Los ¨¢rabes que lucharon por la Rep¨²blica en la Guerra Civil
Unos 700 brigadistas internacionales llegados de ?frica y Oriente quedaron eclipsados por los miles de marroqu¨ªes que apoyaron a Franco
La historiograf¨ªa espa?ola ha estudiado en profundidad el papel que desempe?aron en la Guerra Civil los miles de marroqu¨ªes que combatieron con las tropas franquistas, incluida la c¨¦lebre Guardia Mora. Tambi¨¦n es un tema que, aunque de forma m¨¢s tangencial, ha tocado el cine en filmes como Tierra y libertad, de Ken Loach. La existencia de estos combatientes ha eclipsado a los ¡°otros ¨¢rabes¡± de la guerra civil espa?ola, los centenares de hombres que lucharon en las filas de las Brigadas Internacionales en defensa de la Rep¨²blica y contra el fascismo. Durante los ¨²ltimos a?os, las vidas de estos voluntarios han empezado a suscitar el inter¨¦s de historiadores, investigadores y artistas.
¡°Existe un desconocimiento sobre los voluntarios ¨¢rabes que lucharon contra el fascismo en Espa?a. Nos falta hacer mucho trabajo en el ¨¢mbito de nuestra memoria com¨²n, de los pueblos mediterr¨¢neos¡±, explicaba la directora de cine Amal Ramsis durante las ¨²ltimas Jornadas Cinematogr¨¢ficas de Cartago, en T¨²nez. All¨ª present¨® el documental Ven¨ªs de lejos, que gan¨® el Tanit de Plata. El filme cuenta la vida del periodista y activista palestino Najati Sidki, que viaj¨® a Espa?a para participar en el conflicto b¨¦lico. La propia realizadora descubri¨® la existencia de los brigadistas ¨¢rabes por casualidad, leyendo un art¨ªculo de la revista Naci¨®n ?rabe en 2003 y a trav¨¦s de una menci¨®n en la pel¨ªcula Sierra de Teruel, de Andr¨¦ Malraux. Durante sus investigaciones, dio con el libro de memorias de Najati Sidki, puerta de entrada a la fascinante historia de su familia, un puzle de emociones y secretos que tras la Guerra Civil se disemin¨® por diversos continentes.
Como buena parte de los brigadistas ¨¢rabes, Sidki lleg¨® a Espa?a a trav¨¦s de Francia gracias a la red internacional de partidos comunistas. Cuando estall¨® la guerra, ¨¦l se hallaba exiliado en la URSS a causa de sus actividades subversivas en Palestina, y el Partido Comunista, en el que militaba, le propuso trasladarse a Espa?a para realizar labores de propaganda en ¨¢rabe. Su objetivo era fomentar la deserci¨®n de las tropas ¨¢rabes en los Ej¨¦rcitos coloniales. Sidki, meg¨¢fono en mano, estuvo en el frente gritando esl¨®ganes a los soldados marroqu¨ªes que estaban al otro lado de la trinchera.
¡°En total se calcula que un millar de ¨¢rabes lucharon en el bando republicano¡±, sostiene Ramsis, una cifra que incluye no solo a los brigadistas, sino tambi¨¦n a varias decenas de anarquistas que combatieron en la Columna Durruti. Sin embargo, las cifras son confusas y motivo de discrepancia. ¡°Bas¨¢ndonos en varias fuentes ¡ªarchivos oficiales rusos, el Partido Comunista Franc¨¦s, la CNT¡¡ª, tenemos registrados a unos 500 voluntarios. Se pueden haber perdido fichas o quiz¨¢ no se llegaron a hacer. Es dif¨ªcil dar un n¨²mero preciso¡±, apunta el periodista Marc Almod¨®var, que investiga el asunto desde hace 10 a?os junto al historiador Andreu Ros¨¦s. Ambos elaboran ahora un libro sobre el tema. El historiador Andreu Castells, que en los a?os setenta ya abord¨® la cuesti¨®n de los brigadistas ¨¢rabes, los cifr¨® en poco m¨¢s de 700. ¡°Hemos de tener en cuenta que no todas las personas fichadas son ¨¢rabes. De Argelia, el pa¨ªs de donde salieron m¨¢s voluntarios, una buena parte eran amazighs, y tambi¨¦n se alistaron colonos franceses y espa?oles. Y de Oriente Pr¨®ximo llegaron armenios y jud¨ªos no ¨¢rabes¡±, tercia Ros¨¦s. Adem¨¢s de Argelia y Palestina, hay registrados combatientes de Marruecos, T¨²nez, Egipto, Irak, L¨ªbano y Siria. ¡°En algunas fuentes se menciona a un par de saud¨ªes, pero no hemos hallado ni rastro de ellos¡±, apostilla el historiador.
Las historias de aquellos centenares de hombres son interesantes porque ofrecen una ventana a las din¨¢micas pol¨ªticas y sociales de las colonias ¨¢rabes en un momento de gran trascendencia hist¨®rica. ¡°Los a?os treinta fueron de gran efervescencia tambi¨¦n en las colonias. Precisamente lo que nos atrajo a esta investigaci¨®n fueron las fascinantes historias personales de los brigadistas, c¨®mo estas reflejan los grandes conflictos de la ¨¦poca en la regi¨®n mediterr¨¢nea¡±, dice Ros¨¦s. Algunas historias personales son curiosas, como la del argelino Ben Ammar Mechet Sa?d. En el verano de 1936, el ¡°alzamiento¡± le sorprendi¨® en Alicante, donde se hallaba de viaje con los integrantes de su equipo de f¨²tbol, espa?oles residentes en Argelia. Tras una r¨¢pida politizaci¨®n, opt¨® por quedarse en Espa?a para participar en la lucha contra el fascismo, en la que perdi¨® un ojo. ¡°Los brigadistas ¨¢rabes no se alistan solo por solidaridad con el pueblo espa?ol; lo hacen para defender su futuro. Saben que si el fascismo fracasa en Espa?a, no se extender¨¢ a sus pa¨ªses¡±, comenta Ramsis. As¨ª lo dej¨® escrito Sidki en una frase emblem¨¢tica que reproduce el premiado documental: ¡°Soy un voluntario ¨¢rabe y he venido para defender a Damasco en Guadalajara, a Jerusal¨¦n en C¨®rdoba, a Bagdad en Toledo, al Cairo en C¨¢diz y a Tetu¨¢n en Burgos¡±.
A Abdel?jaleq, comunista palestino, las autoridades coloniales brit¨¢nicas le dieron a elegir: c¨¢rcel o combatir en Espa?a
Almod¨®var matiza esta visi¨®n: ¡°Creo que la izquierda las ha idealizado un poco. Hay un trasfondo ideol¨®gico que es la lucha contra el fascismo y fue muy importante. Pero eso a veces esconde historias personales en las que hab¨ªa otras motivaciones de tipo diverso, a veces mundanas, como escapar a la represi¨®n en el propio pa¨ªs. Adem¨¢s, el fascismo no significaba lo mismo para ellos¡±. No fue casual que los brigadistas iraqu¨ªes Abraham Horresh y Nuri Roufael Kotani pertenecieran a dos minor¨ªas, la jud¨ªa y la cristiana respectivamente, ambas discriminadas durante siglos. El caso de Al¨ª Abdeljaleq, otro brigadista palestino, es ilustrativo. Su biograf¨ªa sirvi¨® al escritor palestino Hussein Yassin de inspiraci¨®n para la novela Ali: quissa rajul mustaquim (Ali: la historia de un hombre recto). Tras recibir formaci¨®n en Mosc¨², Abdeljaleq era un activo militante del Partido Comunista de Palestina. Fue encarcelado varias veces. En 1936, las autoridades coloniales brit¨¢nicas le plantearon cumplir de forma ¨ªntegra su condena o combatir en Espa?a. ¡°No fue una excepci¨®n. Varios comunistas en Palestina, ¨¢rabes o jud¨ªos, llegaron por el mismo camino. Eso no significa que no desarrollaran un compromiso con la causa republicana. Si no, ya libres, podr¨ªan haberse exiliado en Francia¡±, dice Almod¨®var.
Con su filme, Ramsis ha reivindicado la historia compartida de los pueblos del norte y del sur, a menudo ignorada. ¡°Deber¨ªa hacernos ver que estamos conectados, en el pasado como en el presente. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, el mundo se ha fragmentado y se han levantado nuevas fronteras¡±, sostiene la documentalista egipcia, que curs¨® sus estudios de cine en Madrid. Su reflexi¨®n es especialmente v¨¢lida para el mar Mediterr¨¢neo, convertido hoy en escenario de una tragedia humana. El mismo viaje que hace d¨¦cadas realizaron centenares para ayudar a una causa que cre¨ªan justa, hoy les es negado a miles que buscan ayuda.
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