El torturador m¨¢s?r¨¢pido del Oeste
El hecho de que Gonz¨¢lez Pacheco, 'Billy el Ni?o', siga condecorado y cobrando una pensi¨®n hace pensar en impunidad y en connivencia
A finales de septiembre, eldiario.es public¨® por primera vez los expedientes oficiales que justifican la entrega de cuatro condecoraciones policiales al polic¨ªa franquista Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, conocido como Billy el Ni?o y sobre el que penden 36 querellas por tortura. En ese art¨ªculo, donde se incluyen los expedientes entregados con abundantes tachaduras en negro, se explica c¨®mo y por qu¨¦ le fueron concedidas las cuatro medallas por m¨¦ritos policiales: una no cumpl¨ªa los requisitos, pero se le otorg¨® seis d¨ªas despu¨¦s de que le fuera denegada; dos por actuaciones contra los Grapo, y la ¨²ltima, en 2012, porque la reclam¨® a la justicia y la justicia se la entreg¨®. Tiene una quinta medalla otorgada por el Ej¨¦rcito.
Billy el Ni?o me hace pensar inmediatamente en dos cuestiones. La primera tiene que ver con la continuidad despu¨¦s de 1975 del aparato de represi¨®n franquista y que result¨® en una Transici¨®n mucho m¨¢s violenta de lo que la actual vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, quiere hacernos pensar. Durante la Transici¨®n, y como ha explicado recientemente Olivia Carballar en su libro Yo tambi¨¦n soy v¨ªctima. Estampas de la impunidad en la Transici¨®n (Atrapasue?os, 2018), se produjeron cr¨ªmenes brutales por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, que nunca fueron investigados ni perseguidos como hubiera exigido una justicia realmente democr¨¢tica. Me pregunto c¨®mo hubiera cambiado nuestra historia si las torturas, los secuestros, los asesinatos, los enjuiciamientos abusivos, los maltratos en las c¨¢rceles, las violaciones y las vejaciones hubieran sido debidamente investigados, y si hubieran hecho lo mismo con el terrorismo amparado por el Estado. Calvo dec¨ªa que, salvo la de ETA, no hubo violencia en la Transici¨®n. Entre 1975 y 1990 operaron en el territorio vasco (Comunidad Aut¨®noma Vasca, Navarra y Pa¨ªs Vasco Franc¨¦s) varios grupos parapoliciales y de extrema derecha, algunos muy conocidos como los GAL, el Batall¨®n Vasco Espa?ol o la Triple A. Otros, como los Grupos Antiterroristas Espa?oles (GAE), menos, aunque estos ¨²ltimos asesinaron a seis personas y nunca fueron investigados debidamente. Billy el Ni?o no era una anomal¨ªa, era parte del sistema.
La segunda cuesti¨®n es el testimonio de las mujeres que han acusado a Billy el Ni?o de torturas, entre ellas, la militante feminista Lidia Falc¨®n. En varias de sus obras autobiogr¨¢ficas, como En el infierno: ser mujer en las c¨¢rceles franquistas (1975) o en Camino sin retorno (1992), Falc¨®n narr¨® las torturas que sufrieron ella y sus compa?eras, pero hasta hace poco no ha podido hacerlo oralmente, como testigo en la querella colectiva argentina contra los cr¨ªmenes del franquismo. La descripci¨®n de las torturas, tanto escrita como oral, es devastadora: pechos quemados con colillas ardiendo, golpes, tirones de pelo, patadas y pu?etazos, la llamada tortura del pato, agresiones sexuales, insultos humillantes, amenazas: ¡°Ya no parir¨¢s m¨¢s, puta¡±, cuenta Falc¨®n que gritaba Billy el Ni?o mientras la golpeaba.
Treinta y seis querellas, algunas colectivas, contra este polic¨ªa condecorado cinco veces. Algunos argumentan que Gonz¨¢lez Pacheco es un s¨¢dico que operaba individualmente. S¨¢dico, seguro, pero el hecho de que siga condecorado, que sea invitado a saraos en ciertas comisar¨ªas de polic¨ªa, que siga cobrando una pensi¨®n del Estado, hace pensar en impunidad en el mejor de los casos, en connivencia y aplauso a sus actuaciones en el peor. Y eso, tambi¨¦n, es una forma de violencia.
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