¡°El vac¨ªo que dejar¨¢ Gasol ser¨¢ descomunal¡±
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Su liderazgo ha consolidado el esp¨ªritu de tes¨®n y esfuerzo que impera en la selecci¨®n nacional. Ahora persigue culminar el legado de una trayectoria colosal fraguada en la NBA y los Juegos Ol¨ªmpicos. Y explora otras facetas como imagen de?Tommy Hilfiger.
VERANO DEL 2000. La selecci¨®n espa?ola de baloncesto fracasa en los Juegos de S¨ªdney. Queda en novena posici¨®n de 12 participantes, cerrando una ¨²ltima d¨¦cada de siglo decepcionante. Lolo Sainz, entrenador de aquel equipo en el que debutaron Ra¨¹l L¨®pez y Juan Carlos Navarro, los dos juniors de oro m¨¢s relevantes por aquel entonces, reconoci¨® a?os despu¨¦s que cometi¨® un error: no haber incluido en la lista a Pau Gasol.
2019. Espa?a se proclama por segunda vez campeona del mundo y se confirma como la segunda potencia mundial del baloncesto del siglo XXI, por detr¨¢s de Estados Unidos. Su hoja de servicios y el reconocimiento internacional es enorme e incluye al universo NBA, muy poco proclive a dejar de mirarse el ombligo. Personajes como Gregg Popovich, venerado entrenador de los San Antonio Spurs, o el mism¨ªsimo LeBron James han elogiado de forma inequ¨ªvoca no solo el talento de nuestros jugadores, sino el valor de sus conceptos colectivos y la capacidad competitiva de la selecci¨®n. No hay mejor forma de explicar este trayecto entre la pr¨¢ctica irrelevancia y la pertinaz permanencia en el olimpo baloncest¨ªstico que a trav¨¦s de la figura de su gran protagonista, Pau Gasol.

Y es as¨ª porque, adem¨¢s de su descomunal talento para jugar, Pau aport¨® desde el principio otros valores que poco a poco fueron impregn¨¢ndolo todo. Empezando por el de no dar ning¨²n objetivo por imposible. Su trayectoria est¨¢ plagada de logros que, hasta que ¨¦l los consigui¨®, parec¨ªan inalcanzables. Se fue a la NBA cuando su bagaje no iba m¨¢s all¨¢ de dos fogonazos en unas finales de Copa y Liga, un movimiento que muchas voces consideraron prematuro. Tard¨® menos de un a?o en responder con el galard¨®n de Rookie del A?o. A partir de ah¨ª, no par¨® de tirar puertas abajo, tanto en la NBA como con la selecci¨®n espa?ola. All Star, dos anillos, campe¨®n del mundo y tres veces de Europa, medallista ol¨ªmpico por triplicado, actuaciones inolvidables, miles de puntos y rebotes en la estad¨ªstica y la admiraci¨®n de todo el universo de la cancha.
Bajo su indiscutible liderazgo, la selecci¨®n fue poco a poco agigant¨¢ndose, hasta convertirse en un colectivo capaz de enfrentarse con garant¨ªas a todo lo que se pusiese por delante. Incluidas dos selecciones ol¨ªmpicas de EE UU plagadas de superestrellas, que sufrieron como nunca para doblegar a la selecci¨®n espa?ola en las finales de Pek¨ªn y Londres. Esta final termin¨® con todo el equipo estadounidense haciendo cola para saludar a Pau y reconocer el m¨¦rito espa?ol, una de esas im¨¢genes imborrables (e impensables) que ha ido dejando su carrera. Como la de sus l¨¢grimas en el Mundial de Jap¨®n, donde no pudo disputar la final despu¨¦s de ser fundamental para conseguir llegar a ella. O el grito con la cara desencajada despu¨¦s de meter una canasta decisiva en la semifinal del Europeo de 2015 ante Francia y su p¨²blico, probablemente la actuaci¨®n m¨¢s poderosa de su carrera. Y, por supuesto, el salto inicial en el All Star de ese mismo a?o junto a su hermano Marc, hecho ins¨®lito, cumbre baloncest¨ªstica, foto para la historia.
Todo este deslumbrante recorrido lo ha ido realizando Pau de una forma impecable, en el fondo y en las formas, sin que sus pies hayan perdido en ning¨²n momento el contacto con el suelo. Ni los ¨¦xitos le desenfocaban, ni los pocos reveses le desalentaban. M¨¢s bien al contrario. Siempre exigente en sus planteamientos deportivos, de la misma forma que ha exhibido en incontables ocasiones su talento, ha ido dejando otras tantas muestras de cualidades relacionadas m¨¢s con las actitudes que con las aptitudes. Ambicioso sin perder la humildad; elegante en la victoria y en la derrota; respetuoso con compa?eros, adversarios y aficionados; comprometido al m¨¢ximo con sus equipos, en especial con la selecci¨®n.
Sus valores marcaron de forma decisiva un estilo exitoso, atractivo y reconocible no solo en lo deportivo, sino tambi¨¦n en lo personal. ?l empuj¨® decisivamente a la selecci¨®n espa?ola a llegar a lo m¨¢s alto y, m¨¢s dif¨ªcil a¨²n, a mantenerse en la cima durante muchos a?os. Pau y la selecci¨®n se convirtieron en una referencia, un espejo donde mirarse, una marca a imitar.
Una marca que parec¨ªa que tendr¨ªa que languidecer cuando su columna vertebral, la generaci¨®n del 80, fuese retir¨¢ndose paulatinamente. Pero nada de eso ha ocurrido, lo que habla de la enorme solidez de lo construido. El segundo campeonato mundial recientemente logrado lo demuestra sobradamente.
Llegados a este punto, y despu¨¦s de un recorrido colosal, Pau Gasol busca un cierre lo m¨¢s acorde posible con su leyenda. No resulta descabellado pensar que el guion incluya una ¨²ltima temporada en la NBA y el colof¨®n de sus quintos Juegos Ol¨ªmpicos el pr¨®ximo verano en Tokio. Como ha hecho siempre, no adelanta planes m¨¢s all¨¢ de lo inmediato. Recuperarse de una molesta lesi¨®n que le arruin¨® la temporada pasada, disfrutar otra vez del juego y ayudar en lo que pueda a los Portland Trail Blazers, su nuevo equipo, sexto de una lista llena de franquicias ilustres como Los Angeles Lakers, Chicago Bulls o San Antonio Spurs.
Mientras se prepara para afrontar de la mejor forma posible los ¨²ltimos metros de su larga carrera, al baloncesto espa?ol no le queda otra que ir acostumbr¨¢ndose a la ausencia definitiva de su buque insignia, el mejor jugador espa?ol que haya pisado jam¨¢s una cancha de baloncesto. El vac¨ªo ser¨¢ descomunal, en consonancia con lo que ha supuesto su figura. Pero, aunque no est¨¦ en la pista, seguiremos reconociendo su legado en las selecciones venideras. Quiz¨¢s ah¨ª resida buena parte de su grandeza.
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