Teruel: la rebeli¨®n de la Espa?a vac¨ªa
Son pocos, pero se les escucha cada vez m¨¢s alto y claro. Y ahora tienen adem¨¢s a un representante en el Congreso de los Diputados. Recorremos una tierra llena de historias de ingenio, pasi¨®n y ¨¦xito.
LA COLUMNA DE humo blanco de la central t¨¦rmica de Andorra, el tercer municipio m¨¢s poblado de Teruel, se puede distinguir a m¨¢s de 30 kil¨®metros de distancia. Omnipresente en un paisaje rocoso y de secano, la chimenea de 343 metros de altura rompe la monoton¨ªa del cielo y se?ala el epicentro de la industria del carb¨®n en la provincia. Endesa cerrar¨¢ la central en 2020 y con ella dar¨¢ carpetazo a un siglo y medio de miner¨ªa en la regi¨®n bajo el impulso descarbonizador dictado a nivel europeo. Con la central tambi¨¦n se esfumar¨¢n los mejores a?os de la vida de ?Jaime Valero, andorrano de 38 a?os, 15 de ellos empleado en la t¨¦rmica. Valero est¨¢ en el paro desde el verano y admite, con la voz rota, echar de menos un trabajo que antes tuvieron su padre y sus abuelos: ¡°En la planta me sent¨ªa realizado; ser¨¢ dif¨ªcil conseguir algo tan bueno, pero lo tengo que intentar¡±.
Con la central t¨¦rmica de Andorra desaparecer¨¢ un negocio que genera el 9% del PIB de la provincia, aseguran en Teruel Existe. Este movimiento ciudadano protagoniz¨® una de las sorpresas de las pasadas elecciones generales: tras 20 a?os de activismo, salt¨® a la pol¨ªtica y gan¨® los comicios en la provincia, accediendo al Congreso con un diputado. La rabia que expresan los representantes de Teruel Existe se centra en una hist¨®rica demanda por la mejora de las infraestructuras y los servicios en el mundo rural. Manuel Gimeno, portavoz de la formaci¨®n, esgrime alarmado las previsiones de evoluci¨®n de la poblaci¨®n del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) para 2033: mientras que el conjunto de Espa?a ganar¨¢ un 5% en habitantes, la provincia aragonesa los perder¨¢ en un 8,5%; la poblaci¨®n de Teruel entre 25 y 49 a?os de edad se reducir¨¢ en un 23% hasta 2033, mientras que la horquilla entre los 65 y los 84 a?os aumentar¨¢ un 22%. ¡°Hay que actuar ya porque en 50 a?os quiz¨¢ ya no habr¨¢ gente en Teruel y habr¨¢n muerto demasiados pueblos¡±, dice otro veterano de Teruel Existe, Amado Goded.
La Uni¨®n Europea reconoce el serio riesgo de despoblaci¨®n en las provincias con menos de 12,5 habitantes por kil¨®metro cuadrado. Con menos de 8, la situaci¨®n demogr¨¢fica pasa a ser considerada cr¨ªtica. Tres provincias espa?olas se encuentran por debajo de los 12,5 habitantes por kil¨®metros cuadrado: Soria, Teruel y Cuenca. Soria se sit¨²a en 8,5, y Teruel, en 9 (cuando la media en Espa?a es de 93 personas por kil¨®metro cuadrado y una provincia como Barcelona alcanza los 726).
¡°Teruel no est¨¢ muerto, solo faltan m¨¢s oportunidades¡±, insiste una ingeniera afincada en Alca?iz
La despoblaci¨®n de Teruel no se explica ¨²nicamente por la tendencia de la sociedad global a concentrarse en ciudades. En la provincia solo existe una conexi¨®n ferroviaria, la que enlaza Teruel con Zaragoza y Valencia, cuatro o cinco veces al d¨ªa, en dos horas y media. Otra demanda hist¨®rica es la de una mayor red sanitaria que evite desplazamientos a Zaragoza. La provincia tiene hospitales en dos municipios, en Teruel capital y en Alca?iz, en un territorio que es un 75% mayor en superficie que la Comunidad de Madrid y con una poblaci¨®n especialmente envejecida. La prioridad de Teruel Existe como fuerza parlamentaria es que entre en vigor un pacto de Estado contra la despoblaci¨®n, con una financiaci¨®n especial para dotar de servicios y de oportunidades econ¨®micas al medio rural. Otra prioridad es la implementaci¨®n de la fibra ¨®ptica en toda la provincia, el desarrollo del corredor ferroviario entre el Cant¨¢brico y el Mediterr¨¢neo, la construcci¨®n de la autov¨ªa A-68 entre Castilla y Le¨®n y la Comunidad Valenciana y de la autov¨ªa A-40, que deber¨ªa conectar Cuenca, la comarca de las Cuencas Mineras y Tarragona.
Los turolenses luchan contra el destino. Jaime Valero, por ejemplo, se ha puesto a estudiar el grado de formaci¨®n profesional en Energ¨ªas Renovables en el instituto Pablo Serrano de Andorra. Anteriormente se hab¨ªa formado en rob¨®tica, energ¨ªa hidr¨¢ulica y electricidad. Su objetivo es conseguir un trabajo de mantenimiento en el sector e¨®lico. En la regi¨®n funcionan actualmente ocho parques e¨®licos. Green Power, filial de Endesa, est¨¢ construyendo cuatro nuevos, y la aragonesa Forestalia ha anunciado un plan de 2.400 millones de euros para instalar 34 puntos de producci¨®n de energ¨ªa fotovoltaica y 32 de e¨®lica.
La fiebre de las renovables
Forestalia asegura que la construcci¨®n de los parques dar¨¢ trabajo a 12.000 personas y crear¨¢ 450 empleos posteriores para la explotaci¨®n de las instalaciones. Valero quiere tener uno de ellos. ¡°Teruel no est¨¢ muerto, solo faltan m¨¢s oportunidades¡±, dice una de las profesoras de Valero, la ingeniera Nadine Fern¨¢ndez. Criada en Andaluc¨ªa, emigr¨® a Alemania con su marido, qu¨ªmico. Hace un a?o y medio que recalaron en Alca?iz ¡ªel segundo municipio de la provincia¡ª por un empleo que consigui¨® ¨¦l. Fern¨¢ndez explica que recientemente vio un documental sobre el ¨¦xito de la repoblaci¨®n de las Highlands escocesas y que demuestra, seg¨²n esta ingeniera, que con mejores infraestructuras y mejores tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n es posible revivir el mundo rural. ¡°Como en Escocia, deber¨ªa potenciarse cursar estudios superiores por Internet¡±, dice Fern¨¢ndez. Milagros Mateo, directora del instituto Pablo Serrano, hija y esposa de agricultores y mineros, est¨¢ estudiando un m¨¢ster a distancia por la Universidad de Valencia. Mateo tiene dos hijos que viven en Zaragoza y Barcelona, y que hoy no se plantean volver.
Una hipot¨¦tica saturaci¨®n del paisaje turolense con molinos preocupa en Andorra, dice Valero, aunque a?ade que ¡°m¨¢s preocupa tener trabajo¡±. Teruel Existe se muestra cr¨ªtico con las inversiones en renovables porque no van acompa?adas de una industria de producci¨®n y porque cree que la provincia vende a bajo precio sus recursos naturales. ¡°Las renovables son como un proceso de colonizaci¨®n, como pas¨® con el carb¨®n, aunque este dejaba m¨¢s puestos de trabajo¡±, dice Goded. ¡°Existe el riesgo de que esta energ¨ªa quede desfasada y nos quedemos con pinares de molinos¡±, apunta Gimeno.
Ignacio Urquizu, soci¨®logo y alcalde socialista de la localidad de Alca?iz, opina que lo que ha faltado hist¨®ricamente en Teruel es capacidad de emprender. ¡°Teruel ten¨ªa en 1900 la misma poblaci¨®n que Gipuzkoa, 240.000 habitantes [casi el doble de la que tiene hoy la provincia]¡±, recuerda. El regidor destaca que la apertura al mar o la proximidad con Francia han sido determinantes en favor del desarrollo de Gipuzkoa, pero admite que en Teruel ¡°no ha habido grandes polos de emprendedores¡±, en parte porque sus ¨¦lites apostaron por una econom¨ªa tradicional como la agricultura. Urquizu subraya que mejores infraestructuras son importantes, pero no son sin¨®nimo de progreso. ¡°Cuando el AVE o una autopista llega a un municipio, en muchos casos facilitan que la gente se vaya. Para conseguir mayor desarrollo en Teruel hay que ir m¨¢s all¨¢ de las infraestructuras¡±.
Alloza y la historia de Bel¨¦n
Bel¨¦n Soler insiste en que unas buenas v¨ªas de comunicaci¨®n pueden determinar la decisi¨®n de vivir en un pueblo: ¡°Si tu hijo tiene que hacer 40 kil¨®metros en autocar por una carretera mala y con muchas curvas para ir al colegio, quiz¨¢s optar¨¢s por mudarte a la ciudad¡±. Soler sabe de qu¨¦ habla. Naci¨® en 1973 en Cardedeu (Barcelona), pero en 2001 quiso volver a los or¨ªgenes de su familia, Alloza. Su padre, transportista, se traslad¨® a Catalu?a por trabajo. Su abuelo era minero. Soler regres¨® a Alloza porque quer¨ªa fundar una familia en el campo. Abri¨® una casa de turismo rural y un restaurante kil¨®metro cero, La Ojinegra. Todos los alimentos del establecimiento provienen de la regi¨®n, de la carne a las hortalizas y los cereales, de las frutas a la exquisita infusi¨®n de t¨¦ de roca que prepara.
La provincia cuenta con 9 habitantes por kil¨®metro cuadrado, cuando la media espa?ola es de 93
Soler dice que Alloza (580 vecinos) es una excepci¨®n porque su despoblaci¨®n es menos acusada que la de otros municipios de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos. Y enumera a otros j¨®venes que tambi¨¦n se han instalado en Alloza: el artista Ra¨²l Escu¨ªn, una nueva vecina que ha abierto un centro de est¨¦tica y un comercio de ropa, o una veterinaria que tambi¨¦n ha querido regresar al pueblo de sus padres. ¡°Han visto que se puede conseguir porque antes ha habido alguien que se ha salido con la suya. La clave es adaptarse a las oportunidades del entorno rural. Adaptarse, ser ambiciosos y cooperar entre nosotros¡±, reflexiona Soler.
El bando a trav¨¦s de WhatsApp
Los entrevistados coinciden en querer superar el catastrofismo: ¡°Si nosotros mismos lo vendemos todo como negativo, nadie va a venir¡±, afirma Raquel Sodric. Ella y su marido, Javier Garc¨ªa, se mudaron a Castelser¨¢s en 2014 procedentes de Gav¨¤ (Barcelona). La crisis econ¨®mica les dej¨® en el paro y decidieron probar suerte en el pueblo de donde proceden los padres de Sodric y donde veraneaba la familia de Garc¨ªa. Buscaban tambi¨¦n un entorno rural para criar a sus hijas. Crearon Dinamo, una consultor¨ªa de marketing digital que hoy cuenta con una docena de clientes. ¡°Posiblemente tenemos menos opciones de conseguir clientes, pero tambi¨¦n menos competencia¡±, dice Garc¨ªa.
Castelser¨¢s ha recibido la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n por la concentraci¨®n de empresas vincu?ladas al comercio online: son seis compa?¨ªas, seg¨²n Garc¨ªa, en un municipio de 830 habitantes ¡ªhace un siglo eran 2.140¡ª. Garc¨ªa, militante socialista ¡ªsu abuelo fue uno de los fundadores del PSC en Gav¨¤¡ª, fue alcalde de Castelser¨¢s entre 2015 y 2019. De su experiencia como edil extrae varias lecciones: una es que el empoderamiento de la mujer es fundamental para estabilizar la poblaci¨®n; la otra, que hay que exprimir el ingenio. Garc¨ªa pone ejemplos de c¨®mo han intentado llamar la atenci¨®n sobre el pueblo: en 2016 clavaron una espada en una roca a orillas del r¨ªo Guadalope, una pieza que vende por Internet la compa?¨ªa local Aceros de Hispania. La performance simulaba la leyenda del rey Arturo, y Garc¨ªa, como alcalde, anunci¨® a los medios que retaba a los candidatos en las elecciones generales de aquel a?o a arrancar la espada. El montaje apareci¨® en decenas de peri¨®dicos y agencias.
El ingenio tambi¨¦n ha llevado a Castelser¨¢s una forma diferente de transmitir los bandos y edictos municipales: a trav¨¦s de WhatsApp. Cada vecino empadronado recibe al instante los comunicados oficiales del Consistorio. ¡°La proximidad con las Administraciones, la relaci¨®n directa, hace de Teruel un buen lugar para experimentar¡±, asegura Raquel Lacuesta. Esta turolense de 43 a?os es ingeniera inform¨¢tica y profesora de la Escuela Universitaria Polit¨¦cnica de Teruel, un centro de la Universidad de Zaragoza (UZ) con 200 alumnos. Lacuesta ha sido noticia en 2019 por desarrollar junto a su colega Iv¨¢n Garc¨ªa, de la Complutense de Madrid, y junto al doctorando Franks Gonz¨¢lez-Landero un armario que permite monitorizar la p¨¦rdida de memoria en personas mayores. En su desarrollo tambi¨¦n participa la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusetts.
La ingeniera ha desarrollado aplicaciones para el seguimiento de afectados de c¨¢ncer del hospital de Teruel Obispo Polanco y para pacientes con trasplante de h¨ªgado en el cl¨ªnico Lozano Blesa de Zaragoza. El pr¨®ximo proyecto es probar en una residencia de Teruel una aplicaci¨®n de m¨®vil, similar al Pok¨¦mon Go, que permite a los ancianos ejercitar la mente y el cuerpo a partir de objetos del pasado. Lacuesta lamenta que la UZ est¨¦ ampliando l¨ªneas de ingenier¨ªa en Zaragoza y no en Teruel: ¡°Deber¨ªan impulsarse medidas para que vengan j¨®venes a la provincia. Es la manera de que se abran nuevas oportunidades¡±.
De la Toscana al mud¨¦jar
Sara Bianchi, de 27 a?os, es una de estas j¨®venes que Lacuesta quiere atraer a Teruel. Licenciada en Ciencias Pol¨ªticas, esta italiana de Massa Marittima, en la Toscana, conoci¨® a su pareja, un turolense, durante un Erasmus en Polonia. ?l es maestro de escuela rural y ella imparte clases en la escuela de idiomas, pero sobre todo es la coordinadora del lobby ?reas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA, por sus siglas en ingl¨¦s).
En Urrea de Ga¨¦n se celebra el FestiFal, un certamen especializado en cortometrajes de tem¨¢tica rural
Bianchi valora poder salir de casa y perderse en una naturaleza sin presencia humana, o disfrutar del patrimonio mud¨¦jar, como la catedral de Santa Mar¨ªa de Mediavilla, a escasos 20 metros de su despacho en la sede local de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE). La misi¨®n de Bianchi como coordinadora de la SSPA tambi¨¦n es vender a su cliente: la SSPA re¨²ne a asociaciones de empresarios y Administraciones de cinco provincias del sur de la UE con menos de 12,5 habitantes por kil¨®metro cuadrado: Soria, Teruel, Cuenca, Lika-Senj (Croacia) y Euritania (Grecia). La SSPA ejerce presi¨®n sobre las instituciones nacionales y comunitarias. Su coordinadora enumera algunas de las propuestas por las que presionan, como la reducci¨®n de las cuotas de la Seguridad Social en zonas despobladas o la creaci¨®n, siguiendo el ejemplo de Escocia, de una agencia especial que ofrezca servicios en el entorno rural como la gesti¨®n de burocracia para aut¨®nomos.
Bianchi subraya que las nuevas tecnolog¨ªas son fundamentales para activar los n¨²cleos rurales y ofrece un ejemplo de su trabajo: ella realiza videoconferencias de manera regular con t¨¦cnicos de la Comisi¨®n Europea en Bruselas, pero en cambio no lo puede hacer con los funcionarios del Ministerio de Agricultura en Madrid porque no hay costumbre para ello, por lo que siempre acaba teniendo que desplazarse a la capital.
La coordinadora de la SSPA tiene claro que cualquier plan para revertir la depresi¨®n demogr¨¢fica de un municipio pasa por establecer ventajas econ¨®micas y dotar al lugar de los servicios p¨²blicos necesarios. El paradigma de lo que no debe hacerse, seg¨²n Bianchi, ha sido el proyecto de repoblaci¨®n en Aguaviva. Este pueblo turolense se hizo c¨¦lebre por intentar aumentar el censo financiando la llegada de familias extranjeras que, apunta Bianchi, finalmente no se han asentado a los niveles que se preve¨ªa por la falta de empleo y servicios.
El cine que levantaron los vecinos
¡°La repoblaci¨®n no se consigue a golpe de talonario¡±, dice Jos¨¦ ?ngel Guimer¨¢. ?l lo sabe por experiencia propia. Este director de cine nacido en Castelnou realiz¨® en 2011 el documental La caravana de ni?os. El Ayuntamiento de este pueblo turolense de 160 habitantes atrajo a una treintena de familias del resto de Espa?a y del extranjero. Guimer¨¢ resume que la presencia en el t¨¦rmino de Castelnou de una central de ciclo combinado aporta suculentos ingresos al Consistorio y que con este dinero se intent¨® subsidiar la llegada masiva de nuevos vecinos. ¡°Se quiso hacer a lo loco, y al no haber suficientes opciones de conseguir empleo, la mayor¨ªa marcharon o acabaron pidiendo ayuda a C¨¢ritas¡±.
Guimer¨¢ y sus compa?eros del Centro de Estudios del Bajo Mart¨ªn organizaron este diciembre la VI edici¨®n del FestiFal, especializado en cortometrajes de tem¨¢tica rural. Fueron 12 cortos de cinco pa¨ªses que se proyectaron en el cine de Urrea de Ga¨¦n. Los vecinos construyeron en 1968, con sus propias manos, lo que hoy es la sala de actos de un pueblo de 436 habitantes, casi la mitad de los que hab¨ªa en 1980, cuando naci¨® Silvia Blasco. Ella es una de las organizadoras del FestiFal y vecina de Urrea. Dice que solo 4 de los 12 componentes de su cuadrilla de juventud siguen residiendo en la villa. Blasco estudi¨® en Zaragoza y se especializ¨® en pedagog¨ªa terap¨¦utica. Hoy es maestra en un centro de educaci¨®n especial en Andorra. ¡°Mi padre era campesino, y mi madre, ama de casa. Hicieron un gran esfuerzo para que mi hermana y yo vivi¨¦ramos aqu¨ª¡±, dice Blasco: ¡°Cada vez que una pareja se instala en el pueblo es una gran noticia¡±, apunta esta maestra. Guimer¨¢ cree que cada peque?o paso es un triunfo en Teruel, sea la sala llena de gente de la comarca o los dos empleos que pueda crear el nuevo campo fotovoltaico que se ha levantado en Castelnou.
Activismo entre f¨®siles y rocas
Julia Escorihuela afirma que ser¨ªa un gran avance poder ampliar la plantilla del parque geol¨®gico de Aliaga con dos puestos de trabajo. ¡°Que se instalen dos familias es un logro¡±, dice esta mujer de 60 a?os, gerente del parque y bibliotecaria del pueblo. Aliaga era un municipio minero que a partir del desmantelamiento de la industria del carb¨®n ha pasado de los m¨¢s de 2.000 habitantes de 1950 a los 360 de hoy. Escorihuela recibe al periodista en la biblioteca, el antiguo horno de pan de Aliaga. Escorihuela ha hecho de la educaci¨®n su raz¨®n de vida, motivada por su experiencia en la infancia. Hija de labriegos, viv¨ªa en una mas¨ªa aislada y cada d¨ªa, para ir a la escuela, andaba cinco kil¨®metros de ida y otros cinco de vuelta. Un suceso cotidiano marc¨® su futuro: a Escorihuela le gustaba leer, pero la bibliotecaria no le prestaba libros porque viv¨ªa en el campo y no se fiaba de que los fuera a devolver. En 1989 fue nombrada bibliotecaria del pueblo, y en 2001, gerente y gu¨ªa del parque geol¨®gico. Antes se form¨® a distancia, o desplaz¨¢ndose a otros municipios de Teruel ¡ªde Aliaga solo llega y sale un autob¨²s de l¨ªnea al d¨ªa¡ª, para obtener un grado de formaci¨®n profesional en Turismo, adem¨¢s de cursos de gu¨ªa, de geolog¨ªa y de gesti¨®n del territorio.
Aliaga es un lugar ¨²nico en Espa?a. Sus pliegues gigantescos de roca caliza de hace 200 millones de a?os y los f¨®siles que hay por doquier convierten el lugar en un destino obligado para ge¨®logos de toda Europa. Escorihuela intenta potenciar un turismo de calidad y tambi¨¦n incentivar entre los m¨¢s peque?os el amor por el entorno natural. Los ni?os de la provincia se apuntan a sus talleres de verano y la mayor satisfacci¨®n de Escorihuela es detectar la concienciaci¨®n que siembra: ¡°Ahora los peque?os del pueblo corren a avisarnos si ven a alguien martilleando para llevarse un f¨®sil o un ripple [las rocas en las que han quedado marcadas las mareas de hace millones de a?os]¡±. Pero Escorihuela tambi¨¦n se ha granjeado enemigos por su activismo medioambiental. La situaci¨®n lleg¨® al extremo en 2008, cuando recibi¨® amenazas que denunci¨® a la Guardia Civil. Escorihuela explica que su sensibilidad por el medio ambiente responde a la educaci¨®n familiar que recibi¨® en la mas¨ªa: ¡°Mi padre plantaba en cada bancal lo que necesitaba, conoc¨ªa la naturaleza. Si las Administraciones hubieran tenido en cuenta a los habitantes de las mas¨ªas, si se les hubiera protegido, las cosas hubieran ido mejor¡±.
La primera gu¨ªa astrotur¨ªstica
Maribel Aguilar replante¨® su vida, como hizo Julia Escorihuela, a partir de uno de los activos naturales de Teruel: en su caso, el cielo. Con escasa contaminaci¨®n lum¨ªnica, altitudes entre los 1.000 y los 2.000 metros, y noches despejadas, la provincia se ha convertido en uno de los destinos m¨¢s destacados de Espa?a para la observaci¨®n de estrellas. El n¨²cleo de este atractivo es el observatorio astrof¨ªsico de Javalambre, gestionado por el Centro de Estudios de F¨ªsica del Cosmos de Arag¨®n (CEFCA). Aguilar ha sido contratada por este centro para asesorar en sus planes de divulgaci¨®n. Su experiencia no es menor, fue la primera gu¨ªa del turismo de estrellas de Teruel. Tras estudiar Periodismo en Madrid, y tras crear su propio gabinete de comunicaci¨®n, Aguilar descubri¨® el astroturismo en 2012. Curs¨® en Canarias el t¨ªtulo de gu¨ªa de la Fundaci¨®n Starlight, el principal reconocimiento en Espa?a para conductores de grupos de observaci¨®n de estrellas. Aguilar tambi¨¦n estudi¨® un m¨¢ster en Estudios de Medio Ambiente y abri¨® camino en un sector en Teruel en el que hoy trabajan unas 30 personas. Aguilar viaja certificando territorios en Espa?a con el sello Starlight e imparte cursos de formaci¨®n en otras comunidades aut¨®nomas.
Teruel se ha convertido en uno de los destinos m¨¢s destacados en Espa?a para la observaci¨®n de estrellas
La madre de Aguilar era ordenanza en edificios p¨²blicos, y su padre, cosechador. Sus dos hermanos residen en Teruel porque creen que su calidad de vida es muy alta; solo hay que adaptarse. ¡°Mi marido es de Cuenca, es ingeniero de Telecomunicaciones. Se tuvo que reinventar y ahora trabaja en oficinas de pueblo de Caja Rural. Estudia franc¨¦s; tenemos un huerto; los cr¨ªos, despu¨¦s de comer, me los llevo al campo. Hay que ser positivos¡±.
Las m¨¢quinas de Rubielos de Mora
Miguel Tom¨¢s explica que en su comarca, G¨²dar-Javalambre, viven menos de cuatro personas por kil¨®metro cuadrado. Tom¨¢s, hombre recio y con las manos sucias de faenar, habla con una sonrisa entre ir¨®nica y cordial: es el presidente de Turomas, uno de los pocos fabricantes en el mundo de maquinaria para cortar vidrio. Su empresa se ubica en Rubielos de Mora, su pueblo (751 habitantes). La sede de Turomas ocupa 7.500 metros cuadrados donde producen de forma casi artesanal m¨¢quinas de hasta 18 metros de longitud que venden en 100 pa¨ªses. Tom¨¢s vuelve a sonre¨ªr cuando el visitante le muestra la sorpresa por el aislamiento de su municipio, al que solo se puede acceder por una estrecha carretera que serpentea por la sierra de G¨²dar. ¡°Hay poca mano de obra cualificada en la regi¨®n y hay que formarlos. La ventaja es que la plantilla es m¨¢s estable¡±.
Entre los 100 empleados de Turomas se encuentra Jos¨¦ Solsona, uno de los que empezaron la empresa con Tom¨¢s en un peque?o taller en Rubielos, hace 34 a?os. Solsona recuerda cuando Tom¨¢s ven¨ªa a casa de sus padres a reparar alg¨²n escape. Antes de fundar Turomas fue fontanero y cre¨® una cooperativa de forja art¨ªstica. ¡°Yo solo estudi¨¦ hasta los 14 a?os, pero era muy inquieto. Incluso dise?¨¦ una chimenea para calefacci¨®n con agua¡±, dice. Tom¨¢s tambi¨¦n invent¨® una de las primeras m¨¢quinas para cortar vidrio de Espa?a. Hoy su compa?¨ªa factura 12 millones de euros. Explica que ha recibido ofertas para trasladar las instalaciones a Madrid, Barcelona y Valencia, incluso se plante¨® mover la producci¨®n a M¨¦xico, pero le puede m¨¢s la patria chica. El arraigo del empresario es fundamental para consolidar la econom¨ªa local, y para demostrarlo, seg¨²n Tom¨¢s, hay que retroceder a la construcci¨®n de la primera nave de su planta: ¡°En los ochenta, a partir del llamado canon de la luz, las empresas de la regi¨®n recibimos una gran ayuda p¨²blica. Yo financi¨¦ con esto un 40% de la inversi¨®n para la nave. Con aquellas ayudas se instalaron en la comarca 50 empresas; de estas, solo quedan 9, las de los que ¨¦ramos de la zona¡±.
La vivienda de Tom¨¢s se encuentra dentro de las instalaciones de la compa?¨ªa. El d¨ªa de nuestra visita, la f¨¢brica funcionaba mediante generadores auxiliares porque se hab¨ªa interrumpido el suministro de electricidad en la zona. Tom¨¢s es consciente de los inconvenientes del mundo rural y dice aceptarlos, excepto por la ausencia de conexi¨®n de banda ancha a Internet. Turomas provee de maquinaria con un servicio de asistencia a distancia de 24 horas los 365 d¨ªas al a?o en el que trabajan 12 ingenieros: ¡°Sin una buena conexi¨®n estamos perdiendo competitividad. Ahora lo subsanamos en parte con conexi¨®n por sat¨¦lite, pero es una situaci¨®n que no voy a aguantar un a?o m¨¢s¡±.
El resurgir del azafr¨¢n
El presidente de Turomas celebra el ¨¦xito electoral de Teruel Existe porque ¡°ha puesto a Teruel y sus problemas en el mapa¡±. Lo mismo piensan Jos¨¦ Mar¨ªa y Jos¨¦ Ram¨®n Plumed, padre e hijo y responsables de la empresa Azafranes Jiloca, en Monreal del Campo. ¡°Mucha gente no pon¨ªa cara a los candidatos de Teruel Existe, pero si les dec¨ªas que son los del v¨ªdeo del tractor y el tren, entonces sab¨ªan qui¨¦nes son¡±, dice Jos¨¦ Mar¨ªa. El fundador de la compa?¨ªa se refiere a un spot realizado con pocos recursos que el colectivo difundi¨® por Internet en 2018 y que mostraba una imagen real: un tractor que adelantaba por una carretera secundaria al ferrocarril que conecta Zaragoza con Teruel. Un golpe de ingenio, un mensaje denuncia con ¨¦xito, y casero, en el que Jos¨¦ Mar¨ªa Plumed se ve reflejado: en la d¨¦cada de los noventa, como concejal del PP en la oposici¨®n, cort¨® en varias ocasiones, acompa?ado por los alumnos, la carretera del municipio para protestar contra el traslado de la escuela municipal.
Plumed tambi¨¦n luch¨® para resucitar el cultivo del azafr¨¢n en la cuenca del r¨ªo Jiloca. Los estigmas secos de la flor de Crocus sativus fueron hist¨®ricamente un complemento para la econom¨ªa dom¨¦stica en los pueblos del Jiloca. Generaciones de la familia Plumed, peque?os agricultores de remolacha y cereal, tambi¨¦n hab¨ªan cultivado el azafr¨¢n. Jos¨¦ Mar¨ªa aprovech¨® esta experiencia para reiniciar en 1995 un negocio que hab¨ªa desaparecido con la despoblaci¨®n de la comarca del Jiloca y con la competencia de las importaciones. Plumed se vende hoy en Espa?a y en Europa. Tras ¨¦l llegaron 25 productores m¨¢s.
Carlos Esteban y su padre, Jos¨¦ Antonio, llevan la empresa de azafranes La Carrasca, en el pueblo de Blancas. Esteban confirma que Plumed fue un precursor. Hoy vuelven a explotarse 17 hect¨¢reas en el Jiloca y Esteban asegura que su factor a?adido es la producci¨®n ecol¨®gica.
La clave para los Plumed es crear marca, por eso han reconvertido una tienda de ropa de la familia en un establecimiento de productos de alimentaci¨®n de la regi¨®n. En la fachada han colgado un r¨®tulo rosa que ilumina la carretera nacional a su paso por Monreal del Campo. ¡°En una semana solo he vendido 10 productos¡±, dice Jos¨¦ Ram¨®n Plumed. ¡°Pero no tenemos la tienda abierta por las ventas¡±, prosigue el hijo del fundador, ¡°la mantenemos para que no baje otra persiana en el pueblo¡±.?
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