¡®Rebobine por favor¡¯ | El videoclub, la manera de ense?ar a los ni?os que en la vida no todo es instant¨¢neo
Que sean ellos los que elijan sus propias pel¨ªculas les empodera. Y tienen mucho donde elegir, as¨ª que entre ir a cazar la peli y verla despu¨¦s, ya pasas la tarde
Cuando cierra un negocio tradicional, la gente se lamenta en redes pero tambi¨¦n se pone el traje de ¡°experto en todo¡± y repiten ¡°que hay que actualizarse y curr¨¢rselo mucho, que si el cambio de modelo de negocio, etc¡¡±.
Tienen raz¨®n pero se olvidan de la soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil: si no quieres que el negocio tradicional cierre, es tan f¨¢cil como ir y gastar para que ingrese dinero. Esto sirve para librer¨ªas, cines, restaurantes hist¨®ricos¡ y videoclubs.
Para contribuir a que los videoclubs no sean pasto del olvido y de paso transmitirle a la ni?a nuestro amor cin¨¦filo, vamos cada semana al videoclub con ella. Porque a¨²n hay unos cuantos abiertos que resisten como la aldea gala de Ast¨¦rix (unos 300 en Espa?a).
S¨¦ que existen las plataformas y estamos suscritos a tres, pero tambi¨¦n pagamos cada mes la tarifa plana del Video Instan, el m¨¢s antiguo del pa¨ªs, porque nos sentimos como en casa y queremos contribuir a que siga abierto.
Y no es por nostalgia. Hay algo m¨¢gico y social en ese desplazarse y rebuscar f¨ªsicamente y queremos que nos dure muchos a?os.
Y queremos compartirlo con nuestra hija.
Como muchos de vosotros, pas¨¦ grandes tardes de mi infancia y adolescencia rebuscando entre car¨¢tulas, imaginando c¨®mo ser¨ªan esas pelis, que eran mucho mejores en mi imaginaci¨®n que en la realidad, alimentando la creatividad¡ y alquilando muchos churros, por supuesto.
Y eso es algo maravilloso para pasar de generaci¨®n en generaci¨®n. (Incluso lo de alquilar pelis cutres.)
El videoclub es una buena manera de ense?arles sutilmente a los ni?os que en la vida no todo es instant¨¢neo ni est¨¢ asegurado y que las apariencias enga?an. Encontrar la pel¨ªcula que buscas y que no se la hubiera llevado otro era una de las grandes recompensas de llegar en el momento oportuno, que eso de mayor te pasa con el trabajo, con la pareja o con las plazas de parking y tambi¨¦n hace ilusi¨®n.
Que los ni?os elijan sus propias pel¨ªculas les empodera. Y tienen mucho donde elegir, as¨ª que entre ir a cazar la peli y verla despu¨¦s, ya pasas la tarde.
Las historias infantiles son las que m¨¢s se alquilan y son un gran pilar para la supervivencia de este negocio cultural (por cierto, las segundas y terceras partes de pelis Disney directas a v¨ªdeo, una vez vistas te alegras de no haberlas comprado).
Adem¨¢s, los videoclubs que tienen un archivo considerable que nos libra de ser esclavos de la novedad y de tantas series que ni nos interesan y que solo vemos para quedar bien. A¨²n nos quedan miles de buenos t¨ªtulos del pasado y del presente para descubrir o redescubrir con nuestras criaturas.
S¨ª, caminar para devolver las pelis da pereza, pero los m¨¦dicos siempre recomiendan hacer ejercicio, o sea que el videoclub te est¨¢ salvando la vida. Y por suerte ahora no hay que devolverlas rebobinadas.
As¨ª que nos vemos en el videoclub¡ y por muchos a?os.
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