¡°La obesidad es un problema del sistema, no hay que tratarla como algo individual¡±

La malnutrici¨®n es una epidemia. La obesidad crece en todo el mundo a la vez que contin¨²a habiendo gente que muere de hambre o no recibe todos los nutrientes necesarios para desarrollarse. La investigadora espa?ola Estefania Custodio (Madrid, 1974) es experta en nutrici¨®n y salud global y ha centrado su trabajo en ?frica Subsahariana y Latinoam¨¦rica. Fue una de las pioneras en estudiar de forma conjunta la malnutrici¨®n y las enfermedades tropicales en el Instituto de Salud Carlos III. Un tema del que precisamente hablar¨¢ este mi¨¦rcoles en ?vila en el Congreso de la Sociedad Espa?ola de Medicina Tropical y Salud Internacional. Custodio trabaja desde 2014 en el Centro de Investigaci¨®n Comunitario de la Comisi¨®n Europea.?

Pregunta. ?Hay alguien en el mundo que coma bien?

Respuesta. A nivel global todos comemos mal.?La malnutrici¨®n afecta a todos los pa¨ªses del mundo, a todas las edades, independientemente del nivel social. Recoger informaci¨®n sobre lo que come la gente es muy costoso y dif¨ªcil, pero desde hace m¨¢s de 20 a?os sabemos que es uno de los factores fundamentales de mortalidad y enfermedad.?

P. ?Llevamos muchos a?os fij¨¢ndonos en la cantidad m¨¢s que en la calidad?

R. En determinados contextos, como es el de las crisis alimentarias, el enfoque ha estado en la cantidad, b¨¢sicamente, en que haya comida. Pero en los pa¨ªses en desarrollo tambi¨¦n nos hemos fijado en la disponibilidad de alimentos y no en la variedad. Ha habido muchas pol¨ªticas para aumentar la producci¨®n agr¨ªcola, pero luego nos d¨¢bamos cuenta de que las crisis de malnutrici¨®n no mejoraban, porque, aunque hubiera mayor acceso a un cultivo, no hab¨ªa diversidad en la dieta que mejorara el crecimiento de los ni?os.

P. ?La malnutrici¨®n est¨¢ afectando m¨¢s a los pobres?

R. En el mundo se ha dado una transici¨®n alimentaria: de una dieta de autosuficiencia, con tu cultivo y tus animales a la puerta de casa, a una de consumo. Este cambio hist¨®rico ya se dio en Europa, pero en los pa¨ªses en desarrollo se ha producido m¨¢s r¨¢pido. Cuando en Europa abandonamos la autosuficiencia no ten¨ªamos a nuestra disposici¨®n inmediatamente tantos alimentos ultraprocesados y baratos.

P. ?Estamos poniendo las herramientas necesarias para luchar contra esta malnutrici¨®n, especialmente en la obesidad?

R. La epidemia ya est¨¢ aqu¨ª y todav¨ªa nos faltan herramientas. No hay que poner el foco en el individuo, es un problema del sistema alimentario. Es la industria, es la cadena de producci¨®n, es la publicidad... Es un reto grande y yo creo que ahora mismo no estamos en disposici¨®n de que pueda haber un gran cambio en este aspecto.

Las madres ya saben que lo mejor para sus hijos es la lactancia. Pero no tienen un entorno que les facilite ponerlo en pr¨¢ctica

P. ?Qu¨¦ pueden hacer los gobiernos para contrarrestar estas tendencias?

R. Ya existen herramientas en forma de programas. M¨¢s del 80% de los pa¨ªses tienen pol¨ªtica nacional de nutrici¨®n con programas que sabemos que funcionan. Algunos est¨¢n sin desarrollar, otros necesitan m¨¢s tiempo... Lo dif¨ªcil muchas veces es que se financien e implementen. Pero esta lucha contra la malnutrici¨®n se tiene que dar a todos los niveles.

P. ?Hasta que punto influyen los condicionantes culturales para acabar teniendo una mala alimentaci¨®n?

R. Yo creo que ya no tanto, que las personas son conscientes de lo que es buena alimentaci¨®n. Yo siempre me refiero a la lactancia materna. En las investigaciones que yo he hecho he visto que las madres ya saben que es lo mejor para sus hijos. Pero no tienen un entorno que les facilite ponerlo en pr¨¢ctica. Si tienen que volver a trabajar en la ciudad o en el campo es imposible... Aqu¨ª es donde entra la regulaci¨®n. Otro ejemplo: la gente claro que sabe que es m¨¢s sano hacerte una lasa?a de verduras en casa, pero si vas al supermercado y te cuesta m¨¢s barato comprarla ya hecha y adem¨¢s tus horarios no te dejan tiempo para cocinarla en casa, la gente se la acaba comprando envasada. No es una cuesti¨®n de creencias o de h¨¢bitos, sino de tener posibilidades.

P. Has desarrollado gran parte de su trabajo en ?frica Subsahariana, una zona en la que se juntan los dos problemas: desnutrici¨®n y sobrepeso. Seg¨²n sus investigaciones, especialmente en pa¨ªses africanos, ?qui¨¦n es el que decide en el hogar que es lo que se consume y c¨®mo influye eso en la calidad de la dieta?

R. M¨¢s que qu¨¦ se compra, lo que estudiamos es cu¨¢ntos recursos se dedican a la alimentaci¨®n y ese suele ser el hombre. El segundo paso es estudiar c¨®mo se distribuye la comida en el hogar y muchas veces son las mujeres las que consumen menos nutrientes. Es el hombre al que se suele favorecer, porque es que el que sale a trabajar. Normalmente, se le da a ¨¦l la prote¨ªna animal. Tambi¨¦n se beneficia a los ni?os, que est¨¢n en pleno desarrollo. Acabamos de publicar un estudio realizado en un campo de refugiados en Somalia en el que concluimos que cu¨¢ndo la mujer toma las decisiones sobre alimentaci¨®n, los ni?os est¨¢n mejor alimentados.

P. Sin salir de ?frica, Ruanda es un ejemplo de pa¨ªs que ha mejorado y mucho sus indicadores sobre alimentaci¨®n y desarrollo infantil. ?Qu¨¦ podemos aprender de ese ejemplo?

R. Por un lado han hecho una apuesta pol¨ªtica. Cuentan con un programa de desarrollo del ni?o que depende directamente del presidente. Los planes que desarrollan incluyen muchos frentes: agricultura, educaci¨®n, salud... Han aumentado mucho las pol¨ªticas familiares, por ejemplo uno de los indicadores que m¨¢s ha mejorado es el de la lactancia materna. Esto ha estado influenciado en gran medida por el empoderamiento de la mujer en la pol¨ªtica.

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