Un ascensor, Frank Sinatra, una mujer y un beso inoportuno: nunca conozcas a tus ¨ªdolos
El cantante Harry Connick Jr. cuenta un episodio que no solo demuestra que es peligroso tratar con la gente que admiras, sino que la misma historia puede pasar de comedia a drama en solo cuatro a?os
La m¨¢xima ¡°nunca conozcas a tus ¨ªdolos¡± ha dejado un reguero de v¨ªctimas por el camino. A menudo, la realidad se interpone en la imagen ideal que hemos creado en nuestra cabeza de una persona con un talento especial que nos ha inspirado y conmovido. Y a un joven Harry Connick Jr., cantante que ha vendido 30 millones de discos y ha intervenido como actor en pel¨ªculas como Independence Day, le ocurri¨® con el ¨ªdolo may¨²sculo de cualquier cantante masculino: Frank Sinatra.
¡°Cogi¨® la cara de mi esposa con sus manos, se acerc¨® a ella y le dijo: ¡®Eres hermosa¡¯. La bes¨® en la boca, se fue del ascensor y ah¨ª acab¨® todo¡±
Ayer martes, Connick Jr. apareci¨® en el programa matutino brit¨¢nico This morning y record¨® un encuentro con el mito de la canci¨®n a comienzos de los noventa que acab¨® convirti¨¦ndose en encontronazo. Muy probablemente se trataba, por las pistas que da Connick, de la gala especial celebrada por el 75 cumplea?os del artista en la que tambi¨¦n actuaron artistas como Ella Fitzgerald. En aquella gala, Connick, que entonces ten¨ªa 23 a?os pero era ya una reconocida figura del jazz y considerado un gran crooner contempor¨¢neo, cant¨® un tema de Sinatra. Al ver a la leyenda sentada frente a ¨¦l se puso tan nervioso que se olvid¨® parte de la letra.
Al terminar la gala, Harry se encontr¨® casualmente con Sinatra de nuevo mientras estaba con su entonces novia (y hoy esposa y madre de sus tres hijos) Jill. Sinatra, acompa?ado de su esposa Barbara, se met¨ªa en un ascensor. Sin pens¨¢rselo, Harry corri¨® hacia el ascensor acompa?ado de Jill y los cuatro coincidieron en el reducido espacio. All¨ª Harry le dijo que era un gran admirador y le pidi¨® disculpas por haberse puesto nervioso y haberse olvidado de la letra. ¡°Puedo hacerlo mucho mejor¡±, le aclar¨®.
El cantante ni siquiera le respondi¨®. Lo que hizo, seg¨²n cont¨® Connick, fue lo siguiente: ¡°Cogi¨® la cara de mi esposa con sus manos, se acerc¨® a ella y le dijo: ¡®Eres hermosa¡¯. La bes¨® en la boca, se fue del ascensor y ah¨ª acab¨® todo¡±, cuenta el cantante a los presentadores de This Morning. Una actitud muy Sinatra, en el fondo: el cantante es reconocido tanto por su genio musical y su voz inolvidable como por un car¨¢cter complicad¨ªsimo que le hizo ganarse el t¨ªtulo de uno de los tipos m¨¢s desagradables de Hollywood. Algo que se ha reflejado en exitosas biograf¨ªas como A su manera, de Kitty Kelley (un libro que Sinatra intent¨® secuestrar) o series como Feud, que muestra a un hombre con un car¨¢cter imposible en los plat¨®s.
No es la primera vez que Connick cuenta esta an¨¦cdota. Al menos registradas en televisi¨®n hay otras dos: en 1994 y en 2015. Y pese a que la narraci¨®n siempre es la misma, verlas se convierte en un aut¨¦ntico experimento sociol¨®gico por el tono que ¨¦l utiliza al contarlas y la reacci¨®n de las personas que est¨¢n a su alrededor.
Tras el #MeToo la historia se vuelve solemne y ya nadie se r¨ªe. ¡°Por supuesto, eso es totalmente inaceptable hoy¡±, dice el presentador de This morning. ¡°Creo que, dado el afecto que yo le ten¨ªa, mi mujer intent¨® convertirlo en algo hilarante. Pero es completamente inapropiado¡±, confirma Harry Connick Jr.
Ejemplo uno, a?o 1994. En el programa nocturno de Conan O¡¯Brien, tanto el presentador como parte del p¨²blico se r¨ªen ante la an¨¦cdota y el propio Connick lo justifica: ¡°Bueno, ya sabes, ?es Frank Sinatra!¡±. Ejemplo dos, a?o 2015. En el programa nocturno de James Corden repite punto por punto la historia. El propio Corden y Ethan Hawke y Anthony Anderson, que est¨¢n invitados tambi¨¦n, rompen a re¨ªr, al igual que el p¨²blico, mientras todos aplauden.
A?o 2019. Tras el #MeToo la historia se vuelve solemne y ya nadie se r¨ªe. ¡°Por supuesto, eso es totalmente inaceptable hoy¡±, dice el presentador de This morning. ¡°Creo que, dado el afecto que yo le ten¨ªa, mi mujer intent¨® convertirlo en algo hilarante. Pero es completamente inapropiado¡±, confirma el cantante.
Cuestiones temporales y sociol¨®gicas a un lado, no es la primera vez que una figura reconocida cuenta con desagrado c¨®mo fue el encuentro con un gran ¨ªdolo. Eduardo Noriega explic¨® a ICON su decepci¨®n con Sam Shepard, al que admiraba profundamente, cuando coincidi¨® con ¨¦l en la pel¨ªcula Blackthorn. ¡°Hizo la vida imposible a todo el mundo [¡] Admiraba a Shepard como escritor, pero desde entonces ya no he le¨ªdo nada suyo. No me interesa¡±. El rolling stone Keith Richards cont¨® tambi¨¦n a Jimmy Fallon c¨®mo su ¨ªdolo Chuck Berry le peg¨® un pu?etazo al sorprenderlo tocando su guitarra en su camerino. Y Alaska cont¨® de Madonna en Vanity Fair que, durante una cena en homenaje a Pedro Almod¨®var celebrada en 1990, le arroj¨® en su plato unas verduras al grito de ¡°No las quiero, ?c¨®metelas t¨²!¡±. ¡°No hablaba ni de cine, ni de arte, ni de m¨²sica... no era capaz de mantener una conversaci¨®n¡±, cont¨® la cantante. Y a?adi¨®: ¡°Si es realmente como se mostr¨®, es un asco¡±.
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