Una propuesta para 2020
Es necesario sacar el suicidio de esas sombras abisales y colocarlo dentro de lo que es, un problema m¨¢s de salud p¨²blica
QU? PARTE DE sus vidas desear¨ªan mejorar en 2020? Aunque el a?o nuevo es una convenci¨®n, es tan antigua que funciona: supongo que resulta casi inevitable sentir el deseo de cambiar algo, aunque sepamos que la mayor¨ªa de los prop¨®sitos de enmienda se ir¨¢n haciendo trizas al remontar los meses (la proverbial tenacidad humana incluye tambi¨¦n nuestros defectos). Pero les voy a hablar de algo que no se refiere al ¨¢mbito privado, sino al colectivo. De un cambio posible de formidables consecuencias.
En 2018 se suicidaron en Espa?a 3.539 personas, el 74% hombres: curiosamente, las mujeres intentan matarse m¨¢s a menudo, pero los hombres lo logran bastantes m¨¢s veces. Es la principal causa de muerte externa en Espa?a; son unas 10 v¨ªctimas al d¨ªa, de modo que, m¨¢s all¨¢ de la arbitrariedad de la media estad¨ªstica, es seguro que en lo que llevamos de enero ya ha habido varios casos, verdaderos v¨®rtices de dolor que dejan a su paso una vasta huella de sufrimiento. ¡°La mayor¨ªa de los suicidas no quieren matarse, lo que pasa es que no pueden soportar la vida¡±, dice el psiquiatra Guillermo Lahera, especializado en trastorno bipolar y depresi¨®n, ¨¢reas que le han hecho interesarse por el suicidio (toda la informaci¨®n de este art¨ªculo proviene de ¨¦l).
Pero las condiciones que convierten la vida de estas personas en algo inaguantable pueden cambiarse. ¡°Estamos en un punto de inflexi¨®n: la sociedad debe involucrarse en la prevenci¨®n del suicidio, igual que se ha hecho antes, con buenos resultados, en otras ¨¢reas¡±. Como, por ejemplo, los accidentes de tr¨¢fico: de los 6.098 muertos que hubo en las carreteras en el a?o 2000 se ha pasado a 1.895 en 2018, seg¨²n el INE. O como la violencia de g¨¦nero, que tambi¨¦n ha disminuido: 63 v¨ªctimas en el a?o 2000 y 47 en 2018. En cambio, el suicidio sigue subiendo: en 2000 hubo 3.393 casos, y en 2018, casi 150 m¨¢s.
?Y qu¨¦ se puede hacer para bajar estas cifras intolerables? En primer lugar, acabar con el estigma y los t¨®picos. Por ejemplo, la mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n siguen manteniendo una especie de t¨¢cito acuerdo de censura para no hablar de suicidios, por miedo a crear un efecto imitativo. Pero al parecer no es cierto que tocar el tema fomente m¨¢s muertes, sino todo lo contrario, siempre que el tratamiento sea el adecuado: no se debe entrar en detalles morbosos sobre el m¨¦todo; no hay que culpabilizar al suicida, pero tampoco enaltecerlo; y, sobre todo, no hay que dar explicaciones reduccionistas y ¨²nicas del tipo de ¡°ten¨ªa un trastorno bipolar¡±, porque en Espa?a hay medio mill¨®n de personas con trastorno bipolar que no se suicidan. Cuando alguien decide matarse, lo hace siempre por un complejo conjunto de factores.
Ese secretismo convierte a los suicidas en apestados y multiplica el dolor lacerante de los deudos, hasta el punto de que algunos se sienten forzados a dar explicaciones absurdas: se cay¨® cuando estaba regando los tiestos. No s¨®lo han de llorar una muerte tan radical, sino que la sociedad parece decirles que es algo vergonzoso de lo que deber¨ªan sentirse culpables. Es necesario sacar el suicidio de esas sombras abisales y colocarlo dentro de lo que es, un problema m¨¢s de salud p¨²blica.
¡°Otro t¨®pico horroroso es decir: lo hace para llamar la atenci¨®n. No banalicemos ni ridiculicemos, entend¨¢moslo como es: una petici¨®n desesperada de ayuda¡±, dice Lahera. Escuchemos, comprendamos, demos soporte. Hay mucho camino preventivo por hacer en Espa?a; por ejemplo, aunque el suicidio es la primera causa de muerte entre los 14 y los 39 a?os, no tenemos la especialidad de psiquiatr¨ªa infantil-juvenil: somos junto a Bulgaria los dos ¨²nicos pa¨ªses de la UE con esta carencia. En el 90% de los casos de suicidio hay presente alg¨²n trastorno ps¨ªquico, pero insistamos: el desequilibrio psicol¨®gico no es la ¨²nica explicaci¨®n. Como dice Guillermo Lahera, teniendo en cuenta que uno de cada cuatro espa?oles va a tener o ha tenido en su vida un episodio de enfermedad mental (yo misma entro en la cuota: crisis de angustia hasta los 30 a?os), deber¨ªamos ser un pa¨ªs m¨¢s solidario, combatir el aislamiento que sufren quienes padecen dolencias ps¨ªquicas y convertirnos todos en actores sociales contra el suicidio.
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