Carlos Sainz, un campe¨®n tambi¨¦n fuera de la pista
El piloto, que acaba de ganar su tercer Rally Dakar con 57 a?os, invierte en gimnasios y en una bodega, adem¨¢s presume de familia unida
A Carlos Sainz ni la experiencia ni las victorias que le han convertido en un mito en el mundo del automovilismo le sirvieron de vacuna para evitar emocionarse el pasado 18 de enero cuando consigui¨® su tercer Dakar y se convirti¨® en el piloto m¨¢s veterano en ganar esta carrera, con 57 a?os. Quienes vivieron ese momento cerca del madrile?o lo notaron. Tambi¨¦n percibieron su alegr¨ªa incontenible y la sinceridad de las felicitaciones que recibi¨® de sus dos competidores directos, el franc¨¦s Stephane Peterhanse y el catar¨ª Nasser Al-Attiyah.
Lo que pasara por su cabeza en aquel momento solo ¨¦l lo sabe, pero de su perfeccionismo y ganas de ganar dan fe que poco despu¨¦s de ese momento m¨¢gico ya ten¨ªa una lista de comentarios preparada para el ingeniero de su equipo. Por lo que pueda pasar el pr¨®ximo a?o.
All¨ª a su lado, en Qiddiya, Arabia Saud¨ª, estaba Lucas Cruz, su copiloto, junto a quien ha triunfado en el Dakar en 2010, 2018 y 2020. El ying y el yang de un tandem ganador. ¡°Carlos es impaciente, quiere las cosas ya y siempre lucha por la victoria, yo soy la parte tranquila. Mi rol es tener todo controlado¡±, afirma Cruz en conversaci¨®n telef¨®nica.
El barcelon¨¦s, de 45 a?os, recuerda que conoce a Sainz desde 1998, cuando organiz¨® un equipo junior que preparaba pilotos para correr el Mundial de Rallies en el futuro y ¨¦l formaba parte del proyecto como copiloto. Cuando Carlos Sainz le llam¨® en 2009 para correr junto a ¨¦l sinti¨® orgullo, presi¨®n ante el reto y un pellizco de miedo. ¡°Carlos me lo hizo f¨¢cil¡±, explica. ¡°En nuestro primer Dakar juntos yo le indicaba el camino con un por favor y Carlos se enfadaba y me dec¨ªa: '?P¨¦game un grito si hace falta!'. Yo le contestaba: 'No me sale, t¨² eres quien eres, hay una diferencia de edad, es cuesti¨®n de respeto'. Creo que, aunque me lo dijo ri¨¦ndose, no le gust¨® mucho pensar que le estaba llamando viejo. Ahora se ha acostumbrado a que le siga pidiendo por favor que gire en una u otra direcci¨®n¡±, cuenta Cruz mientras en su pausado tono de voz se adivina una sonrisa.
Pero que conste que en el reducido habit¨¢culo que comparten durante la carrera tambi¨¦n hay espacio para alguna que otra palabra malsonante. ¡°Eso s¨ª, nunca las sacamos de contexto¡±, afirma el copiloto del campe¨®n. All¨ª tambi¨¦n han conseguido tejer una relaci¨®n c¨®mplice y necesaria que hasta deja espacio, si no queda otra, para que un madridista ac¨¦rrimo y un cul¨¦ de pro se atrevan a hablar de f¨²tbol.
Cruz forma parte de esa amplia familia que forman pilotos y equipos durante los muchos d¨ªas al a?o que recorren el mundo en busca de retos y victorias. Pero Carlos Sainz tiene otra familia a la que nunca olvida dar las gracias: la que ha formado junto a su esposa, Reyes V¨¢zquez, y sus tres hijos, Blanca, Carlos y Ana.
¡°Conoc¨ª a Reyes a los 18 a?os, cuando comenzaba a competir. Ella siempre vivi¨® mi pasi¨®n por el motor, me ha apoyado en todo momento y ha sido una clave de los ¨¦xitos que haya podido alcanzar¡±, afirm¨® el piloto en una entrevista en 2010. Se casaron en 1992 y desde entonces el car¨¢cter alegre y sosegado de Reyes ha marcado la diferencia que ha permitido descargarse a Sainz de cierta culpa por pasar poco tiempo con los suyos. ¡°Cuando mis hijos eran peque?os¡±, dijo en una entrevista con motivo del Premio Telva al Deporte que le concedi¨® la revista en 2018, ¡°me pasaba el d¨ªa en un coche. ?Hasta 270 d¨ªas fuera de casa! Reyes ha sido quien estaba todo el rato pendiente de ellos, supli¨® con creces mis ausencias¡±.
El m¨¢s conocido de sus hijos es Carlos Sainz Jr, que dej¨® de ser Carlitos para siempre y se ha convertido en el piloto de F¨®rmula 1 que es cabeza de cartel del equipo McLaren y que esta ¨²ltima temporada ha conseguido ser el cuarto espa?ol de la historia en pisar podio en esta competici¨®n. Toda la familia est¨¢ de acuerdo: con ¨¦l ha sido con quien el padre ¡ªel serio y perfeccionista de la familia¡ª ha sido m¨¢s exigente. El ni?o quer¨ªa ser piloto desde peque?o y el padre pon¨ªa como condici¨®n para que corriera que sus notas fueran buenas. Su madre dice que Carlos padre le ha ense?ado a ser exigente consigo mismo y a aguantar la presi¨®n que conlleva la profesi¨®n que ha elegido.
Padre e hijo siguen compitiendo fuera de pista. Se divierten si corren uno contra otro; rivalizan al golf, deporte al que ambos son aficionados y en el que mantienen un nivel similar: y el padre a¨²n gana al hijo al squash, que para algo fue campe¨®n de Espa?a en 1979, antes de dedicarse profesionalmente a los rallies.
Sin embargo, por unanimidad familiar, la que m¨¢s se parece al padre en personalidad es Blanca, su hija mayor. ¡°Tiene un car¨¢cter bastante fuerte, es muy luchadora y cuando cree en algo va a por ello¡±, ha dicho de ella su progenitor. Estudi¨® negocios en la Universidad de Comillas, fue becaria del banco Credit Suisse en Boston y despu¨¦s fich¨® por el estudio madrile?o que abri¨® en Madrid Tracy Anderson, la entrenadora de las estrellas que cuenta entre sus clientes con famosas como Jennifer L¨®pez o Madonna. Desde febrero del a?o pasado trabaja en el desarrollo de negocio de la cadena de gimnasios Reebok Sports Club, propiedad de su padre y de su t¨ªo, Antonio Sainz.
Ana, la peque?a, se identifica m¨¢s con el car¨¢cter de su madre: ¡°Soy m¨¢s tranquila, m¨¢s pasota, no me exijo para nada lo que se exigen Blanca y mi padre¡±, le confes¨® a Telva. ¡°Me recuerda mucho a su madre, es todo dulzura y tiene un coraz¨®n inmenso¡±, a?adi¨® Sainz sobre ella. Tiene 21 a?os, estudia Administraci¨®n de Empresas en la IE University de Madrid y le gustar¨ªa dedicarse al mundo de la moda. Aunque de momento participa en la estructura empresarial de los gimnasios familiares.
Entre la familia y las carreras al piloto a¨²n le queda tiempo para los negocios. Adem¨¢s de la exclusiva cadena de gimnasios que tiene junto a su hermano, posee dos circuitos de karts en Madrid, uno en la calle Sep¨²lveda, y otro en la localidad de Las Rozas. Tambi¨¦n hace sus pinitos en el mundo de la gastronom¨ªa: es accionista de varios restaurantes y socio de Telmo Rodr¨ªguez, una de las referencias mundiales del vino espa?ol, en las Bodegas Pegaso Vi?as Viejas, ubicadas en la localidad abulense de Cebreros.
Cuerda para rato para un campe¨®n al que todo el mundo quiere poner fecha de caducidad menos ¨¦l mismo. ¡°A Carlos le jubilar¨¢ el crono. Cuando sea inferior a su propia exigencia, ese ser¨¢ el momento que marcar¨¢ la diferencia¡±, se atreve a especular Lucas Cruz, su copiloto.
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