Ni Ruscalleda ni San Rom¨¢n quieren ser ¡°la mejor chef mujer del mundo¡±
DICE EL Diccionario de la Real Academia que ¡°chef¡± es un sustantivo masculino y femenino. Como el mundo, que es masculino y femenino. ¡°Yo no quiero hacer capillas femeninas¡±, dice Carme Ruscalleda. ¡°Me enfadan los grupos masculinos que no quieren mujeres y al rev¨¦s tambi¨¦n me enerva¡±. ¡°Hablemos de esto. Me interesa¡±, pide Mar¨ªa Jos¨¦ San Rom¨¢n, despu¨¦s de saludar con una reverencia y un abrazo a la cocinera catalana homenajeada por su trayectoria profesional en el congreso San Sebasti¨¢n Gastronomika, donde se produce el encuentro. Recuerdan que la ¨²ltima vez que se vieron hab¨ªa m¨²sica y baile, se r¨ªen a carcajadas, se declaran disfrutonas. Derrochan una energ¨ªa arrolladora. Es una actitud vital.
Nacida en Sant Pol de Mar hace 67 a?os y con siete estrellas Michelin en su haber, Ruscalleda recuerda que antes era m¨¢s antip¨¢tica. ¡°El cerdo me cambi¨® el car¨¢cter. Me convirti¨® en quien soy¡±, sentencia, mientras explica que proviene de una familia de agricultores y comerciantes donde sus aspiraciones art¨ªsticas no fueron bien recibidas. Sus padres pensaron en modernizar la tienda que regentaban para que se conformara y permaneciera con ellos.
Ruscalleda estudi¨® t¨¦cnicas de charcuter¨ªa y ah¨ª empez¨® todo. Primero fue obediente, luego se lanz¨®. Nunca vio trabas. De peque?a jugaba con un hermano a fuertes y vaqueros. Le dec¨ªan: ¡°Las ni?as no juegan a eso¡±. Ella pensaba: ¡°?Por qu¨¦ no?¡±.
El peso, siempre afectivo, de la familia tambi¨¦n es importante para San Rom¨¢n, vallisoletana de 64 a?os: ¡°Mi madre era m¨¢s progre que lo que soy yo salvo en lo que tuviera que ver con la Iglesia; era muy religiosa¡±. ¡°?Y entonces todo era pecado!¡±, exclama Ruscalleda. Ambas se alegran de que sus nietas ya no vayan a pasar por eso y se?alan que la base de todo es la educaci¨®n. ¡°Ya nadie podr¨¢ cortarles las alas a las peque?as. Podr¨¢n ser lo que quieran¡±, afirma.
Ambas bromean con que algunos deber¨ªan cambiarse las gafas y ponerse unas con visi¨®n femenina. ¡°Han tenido que claudicar ante la idea de que, si contrataban a una mujer, se revolucionar¨ªa la cocina¡±, se?ala asertiva Ruscalleda. ¡°Hemos dado de comer a la humanidad siempre, y cuando llega el inter¨¦s comercial, econ¨®mico y el ¨¦xito, nos lo quitan¡±, resume San Rom¨¢n. La chef catalana relata una lecci¨®n que le dio su hijo Ra¨¹l Balam, chef del restaurante Moments, cuando un d¨ªa le felicit¨® por la cantidad de mujeres con las que trabajaba. ¡°?Perdona? No contratamos ni hombres ni mujeres, contratamos personas¡±, le contest¨®. ¡°?Bravo!¡±, respondi¨® ella. Est¨¢n de acuerdo en que en los equipos se est¨¢ llegando a la paridad de manera natural.
San Rom¨¢n, con cinco restaurantes ¡ªentre ellos, Monastrell, con una estrella Michelin¡ª, fund¨® en 2018 la asociaci¨®n Mujeres en Gastronom¨ªa para dar visibilidad al talento femenino. Aun as¨ª, para ella, el ser hombre o mujer nunca ha sido un par¨¢metro a considerar para fichar a alguien. Alaba la decisi¨®n que tom¨® Ruscalleda de no aceptar el premio a la mejor chef (mujer) del mundo otorgado por la organizaci¨®n de la lista de los 50 mejores restaurantes. ¡°No sent¨ª que rechazaba un premio, lo hice porque cre¨ª que defend¨ªa que no ten¨ªan que re¨ªrse en nuestras narices. Me carte¨¦ mucho con ellos, les quer¨ªa hacer entender que nos hac¨ªa mal a las mujeres. ?Qu¨¦ ser¨¢ lo pr¨®ximo? ?El mejor cocinero de color?¡±.
Saben que su posici¨®n es privilegiada y lo aprovechan para se?alar que hay que buscar talento, y que este no tiene g¨¦nero. ¡°Hay que poner el foco en las mujeres. Prep¨¢rense, esto acaba de empezar¡±, avisa Ruscalleda. ¡°A eso me dedico¡±, a?ade San Rom¨¢n. Este arroz no se pasa. Ya no.?
EL PA?S organizar¨¢ en noviembre, en Madrid, el encuentro Los estereotipos est¨¢n para romperlos, donde ponentes como la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie compartir¨¢n ideas sobre los t¨®picos que condicionan la igualdad real de g¨¦nero.
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