Los alimentos que da?an el medio ambiente son tambi¨¦n los peores para la salud

El 60% de los factores de riesgo responsables de todas las enfermedades son el resultado de una dieta de mala calidad. Este hecho va de la mano con la salud del planeta. Un estudio publicado en la revista?PNAS demuestra que los alimentos m¨¢s da?inos para el ser humano lo son tambi¨¦n para su Tierra.??

Los investigadores han analizado 15 alimentos que forman parte de la dieta diaria occidental. Han vinculado la manera en la que se producen (el agua que se gasta, la superficie implicada y los productos qu¨ªmicos que se utilizan, entre otros) con los resultados de estudios anteriores sobre el impacto de esos mismos alimentos sobre la salud. Y todo cuadraba. La fruta, la verdura, la patata, el aceite de oliva, las legumbres, los frutos secos y los cereales son los alimentos m¨¢s sanos y que, adem¨¢s, tienen un m¨ªnimo impacto sobre el planeta.

Subir los impuestos sobre la carne procesada, prohibir la publicidad de los productos grasos y, sobre todo, disminuir su disponibilidad son pasos indispensables para cambiar las cosas

La carne roja procesada o sin procesar, en cambio, es un producto que se tendr¨ªa que tachar de la lista de la compra.?Muchas investigaciones ya han sacado conclusiones parecidas, pero este estudio "es el m¨¢s riguroso hasta ahora, que recopila muchos m¨¢s datos y analiza la relaci¨®n entre salud y medio ambiente. Cuanto m¨¢s estudios se hagan, mayor ser¨¢ el impacto sobre la gente", opina Julio Basulto, nutricionista en la Universidad Central de Catalu?a (Vic) y escritor.

Si el ser humano occidental sigue comiendo como ahora, se notar¨¢ un incremento alarmante de las enfermedades, de la contaminaci¨®n de las aguas y las emisiones de gases de efecto invernadero. Adem¨¢s, un tercio de la comida que se produce nunca llega a manos del consumidor y termina en la basura, sostiene Michael Clark, principal autor del estudio e investigador de la Universidad de Oxford. Por ello, el cient¨ªfico advierte sobre la necesidad de controlar la fabricaci¨®n, el consumo y el cultivo.?

El pescado plantea un dilema. Es una opci¨®n saludable pero tiene una huella ambiental m¨¢s grande, junto al pollo y los l¨¢cteos, que las dietas basadas en plantas, seg¨²n los resultados del estudio. Basulto?asegura que un producto es beneficioso cuando impide al consumidor comer alimentos m¨¢s perjudiciales para su salud. ¡°Si el cliente toma pescado no consume carne roja, por lo tanto, es bueno para ¨¦l y para el planeta¡±, a?ade.

Los responsables del estudio resaltan que dirigir la dieta global hacia un mayor consumo de alimentos m¨¢s saludables?mejorar¨ªa la sostenibilidad ambiental.

Si el ser humano sigue comiendo como ahora, se notar¨¢ un incremento alarmante de las enfermedades, de la poluci¨®n de las aguas y las emisiones de gases de efecto invernadero

La transici¨®n ecol¨®gica puede comenzar siempre y cuando el consumidor empieza a comer mejor y, sobre todo, menos. Seg¨²n Clark, "es el primero que debe reaccionar. Si pide alimentos sanos, los restaurantes y la industria tendr¨¢n que adaptarse a su nueva dieta. Las empresas no ofrecen si no compramos¡±.

Sin embargo, Basulto no cree que haya que delegar toda la responsabilidad en el consumidor. ¡°No se le puede exigir reaccionar cuando no tiene suficiente informaci¨®n y esta cambia cada d¨ªa. Es un pez que se muerde la cola¡±. Es muy dif¨ªcil cambiar de h¨¢bitos, por lo que har¨ªa falta partir de la educaci¨®n. Sin embargo, no parece una soluci¨®n factible en el mundo de hoy. ¡°?C¨®mo se pretende educar cuando la industria alimentaria invierte un dineral en deseducarnos? ?De qu¨¦ sirve dar una clase de nutrici¨®n a un ni?o si al salir tiene acceso a una m¨¢quina expendedora y a las redes sociales que le venden toda la mala comida?¡±, denuncia el cient¨ªfico.

Algunas medidas industriales y gubernamentales han demostrado ser mucho m¨¢s eficientes, asevera el experto. Subir los impuestos sobre la carne procesada, prohibir la publicidad de los productos grasos y, sobre todo, disminuir su disponibilidad son iniciativas indispensables para cambiar las cosas. ¡°Lo que m¨¢s determina el consumo es el precio del producto. Hay que pensar en la gente que no tiene mucho dinero. Si hacemos que la buena fruta y la verdura sean m¨¢s accesibles tanto en disponibilidad como en coste, la dieta occidental cambiar¨¢ claramente¡±, concluye.

La Gu¨ªa de Alimentaci¨®n de la Generalitat de Catalu?a, disponible online, propone las mismas soluciones: para proteger el planeta y la salud hay que comer m¨¢s verdura, fruta, fibras integrales y menos carne roja, az¨²cares, sal y otros alimentos ultraprocesados.