Todo lo que deber¨ªas tirar a partir de los 40 pero ya
Hay placeres muy caros, pero el de vivir en un hogar un poco m¨¢s espacioso y ordenado est¨¢ al alcance de tu mano si sigues estos consejos
Alguien dijo que el verdadero lujo es tan sencillo como tener silencio, espacio y tiempo. El silencio es cuesti¨®n de buenos revestimientos y el tiempo, tal vez, demasiado complejo como para hacer un chascarrillo de ello. Aqu¨ª venimos a ayudar en la segunda cosa, el espacio, para recordarte que por muy peque?a que sea tu vivienda puede ser mucho m¨¢s amplia sin todas esas cosas que guardas sin motivo ni justificaci¨®n.
Tambi¨¦n dijo alguien que en la vida hay que ir ligero de equipaje. Vivir con lo necesario da una sensaci¨®n indescriptible de paz, orden y limpieza. Sin embargo, tal y como explica a ICON la psic¨®loga Jara P¨¦rez, igual que el ser humano se vincula a las personas se vincula tambi¨¦n a las cosas y desprenderse de estas no siempre es sencillo. "Necesitamos crear v¨ªnculos para sentirnos seguros. A veces, renunciar a determinados objetos y sustituir unos por otros antes de estar preparados genera ansiedad. Para dar el paso de romper con ciertas cosas del pasado es necesario experimentar una evoluci¨®n psicol¨®gica que nos lo permita", se?ala P¨¦rez.
"Necesitamos crear v¨ªnculos para sentirnos seguros. A veces, renunciar a determinados objetos y sustituir unos por otros antes de estar preparados genera ansiedad. Para dar el paso de romper con ciertas cosas del pasado es necesario experimentar una evoluci¨®n psicol¨®gica que nos lo permita" Jara P¨¦rez, psic¨®loga
Otra de las cuestiones que destaca la especialista en psicolog¨ªa es la sensaci¨®n de vac¨ªo que va ligada a nuestro empe?o en consumir y acumular: "Tratamos de superar carencias afectivas a golpe de tarjeta, por eso acabamos acumulando cosas materiales que realmente no necesitamos". Adem¨¢s, en un mundo que nos invita continuamente a comprar y aprueba el consumo compulsivo, es dif¨ªcil reconocer un problema. "Por lo general, las personas que acumulan objetos, ya sea debido a una patolog¨ªa o no, no suelen acudir a las consultas psicol¨®gicas ya que ellos no suelen percibir estos comportamientos como negativos o poco adaptativos", explica la psic¨®loga Violeta Alcocer. "Estos casos llegan a las consultas solamente despu¨¦s de que los familiares, amigos o vecinos hayan alertado a los servicios sociales, por lo que hablamos de casos que son ya bastante extremos".
Existe, pues, una relaci¨®n entre c¨®mo es nuestro hogar y c¨®mo funciona nuestra psique. "Los contextos que creamos ¨Cexplica Alcocer¨C reflejan no tanto nuestro funcionamiento interno, que tambi¨¦n, sino nuestras necesidades, deseos y proyecciones. El contexto puede ser un reflejo de la organizaci¨®n interna o todo lo contrario: un opuesto necesario para compensar lo de adentro".
Aclarado c¨®mo y por qu¨¦ estamos rodeados de objetos que a veces no necesitamos, damos una serie de consejos para despejar el hogar: algunos obedecen a principios est¨¦ticos, otros ecol¨®gicos, otros de salud. Y casi todos a razones de espacio y comodidad. Porque no hay una sensaci¨®n m¨¢s maravillosa que abrir cada ma?ana el caj¨®n de la ropa interior y darte cuenta de que guardas en ¨¦l justo lo que efectivamente usas.
1. Hazte un favor y tira de una vez tu peluche Gusiluz. Que te quedes un peluche ¨C?uno!¨C que guarde un significado especial para ti y atesore bonitos recuerdos entre sus algodones es permisible. Pero una casa llena de peluches propiedad de alguien que se supone que es adulto es, cuando menos, inquietante, adem¨¢s de enemiga del orden, el buen gusto y, lo que es casi m¨¢s importante, los ¨¢caros. Tu hijo, eso s¨ª, puede tener los que quiera.
"Cuando acumulamos de una manera no patol¨®gica las razones suelen ser sentimentales", explica Violeta Alcocer. "Nos aferramos a los objetos como una manera de regresar a los momentos pasados que vivimos. En ese sentido, sirven como catalizadores de experiencias que no queremos olvidar: pueden ser sensaciones vinculadas a personas queridas o a momentos de felicidad. La memoria es fr¨¢gil y subjetiva, mientras que los objetos son algo concreto que nos sirve como punto de encuentro con ese pasado".
2. No, ya no entras en tu disfraz de Caballero del Zodiaco o guerrera Sailor Moon. Ya puedes despedirte. No entraremos en la dimensi¨®n psicol¨®gica de disfrutar de un disfraz una vez que uno supera los 12 a?os: entendemos que tiene cierta gracia acudir a una fiesta tem¨¢tica con los amigos, sentirse parte de algo m¨¢s grande que uno y sacarse fotos divertidas con las que alimentar Instagram. Pero haz el favor de alquilar el disfraz y devolverlo al d¨ªa siguiente. Esos armarios donde a¨²n cuelga el disfraz de oso polar de hace tres a?os llaman la atenci¨®n (para mal).
3. Asume que no tienes edad para tener unas cortinas de ducha decoradas con un pu?ado de Homer Simpson en albornoz. Son muy cinematogr¨¢ficas y algunas hasta son bonitas, pero puede que sea el momento de ahorrar para instalar una mampara de cristal y no tener en el ba?o unas cortinas que se han convertido en un campamento de hongos.
4. ?Cu¨¢ntas veces te has puesto la sudadera de La Polla Records en el ¨²ltimo a?o? Pues eso. No es solo por la paz mental y est¨¦tica que da ver un armario donde solo tienes la ropa que te pones. No, hay motivos que van m¨¢s all¨¢ de los que argumentar¨ªa Marie Kondo: tu ropa vale para muchas m¨¢s cosas. En primer lugar, puedes dar aquella que est¨¦ en buen estado a la gente que la necesita, buscando los contenedores que los Ayuntamientos o asociaciones como C¨¢ritas disponen en las ciudades. En segundo lugar, aquella que ya no sirve para mucho se puede reciclar para hacer ropa nueva y cuidar un poco m¨¢s el planeta. H&M, por ejemplo, tiene contenedores en sus establecimientos con esa pol¨ªtica. Luego hay aplicaciones tan de moda como Vinted, donde puedes venderla a un tercero que crea que ese jersey ultracolorido que te compraste en un ataque de nostalgia fl¨²or y ahora detestas es la prenda de su vida. Y, desde luego, ya a una edad es intolerable ponerse camisetas y sudaderas de grupos.
5. Por m¨¢s que mires esa cadena musical que llevas a?os sin encender no vas a retroceder en el tiempo. ?T¨ª-ra-la! Ojo, si eres un mel¨®mano que disfruta de sus viejos vinilos o tiene una enorme colecci¨®n de ced¨¦s que disfruta escuchando enteros, deja la cadena donde est¨¢. Pero lo m¨¢s probable es que, como la gran mayor¨ªa del p¨²blico, hayas abandonado la m¨²sica f¨ªsica para escucharla en plataformas de streaming. En 2008 se vendieron en el mundo 132 millones de compact discs y en 2018 solo 32, o sea, cien millones menos. Es el momento de invertir en un buen altavoz bluetooth con el que poder escuchar esa m¨²sica c¨®modamente, sin cables y sin trastos enormes ocupando lugar en tu estanter¨ªa.
6. Almacenar cables en una caja no te convierte en el nuevo Steve Jobs: a la basura. Los almacenaste ah¨ª cuidadosamente en 2004 pensando que un d¨ªa tal vez los podr¨ªas necesitar. Quince a?os despu¨¦s, jam¨¢s los has necesitado. ?Qu¨¦ m¨¢s necesitas saber para llegar a la conclusi¨®n de que no sirven para absolutamente nada? T¨ªralos al punto limpio. El cobre es un material valioso que se puede reutilizar.
7. ?Pajitas de pl¨¢stico? ?Qu¨¦ tenemos, cinco a?os? Igual es el momento de escuchar a Greta Thunberg de una vez por todas. La contaminaci¨®n pl¨¢stica es un c¨¢ncer para nuestro futuro, pero el caso de las pajitas es preocupante porque por su tama?o y forma son dif¨ªciles de recoger y porque adem¨¢s son un objeto peligrosamente arraigado en nuestro pa¨ªs: seg¨²n Greenpeace, cada d¨ªa se consumen trece millones de pajitas de pl¨¢stico solo en Espa?a. No a?adas ni una m¨¢s. Si tienes hijos o sobrinos o sientes la extra?a necesidad de beber en pajita con 42 a?os, hay pajitas respetuosas con el medioambiente hechas de bamb¨², de centeno, de ca?a de az¨²car...
8. Hacerse mayor es aprender a valorar las buenas perchas: fuera todas las de alambre que se cargan la ropa. Ya hemos hablado de deshacerte de toda esa ropa que no usas: ahora pasemos al espinoso asunto de tener la que s¨ª usas en las mejores condiciones. Invierte en buenas perchas: de madera, firmes y antideslizantes, en perchas de pantalones, de cinturones, de complementos, en otras con hombreras para chaquetas y abrigos... y por favor, esas perchas de alambre que languidecen en tu armario y llevan estropeando tu ropa desde los a?os de universidad. Fuera de tu casa.
9. Los cosm¨¦ticos no son como una figurita de Lladr¨®. Caducan, y cuando eso pasa tienes que tirarlos. ?Y cu¨¢l es exactamente el ciclo de vida de un cosm¨¦tico? Puedes encontrarlo en el bote: hay un s¨ªmbolo de un tarrito abierto con un n¨²mero y una letra dentro. Lo m¨¢s habitual es que leas 12M, lo cual indicar¨¢ que mantiene sus propiedades intactas durante doce meses y ese es el espacio de tiempo ¨®ptimo para su utilizaci¨®n, pero seg¨²n su tipo puedes encontrar tambi¨¦n 9M, 6M o 3M. Si eres cuidadoso y no deseas indigestarte con un medicamento, ten el mismo cuidado con lo que te echas sobre la piel.
10. ?Pero qu¨¦ hace esa enorme pila de toallas en tu armario? ?Cu¨¢ntas toallas necesitas exactamente? Si vives solo, dos: mientras usas una puedes lavar y secar la otra. Si vives en pareja, cuatro. ?Puedes explicar, entonces, qu¨¦ es esa pila de quince toallas de colores desva¨ªdos que descansan en tu armario? Invierte en un par de buenas toallas de algod¨®n 100% (y si puede ser de algod¨®n peinado, mejor) y dona todas esas otras. ?Y qui¨¦n podr¨ªa querer mis toallas viejas?, te preguntar¨¢s. Pues por ejemplo los refugios y protectoras de animales, que cuando llega el fr¨ªo dan buena cuenta de ellas para secar y abrigar a gatos y perros sin hogar.
11. Tira todas esas tazas de Friends, Los Soprano, Sexo en Nueva York y todas las series que te han cambiado la vida. Es imposible que las uses todas y ocupan espacio. Esto funciona igual que las toallas: ?vives solo?, pues con dos tazas tienes de sobra.
12. Al contenedor de papel las instrucciones del horno, del televisor, del microondas, del humidificador, del ordenador, de los altavoces inal¨¢mbricos y del m¨®vil. Pero ya. Est¨¢s a un paso de convertirte en tus padres y pedir que te sintonicen el televisor. Bienvenido a 2019: las instrucciones de absolutamente todo est¨¢n en Internet.
13. ?Pero qui¨¦n quiere un reproductor de DVD? No gastes ni un minuto e intentar explicar que sigues viendo pel¨ªculas en ese formato inc¨®modo y caduco: t¨ªralo ya al punto limpio (o d¨®nalo a una biblioteca o colegio p¨²blico).
14. ?Un kit de sushi para diez personas? ?Una coctelera? Si no eres Jordi Cruz o tienes la vida social de Charlie Sheen, admite que son un incordio. La gigantesca ensaladera. Esas bandejas para pizza que no son m¨¢s que bandejas de toda la vida con forma triangular. Esa gigantesca plataforma giratoria para poner los postres. La coctelera. La enorme tabla para quesos con cuchillos de tres tipos. Esas seis copas para llenar de un tipo de c¨®ctel que ni siquiera sabes preparar. Ese centro floral que ocupa m¨¢s que una cama de matrimonio. Ac¨¦ptalo: lo has intentado, pero no tienes habilidades sociales. Fuera.
15. Tienes que deshacerte de cualquier almohada de m¨¢s de dos a?os de antig¨¹edad. No solo te lo decimos (nosotros y la National Sleep Foundation) porque nos preocupamos por tu cuello. Preferimos no empezar a hablarte de los miles de microbios y hongos que viven dentro de ella y duermen cada noche contigo. ?Empezamos? No, mejor no. Corre a tu colchoner¨ªa m¨¢s pr¨®xima.
16. Ya hace mucho que no dependes de la paga de tus padres para sobrevivir, as¨ª que, por favor, tira toda la ropa interior que no est¨¦ en perfecto estado. No nos podemos creer que haya que aclarar esto. Lo diremos de otra manera: ponte cada ma?ana la misma ropa interior que te pondr¨ªas si tuvieses una cita con esa personita especial que te excita lo que no est¨¢ en los escritos.
17. Ser propapel est¨¢ genial, guardar una in¨²til y aparatosa gu¨ªa telef¨®nica en casa no. A menos que quieras llamar al videoclub m¨¢s cercano para preguntarle si tienen una pel¨ªcula en VHS que tienes muchas ganas de alquilar.
18. Casi todo vuelve excepto esas antiguas y ortop¨¦dicas gafas de culo de vaso. O bien porque te ha subido la hipermetrop¨ªa o porque ya no te gustan. Deja de acumularlas como trofeos y d¨®nalas a quien las pueda necesitar: en las ¨®pticas suelen tener un sistema de recogida para donarlas a personas sin acceso a ellas o, en el caso de que est¨¦n rotas, para reciclar los materiales.
19. Elimina los recuerdos de tu ex: puedes vivir sin los palillos chinos que usasteis en la primera cita, sin esa foto vuestra sujetando la torre de Pissa y sin esa servilleta en la que se te declar¨®. Y si tienes la suerte de tener una chimenea en casa, arr¨®jalos a las llamas para que se obre el milagro de que esos corazones fr¨ªos puedan producir, por primera vez, algo de calor.
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