El arquitecto eclipsado por su primo, Le Corbusier
?Qui¨¦n dise?¨® Chandigarh? La empresa Cassina rinde homenaje al primo de Le Corbusier reeditando el mobiliario del Capitolio y apoyando una investigaci¨®n para aclarar la autor¨ªa del complejo presidencial de la ciudad india.
DE LA MISMA manera que hubo arquitectas, escritoras o pintoras eclipsadas por el brillo de una pareja, un jefe o un maestro, algunos hombres tampoco recibieron el cr¨¦dito que merec¨ªan. Fue el caso de Pierre Jeanneret, el primo del gran Le Corbusier. Se llevaban nueve a?os. Desde Suiza, y como hab¨ªa hecho antes su primo, Pierre lleg¨® a Par¨ªs cuando Corbu era todav¨ªa Charles-?douard Jeanneret. Este le ayud¨® a abrirse camino. Le consigui¨® trabajo en la oficina de los Perret ¡ªdonde ¨¦l hab¨ªa estado varios a?os¡ª y poco despu¨¦s, en 1922, abrieron despacho juntos en el 35 de la Rue de S¨¨vres. Fue entonces cuando Le Corbusier escribi¨® una carta a sus padres en la que loaba la constancia de su primo. ¡°Sin Pierre yo no podr¨ªa haber hecho nada. Ha dado prueba de optimismo y capacidades de primer orden¡±, recoge V¨ªctor Hugo Vel¨¢squez en su impagable texto Pierre Jeanneret, el gran desconocido, publicado en la revista de arquitectura de la Universidad de Los Andes (Colombia).
Durante dos d¨¦cadas, Le Corbusier y su primo dise?aron juntos. Redactaron al alim¨®n los cinco puntos para la nueva arquitectura y dise?aron el pabell¨®n L¡¯Esprit Nouveau. Se da por hecho que Jeanneret era el cerebro organizador y Le Corbusier la pasi¨®n. Pero Vel¨¢squez rescata cartas que lo cuestionan. Tras esa primera etapa, los primos pasaron una d¨¦cada separados. Fue entonces cuando Jeanneret trabaj¨® con Jean Prouv¨¦. Ideando viviendas prefabricadas, comenz¨® su propio vuelo.
La d¨¦cada de los cuarenta fue clave para Le Corbusier. ¡°La felicidad del artista consiste en vencer, en llegar al final, sea de rodillas, rendido o hastiado¡±, escribi¨®. Ese texto, as¨ª como los que afloran en las decenas de cartas que envi¨® a su madre, en sus apuntes, en cuadernos de viaje o en las indicaciones sobre proyectos, puede consultarse en la Fondation Le Corbusier, donde el pu?ado de bi¨®grafos que han analizado el legado del genial arquitecto ha obtenido su sorprendente informaci¨®n. Seguramente por eso, la Fondation no se molesta en contestar a las acusaciones ¡ªcasi siempre fundamentadas¡ª que lo tachan de colaboracionista, de poco escrupuloso, de fascista, de comunista, de mujeriego o de dependiente de la aprobaci¨®n de su madre. Lleva d¨¦cadas recibi¨¦ndolas. Lo m¨¢s seguro es que casi todas sean ciertas. Pero, aun siendo verdaderas, son siempre incompletas. Le Corbusier fue mucho m¨¢s que lo que su leyenda ¡ªalimentada por informaciones parciales¡ª se empe?a en perpetuar. Por eso el archivo abre sus puertas a quien tenga inter¨¦s en conocer la compleja verdad que fue. Lo mismo le sucedi¨® a Pierre Jeanneret. Fue mucho m¨¢s que un primo arquitecto del gran maestro de la arquitectura del siglo XX. Pero Jeanneret no tiene archivo. Y, parad¨®jicamente, parte de su historia est¨¢ entre los apuntes de Le Corbusier. ¡°El drama de mi vida: siempre desconfi¨¦ de m¨ª. Cre¨ªa siempre que me equivocaba. Pero las dificultades me excitaban. A pesar de nuestras divergencias: ¨¦l, orden y organizaci¨®n; yo, ideas un poco an¨¢rquicas, Chandigarh [la ciudad de la India ideada por Le Corbusier] era para nosotros un remanso en la selva humana¡±, anot¨® Jean Petit sobre Pierre Jeanneret en su monumental biograf¨ªa Le Corbusier, Lui-m¨ºme. Corbu fue capaz de ser tres arquitectos en una sola vida. Y, claro, cambi¨® radicalmente de opini¨®n varias veces. La empresa italiana Cassina ¡ªque produce muebles firmados por ¨¦l y por otros grandes maestros de la modernidad desde antes de que estos murieran¡ª ha decidido unirse a los esfuerzos para buscar claridad y rigor de la Fondation y apoyar una investigaci¨®n sobre la autor¨ªa de Chandigarh, la actual capital del Estado de Punyab.
Entre los elementos de esa indagaci¨®n figuran los muebles que Le Corbusier ide¨®, junto a su primo Pierre Jeanneret, para amueblar el Capitolio, la Asamblea y la Secretar¨ªa Administrativa de la ciudad, la sede con la que el renovado Gobierno indio que capitane¨® Pandit Jawaharlal ?Nehru quer¨ªa anunciar la independencia y el renacimiento del pa¨ªs. Se trata no solo de rescatar las sillas de teca que cayeron en el desuso hasta que 50 a?os despu¨¦s de haber sido confeccionadas por artesanos locales fueron protegidas como bien art¨ªstico. Se busca recuperar esa rigurosa y artesanal producci¨®n al tiempo que se intenta aclarar su autor¨ªa, colectiva o individual. A falta de conclusiones finales, Pierre Jeanneret, el primo con el que Le Corbusier trabaj¨® durante m¨¢s de 30 a?os ¡ªy que permaneci¨® en la India hasta el final de sus d¨ªas¡ª, va adquiriendo un mayor reconocimiento. De ah¨ª el homenaje de la productora italiana al recuperar la fabricaci¨®n de unos muebles que todav¨ªa hoy, 70 a?os despu¨¦s de que fueran dibujados, a¨²nan modernidad y tradici¨®n.
El encargo de la ciudad de Chandigarh le lleg¨® a Le Corbusier cuando otros arquitectos fallaron. Matthew Nowicki se estrell¨® y Albert Mayer, que iba a trabajar con ¨¦l, renunci¨® al encargo inicial. ¡°La construcci¨®n de la capital de Punyab pas¨® entonces a Le Corbusier¡±, explica Brigitte Bouvier, directora de la Fondation Le Corbusier. ¡°Corbu dise?a el plan general y el sector administrativo del Capitolio. Para el resto, su primo, Jane Drew y Maxwell Fry colaboran con ¨¦l¡±, indica.
¡°Despu¨¦s de invertir tantos a?os en sustituir el trabajo manual por m¨¢quinas para recortar costes de producci¨®n, nunca habr¨ªa imaginado lo que la vida ten¨ªa reservado para m¨ª. El objetivo aqu¨ª, [en Chandigarh] debe ser emplear tantas manos como sea posible¡±, escribe Jeanneret el primer a?o de su estancia en la India. Durante m¨¢s de una d¨¦cada, Le Corbusier visita la ciudad dos veces al a?o. Jeanneret ¡ªapunt¨® Jean Petit en su biograf¨ªa¡ª se queda all¨ª. Se integra en la vida local. Construye viviendas, hospitales y bibliotecas. Se convierte en el director de la escuela de arquitectura.
La versi¨®n de los a?os indios de Corbu la resumi¨® ¨¦l mismo en tercera persona: ¡°Corbu a trav¨¦s del mundo, viajando, su impermeable sucio bajo el brazo, una navaja de afeitar, un cepillo de dientes y gomina para sus pocos pelos¡±. Describi¨® Chandigarh a su madre como ¡°grandiosa. El paisaje que la rodea queda atrapado en la arquitectura. No se ha visto algo as¨ª desde hace siglos¡±. La relaci¨®n con los muebles, el puente entre ese paisaje y el usuario, es lo que investiga ahora la Fondation.
Tras el ¨¦xito y el expolio que sufrieron los edificios, las casas de subastas comenzaron a vender esas butacas y mesas en los a?os noventa. Para 2011, un lustro antes de que Chandigarh fuera reconocida por la Unesco como patrimonio mundial, los muebles fueron declarados bienes de inter¨¦s cultural. Se hab¨ªan puesto de moda entre los clientes m¨¢s sofisticados y adinerados y se prohibi¨® que abandonaran el pa¨ªs. Los que ya lo hab¨ªan hecho amueblan las casas de famosos millonarios, como la joven Kourtney Kardashian. Por ese inter¨¦s, y por la vigencia de unos muebles que tienen casi 70 a?os, Cassina ha decidido volver a producir las butacas, las sillas y las mesas que llevaron modernidad a la India y tradici¨®n a la modernidad. Y ha puesto los medios para hacer avanzar la investigaci¨®n que busca demostrar de qui¨¦n es la autor¨ªa de Chandigarh.
Barbara Lehmann, directora de los archivos hist¨®ricos de Cassina, afirma que su empresa ha querido rendir un homenaje a Jeanneret como figura clave en la creaci¨®n de la ciudad. Asegura que ¡°es el autor de muchos de los muebles que acomodaron a los pol¨ªticos de la ciudad, aunque hasta no dar con evidencia documental no se puede confirmar¡±, advierte. De momento, este homenaje quiere sacar a Jeanneret de la sombra.
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