Dos d¨¦cadas tras las huellas del gato sagrado de los Andes
El gato andino, que vive en Chile, Per¨², Bolivia y Argentina, es considerado el felino m¨¢s amenazado de Am¨¦rica y uno de los m¨¢s desconocidos del mundo
Muchos dicen que es como investigar a un fantasma. Durante a?os, los cient¨ªficos han emprendido largas expediciones para rastrear al gato andino en los dur¨ªsimos paisajes que habita, donde los vientos son inclementes, las temperaturas extremas y las altitudes alcanzan los 5.000 metros sobre el nivel del mar. Pese a ello, la mayor¨ªa nunca ha visto a este felino en vivo. Es m¨¢s sencillo observar fotograf¨ªas o vestigios de esta especie, como los cr¨¢neos en los museos o los petroglifos grabados por distintas culturas altoandinas que representaban, en la roca, al esp¨ªritu protector de la monta?a.
El gato andino (Leopardus jacobita) es un felino silvestre que vive en la cordillera de los Andes de Per¨², Bolivia, Chile y Argentina, y en la zona norte de la Patagonia argentina. Es considerado el felino m¨¢s amenazado de Am¨¦rica y uno de los felinos menos conocidos del mundo.
Tambi¨¦n ha sido un misterio para la ciencia. As¨ª lo manifest¨® en 1996 la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN), cuando public¨® un plan para la conservaci¨®n de felinos silvestres del mundo. Era tanto el vac¨ªo de informaci¨®n que ni siquiera se sab¨ªa d¨®nde viv¨ªa realmente. Esto motiv¨® a un grupo de cient¨ªficos sudamericanos a crear en 1999 la Alianza Gato Andino, una red multinacional e interdisciplinaria que cumpli¨® recientemente 20 a?os y que re¨²ne en la actualidad a miembros de los cuatro pa¨ªses donde mora este escurridizo animal.
¡°Cuando empezamos, no sab¨ªamos casi nada del gato andino. Solo conoc¨ªamos su presencia bas¨¢ndonos en los pocos registros existentes en museos y hab¨ªa muy pocas publicaciones sobre la especie en general. As¨ª que el primer paso fue saber d¨®nde hab¨ªa gato andino y conocer mejor las caracter¨ªsticas de su h¨¢bitat¡±, recuerda la investigadora boliviana Lilian Villalba, quien fue una de las fundadoras de la organizaci¨®n junto al chileno Agust¨ªn Iriarte y el argentino Mauro Lucherini.?
La?Alianza Gato Andino es?una red multinacional e interdisciplinaria que cumpli¨® recientemente 20 a?os, y que re¨²ne en la actualidad a miembros de los cuatro pa¨ªses donde mora este escurridizo animal
Por supuesto, no ha sido f¨¢cil. Este gato no supera los seis kilos de peso y su pelaje gris cenizo, ataviado de manchas caf¨¦ rojizas y amarillentas, se camufla a la perfecci¨®n con el ambiente ¨¢rido, escaso en vegetaci¨®n y surcado por parches rocosos. A esto se suma su naturaleza escurridiza.?
Por ello, una forma de rastrearlo ha sido a trav¨¦s de sus heces, aunque deben someterse a an¨¢lisis porque es f¨¢cil confundirlas con las del gato colocolo, otro felino sudamericano. Otra es detectar los sitios frecuentados por las vizcachas, un roedor de aspecto semejante a un conejo que es su principal presa.?
Adem¨¢s, la ayuda tecnol¨®gica ha sido crucial. Las c¨¢maras trampas, los radiocollares y los estudios de ADN han permitido recopilar datos y hacer, por ejemplo, una estimaci¨®n inicial de sus poblaciones, calculando que existen alrededor de 1.378 individuos en toda su ¨¢rea de distribuci¨®n, dentro de los cuatro pa¨ªses.
Sus principales amenazas son la degradaci¨®n y p¨¦rdida de su h¨¢bitat por actividades como la miner¨ªa, as¨ª como la caza por distintos motivos y la tenencia irresponsable de mascotas. Por eso, en Argentina est¨¢ catalogado como ¡°vulnerable¡±, mientras que en Chile y Per¨² se encuentra ¡°en peligro de extinci¨®n¡±, y en Bolivia en ¡°peligro cr¨ªtico¡±. Esto no es nimio si consideramos, adem¨¢s, las distintas acciones, prioridades y legislaciones en cada uno de estos pa¨ªses.?
Pese a las diferencias, ¡°trabajamos bajo un lema de conservaci¨®n sin fronteras porque creemos que las acciones de conservaci¨®n que llevamos a cabo deben ser transversales y m¨¢s all¨¢ de fronteras geogr¨¢ficas. Por lo mismo nuestra org¨¢nica de trabajo, si bien tiene el cargo de coordinadores por pa¨ªs, se centra en el desarrollo de programas multinacionales que buscan el trabajo colaborativo entre miembros de los cuatro pa¨ªses, adapt¨¢ndonos siempre a las realidades locales¡±, puntualiza Nicol¨¢s Lagos, coordinador en Chile de la Alianza Gato Andino.?
Actualmente, se cuenta tambi¨¦n con un mapa de los lugares que habita, aunque en ocasiones se descubre o confirma su presencia en sitios donde se ten¨ªan registros antiguos o meras sospechas de su existencia.?
La reaparici¨®n m¨¢s reciente ocurri¨® a mediados de enero de este a?o en la Reserva Natural Villavicencio en Mendoza, Argentina, donde se obtuvo la imagen de un gato andino gracias a las c¨¢maras trampa. Hac¨ªa 12 a?os que esta especie no hab¨ªa sido avistada en ese lugar.
La bi¨®loga argentina y coordinadora de comunicaci¨®n de la Alianza Gato Andino, Cintia Tellaeche, asegura que ¡°este registro es de extremada importancia porque no solo confirma la presencia de la especie dentro de esta ¨¢rea protegida, sino que se encuentra en una zona clave para la distribuci¨®n del gato andino a escala global, ya que corresponde al ¨¢rea que conecta las poblaciones del norte del pa¨ªs con las ubicadas al sur, que fueron identificadas mediante an¨¢lisis gen¨¦ticos como dos unidades evolutivas significativas diferentes¡±.
Aunque los avances en estos 20 a?os han sido significativos, todav¨ªa se desconoce informaci¨®n b¨¢sica de este felino. Por ejemplo, no se sabe cu¨¢ntos a?os vive, cu¨¢ntas cr¨ªas tiene y cu¨¢l es su per¨ªodo de gestaci¨®n. A esto se suma el elevado grado de amenaza que sigue enfrentando en tierras sudamericanas.
Para recuperarlo, la organizaci¨®n ha trabajado estrechamente con el sector p¨²blico y privado y, en especial, con las comunidades locales, para implementar estrategias efectivas que disminuyan el impacto de las amenazas. Las actividades en colegios, el trabajo con peque?os productores ganaderos y la fabricaci¨®n de artesan¨ªas inspiradas en el gato sagrado de los Andes son algunas de las iniciativas para que los habitantes de estas remotas zonas valoren al Leopardus jacobita y sean part¨ªcipes de su conservaci¨®n.?
¡°Algo que abre muchas puertas y nos da mucha esperanza es el reconocimiento de la importancia del gato andino por la comunidad en general y, en particular, por parte de los gobiernos y las comunidades locales¡±, expresa Tellaeche.?
Aunque los avances en estos 20 a?os han sido significativos, todav¨ªa se desconoce informaci¨®n b¨¢sica de este felino. Por ejemplo, no se sabe cu¨¢ntos a?os vive, cu¨¢ntas cr¨ªas tiene y cu¨¢l es su per¨ªodo de gestaci¨®n
Villalba sostiene que la idea ¡°es poder continuar con los diferentes programas que tenemos y que est¨¢n orientados a mitigar las amenazas al gato andino, principalmente la caza, as¨ª como expandirlos a otras comunidades donde a¨²n no se est¨¢n desarrollando, siempre ajust¨¢ndonos a las realidades locales. La continuidad y expansi¨®n de estos programas ser¨ªa un aporte fundamental para mejorar la situaci¨®n del gato andino¡±.
Para Lagos, se requiere de una transformaci¨®n profunda. ¡°Lo principal es lograr un cambio de paradigma de manera transversal, tanto en la ciudadan¨ªa como en la manera en que se hace la pol¨ªtica y econom¨ªa en los pa¨ªses. Hoy en d¨ªa es evidente la grave crisis ambiental que estamos viviendo y que est¨¢ afectando no solo los ecosistemas donde vive el gato andino, sino tambi¨¦n a bosques, mares y las reservas de agua. Sin un cambio en nuestra manera de pensar y estar ante el mundo, en el que la naturaleza sea prioritaria a cualquier otra necesidad humana, el destino de muchas especies y ecosistemas en el planeta va directo al precipicio". El investigador remata: "En la medida que entendamos de qu¨¦ manera afectamos a la naturaleza, nos enfocaremos m¨¢s en encontrar soluciones que vayan hacia minimizar estos impactos¡±.
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