La deuda argentina con sus ni?os

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Las ni?as, los ni?os y adolescentes tienen derecho a vivir libres de violencia. La protecci¨®n contra toda forma de violencia, maltrato y abuso constituye un acuerdo b¨¢sico en todas las sociedades y, adem¨¢s, un derecho fundamental garantizado por la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o y otras normas internacionales de derechos humanos.

Ni?as y ni?os se enfrentan constantemente a situaciones de violencia en su vida cotidiana en el hogar, la escuela, la comunidad y las redes sociales. La violencia es ejercida de diversas maneras, ya sea f¨ªsica, emocional o sexual. La realidad muestra que puede ser cometida por cualquier persona, incluso por aquellas de su mayor confianza y cercan¨ªa, como miembros de sus familias, cuidadores, maestros, amigos o por las propias instituciones que son designadas para proveerles cuidados especiales.

Los datos evidencian que algunas formas espec¨ªficas de violencia, como las asociadas a la crianza, se encuentran naturalizadas o justificadas: pese a que el 96% de los adultos manifiesta que chicas y chicos no deben ser castigados f¨ªsica?mente, el 70% de los hogares utiliza m¨¦todos de crianza violenta como agresiones verbales y castigo f¨ªsico, seg¨²n la Encuesta sobre Condiciones de Vida de Ni?ez y Adolescencia (ECOVNA) de 2012.?Otras, como el abuso sexual, son frecuentemente silenciadas y ocultadas, lo que dificulta su detecci¨®n y denuncia ante las autoridades, e impide que ni?as y ni?os reciban tratamiento, protecci¨®n y accedan a la justicia. Esta invisibilizaci¨®n adem¨¢s consolida la impunidad de los perpetradores.

Actualmente, casi la mitad de las ni?as y los ni?os de Argentina viven en condiciones de pobreza. Es un problema es?tructural, pero erradicable

Los Estados deben adoptar mecanismos espec¨ªficos y brindar herramientas a las familias y a los operadores de ni?ez destinadas a sensibilizar sobre la problem¨¢tica de la violencia y promover entornos protectores para prevenir y proteger a ni?as y ni?os. Esta obligaci¨®n est¨¢ contenida en la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o a la que el pa¨ªs adhiri¨® y le otorg¨® rango constitucional.

Sin embargo, en ¨¦pocas de crisis econ¨®mica se observa en muchas ocasiones que las pol¨ªticas p¨²blicas de prevenci¨®n de la violencia y restituci¨®n de derechos no son consideradas prioritarias y se ceden recursos para otro tipo de programas, muchas veces de car¨¢cter asistencial y para cubrir compromisos fiscales.

A su vez, en estos contextos, el riesgo para ni?os y ni?as de quedar expuestos a situaciones de violencia puede aumentar en los hogares, ya que las familias enfrentan significativas disminuciones de sus ingresos, adem¨¢s de aumentar el desempleo y la inestabilidad laboral. Esta situaci¨®n puede derivar en mayor malestar y angustia de los adultos, lo cual es muchas veces perjudicial al buen trato de ni?as y ni?os, adem¨¢s de reducir el tiempo disponible de los adultos para cuidarlos y jugar con ellos.

Debemos tener claro que el bienestar presente y futuro de los ni?os se ve fuertemente afectado cuando son expuestos a la violencia. Adem¨¢s del da?o directo que causa, afecta a su desarrollo cognitivo, su autoestima y sus relaciones interpersonales. Todo esto implica consecuencias negativas en el desarrollo de una sociedad, que deber¨¢ pagar costos mayores en el futuro.

Actualmente, casi la mitad de los ni?os de Argentina viven en condiciones de pobreza. Esto implica, adem¨¢s de no tener acceso servicios b¨¢sicos como vivienda, alimentaci¨®n, agua potable, salud, educaci¨®n, no contar con pol¨ªticas de cuidado que los protejan contra la violencia, los malos tratos y los abusos. La po?breza en la infancia es un problema es?tructural, pero erradicable, como se?ala la reciente campa?a de Unicef La Deuda es con la Ni?ez y la Adolescencia.

En ¨¦pocas de crisis econ¨®mica las pol¨ªticas p¨²blicas de prevenci¨®n de la violencia y restituci¨®n de derechos no son prioritarias

Por ello, es imprescindible contar con recursos financieros y humanos suficientes para implementar las pol¨ªticas institucionales integrales que den atenci¨®n primordial a esta problem¨¢tica. Es necesario destinar presupuesto para fortalecer a los organismos de ni?ez, adoptar mecanismos eficientes que promuevan la restituci¨®n de derechos en casos de vulneraci¨®n y fortalecer las respuestas de las familias y las comunidades. Esta prioridad no puede quedar condicionada a la situaci¨®n macroecon¨®mica de Argentina. La violencia contra ni?as y ni?os es otro de los graves riesgos que enfrenta el pa¨ªs.

Estamos en deuda con la ni?ez y la adolescencia. Solo cuando la prevenci¨®n de la violencia sea considerada una pol¨ªtica de Estado, se dar¨¢ efectivo cumplimiento a lo comprometido por nuestro pa¨ªs al firmar la Convenci¨®n sobre los Derechos del Ni?o. Hoy, tras 30 a?os de su sanci¨®n y pr¨®ximos a un nuevo proceso electoral, enfrentamos un momento propicio para llegar a acuerdos de fondo en este tema. Las chicas y los chicos as¨ª lo demandan.

Hern¨¢n Monath es Especialista en Protecci¨®n de Derechos de UNICEF.?

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