LeBron James, de ni?o abandonado a padre comprometido
La estrella de los Lakers, que creci¨® sin referente paterno, trabaja en la protecci¨®n de la infancia e impulsa la carrera de su hijo mayor, con quien sue?a jugar en la NBA
La determinaci¨®n de uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA nace de la revancha con su biograf¨ªa. LeBron Raymone James se abri¨® paso en el mundo compitiendo contra el destino, se agigant¨® en su oficio hasta hacerse leyenda y ahora lucha, a la vez, por restituir el prestigio archivado de los Lakers y por ejercer de padre ejemplar, el padre que ¨¦l no tuvo, con sus tres hijos. Sobre todo, por proyecci¨®n medi¨¢tica, con el primog¨¦nito, de 15 a?os, que al nacer hered¨® su nombre y al crecer ya acapara parte de su cuota de celebridad. LeBron Bronny j¨²nior se ha convertido en el adolescente m¨¢s popular de Estados Unidos, solo juega en el equipo de su instituto, el Sierra Canyon de Chatsworth, un barrio de Los ?ngeles, pero su presencia y notoriedad bastan para que se agoten las mil localidades del pabell¨®n escolar en cada uno de sus partidos y para que decenas de c¨¢maras de televisi¨®n acudan a captar todos sus movimientos y los de su ilustre progenitor y fan incondicional a pie de pista.
Siguiendo la estela de King James, los ¨²ltimos partidos del Bronny ya se han retransmitido en directo a trav¨¦s de la cadena de televisi¨®n ESPN para el pa¨ªs entero, circunstancia inaudita en partidos de ese nivel, como la numerosa presencia de medios, desde televisiones locales hasta peri¨®dicos ilustres. El ni?o juega de base o de escolta, ya mide 1,88 metros, lleva el n¨²mero 0 en su camiseta y viste siempre ropa Nike, la misma marca con la que Lebron firm¨® en 2016 un contrato vitalicio por 1.000 millones de d¨®lares. ¡°Que todo el mundo d¨¦ la bienvenida a Instagram al heredero de la corona @real_bronny! Hace tres a?os le dije que en verano del 2019 le permitir¨ªa abrirse una cuenta. Maldita sea, el tiempo vuela!¡±, present¨® la estrella de los Lakes a su hijo hace seis meses en la redes sociales. En menos de 24 horas, el heredero super¨® el mill¨®n y medio de seguidores. El sue?o confeso de LeBron, que el 30 de diciembre cumplir¨¢ 35 a?os, es compartir equipo con Bronny en la NBA. ¡°Si contin¨²a por este camino, es posible que llegue en cinco o seis a?os. Ser¨ªa un momento incre¨ªble. No solo para m¨ª, sino para mi familia. Ya veremos. Evidentemente la prioridad es cuidar mi cuerpo y seguir¨¦ haci¨¦ndolo. Pero a¨²n m¨¢s importante es cuidar la cabeza. Si la cabeza no est¨¢ bien, el cuerpo se va a venir abajo por el camino¡±, dej¨® dicho hace un a?o LeBron, que fich¨® por los Lakers, adem¨¢s de por el reto de revitalizar una franquicia hist¨®rica, para darle un entorno de mayor competitividad y proyecci¨®n a su hijo. Su obsesi¨®n por la huella que le dej¨® su infancia.
En la misma carrerilla, la huida de LeBron desde peque?o se convirti¨® en la persecuci¨®n de todos sus retos y, tras 16 a?os de carrera, con tres anillos de campe¨®n de la NBA, tres medallas ol¨ªmpicas y una colecci¨®n inagotable de r¨¦cords profesionales, sus hijos son ahora la escultura sobre la que cincelar y corregir sus cuentas pendientes. Su madre Gloria ten¨ªa 16 a?os cuando ¨¦l naci¨® en la sobria Akron (Ohio), ciudad industrial en la que se cri¨®, danzando de mudanza en mudanza, entre sus barrios marginales. Su padre Anthony McClelland, exconvicto, se desentendi¨® del ni?o al enterarse del embarazo y la siguiente pareja de su madre, Eddie Jackson, acab¨® en prisi¨®n por tr¨¢fico de coca¨ªna. ¡°Mi dolor fue mi motivaci¨®n. La raz¨®n por la que soy quien soy hoy es porque pas¨¦ por esos momentos dif¨ªciles de peque?o¡±, afirm¨® hace a?os LeBron en una de las medi¨¢ticas confesiones de una historia de superaci¨®n que ha barnizado su carisma como uno de los grandes ¨ªdolos de los estadounidenses.
¡°Pas¨¦ muchas noches de miedo, oyendo sirenas de polic¨ªa y disparos. Cosas que no quieres que viva ning¨²n ni?o¡±. En septiembre de 2013, LeBron se cas¨® con Savannah Brinson, su novia desde secundaria, en una ceremonia privada que cont¨® con 200 invitados y dur¨® tres d¨ªas. Para entonces, ya hab¨ªan nacido Bronny en 2004, y Bryce Maximus, en 2007, tambi¨¦n promesa incipiente de la canasta. La peque?a de la familia, Zhuri, lleg¨® en octubre de 2014, y ya sabe lanzar.?
LeBron, que durante su carrera profesional (en Cleveland, Miami y Los ?ngeles) se ha embolsado m¨¢s de 800 millones de d¨®lares, es todav¨ªa, a pesar de la pujanza de estrellas m¨¢s j¨®venes, el jugador de la NBA con m¨¢s contratos personales de patrocinio. Es imagen de Nike, Coca-Cola, Beats, Kia, Intel..., entre otras multinacionales, en una lista de empresas que le llenan la hucha con unos 50 millones de d¨®lares al a?o a sumar al contrato que firm¨® con los Lakers en el verano de 2018, a raz¨®n de 154 millones de d¨®lares por cuatro temporadas. ¡°Hay mentes que funcionan mejor que otras en ciertas ¨¢reas. Y LeBron, adem¨¢s de otros muchos talentos, tiene la mentalidad del dinero¡±, le elogi¨® el milmillonario Warren Buffet en una entrevista concedida a USA Today en la que ensalzaba al jugador como hombre de negocios.
¡°No necesito mucho. El glamour y todo eso no me apasiona. Simplemente me hace feliz tener el baloncesto en mi vida¡±, confiesa siempre el protagonista relativizando su fortuna. La misma que le permiti¨® adquirir El castillo, su mansi¨®n en California, que cuenta con sala de cine, piscina exterior, spa, ocho dormitorios y once ba?os, en la que predomina el roble franc¨¦s y el m¨¢rmol espa?ol, y que cuenta con unas impresionantes vistas al oc¨¦ano Pac¨ªfico. Todo por 23 millones de d¨®lares. Una inversi¨®n a la que suma su mayor lujo personal que, como detall¨® en su d¨ªa su socio y m¨¢nager, Maverick Carter, consiste en gastar 1,5 millones anuales en su preparaci¨®n f¨ªsica. Una planificaci¨®n que incluy¨® la construcci¨®n en su casa de una r¨¦plica del gimnasio que pueda tener cualquier equipo de la NBA, donde acuden dos entrenadores personales para trabajar con ¨¦l diariamente.
Fil¨¢ntropo, activista social, productor y hasta actor (protagoniz¨® el documental More than a game y en verano comenz¨® la grabaci¨®n de Space Jam 2, siguiendo tambi¨¦n en el cine la senda de Michael Jordan), LeBron se implic¨®, con donativos y eventos en la campa?a presidencial de Barack Obama a la Casa Blanca en 2008, alza la voz recurrentemente contra el racismo (¡°No importa lo grande que puedas llegar a ser en Estados Unidos, no importa cu¨¢nta influencia creas que tienes. Si eres afroamericano, no importa. Eres negro. Sigues siendo negro en Estados Unidos¡±), y ha expresado en numerosas ocasiones sus discrepancias con las pol¨ªticas y la personalidad de Donald Trump. ¡°Nuestro presidente utiliza el deporte para dividirnos, y es algo que no puedo soportar¡±, declar¨® al inaugurar en su ciudad natal la escuela I Promise, la culminaci¨®n de casi una d¨¦cada de trabajo de su fundaci¨®n, enfocada a educar a los ni?os en riesgo de exclusi¨®n social. Un programa con cobertura para 1.400 chavales que incluye la matr¨ªcula gratuita para la Universidad de Akron a partir de 2021. Un empe?o personal en la protecci¨®n de la infancia.?
¡°Yo no tuve un padre, as¨ª que siempre dec¨ªa, 'cuando tenga un hijo, no s¨®lo va a llevar mi nombre, sino que voy a hacer todo lo que ese hombre no hizo conmigo'. Quer¨ªa que mis hijos no vivieran lo que yo viv¨ª. Lo ¨²nico que puedo hacer ahora es darles un modelo, un referente de superaci¨®n para que ellos creen su propio camino¡±, relat¨® en el programa de HBO, The Shop. Una catarsis que complet¨® hace unos meses con la publicaci¨®n de una carta abierta a su padre. ¡°Sabes una cosa, no te conozco, no tengo ni idea de qui¨¦n eres, pero t¨² eres parte de la raz¨®n que ha hecho que sea quien soy hoy en d¨ªa. El combustible que me proporcion¨® tu ausencia es parte de la raz¨®n por la que crec¨ª para convertirme en quien soy. Estoy en una posici¨®n que permite crecer a la gente que me rodea, eso quiz¨¢ no hubiera sido posible si hubiera tenido padre y madre, dos hermanas, un perro y una casa con jard¨ªn ?te das cuenta? Gracias por todo. Mira en lo que me convert¨ª¡±.
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