nada te motiva, y cuando ves que el compa?ero con el que estabas ayer te llama al d¨ªa siguiente para decir que ha llegado a Melilla... Es dif¨ªcil cuando conoces a una persona all¨ª con la que hablas, caminas cada ma?ana, te levantas con ella y vas al mercadillo a buscar cosas, con el que explicas c¨®mo son tus sue?os y el futuro que esperas¡ Y una ma?ana te levantas y te dicen que justo la noche anterior sali¨® y consigui¨® entrar.
- P. ?Te alegrabas?
- R. ?No te puedes alegrar! Hay que decir la verdad. En ese momento te pones celoso, nervioso y te pones a llorar. Son d¨ªas que yo he vivido muchas veces: no te dan ganas ni de comer, no puedes dormir...
- P. Sientes desesperanza¡
- R. Te preguntas siempre cu¨¢ndo lo har¨¢s t¨² y empiezas a pensar por qu¨¦ no has sido t¨²¡ Pero a cada uno le llega su d¨ªa y su momento.
- P. Ese a?o en el Gurug¨² dio para hacer amistades muy fuertes, ?no?
- R. Claro, dorm¨ªamos en el mismo sitio, en el mismo bosque. Nadie pod¨ªa decir que uno viv¨ªa mejor que otro. Todos somos iguales. Ahora muchos est¨¢n aqu¨ª [Espa?a], con los que est¨¢n en ?frica no tengo relaci¨®n. Y tambi¨¦n muchos fallecieron en el mar cuando cogieron la patera.
- P. Cuando saltaste la valla, ?tu idea segu¨ªa siendo volver a Guinea?
- R. A Guinea hay que volver, claro, porque es mi origen, mi pa¨ªs, hay que volver.
Yo dec¨ªa que si me dejaban en la valla solo por un minuto y medio, pod¨ªa llegar arriba. Mide siete metros, pero la ten¨ªa perfectamente controlada
- P. ?Est¨¢s en Espa?a de tr¨¢nsito?
- R. No, el tr¨¢nsito ya hay que olvidarlo; estoy pensando en viajar por Francia, pero ya en Espa?a me quedo tranquilo. Aunque quiero volver un d¨ªa a mi pa¨ªs de visita.
- P. Cuando llegaste a Melilla, ?qu¨¦ fue lo primero que pensaste?
- R. Cu¨¢ndo salt¨¦ la valla esa ma?ana, lo primero era correr y nada m¨¢s. Llegu¨¦ al CETI [Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes] como a las 12 del mediod¨ªa.
- P. ?Te hiciste da?o al saltar?
S¨ª, en la mano y el pie. En el CETI me cur¨® la Cruz Roja y all¨ª me qued¨¦ dos meses. El trato fue bueno, mejor que en el Gurug¨², claro.
- P. Cuando te viste en Espa?a ya te identific¨® la polic¨ªa. ?Qu¨¦ pas¨® contigo?
- R. Te llevan a comisar¨ªa para registrarte y luego te llevan al CETI y ya est¨¢; desde ah¨ª esperas solo a que te den una salida para Madrid o para un pueblo de Espa?a. A m¨ª me toc¨® Madrid. Nos fuimos en grupo en barco hasta M¨¢laga. Siempre hay una persona esper¨¢ndote en el puerto de llegada que es de la ONG con la que te tienes que ir. Llegan con autobuses y hay que subirse para que te lleven a tu centro. A m¨ª me esperaba una persona de una organizaci¨®n que se llama Dianova, en Ambite (Madrid).
- P. ?Recuerdas la traves¨ªa en barco? ?Pensaste en la gente que cruza en patera?
- R. Solo fueron cuatro o cinco horas de viaje. S¨ª pens¨¦, pero no sal¨ª a la cubierta, ?para qu¨¦ iba a mirar? Fui bien sentado, viendo pel¨ªculas en la tele hasta que nos dijeron que hab¨ªamos llegado y ten¨ªamos que bajar.
- P. ?Recuerdas qu¨¦ sensaciones ten¨ªas? Supongo que no sab¨ªas muy bien qu¨¦ ibas a encontrar...
- R. Sent¨ªa alegr¨ªa porque iba a Espa?a por fin, claro. Porque en Melilla me dije que ya hab¨ªa conseguido traspasar la valla, pero no era una alegr¨ªa completa porque no estaba en Europa, porque Melilla es una parte de ?frica, pero de administraci¨®n espa?ola. Dentro del barco lo ¨²nico que me ven¨ªa a la cabeza era c¨®mo iba a planificar las cosas cuando llegara a la pen¨ªnsula.
- P. ?Sab¨ªas que ibas a Madrid?
- R. No sab¨ªa que iba a Madrid. Nos hab¨ªan dicho que en M¨¢laga habr¨ªa ONG que nos estar¨ªan esperando y nos llevar¨ªan a diferentes sitios, as¨ª que no sab¨ªa realmente d¨®nde me ten¨ªa que ir. Algunos chicos que hab¨ªa conocido en el CETI y que se marcharon antes que yo hab¨ªan llamado para contar que los hab¨ªan mandado a Madrid, a M¨¢laga, a Bilbao... Pero yo no ten¨ªa ni idea de d¨®nde me iban a mandar.
Continuar¨¢...
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