Un sistema que hace aguas
La pobreza y la exclusi¨®n no determinaron los resultados de las elecciones. ?Hay algo m¨¢s importante?
Celebradas las elecciones generales, podemos afirmar que en Espa?a ¨Cincomprensiblemente¨C la pobreza y la exclusi¨®n no han sido el tema estrella de la campa?a. Tampoco ha sido la cuesti¨®n que ha definido los resultados. Pero?para una sociedad, ?hay algo m¨¢s importante que el hecho de que haya personas que no pueden alcanzar unas condiciones m¨ªnimas para desarrollar su vida con dignidad?
La pol¨ªtica deber¨ªa tratar precisamente de esto: del gobierno y la organizaci¨®n de las sociedades humanas para la consecuci¨®n de su felicidad y bienestar. Sin embargo, la pobreza no es la materia estrella porque los m¨¢s pobres son los que quiz¨¢s no hayan ido a votar: por desafecci¨®n, desmotivaci¨®n o por no tener un domicilio estable donde residir, como el caso de las personas en situaci¨®n de calle.
El n¨²mero de personas en exclusi¨®n social en Espa?a es de 8,5 millones ¨Cel 18,4% de la poblaci¨®n¨C, lo que supone 1,2 de millones m¨¢s que en 2007. Son datos del VIII informe FOESSA publicado en 2019. Para esas personas, pertenecientes a lo que los autores denominan ¡°sociedad estancada¡±, el "ascensor" de la movilidad social no funciona y no son capaces de subir siquiera a la primera planta.
El estudio nos habla tambi¨¦n de un conjunto de personas que viven en exclusi¨®n severa, una situaci¨®n que acumula tantos problemas cotidianos que no pueden tener un proyecto vital m¨ªnimamente estructurado. Son 4,1 millones de personas, ciudadanos sobre los que se ceba la desigualdad y la precariedad en sus diferentes formas: carecen de vivienda o habitan en una insegura e inadecuada y est¨¢n en desempleo persistente o sufren una precariedad laboral extrema.
Pero dentro de este grupo en exclusi¨®n social severa existe un subgrupo de expulsados que suman 1,8 millones. Personas que malviven en unas circunstancias que, seg¨²n el estudio, demandan una intervenci¨®n urgente, profunda e intensa en recursos para garantizarles acceso a una vida m¨ªnimamente digna. Son personas a las que no se ha protegido suficientemente desde otros sistemas: salud, violencia de g¨¦nero, acogida y asilo, empleo, educaci¨®n, prestaciones sociales.
Es este el panorama que alimenta y nutre el fen¨®meno del sinhogarismo. Un contexto en el que se estima viven unas 40.000 personas en sus formas m¨¢s extremas en Espa?a. Una cifra que solo hace referencia a personas en situaci¨®n de calle y en recursos de alojamiento temporal.
Son 4,1 millones de personas con las que se ceba la desigualdad y la precariedad en sus diferentes formas: carecen de vivienda o habitan en una inadecuada y est¨¢n en desempleo persistente
Las entidades que formamos la Red FACIAM acogemos y acompa?amos a las personas en situaci¨®n de calle y ¨Cdesde hace cuatro d¨¦cadas¨C seguimos enfrent¨¢ndonos al problema de trabajar con ciudadanos que no tienen un espacio estable donde vivir y desarrollar su proyecto vital, ciudadanos sin derechos. Porque los rostros han cambiado, pero hoy, a finales de 2019, seguimos hablando de personas a las que la exclusi¨®n residencial les coloca en la m¨¢s extrema exclusi¨®n, personas que si no votan tampoco importa?¨Co pareciese¨C, que son los ¨²ltimos de la sociedad.
?Y qui¨¦nes son? Las personas sin hogar del siglo XXI son gentes que han perdido el empleo o personas que aun trabajando no pueden llevar una vida digna. Personas ¨Cy lo siento, aqu¨ª me toca repetir la palabra persona una y mil veces¨C que no pueden afrontar los gastos de vivienda y de sus suministros. Personas que han sido expulsadas de su domicilio. Personas a las que adem¨¢s le sobrevienen problemas psicol¨®gicos, personas con adicciones, personas que pierden la conexi¨®n con las redes de apoyo familiar o amigos. Personas que llegan a nuestro pa¨ªs huyendo de situaciones conflictivas o de emergencia humanitaria y no se encuentran un sistema suficiente de acogida y refugio. Personas que se ven expulsados o auto expulsados de sus hogares por discriminaci¨®n, por su condici¨®n LGTBI, mujeres v¨ªctimas de violencia, j¨®venes muy j¨®venes, ex tutelados. Personas mayores de 55 a?os con muchos a?os sin salir de la situaci¨®n de calle, personas que no cuentan con una prestaci¨®n o renta suficiente.
Nos estamos educando en el ¡°s¨¢lvese quien pueda¡±, no en el ¡°salv¨¦monos juntos¡±. Toca recordar a la clase pol¨ªtica y a toda la sociedad que la desgracia del otro es la de todos, lo es porque nada de lo humano nos puede ser ajeno. Porque, adem¨¢s, una sociedad que no puede garantizar ciertas condiciones para muchos quiz¨¢s no lo haga tampoco para aquellos que ahora se sienten a salvo.
Una sociedad m¨¢s igualitaria y m¨¢s justa es una sociedad m¨¢s sana y m¨¢s feliz, porque aunque muchos de nosotros nos situemos al otro lado de la raya de la exclusi¨®n, no podemos confiarnos. Si las distancias se acortan tanto, si las condiciones de vida van siendo cada vez m¨¢s estrechas, en alg¨²n momento podemos pasar al otro lado. A la calle se puede llegar r¨¢pido, en muchos casos de un d¨ªa para otro, pero salir de ella cuesta mucho tiempo y esfuerzo. Nuestro sistema hace aguas, unas aguas que afectan casi al 19% de la poblaci¨®n.
*Mar¨ªa Elena Ayuso es secretaria t¨¦cnica de Red Faciam.
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