¡°Los padres deben repensar sus valores y centrarse en la felicidad de sus hijos, no en su ¨¦xito¡±
Entrevista a Luis Castellanos, autor del libro 'El Lenguaje de la Felicidad'
El fil¨®sofo Luis Castellanos habla en su ¨²ltimo libro, El Lenguaje de la Felicidad, del poder que tienen las palabras para adentrarnos en un mundo maravilloso y descubrir las historias que podemos construir con ellas. Una traves¨ªa a trav¨¦s del lenguaje para tener una vida m¨¢s feliz, que no requiere conocer las estructuras ling¨¹¨ªsticas y su funcionamiento, ni ser un experto en oratoria. Porque, seg¨²n apunta Castellanos en el pr¨®logo de su libro, ¡°el lenguaje que tenemos, el que hemos aprendido desde peque?os, con el que hemos crecido, ya posee en s¨ª mismo la herramienta m¨¢s poderosa del mundo que nos puede llevar al cielo o al infierno¡±.
PREGUNTA. ?Qu¨¦ le ha llevado a explorar el mundo del lenguaje y a asociarlo a la consecuci¨®n de la felicidad?
RESPUESTA. Este ¨²ltimo libro forma parte casi, junto con los dos anteriores, de una trilog¨ªa. En el primero, La Ciencia del Lenguaje Positivo, aparece una investigaci¨®n desarrollada en EE UU, que es realmente maravillosa, sobre unas monjas que viv¨ªan m¨¢s tiempo que la media del resto del pa¨ªs. Esta longevidad se relacionaba con la manifestaci¨®n de emociones positivas, que se expresaban siempre a trav¨¦s de palabras. Esto me llev¨® a estudiar su importancia en el ser humano para alcanzar una vida m¨¢s longeva, pero con facultades cognitivas, emocionales y f¨ªsicas que nos acompa?en hasta el final de la vida. Porque el envejecimiento satisfactorio es mejor que el que no lo es. El segundo, Educar en el lenguaje, me llev¨® a preguntar a los padres y las madres, a los propios alumnos e incluso al profesorado, ?qu¨¦ era lo que m¨¢s deseaban? Y la mayor¨ªa quer¨ªa tener una vida feliz. Posteriormente, escrib¨ª El Lenguaje de la Felicidad, para intentar clarificar por qu¨¦ aspiramos tanto a ser felices.
P. ?En qu¨¦ medida la utilizaci¨®n de uno u otro lenguaje nos puede ayudar a lograr una vida mejor?
R. Me interesaba estudiar cu¨¢les son las palabras maestras o actitudes maestras que podemos tener y que pueden decirnos por d¨®nde puede ir la felicidad. Desde peque?os, en ocasiones, confundimos satisfacci¨®n y bienestar con felicidad. Esta es mucho m¨¢s que satisfacci¨®n y bienestar que, por supuesto, se tienen que dar. Estar con los amigos tomando un caf¨¦, poder pasear, ir al teatro, cocinar con la familia y muchas otras cosas nos pueden dar satisfacci¨®n y bienestar, e incluso una sensaci¨®n de felicidad. Pero, en realidad, la felicidad es algo m¨¢s. Es algo que nos traspasa a nosotros y tiene que llegar a otros. Los que he comentado son actos propios, que nos producen la sensaci¨®n de ¡°estar bien¡±. Pero tener una buena vida, una vida m¨¢s plena, significa tambi¨¦n acercarnos a que los otros, los dem¨¢s, tengan tambi¨¦n una vida m¨¢s plena. Y eso ya no se compra ni se vende. Es un acto consciente del ser humano que quiere ser m¨¢s amable, m¨¢s bondadoso, m¨¢s sabio, m¨¢s compasivo. Ah¨ª es donde entra la verdadera felicidad. Una felicidad que no es solo para m¨ª, sino que implica al resto de los seres vivos: humanos, animales, plantas¡ el planeta; es decir, todas las cosas que nos interesan.
P. Usted propone en el libro un ¡°vestuario de las palabras¡±. ?En qu¨¦ consiste ese ¡°palabrario¡±?
R. Por las ma?anas, abrimos el armario y decidimos ponernos una ropa determinada: calcetines, ropa interior, camisa ¡ Elegimos c¨®mo nos van a ver en el mundo. Pues bien, el ¡°palabrario¡± es la capacidad de elegir las palabras con las que se sale a la calle. Por un lado, elijo la palabra interna con la que quiero habitar esa ma?ana y elijo tambi¨¦n las palabras exteriores. Ambas son importantes. Puedo haber elegido sonrisa en el exterior, pero cualquier cambio puede hacernos perder esa sonrisa. Pero si la palabra interior es suficientemente c¨¢lida y amigable con nosotros mismos, por ejemplo, alegr¨ªa, posiblemente nuestra capacidad de recuperaci¨®n ante cualquier adversidad sea mucho m¨¢s r¨¢pida.
El ¡°palabrario¡± es un acto f¨ªsico. Estar¨ªa muy bien que cada uno escribiera en un cuaderno las palabras que quiera elegir cada d¨ªa. Me pregunto por qu¨¦ elegimos muchas veces m¨¢s actos de infelicidad que de felicidad. Nos enfadamos con nosotros mismos y nos enfadamos con el mundo. Estamos constantemente compitiendo, compar¨¢ndonos, ansiando el ¨¦xito, aunque nos vaya la vida en ello¡ Luego, cuando estamos perdiendo la vida, es cuando nos paramos a pensar ?qu¨¦ he hecho? ?en qu¨¦ he perdido el tiempo? ?qu¨¦ es lo que me queda adem¨¢s de este cuerpo arrugado al que le cuesta caminar e incluso respirar? Por eso, apuesto por la felicidad como un acto creativo cotidiano, que se renueva cada d¨ªa
P. Un ¡°palabrario¡± en el que no pueden faltar los verbos dar y recibir¡ ?Qu¨¦ nos aportan?
R. Es muy importante decir de qui¨¦n aprendemos. Svetlana Alexi¨¦vich, la autora de Voces de Chern¨®bil. Cr¨®nica del Futuro, premio Nobel de Literatura en 2015 y autora de un pu?ado de libros basados en entrevistas y testimonios, cambi¨® mi vida. La lectura de su primera obra, La guerra no tiene rostro de mujer fue para m¨ª impactante. Tambi¨¦n ?ltimos testigos. Los ni?os de la Segunda Guerra Mundial, de la cual recojo un relato en El Lenguaje de la Felicidad. Es la historia de una ni?a de siete a?os que salvan del gueto porque su madre biol¨®gica se atreve a pedir ayuda a una madre que la acoger¨¢ junto a sus cuatro hijos, como a una hija m¨¢s, a pesar de saber que si los alemanes la descubriesen, matar¨ªan a sus hijos, a la ni?a y tambi¨¦n a ella. La ni?a se salv¨®. Y su madre biol¨®gica tambi¨¦n. Se reencontraron y se dieron las gracias; ambas.
Es muy importante aprender a dar y recibir. Yo no estoy de acuerdo con la frase ¡°si quieres, puedes¡±. No puedo estarlo, porque a veces hay personas que necesitan que nosotros les tendamos una mano, que alguien nos tienda tambi¨¦n una mano y que nosotros seamos tambi¨¦n capaces de pedir ayuda. No somos superh¨¦roes, ni seres maravillosos y estupendos. No somos muchas cosas que nos est¨¢n diciendo que somos. Somos carne y huesos, seres biol¨®gicos, que necesitamos la ayuda, la compasi¨®n, la amabilidad, la bondad de otros. Dar y recibir son los verbos que para m¨ª son vitales para el ser humano.
P. ?C¨®mo podemos aportar este ¡°palabrario¡± a nuestros hijos?
R. No nacemos aprendidos. Nacemos para aprender y debemos reconocer cu¨¢les son los obst¨¢culos que en muchas ocasiones nos impiden ese aprendizaje. Tenemos que estar abiertos a que alguien nos ense?e. En el colegio estamos trabajando una palabra por curso: una, en primero de ESO, respeto; otra, en segundo, ilusi¨®n. Y as¨ª en tercero (esfuerzo) y cuarto (futuro). Son palabras sencillas, nada grandilocuentes. Pero son cuatro palabras con las que los chavales pueden construir el ¨¢rbol l¨®gico de su vida, viendo qu¨¦ tienen que ver los otros y c¨®mo pueden colaborar con los dem¨¢s. Yo y mucha gente estamos convencidos de que el lenguaje puede transformar el mundo. Es fundamental que los padres repensemos nuestros valores y nuestro lenguaje para tener el coraje y la valent¨ªa de cambiar ciertas cosas. Si no lo hacemos, estaremos insistiendo en los mismos modelos, centrados en el ¨¦xito y no en la felicidad. El hombre es tiempo y debemos resolver la contradicci¨®n de a qu¨¦ nos dedicamos, qu¨¦ ocupa nuestra mente.
P. ?Qu¨¦ papel pueden tener las escuelas para conseguir esa felicidad?
R. He pensado tambi¨¦n mucho sobre ello, pero no lo tengo resuelto. Todos hemos aprendido en las escuelas ciertos conocimientos y habilidades que nos permiten conocer el mundo que habitamos: con las matem¨¢ticas, la f¨ªsica¡ pero, en realidad, la vocaci¨®n del ser humano es ser feliz. Debemos reflexionar sobre cu¨¢nta atenci¨®n estamos prestando a seg¨²n qu¨¦ cosas. En estos momentos, todo es ir hacia el ¨¦xito, todo es aceleraci¨®n¡ y nos olvidamos de cu¨¢ntas cosas dejamos atr¨¢s. En realidad, nos olvidamos de nosotros mismos en busca de otras cosas: m¨¢s coches, m¨¢s casas, m¨¢s dinero¡ M¨¢s que equilibrio entre ambas facetas, falta armon¨ªa. Con esas cosas, es cierto que podemos alcanzar satisfacci¨®n y bienestar, pero la felicidad es otra cosa.
P. En sus libros dice que no solo las palabras nos pueden ayudar a ser felices, tambi¨¦n los h¨¢bitos. ?A cu¨¢les se refiere?
R. Las palabras y los h¨¢bitos son, en cualquier caso, vasos comunicantes. Tu lenguaje orienta tu mirada. Si etiquetamos a alguien, ya hemos orientado nuestra mirada hacia esa persona con el lenguaje. Por lo tanto, ya no dejamos que sea quien es: es la palabra con la que he definido a esa persona. No dejamos que las personas se manifiesten como son y de ah¨ª parten ciertos problemas como el bullying. Pero hay ciertos h¨¢bitos que nos permiten enraizarnos en nuestro yo, para ganar presencia en la vida y sentirnos m¨¢s a salvo de que alguien pueda atacarnos o incluso destruirnos con su lenguaje oral, escrito o gestual.
En mi caso, para enfrentarme a los malos momentos, que siempre van a existir, utilic¨¦ como h¨¢bito la palabra ¡°beriozka¡±, que en ruso quiere decir ¡°caminar erguido¡± y se refiere a un ¨¢rbol que crece en los lugares m¨¢s inh¨®spitos, sosteni¨¦ndose alto. Cuando me encontraba mal, me encorvaba y mi mirada iba casi a ras de suelo. Y al final, junto a mi mujer, recurr¨ª a ¡°beriozka¡± y me dije: anda recto, reconquista tu propia presencia. Nadie te la puede dar. La tenemos que conquistar cada uno de nosotros. Tener una peque?a ra¨ªz, pero no para estar por encima de nadie. Porque, solo si tenemos presencia, podemos respetar tambi¨¦n la presencia del que tenemos delante.
P. En los ¨²ltimos a?os, se mide el Bienestar Subjetivo, un concepto en el que la felicidad tiene un peso importante. ?C¨®mo valora que la felicidad sea una parte de ese Bienestar Subjetivo?
R. Coincidiendo con la presentaci¨®n de El lenguaje de la felicidad, le¨ª un art¨ªculo en El Pa¨ªs sobre este tema. Y creo que es importante leer entre l¨ªneas las declaraciones de las personas que participaban. Un alcalde hablaba de que tienen bienestar, otros dec¨ªan que son personas que tienen m¨¢s libertad, m¨¢s estabilidad y, finalmente, aseguraban que quieren contribuir al bienestar de la humanidad. Y es ah¨ª, en este punto, donde creo que empieza, realmente, a aparecer la felicidad. Las otras cosas les proporcionan, sin duda, bienestar y satisfacci¨®n (por ejemplo, se trata del pa¨ªs m¨¢s seguro), pero es ese abrirse al mundo, lo que puede acercarles a la felicidad. La gente est¨¢ tomando conciencia de la felicidad es algo que nos trasciende. Nosotros podemos tener bienestar, pero la felicidad solo la conseguimos con la felicidad de nuestra familia, los amigos, compa?eros, vecinos¡
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