Los cinco pilares para una vida saludable desde la infancia

Qu¨¦ complicado es hablar de alimentaci¨®n. Pocos asuntos nos separan tanto. Nos incomodan tanto. Nos tocan tanto. Comer es un una necesidad fisiol¨®gica, lo es, pero tambi¨¦n es un acto social, cultural y hasta emocional. Comer no es solo comer. M¨¢s complejo es el asunto cuando la alimentaci¨®n se refiere a la infancia. Cu¨¢ntos miedos, cu¨¢ntos mitos, cu¨¢ntas dudas. O no. Depende. Quiz¨¢s hacemos complejo algo que no lo es tanto. O quiz¨¢s no le damos la importancia que tiene. ?La tiene?

Un estudio reciente, en el que han participado varias investigadoras espa?olas, ha tratado de analizar el impacto de los comportamientos de estilo de vida en la primera infancia sobre la obesidad y el riesgo cardiometab¨®lico en ni?os sobre la base de los resultados del estudio de cohorte de nacimiento INMA. Se han analizado los cinco estilos de vida para tener un patr¨®n m¨¢s saludable: practicar m¨¢s actividad f¨ªsica, dormir las horas suficientes, comer m¨¢s alimentos de origen vegetal, comer menos alimentos ultraprocesados y ver menos horas de televisi¨®n. La principal conclusi¨®n es que aquellos ni?os y ni?as que ten¨ªan estilos de vida m¨¢s saludables mostraban menos posibilidades de tener obesidad en edades m¨¢s tard¨ªas. ¡°Parece obvio pero no es tan f¨¢cil¡±, dice Dora Romaguera Bosch, investigadora de ISGlobal y CIBEROBN, y una de las autoras del estudio. Su reflexi¨®n se traduce en cifras. Por ejemplo, seg¨²n la OMS, si se mantiene la tendencia actual, el n¨²mero de lactantes y ni?os peque?os con sobrepeso aumentar¨¢ en el mundo a 70 millones para 2025. En Espa?a, seg¨²n el informe El estado mundial de la infancia 2019: alimentaci¨®n y nutrici¨®n, elaborado por Unicef, el 35% de los ni?os y j¨®venes entre ocho y 16 a?os tienen exceso de peso: un 20,7% de ellos padecen sobrepeso, y un 14,2% obesidad. La clase social y el nivel socioecon¨®mico influyen en las cifras: seg¨²n el estudio NCD Risk Factor Collaboration de 2017, Espa?a se sit¨²a entre los pa¨ªses de la OCDE con mayor porcentaje de sobrepeso infantil y adolescente.

Menos pantallas, m¨¢s movimiento

S¨ªlvia Fern¨¢ndez, dietista-nutricionista en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y otra de las autoras del estudio que ha analizado el impacto de los comportamientos de estilo de vida en la primera infancia, se?ala que de los cinco estilos de vida que han analizado de forma independiente, hay uno que tiene mayor relevancia: pasar el menor n¨²mero de horas delante de la televisi¨®n en edades tempranas. ¡°El tema de las pantallas y el uso abusivo del m¨®vil es un problema de adultos que los ni?os ven e imitan¡±, explica la investigadora. La experta lamenta que el estilo de vida actual sea la causa de que cada vez los ni?os jueguen menos en la calle y parques, y pasen m¨¢s tiempo en casa haciendo actividades sedentarias.

Y es que, como recomienda la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP), a los ni?os y ni?as no se les deber¨ªa dar la opci¨®n del uso de pantallas hasta al menos los dos a?os, y de los dos a los cuatro lo recomendable ser¨ªa limitar su uso a un m¨¢ximo de una hora al d¨ªa. En cuanto a la actividad f¨ªsica, la OMS marca en un m¨ªnimo de 60 minutos al d¨ªa de actividad de intensidad moderada a vigorosa para los ni?os y j¨®venes de cinco a 17 a?os. ¡°La actividad f¨ªsica por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportar¨¢ un beneficio a¨²n mayor para la salud¡±, a?aden. El uso excesivo de pantallas no solo limita el movimiento, tambi¨¦n afecta a las horas de sue?o. Seg¨²n recomienda la National Sleep Foundation, los ni?os de entre seis y 13 a?os deber¨ªan dormir de nueve a 11 horas diarias, de ocho a 10 los ni?os y ni?as de 14 a 17 a?os. ?Cu¨¢ntas horas de ese sue?o se llevan las pantallas?

¡°Todos los factores est¨¢n interrelacionados y afectan a nuestra salud de forma global. Hace falta mucha educaci¨®n e informaci¨®n a la ciudadan¨ªa, pero tambi¨¦n intervenciones a nivel poblacional para mejorar estos h¨¢bitos¡±, apunta S¨ªlvia Fern¨¢ndez. Es por esto por lo que considera que los resultados del estudio en el que ha participado son de especial inter¨¦s: "Indican que las campa?as e intervenciones para promocionar los h¨¢bitos saludables deber¨ªan ser multifactoriales (incluir actividad f¨ªsica, alimentaci¨®n y tambi¨¦n cuestiones como el sue?o o ver la televisi¨®n), y que deber¨ªan tener en cuenta que los h¨¢bitos se adquieren a edades tempranas¡±.

Otro dato: la mayor¨ªa de ni?os y ni?as que padezcan exceso de peso al llegar a la adolescencia, tendr¨¢n sobrepeso u obesidad al llegar a la edad adulta. ?Es la obesidad en la infancia un determinante de la salud futura? Seg¨²n la investigadora S¨ªlvia Fern¨¢ndez cada vez se dan m¨¢s casos de ni?os con enfermedades propias de la edad adulta asociadas a la obesidad, tales como la hipertensi¨®n arterial o la diabetes tipo 2. La cuesti¨®n no es solo que se den estas enfermedades en la infancia sino como los h¨¢bitos que adquiramos en las primeras etapas de la vida van a condicionar nuestro futuro. ¡°A modo de ejemplo, un ni?o de cuatro a?os que no haya probado el br¨®coli podr¨¢ comerlo de mayor pero probablemente tratar¨¢ de evitarlo de su dieta porque no tiene el h¨¢bito de comerlo¡±, argumenta.

Por otro lado, aunque en general los estudios hablan de obesidad o sobrepeso se pueden tener unos h¨¢bitos de vida insanos y no presentar un exceso de peso. Explica Fern¨¢ndez que si se siguen comportamientos insanos a lo largo de toda una vida es posible que en un principio no se tenga obesidad pero s¨ª muchas papeletas para padecer obesidad ¨Co cualquiera de las enfermedades asociadas¨C a lo largo de la vida. ¡°M¨¢s all¨¢ de la obesidad general, se puede presentar adiposidad o incluso mayor presi¨®n arterial, como indican nuestros resultados (el consumo de ultraprocesados o de menos frutas y verduras tiene mayor efecto sobre la presi¨®n arterial que sobre el ¨ªndice de masa corporal), pero aun as¨ª es perjudicial. Se puede tener un peso adecuado (no presentar ni sobrepeso ni obesidad) , pero tener mayor riesgo cardiometab¨®lico¡±, insiste.

Dec¨ªa el dietista-nutricionista Julio Basulto en una entrevista que en la alimentaci¨®n de nuestros hijos e hijas no se trata de ¡°imponer¡±, sino de ¡°incorporar dentro de casa un patr¨®n de dieta sana para que nuestros hijos aprendan con el ejemplo¡±. Y citando a Margaret Chan, la exdirectora general de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, para recordaba que ¡°ninguno de los factores que determina la obesidad infantil est¨¢ bajo el control del ni?o¡±. En esta l¨ªnea, Eva Mar¨ªa Navarrete Mu?oz, del Departamento de Salud P¨²blica de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Alicante y miembro de ISGlobal y CIBERESP, que tambi¨¦n ha participado en el estudio del impacto del estilo de vida en la primera infancia, se?ala que el factor m¨¢s determinante de la obesidad infantil es la obesidad de la madre y del padre, por lo que los estilos de vida compartidos en el hogar parecen ser un factor clave. ?Es la clase social y econ¨®mica determinante para poder asentar las bases de una vida saludable? Responde la investigadora que las madres y padres con niveles educativos m¨¢s altos suelen tener estilos de vida m¨¢s saludables, mientras que la obesidad afecta a las clases sociales m¨¢s bajas. ¡°Algunos estudios realizados recientemente en nuestro pa¨ªs como Heart Healthy Hoods han evidenciado que las conductas sobre estilos de vida dependen del barrio en el que vivimos. Se ha visto tambi¨¦n que tener cerca de casa lugares para practicar actividad f¨ªsica consigue que hagamos m¨¢s actividad f¨ªsica o tener m¨¢s quioscos de dulces cerca de los coles de los ni?os y ni?as hace que tengan una peor dieta. Desde ISGlobal participamos en varios estudios sobre c¨®mo el dise?o de las ciudades influye en nuestros estilos de vida y en nuestra salud¡±.

Dado que los h¨¢bitos de vida saludables en ni?os depender¨¢n de los h¨¢bitos de sus padres, la educaci¨®n de la familia es clave. Sin embargo, no basta con ofrecer informaci¨®n o formaci¨®n, el entorno tambi¨¦n deber¨ªa ser m¨¢s ¡°amigable¡± para facilitar el mantenimiento de un estilo de vida sano. ¡°Tener un estilo de vida m¨¢s saludable o menos depende de muchas cosas: de las pol¨ªticas p¨²blicas de alimentaci¨®n, de la educaci¨®n en el colegio, de lo que la industria quiera, de los programas que se lancen para fomentar la actividad f¨ªsica, del barrio en el que vivas, del pa¨ªs donde hayas nacido o de la educaci¨®n de tu entorno. Depende incluso de la publicidad que nos rodea. Es dif¨ªcil pero no imposible: en lo individual tenemos mucho que hacer para cambiar c¨®mo y cu¨¢nto queremos vivir¡±, explica Eva Mar¨ªa Navarrete.

?Qu¨¦ podemos hacer para que nuestros ni?os y ni?as disfruten de una infancia saludable? Dice Dora Romaguera que se le ocurren muchos ejemplos para mantener una vida saludable en la infancia: ¡°Los ni?os deber¨ªan jugar m¨¢s al aire libre en lugar de pasarse la tarde en casa mirando la tele o la tableta (aunque los padres nos veamos tentados a ¡°desconectar el cerebro¡± infantil para poder adelantar tareas del hogar despu¨¦s del trabajo); merendar fruta en lugar de un zumo (aunque el zumo no se ponga malo y la fruta haya que cortarla y pelarla); y hacerlo todo antes (volver del trabajo, cenar) para poder irnos a dormir pronto: todo esto lo digo como madre y no como investigadora¡±. Tan f¨¢cil y tan dif¨ªcil.