Empat¨ªa y pol¨ªtica: por qu¨¦ un sentimiento para unir produce divisi¨®n
?Y si esta habilidad te une a los que piensan como t¨² mientras te aleja de los dem¨¢s?
Si la empat¨ªa es el camino para limar asperezas en casa, el trabajo y la comunidad de vecinos, es cuesti¨®n de l¨®gica pensar que tambi¨¦n puede ayudar a rebajar el grado de polarizaci¨®n de la pol¨ªtica espa?ola. Pero las cosas no siempre son lo que parecen. Seg¨²n el argumento que han elaborado tres profesores de las universidades de Houston y Virginia, ambas en el polarizado pa¨ªs de Donald Trump, quiz¨¢ sea imprudente confiar en que esta habilidad consiga rebajar la tensi¨®n entre los partidarios de distintos adversarios pol¨ªticos, una vez se han convertido en aut¨¦nticos enemigos de hemiciclo.
Los investigadores defienden que la empat¨ªa no es un recurso tan valioso cuando los partidos pol¨ªticos se han convertido en bandos que luchan en las elecciones. Dicen que, parad¨®jicamente, las personas m¨¢s emp¨¢ticas se sienten m¨¢s unidas a quienes piensan como ellos pero, al mismo tiempo -o quiz¨¢ por ello-, se muestran m¨¢s hostiles hacia los adversarios. La idea se desprende de un an¨¢lisis de las reacciones de 1.200 estudiantes ante una agresi¨®n durante una protesta estudiantil. Nadie result¨® herido durante el experimento; solo se usaron noticias falsas, y con el ¨²nico objetivo de aportar conocimiento a las ciencias pol¨ªticas.
Los participantes leyeron la narraci¨®n de c¨®mo una persona hab¨ªa sido golpeada cuando un grupo de estudiantes protestaba durante el mitin de un pol¨ªtico en Estados Unidos. Unas veces el protagonista era un representante dem¨®crata y otras, republicano. Despu¨¦s respondieron algunas preguntas que ten¨ªan la intenci¨®n de observar la relaci¨®n entre sus reacciones y sus niveles de preocupaci¨®n emp¨¢tica, que es una de las piezas que forman la empat¨ªa global y que suele definirse como la tendencia a mostrar compasi¨®n ante el sufrimiento ajeno.
Quienes hab¨ªan puntuado m¨¢s bajo en una prueba para medir este rasgo de la personalidad no variaron su opini¨®n respecto a si el orador deber¨ªa haber detenido su discurso, fuera del partido pol¨ªtico que fuera. Por el contrario, los estudiantes con mayor preocupaci¨®n emp¨¢tica juzgaron m¨¢s duramente a los pol¨ªticos de signo contrario a su ideolog¨ªa por no hacerlo. Y, si bien es cierto que mostraron m¨¢s empat¨ªa hacia la persona que hab¨ªa sufrido el golpe, tambi¨¦n lo es que les dedicaron menos simpat¨ªa cuando protestaba contra un pol¨ªtico de su preferencia.
"En conjunto, nuestros resultados sugieren que, al contrario de la visi¨®n popular, niveles m¨¢s altos de empat¨ªa disposicional [la que es estable en la personalidad de una persona] en realidad facilitan la polarizaci¨®n partidista", advierte el nuevo estudio, que ha visto la luz en la revista American Political Science Review. Teniendo en cuenta que la empat¨ªa es una herramienta importante para resolver conflictos entre grupos, y que, al mismo tiempo, es un fuerte pegamento a la hora de conformarlos, quiz¨¢ no deber¨ªa extra?ar que surjan este tipo de paradojas respecto a lo que implica apoyar a las personas con quien uno comparte el futuro... aunque sea program¨¢tico. Adem¨¢s, nunca hay que perder la esperanza de que el abrazo, previo pacto, llegar¨¢. No hay m¨¢s que ver la imagen de Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias fusionados tras su reciente acuerdo.
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