La belleza turbia de la sangre
El nombre de Dr¨¢cula ser¨¢ utilizado como nomenclatura zool¨®gica a la hora de bautizar a un peque?o pez de colmillos afilados
Con su novela?Dr¨¢cula, el escritor Bram Stoker consigui¨® crear una criatura fabulosa que se convertir¨¢ en arquet¨ªpica, llegando incluso a alcanzar la dimensi¨®n herm¨¦tica de la ciencia.
El nombre de Dr¨¢cula ser¨¢ utilizado como nomenclatura zool¨®gica a la hora de bautizar un pez, un peque?o organismo que perdi¨® los dientes en su evoluci¨®n y que desarrollar¨¢ un par de colmillos de hueso muy peculiares; gigantes en relaci¨®n a su cuerpo. El citado pez es conocido cient¨ªficamente como Danionella dracula.
No est¨¢ de m¨¢s recordar que la novela de Bram Stoker fue publicada en 1897. Para bautizar a su personaje, el autor irland¨¦s se vali¨® del nombre de un pr¨ªncipe rumano de mediados del siglo XV, Vlad Dr?culea, tambi¨¦n conocido como Vlad el Empalador. Desde entonces, ninguna historia de vampiros har¨¢ sombra a la figura del misterioso conde que habita en un castillo de los C¨¢rpatos, que huye de los espejos y que se nutre de sangre humana, igual a una sanguijuela. Para construir su personaje, Bram Stoker sigui¨® un rumbo bibliogr¨¢fico que arranca en la primera aproximaci¨®n a lo que podemos denominar ¡°cuento de vampiros¡± y que aparece en la Vida de Apolonio de Tiana, escrita por Fil¨®strato.
Lo cuenta el editor Jacobo Siruela en el pr¨®logo del libro?Vampiros (Atalanta), donde esboza la evoluci¨®n de la criatura m¨ªtica desde tiempos antiguos, cuando se confund¨ªa ¡°entre una vasta legi¨®n de demonios¡±, hasta que alcanza su forma actual; la de un hombre de boca cruel que saca sus dientes ante la sangre ajena. Desde que Fil¨®strato esbozase el vampirismo en la figura de la mujer que seduce a un joven, hasta llegar a Dr¨¢cula, hay un rastro bibliogr¨¢fico que nos va a ir se?alando el pr¨®logo. Durante el camino, el vampiro ir¨¢ cambiando de morfolog¨ªa, desprendi¨¦ndose del sentido m¨¢gico que ten¨ªa en el mundo grecolatino hasta llegar a hacerse aristocr¨¢tico, siguiendo el modelo que traz¨® John William Polidori, entre los efluvios del l¨¢udano y las llamas alargadas de unas velas, la misma noche que naci¨® Frankenstein.
En el caso que aqu¨ª nos ocupa, el peque?o pez denominado Danionella dracula abre sus mand¨ªbulas y ense?a los colmillos cuando entra en pelea con otros machos. Seg¨²n el equipo de investigaci¨®n dirigido por el doctor Ralf Britz del Museo de Historia Natural de Londres, aunque el pez Danionella dracula se enfrenta con otros miembros de su misma especie, no causa heridas; al contrario de lo que ocurre con la Adetomyrma venatrix, un g¨¦nero de hormiga que es conocido popularmente como ¡°hormiga Dr¨¢cula¡±, cuya mand¨ªbula se abre y cierra con el broche de un veloz chasquido, lo que convierte a esta hormiga en el animal m¨¢s r¨¢pido de la Tierra. Sus piezas bucales se mueven a velocidades de hasta 90 metros por segundo. Por si hubiese alguna duda en lo que respecta al acierto de su nombre popular, la ¡°hormiga Dr¨¢cula¡± se alimenta de la hemolinfa, l¨ªquido nutriente de los insectos an¨¢logo a nuestra sangre. Lo succiona de las propias larvas.
Estos son algunos ejemplos de c¨®mo la f¨¢bula viene a servir a la ciencia una vez m¨¢s. En ambos casos, el nombre de un personaje de ficci¨®n, como lo es Dr¨¢cula, va a terminar formando parte de la nomenclatura zool¨®gica, ya sea a la manera cient¨ªfica (Danionella dracula) o a la manera vulgar (hormiga Dr¨¢cula).
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
Puedes seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.