El poder curativo de las flores de tela
La siria Hoda Awad, refugiada en L¨ªbano, conf¨ªa en el arte para que mujeres como ella alivien sus traumas por lo vivido en un contexto en el que no es f¨¢cil encontrar apoyo psicosocial
No es a¨²n media ma?ana y la mesa de una sencilla oficina en Haouch Er-Rafqa (L¨ªbano) ya est¨¢ casi cubierta por docenas de rosas de tela. Las manos habilidosas de Hoda Awad son las responsables de semejante despliegue de color. Esta mujer siria de 35 a?os se halla inmersa en la preparaci¨®n de lo que ser¨¢ una reproducci¨®n gigante elaborada con cientos de estas flores del lazo rosa que simboliza la lucha contra el c¨¢ncer de mama. El tiempo apremia, pues tiene que quedar listo para ser exhibido en las actividades previstas para el pr¨®ximo 19 de octubre, d¨ªa mundial contra esta enfermedad. Awad es voluntaria de Cruz Roja desde hace cinco a?os, aunque lleg¨® a este pueblo del noreste liban¨¦s un poco antes, en 2012. Procede de Hama, a 50 kil¨®metros de aquella Homs que fue tan castigada por bombardeos durante los primeros a?os de la guerra en su pa¨ªs. "Nos marchamos porque la casa en la que viv¨ªamos qued¨® completamente destruida", explica.?
Awad se concede unos minutos en los que aparta la atenci¨®n de sus manualidades y cuenta su historia sin perder de vista al menor de sus tres hijos, de apenas cuatro a?os, que est¨¢ pasando la ma?ana con ella. "Los primeros a?os vivimos en una granja a cambio de cuidarla, y mi marido comenz¨® a trabajar pronto. Yo, despu¨¦s de un tiempo, me incorpor¨¦ como voluntaria a la unidad m¨®vil de la Cruz Roja libanesa", detalla. Este es un servicio destinado a ofrecer atenci¨®n sanitaria b¨¢sica a la poblaci¨®n refugiada en asentamientos temporales como los que pueblan el valle de la Bekaa, en la frontera siria, y donde Awad vive. Actualmente, L¨ªbano acoge a 1,6 millones de refugiados procedentes de Siria, m¨¢s de un 20% de la poblaci¨®n de este pa¨ªs del medio Oriente. En Haouch Er Rafqa residen alrededor de 3.000
Hoda no ten¨ªa experiencia en el terreno de la sanidad; ella hab¨ªa estudiado artes aplicadas en su ciudad con idea de convertirse en profesora de pintura. Acab¨® la carrera, pero no tuvo la oportunidad de ejercer porque la guerra comenz¨® y ella se march¨®. Por eso, su labor en la organizaci¨®n humanitaria ha acabado teniendo que ver m¨¢s con las manualidades y el dibujo que con la medicina. "Me gusta porque habla de m¨ª como persona y porque hay muchas actividades art¨ªsticas. Cuando vi que hab¨ªa tanta gente que compart¨ªa mis circunstancias, quise hacer algo para ellos. Quise tratarles como humanos y estar a su servicio".
A trav¨¦s del arte, esta voluntaria ha conseguido disipar muchos tormentos sufridos por el conflicto y por su precaria vida como refugiada en un pa¨ªs extranjero. Porque no solo hay que pensar en dar alimento y sanidad; en su opini¨®n, hacer arte es igual de importante. "Cuando vine estaba sometida a mucha presi¨®n psicol¨®gica, y encontr¨¦ alivio en el entretenimiento con las manualidades. Cuando estaba triste empezaba a dibujar, y el poder expresarme as¨ª me hac¨ªa sentir mejor", asegura.
Hoy participa en cualquier actividad que se organice y anima a sus vecinos a que busquen un pasatiempo. Pero sobre todo, su mensaje va hacia mujeres como ella porque afirma que su situaci¨®n es a¨²n peor: "Nosotras tenemos la responsabilidad de cuidar del hogar y de los ni?os, y no salimos de casa en todo el d¨ªa, no tenemos espacio para evadirnos, es el hombre el que sale", sostiene. Por eso, su recomendaci¨®n es clara:? "A todas las refugiadas que hayan venido a L¨ªbano y est¨¦n sin hacer nada, les digo que sigan cualquier afici¨®n que les guste porque les har¨¢ sentir mejor".
Ya en 2015, la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur) public¨® los hallazgos de una investigaci¨®n centrada en la salud mental de las mujeres sirias y resaltaba la importancia de espacios de encuentro como grupos de caridad y apoyo, mercadillos y actividades colectivas para distraerse y hacer frente a sus traumas. Pero la organizaci¨®n advert¨ªa que las refugiadas recurr¨ªan cada vez m¨¢s a m¨¦todos de afrontamiento pasivo como dormir, llorar, fumar cigarrillos, aislarse o negar que sus estresores fueran reales. "El refuerzo de las redes sociales entre mujeres y las oportunidades para enfrentar sus problemas de forma activa es de gran importancia para su bienestar", recomendaba Acnur.
Cuando vine estaba sometida a mucha presi¨®n psicol¨®gica, y encontr¨¦ alivio en el entretenimiento con las manualidades
Para cubrir las necesidades de apoyo psicosocial existen iniciativas como la del Fondo Fiduciario Regional de la UE en respuesta a la crisis siria o Fondo Madad, creado en 2014 y dotado con 53 millones de euros para canalizar el apoyo a la poblaci¨®n refugiada y a la de acogida en ¨¢mbitos como la salud, la educaci¨®n, el acceso a vivienda, las infraestructuras, etc. de L¨ªbano, Jordania, Irak Egipto y Turqu¨ªa principalmente. En concreto, en L¨ªbano se ha desarrollado el proyecto REBAHS para reducir las barreras econ¨®micas a la hora de acceder a los servicios de salud e incluye el acceso a servicios de salud mental a trav¨¦s de organizaciones como Cruz Roja o la Fundaci¨®n Promoci¨®n Social. En su presentaci¨®n de resultados del primer semestre de 2019, la organizaci¨®n contabiliz¨® m¨¢s de 4.000 consultas atendidas, 184 beneficiarios que estaban recibiendo atenci¨®n especializada y 2.600 participantes en actividades de sensibilizaci¨®n y en grupos de apoyo.
Por su parte, M¨¦dicos sin Fronteras implement¨® en 2018 el Programa de Acci¨®n ante la Brecha de Salud Mental de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, adoptado por el Ministerio de Salud P¨²blica del L¨ªbano, capacitando a m¨¦dicos generales para que puedan recetar medicamentos cuando sea necesario, bajo la supervisi¨®n de un psiquiatra externo. Hasta la fecha, han atendido 11.700 consultas psicol¨®gicas.
Cuenta Awad que cuando trabaja junto a otras personas tiene la posibilidad de conocer sus mayores carencias y necesidades. Y no lo duda: hace falta m¨¢s apoyo psicol¨®gico en general y para mujeres en particular. La Fundaci¨®n de la Sociedad M¨¦dica Siria Americana (SAMS) advirti¨® en una reciente publicaci¨®n que, adem¨¢s de afectar la salud f¨ªsica, el desplazamiento tambi¨¦n puede tener profundos impactos en la salud mental de las mujeres. "Adem¨¢s de las tensiones generales de la vida de los refugiados, como la falta de oportunidades de medios de vida, condiciones de vivienda deficientes, falta de acceso a alimentos y transporte, y potencialmente tener que aprender un nuevo idioma, ellas a menudo soportan la carga social adicional de garantizar el cuidado de sus hijos y navegar una nueva cultura que puede implicar que su papel dentro de la sociedad cambie", indica el estudio.
Hay que sumar el mayor n¨²mero de barreras que encuentran para acceder a los servicios de salud mental en comparaci¨®n con sus hom¨®logos masculinos. "Las restricciones culturales para que las mujeres permanezcan en el hogar, junto con el hostigamiento que pueden enfrentar cuando salen de la casa, las disuade de buscar servicios de salud mental e informaci¨®n", se?ala otro art¨ªculo acad¨¦mico. Adem¨¢s, la falta o la escasez de doctoras puede impedir que algunas utilicen los servicios de salud mental, ya que sus familias no les permiten ver a m¨¦dicos varones o ellas mismas no se sienten c¨®modas con uno. No obstante, Acnur tambi¨¦n advierte que las mujeres son m¨¢s propensas que los hombres a buscar servicios psicosociales, especialmente si ofrecen un espacio seguro para ellas y sus hijos.
Awad vuelve a sus manualidades, pero antes destaca otro aspecto quiz¨¢ m¨¢s prosaico, pero para ella igual de importante que el acceso a salud mental: los materiales. "Me encuentro a muchas mujeres que tienen aficiones sencillas como tejer, pero ni siquiera encuentran algo con lo que poder coser un poco".
La realizaci¨®n de este art¨ªculo ha sido posible gracias al apoyo log¨ªstico de Cruz Roja.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.