La hip¨®tesis Mas

QUIZ? EL ?NICO rasgo previsible de la historia sea su imprevisibilidad. En 1988 le o¨ª asegurar a un exasesor de Mija¨ªl Gorbachov reci¨¦n asilado en Estados Unidos, durante una conferencia ?pronunciada en la Universidad de Illinois, que los occidentales alberg¨¢bamos demasiadas esperanzas en las reformas emprendidas por el presidente de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y que el r¨¦gimen comunista era casi inamovible, en todo caso mucho m¨¢s s¨®lido de lo que imagin¨¢bamos; al a?o siguiente ca¨ªa el muro de Berl¨ªn, y poco despu¨¦s se desintegraba la URSS. ?Y qui¨¦n hubiera podido prever, todav¨ªa a la muerte de Franco, que ser¨ªan los falangistas y los comunistas ¡ªcon Adolfo Su¨¢rez y Santiago Carrillo a la cabeza¡ª quienes liderar¨ªan el cambio de la dictadura a la democracia en Espa?a? ¡°Solo los tah¨²res m¨¢s ventajistas, astutos y temerarios del Misisipi osar¨ªan apostar sobre la evoluci¨®n a corto plazo del laberinto catal¨¢n¡±, escribe en El Peri¨®dico Luis Mauri, perspicaz analista de la crisis catalana. ¡°Tal es la entrop¨ªa que reina en el sistema: desorden, incertidumbre, confusi¨®n¡±. Es cierto. Pero ?y a medio plazo? ?Qui¨¦n podr¨ªa sacarnos o empezar a sacarnos a medio plazo del d¨¦dalo catal¨¢n?

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De un tiempo a esta parte acaricio una hip¨®tesis, tal vez insensata: quiz¨¢ quien est¨¢ en mejores condiciones de arreglar el desaguisado catal¨¢n sea Artur Mas, que en febrero de 2020 podr¨¢ volver a ejercer un cargo pol¨ªtico tras dos a?os de inhabilitaci¨®n. Digo insensata porque muchos de ustedes se preguntar¨¢n, ech¨¢ndose sensatamente las manos a la cabeza: ?c¨®mo va a apagar este incendio el mismo que lo provoc¨®, en oto?o de 2012, cuando, tras el asedio al Parlament de la primavera de 2011, sac¨® a la gente a la calle mediante el se?uelo de la independencia, gracias a la ayuda de los medios ingentes del Estado ¡ªla Generalitat es Estado en Catalu?a¡ª y la de algunos de los m¨¢s poderosos empresarios catalanes, con el triple objetivo de desviar hacia Madrid la ira de las v¨ªctimas de la crisis, presionar al Gobierno central para obtener r¨¦ditos econ¨®micos y ocultar la corrupci¨®n oce¨¢nica que ahogaba a su propio partido? Dicho de otro modo: ?puede el peor pir¨®mano convertirse en el mejor bombero? Mi respuesta es: ?y por qu¨¦ no? Digamos de entrada que es dif¨ªcil que el arreglo acabe llegando de ERC, un partido imprevisible en cuyo ADN est¨¢, mucho antes que la izquierda, el nacionalismo; m¨¢s veros¨ªmil es que el arreglo venga de donde siempre: del nacionalismo conservador (porque, pese a todas las asombrosas apariencias, la catalana sigue siendo una sociedad conservadora). Por otra parte, Mas es s¨®lo un secesionista coyuntural: en 2002 afirmaba que la independencia es ¡°un concepto anticuado y un poco oxidado¡±; y en 2010 declaraba: ¡°No iniciar¨¦ un proceso de independencia dividiendo en dos mitades Catalu?a¡±. Es decir: para Mas la secesi¨®n nunca fue un objetivo o un ideal, sino una argucia pol¨ªtica destinada a sortear la crisis econ¨®mica. Mas sigue siendo, de a?adidura, el hombre de la ¨¦lite econ¨®mica catalana, conserva un notable ascendiente en su partido, el PDeCAT, y es el ¨²ltimo pol¨ªtico que ha ocupado la presidencia de la Generalitat (Puigdemont y Torra no son pol¨ªticos: son activistas). Pero, sobre todo, ?qui¨¦n est¨¢ mejor equipado para apagar un incendio que quien lo desencaden¨®? Mas conoce mejor que nadie a sus pir¨®manos subalternos, el combustible que provoc¨® el fuego, los focos que lo iniciaron y preservan, el material con que arde, las fuentes de financiaci¨®n p¨²blicas y privadas que lo alimentan, etc¨¦tera. Por lo dem¨¢s, nuestro hombre no es un descerebrado, sino una persona inteligente y bien preparada, que cometi¨® una temeridad monumental, un error monstruoso, y que en su fuero interno sabe que, a menos que lo enmiende, pasar¨¢ a la historia como el pol¨ªtico m¨¢s da?ino de la Catalu?a contempor¨¢nea. Todav¨ªa est¨¢ a tiempo de redimirse, o al menos de intentarlo; todav¨ªa est¨¢ a tiempo de ayudar a arreglar lo que estrope¨®. Puede que no exista mejor acicate que ¨¦se para la acci¨®n pol¨ªtica.

Se trata s¨®lo de una hip¨®tesis, ya digo. Pero es verdad: quiz¨¢ el ¨²nico rasgo previsible de la historia sea su imprevisibilidad.