?Est¨¢n los ciudadanos de Am¨¦rica Latina preparados para el siglo XXI?
La regi¨®n se enfrenta a un escenario que lastra sus oportunidades: altos niveles de desigualdad, ineficiente inversi¨®n en educaci¨®n y baja productividad laboral
Vivimos en un mundo en acelerada transformaci¨®n en el que los cambios se suceden a nivel tecnol¨®gico, migratorio, demogr¨¢fico y clim¨¢tico. A pesar de la incertidumbre y desaf¨ªos que traen consigo, muchos de estas modificaciones son positivas, como una mayor esperanza de vida o la aparici¨®n de nuevas oportunidades profesionales para personas que hoy est¨¢n fuera de la econom¨ªa formal en ¨¢mbitos como la econom¨ªa gig o econom¨ªa colaborativa. Sin embargo, Am¨¦rica Latina y el Caribe se enfrenta a un complicado escenario que podr¨ªa impedir que la regi¨®n aproveche las oportunidades de la cuarta revoluci¨®n industrial: un escenario en el que se combinan altos niveles de desigualdad con ineficiente inversi¨®n en educaci¨®n y una baja productividad laboral.
En medio de esta compleja actualidad surgen varias preguntas. ?Est¨¢n preparados nuestros j¨®venes para formarse y poder navegar vidas productivas y felices en un mundo en acelerada transformaci¨®n? ?Cu¨¢les son las habilidades clave a desarrollar para el individuo del siglo XXI? ?Podr¨ªan estas transformaciones ayudarnos a romper con el lastre de la desigualdad y crear sociedades m¨¢s pr¨®speras?
La realidad es que el individuo del siglo XXI se desenvuelve en un entorno extremadamente din¨¢mico en el que va a convivir con tecnolog¨ªas como la inteligencia artificial que, si bien pueden a ayudar a resolver algunos de los problemas que hoy enfrenta la humanidad, tambi¨¦n van a generar desaf¨ªos pr¨¢cticos y ¨¦ticos. Sabemos que, hasta ahora, el desarrollo de habilidades t¨¦cnicas ha estado fuertemente relacionado con buenos resultados en el mercado laboral. Sin embargo, un estudio del BID muestra c¨®mo su importancia ha venido cayendo en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, mientras que los retornos de la inversi¨®n en habilidades transversales o socioemocionales han ido aumentando.
Pero, ?cu¨¢les son estas habilidades, llamadas tambi¨¦n habilidades blandas o, como yo prefiero llamarlas, habilidades a prueba de automatizaci¨®n? Se trata de herramientas como la perseverancia, la resiliencia, la capacidad de aprender a lo largo de la vida, la creatividad, el pensamiento cr¨ªtico, la flexibilidad, la comunicaci¨®n y la persuasi¨®n. Su desarrollo ¡ªadem¨¢s de tener impacto en nuestro ¨¦xito laboral¡ª tambi¨¦n tiene efectos sobre los distintos ¨¢mbitos del bienestar y de la vida personal y social de todos nosotros como individuos. Constituyen el equivalente al sistema operativo humano: forman la arquitectura mental del individuo y son el mejor amortiguador para responder a la incertidumbre que nos plantea el mundo actual porque soportan tanto las funciones b¨¢sicas como el desarrollo de funciones m¨¢s sofisticadas para el trabajo y para la vida en general.
Una oportunidad para reducir la desigualdad?
Am¨¦rica Latina y el Caribe tiene una de las brechas de habilidades m¨¢s grande del mundo y los sistemas de formaci¨®n de talento de la regi¨®n, incluyendo la escuela, se enfocan en t¨ªtulos detr¨¢s de los que hay curr¨ªculos que no est¨¢n adaptados a la nueva realidad. Adem¨¢s, el desempe?o de los estudiantes es extremadamente pobre comparado con otras regiones, y la deserci¨®n escolar sigue siendo un gran desaf¨ªo: en Am¨¦rica Latina, cerca del 50% de los estudiantes abandona el sistema antes de concluir la educaci¨®n secundaria. Y las brechas salariales asociadas a un abandono temprano entre un trabajador que no termin¨® la secundaria y la que termin¨® educaci¨®n terciaria son del 300% en pa¨ªses como Chile o Colombia. Esto quiere decir que no solo convivimos con estructuras del siglo pasado: incluso dentro de esas viejas estructuras, estamos dentro del grupo de cola. Nuestros pa¨ªses tienen que seguir invirtiendo en conocimientos y habilidades espec¨ªficas y t¨¦cnicas, pero necesitan hacerlo mucho mejor y, sobre todo, no de forma exclusiva: mantener un modelo de instrucci¨®n basado solo en contenidos ya no preparar¨¢ a nuestros j¨®venes de hoy a enfrentarse con ¨¦xito a los retos del ma?ana, ese ma?ana que est¨¢ sucediendo ya hoy, aqu¨ª.
Es el momento de que nuestra regi¨®n transforme sus sistemas educativos para generar una masa cr¨ªtica de j¨®venes l¨ªderes?
Mientras la memorizaci¨®n es cada vez menos importante porque tenemos acceso ilimitado y al instante a millones de contenidos con un simple clic, la mentalidad o mindset de los estudiantes es cada vez m¨¢s relevante. Un estudio de la consultora McKinsey sobre c¨®mo mejorar los resultados escolares de los estudiantes a partir de datos de PISA 2015 muestra que el mindset de los alumnos puede llegar a ser dos veces m¨¢s importante que su origen socioecon¨®mico para predecir el desempe?o acad¨¦mico de los j¨®venes de 15 a?os que realizaron las pruebas. Es decir, que, al contrario de las creencias generalizadas, el origen familiar no tiene por qu¨¦ definir por s¨ª solo el futuro de los chicos, siempre que la escuela logre trabajar y fortalecer ese mindset o arquitectura mental de los j¨®venes. De hecho, los chicos de cuartiles de ingreso m¨¢s bajo que participaron en el estudio y que ten¨ªan una mentalidad bien calibrada, obtuvieron un mejor desempe?o acad¨¦mico promedio que los chicos del cuartil de ingreso m¨¢s alto con una mentalidad mal calibrada.
La pregunta es, ?c¨®mo podemos expandir estos resultados para llegar a una poblaci¨®n m¨¢s amplia? La buena noticia es que, como se muestra en una publicaci¨®n reciente del BID, existen programas de desarrollo de habilidades que pueden preparar a los ni?os y j¨®venes de la regi¨®n para desarrollar todo su potencial y, en algunos casos, se pueden poner en marcha incluso con recursos humanos y financieros limitados. Los pa¨ªses de la regi¨®n deber¨ªan invertir en programas de alfabetizaci¨®n digital, de ciudadan¨ªa global y valores, en programas musicales, deportivos y de formaci¨®n para el emprendimiento porque a trav¨¦s de estos programas ni?os, j¨®venes y adultos logran desarrollar el conjunto de habilidades que necesitan para la vida. Adem¨¢s, en todos ellos se pueden incluir los ¨²ltimos hallazgos de las ciencias del comportamiento para incorporar estrategias de intervenci¨®n que permitan derribar las barreras psicol¨®gicas que impiden a los individuos desarrollar sus habilidades y alcanzar sus objetivos a trav¨¦s de cambios en sus h¨¢bitos, actitudes y conductas.
Por todos estos motivos, es el momento de que nuestra regi¨®n transforme sus sistemas educativos para generar una masa cr¨ªtica de j¨®venes l¨ªderes, de agentes de cambio e individuos activos a cualquier edad, con independencia de su origen socioecon¨®mico. A pesar de los riesgos, tenemos ante nosotros una oportunidad ¨²nica: la de lograr, en un corto periodo de tiempo, que mucha gente ¡ªgente normal para los est¨¢ndares del siglo pasado¡ª tenga la oportunidad de convertirse en gente extraordinaria que pueda desarrollar todo su potencial y contribuir a crear un mundo m¨¢s pr¨®spero para las generaciones futuras. En medio de esta transici¨®n en la que nos encontramos ¡ªla transici¨®n de un mundo conocido de t¨ªtulos y diplomas hacia a un nuevo mundo centrado en habilidades y en el aprendizaje a lo largo de la vida¡ª la clave est¨¢ en que, en vez de enfrentarla con miedo o suspicacia, lo veamos como una verdadera oportunidad. La oportunidad de que Am¨¦rica Latina y el Caribe logre, por fin, comenzar a cerrar la brecha de oportunidades entre ni?os, j¨®venes y adultos de altos y bajos ingresos para crear un nuevo espacio en el que por fin podamos combatir uno de los peores males de nuestra regi¨®n: la desigualdad.
Mercedes Mateo es especialista l¨ªder de la Divisi¨®n de Educaci¨®n del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
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