La esclavitud infantil que esconde una barrita de chocolate
La pel¨ªcula 'The Chocolate Case' investiga la mano de obra que produce el cacao y cuenta c¨®mo tres periodistas se convirtieron en due?os de una marca de comercio justo, famosa en Holanda
Est¨¢n en todas partes. Junto a la caja del supermercado. En la tienda de alimentaci¨®n de la esquina. En las m¨¢quinas de vending de los hospitales y la oficina. En la gasolinera. En el duty free de cada aeropuerto. Con nombres y colores llamativos. Cada barrita de chocolate que se cruza en tu camino tiene una historia, pero ?hay esclavitud infantil detr¨¢s de ella?, ?soy culpable como consumidor de que esos ni?os sean esclavos?, ?podr¨ªa ir a la c¨¢rcel?
Esto es lo que se preguntaron tres periodistas que indagaron de d¨®nde viene la mano de obra que produce el cacao y lo denuncian en The Chocolate Case, una de las pel¨ªculas del Another Way Film Festival, que celebra estos d¨ªas su quinta edici¨®n en Madrid. Spoiler: su investigaci¨®n para un programa de la televisi¨®n holandesa a principios de los a?os 2000 los acab¨® convirtiendo en los due?os de una marca de chocolate de comercio justo, la m¨¢s famosa en los Pa¨ªses Bajos.
¡ª ?Polic¨ªa?
¡ª?S¨ª, d¨ªganos.
¡ª?Puede que suene extra?o, pero creo que he financiado esclavitud infantil.
¡ª??C¨®mo?
¡ª He escuchado que las grandes marcas de chocolate usan mano de obra infantil.
¡ª ?Y come mucho chocolate?
¡ª?S¨ª.
¡ª?No se preocupe, todos comemos mucho chocolate. Tenga un buen d¨ªa, se?or.
?Qu¨¦ consumidor se acusar¨ªa a s¨ª mismo de financiar esclavitud infantil por comer chocolate y estar¨ªa dispuesto a ir a prisi¨®n? Esta llamada la realizaba en 2003 el periodista Teun Van Der Keuken a la polic¨ªa local de ?msterdam y no podr¨ªa imaginar que ese ser¨ªa el comienzo de The Chocolate Case.?As¨ª quer¨ªa el protagonista de esta conversaci¨®n y?Maurice Dekkers y Roland Duong, los otros dos periodistas implicados en la investigaci¨®n, destapar la explotaci¨®n en la industria del cacao en Keuringsdienst van Waardeun, un?programa sobre alimentaci¨®n y consumo en la televisi¨®n holandesa?que produjeron juntos hasta 2005. "Lo que pod¨ªa parecer una broma estaba respaldado con un gran trabajo period¨ªstico, aunque su comportamiento fuera muy travieso¡±, explica por videollamada Benthe Forrer, la directora del documental que diez a?os despu¨¦s revisit¨® la historia de c¨®mo ellos tres se convertir¨ªan m¨¢s tarde?en los due?os de Tony Chocolonely, una marca de chocolate de comercio justo, la m¨¢s famosa en los Pa¨ªses Bajos.
La chispa para que este grupo de periodistas irreverentes decidiera abordar as¨ª su trabajo fue un peque?o art¨ªculo en la p¨¢gina 11 de un peri¨®dico en el que se informaba de la venta de ni?os esclavos en un mercado de Mal¨ª. "?Una historia as¨ª tan peque?a? Esto deber¨ªa ser un titular en la primera p¨¢gina", reflexiona Maurice Dekkers en el documental. "Quer¨ªamos que la gente pensase y?mostrarles las consecuencias.?Todo el mundo sab¨ªa que Teun no iba a acabar en prisi¨®n, pero la duda de que fuera posible le daba m¨¢s emoci¨®n al programa", contextualiza Forrer, la directora de esta pel¨ªcula, una de las propuestas presentadas en el Another Way Film Festival, que celebra su quinta edici¨®n en Madrid entre el 24 y el 27 de octubre. ?
?frica occidental, principal productor de cacao en el mundo
Si Kam Sami Felix no trabajaba, sus captores le pegaban. Recib¨ªa una comida al d¨ªa, tan escasa, que le hizo perder mucho peso. No pod¨ªa parar si ten¨ªa alg¨²n dolor o estaba cansado, y le estaba prohibido hablar con sus hermanos, Erik y Herman, dos esclavos m¨¢s en esa plantaci¨®n de cacao en la que hab¨ªa m¨¢s de 500 personas en Costa de Marfil. Si se hubiese negado a trabajar se lo hubieran llevado por la noche, la pr¨¢ctica habitual de sus esclavistas, para hacerlo desaparecer y ser reemplazado por otro. Al final, y despu¨¦s de la primera guerra civil que sufri¨® el pa¨ªs, consigui¨® huir hasta Burkina Faso, donde cuenta su historia en 2005 frente a los l¨ªderes locales, que recogen su testimonio en una m¨¢quina de escribir, testimonio que se ve completo en The Chocolate Case.
Pero ?c¨®mo un consumidor de chocolate en Europa pod¨ªa ser acusado de esclavitud infantil en ?frica? Van Der Keuken estaba dispuesto a llegar hasta las ¨²ltimas consecuencias. Si las grandes marcas de chocolate no quer¨ªan darle informaci¨®n de sus actividades, ¨¦l ir¨ªa hasta Costa de Marfil ¡ªpa¨ªs que aporta el 40% del cacao que se produce en el mundo¡ª o Burkina Faso para conocer de primera mano a los agricultores y proveedores del cacao y usar su testimonio para ir a juicio. Por eso, el testimonio de Kam Sami Felix era crucial para ellos. Era uno de los tres testigos que usar¨ªa el periodista para autoinculparse ante un juez en Holanda. ¡°Una de las cosas que aprendimos cuando hicimos el programa es que la industria del chocolate es muy herm¨¦tica y es muy dif¨ªcil conseguir informaci¨®n. Fue uno de los motivos por los que decidimos ser parte de ella y montar una nueva marca. As¨ª tendr¨ªamos mejor acceso a los agricultores que cultivaban el cacao¡±, explica la documentalista Forrer. Y as¨ª es como naci¨® Tony Chocolonely.
?Una historia as¨ª tan peque?a? Esto deber¨ªa ser un titular en la primera p¨¢gina Maurice Dekkers, periodista
Unicef estima que hay alrededor de 200.000 ni?os esclavos en la industria del cacao en??frica occidental. Esta regi¨®n abarca el 70% de la producci¨®n mundial, un sector que emplea a 2,2 millones de ni?os, seg¨²n un informe realizado por 15 ONG europeas en 2018.?"Creemos que solo luchando contra la pobreza extrema de las familias es la ¨²nica forma de conseguir erradicar el trabajo infantil. Trabajamos con todas las partes y los agentes implicados; productores, traders, industria, gobiernos, instituciones, para trabajar y conseguir que los productores tengan unos ingresos dignos", explica Paula P¨¦rez Blanco, responsable de comunicaci¨®n de Fairtrade Ib¨¦rica.?
En este proceso kamikaze en el que decidieron embarcarse los protagonistas de esta historia ten¨ªan que encontrar productores de cacao e intermediarios de la industria que cumplieran los est¨¢ndares que el comercio justo establece. Y no fue f¨¢cil.?"Tambi¨¦n nos vimos abrumados por el enorme ¨¦xito, y al crear una barra de chocolate tan atractiva y con tantas expectativas puestas en ella, ten¨ªamos la sensaci¨®n de que ten¨ªamos a¨²n mayor responsabilidad para que todo saliera bien, algo que tambi¨¦n dificultaba la realizaci¨®n, incluso, del programa, que era modificado hasta el ¨²ltimo minuto", explica Forrer, que tambi¨¦n participaba en el show televisivo.?¡°Nos sent¨ªamos fuera de lugar dentro de la industria del chocolate, ¨¦ramos periodistas y directores de cine¡±, bromea la cineasta.?
Benthe Forrer, directora de 'The Chocolate Case'<span><span><span><span>La industria del chocolate es muy herm¨¦tica y es muy dif¨ªcil conseguir informaci¨®n. Por eso decidimos ser parte de ella</span></span></span></span>
Los productores dejaron parte de sus ahorros en conseguir una barrita de chocolate que pudiera llevar el sello "100% libre de esclavitud infantil", pero pronto se convirtieron en una referencia a nivel nacional en Holanda y en parte de Europa.?"Decidimos avanzar hasta el final para demostrarle a otras compa?¨ªas del sector que cuando te haces grande tambi¨¦n puedes marcar la diferencia, que hay otra manera de producir m¨¢s justa¡±, argumenta Forrer.
"El objetivo de Fairtrade es el apoyo a las personas que en el comercio internacional est¨¢n jugando con desventaja, en concreto a peque?os productores y productoras, as¨ª como trabajadores y trabajadores en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. La red global de Fairtrade persigue un objetivo claro de desarrollo; reducir la pobreza en el Sur global a trav¨¦s de un comercio m¨¢s responsable y justo". explica P¨¦rez Blanco.?"Nos dimos cuenta de que aunque?las cosas se pusieran dif¨ªciles y acabes contra un muro, siempre habr¨¢ un camino para rodearlo y seguir siendo fiel a tu objetivo", reflexiona Forrer. "Si al menos una persona se siente inspirada, eso me hace feliz¡±, concluye la directora. Al final de toda esta historia consiguieron que su chocolate estuviera libre de esclavitud infantil. El final, a pesar de las dificultades, fue dulce.?
Requisitos para ser una marca de comercio justo
Est¨¢ndar econ¨®mico
Est¨¢ndar social
Est¨¢ndar medioambiental
Para pertenecer al sello Fairtrade hay que cumplir tres est¨¢ndares y estar sometido a auditorias externas regulares. Eso son los est¨¢ndares:
- Que se establezca un precio m¨ªnimo de la materia prima. "Es una red de seguridad para el productor en caso de crisis", explica Paula P¨¦rez, de Fairtrade Ib¨¦rica.
- Que haya contratos a largo plazo entre el agricultor y el intermediario y para los trabajadores acorde a la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT).
- Trabajar para la igualdad real entre hombres y mujeres.
- Prohibida la esclavitud infantil.
- Promover la asociaci¨®n de trabajadores en forma de cooperativa.
- Prohibido el uso de determinados fertilizantes.
- Gesti¨®n eficiente del agua.
- Evitar la deforestaci¨®n de los bosques por el uso indiscriminado de la tierra de cultivo.
Fuente: Fairtrade Ib¨¦rica
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.