As¨ª se sabe si un ni?o es feliz en clase
Las buenas relaciones sociales son el primer factor para fomentar el bienestar subjetivo de los menores
Una ni?a, estudiante de cuarto de primaria del colegio Fernando de Rojas de Burgos, pidi¨® un ¡°banco de la amistad¡± para el patio del colegio, con el objetivo de combatir la soledad que muchos ni?os sufren durante el recreo. Un recurso para que los estudiantes que se sintieran solos encontraran un compa?ero al que poder contarle c¨®mo se sienten o si hay algo que les preocupa. Un lugar donde poder compartir. Una propuesta nada balad¨ª puesto que, como afirma Rafael Bisquerra, director del posgrado en Educaci¨®n Emocional y Bienestar de la Universidad de Barcelona, en cualquier edad y, sobre todo, durante la infancia y la adolescencia, ¡°las buenas relaciones sociales son el primer factor en importancia para favorecer el bienestar subjetivo. Pero tambi¨¦n hay otros como son: la salud, si bien lo que afecta es la p¨¦rdida de la salud como factor de malestar; la autoestima; y sentirse ¨²til e importante (saber que los adultos, padres y profesores saben?que el ni?o sirve para algo)".
Por eso, el bienestar subjetivo de los ni?os y ni?as es motivo de estudio desde hace alg¨²n tiempo. Expertos de distintas partes del mundo lo estudian y analizan con el objetivo de conocer qu¨¦ percepci¨®n tienen de su vida los seres humanos durante su infancia, adolescencia y primera juventud. Para acercarse m¨¢s a este conocimiento,?Unicef-Comit¨¦ Espa?ol ha hecho p¨²blico el primer Bar¨®metro de opini¨®n de infancia y adolescencia 2019, recogiendo las opiniones de 8.500 ni?os, ni?as y adolescentes, de entre 11 y 18 a?os, que ayuden a definir y orientar las pol¨ªticas p¨²blicas para esta franja de la poblaci¨®n espa?ola. Unos resultados que muestran que los ni?os y adolescentes valoran positivamente su vida, asign¨¢ndole 7,6 puntos sobre 10, una nota que se reduce a mayor edad y, sobre todo, en el tr¨¢nsito de 12 a 13 a?os.
Luc¨ªa Losoviz, responsable del programa Ciudades Amigas de la Infancia de Unicef Espa?a, explica que este documento es una herramienta que les permite extraer conclusiones de los motivos o causas que llevan a los ni?os y ni?as a tener esas opiniones/respuestas, ofreciendo una informaci¨®n cualitativa. ¡°Los motivos por los que existe una reducci¨®n de bienestar durante ese tr¨¢nsito de edad est¨¢n relacionados con distintas causas. Primero, con el paso de la escuela primaria a la secundaria. La escuela en primaria es un espacio protector, afectivo, donde existe una relaci¨®n cercana con el profesorado, a diferencia del instituto donde, seg¨²n el mismo bar¨®metro, las relaciones con el profesorado decaen. Segundo, con el hecho de que las ni?as manifiestan estados m¨¢s bajos de bienestar, a diferencia de los chicos, debido a los cambios hormonales y la aparici¨®n de la menstruaci¨®n, que influyen en las relaciones con sus pares, en sus estados de ¨¢nimos, etc¨¦tera¡±, agrega Losoviz.
Ferr¨¢n Casas, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Social y coordinador del Equip de Recerca en Inf¨¤ncia, Adolesc¨¨ncia, Drets dels Infants i la seva Qualitat de Vida (ERIDIQV) de la Universitat de Girona, define el bienestar subjetivo como la valoraci¨®n que cada persona hace de su propia vida. Sin embargo, si se profundiza un poco m¨¢s, afirma Ferr¨¢n Casas, ¡°hablamos de la teor¨ªa tripartita del bienestar que recoge afectos positivos y negativos m¨¢s cogniciones porque, desde hace mucho tiempo, sabemos que los humanos pueden convivir con afectos negativos y positivos; es decir, que no son contrapuestos. Las personas podemos sentirnos felices e infelices al mismo tiempo. Por lo tanto, para decidir si una persona tiene o no tiene bienestar subjetivo hay que preguntarle por estos tres elementos¡±.
Hoy en d¨ªa se discute mucho si durante la infancia y la primera adolescencia realmente los aspectos cognitivos se pueden valorar igual que en los adultos. Ferr¨¢n Casas se?ala que ¡°no del todo igual. Existe algo en el proceso de desarrollo cognitivo que evidentemente es distinto en la infancia y en la primera adolescencia. Se puede hablar con un poco de objetividad de bienestar subjetivo a partir de los ocho a?os, porque por debajo de esta edad no tenemos instrumentos fiables¡±.
Hasta mediados del siglo pasado, los indicadores de bienestar se recog¨ªan en muestras de poblaci¨®n adulta y ten¨ªan que ver con el cambio, entendido como cambio social positivo asociado a indicadores econ¨®micos m¨¢s otros indicadores de condiciones materiales de vida. Ferr¨¢n Casas comenta que ¡°la verdadera revoluci¨®n en las ciencias sociales tuvo lugar cuando se incorporaron indicadores que reflejaban tambi¨¦n datos subjetivos que fueran ¨²tiles en la toma de decisiones de gobierno¡±. Actualmente, prosigue este catedr¨¢tico en Psicolog¨ªa Social, ¡°nos hemos dado cuenta de que hay datos proporcionados por los ni?os y ni?as que ofrecen la mejor informaci¨®n. Por ejemplo, si un ni?o est¨¢ satisfecho o no con la escuela o si a un ni?o le hacen bullying en ella, quien mejor lo sabe son los ni?os y ni?as. Preguntar a los adultos, que es lo que se hac¨ªa antes, es perder calidad en la informaci¨®n porque el maestro no lo ve todo y las madres no lo saben todo de la escuela. Cuando uno asume esto y se plantea mejorar las pol¨ªticas de infancia en el sentido amplio o m¨¢s restrictivo (por ejemplo, mejorando la seguridad de los ni?os o luchando contra el bullying en la escuela), es imprescindible recoger datos en la fuente primaria, que son los ni?os y las ni?as¡±.
La responsable del programa Ciudades Amigas de la Infancia de Unicef Espa?a apunta que los factores que incrementan el bienestar subjetivo en ni?os, ni?as y adolescentes son ¡°las relaciones con sus amigos, amigas y familia, sus aficiones, tener tiempo para jugar principalmente con sus amigos, pero tambi¨¦n con sus familias y, especialmente, fuera de casa¡±. Por el contrario, lo que menos valoran y lo que menos felicidad les aporta, seg¨²n Losoviz, es ¡°jugar solos (a medida que crecen lo valoran un poco m¨¢s) y tambi¨¦n el rendimiento escolar, la vida en el centro educativo y las relaciones con el profesorado¡±.
Las escuelas y las familias son entornos id¨®neos para ayudar a ni?os, ni?as y j¨®venes a desarrollar una conciencia de bienestar. Bisquerra hace hincapi¨¦ en que es necesario que ¡°los adultos act¨²en como modelos de comportamiento y contribuyan a crear climas emocionales de bienestar en la familia y en la escuela. Sabiendo que esto es la mejor estrategia de prevenci¨®n de la violencia y otros comportamientos de riesgo¡±.
Hace un par de a?os, Andy Hargreaves, profesor de Dennis Shirley, profesor en educaci¨®n, public¨® el art¨ªculo Well-being and success en EdCan Network [portal educativo de Canad¨¢] donde demostraba el impacto que tiene el bienestar subjetivo en el logro acad¨¦mico. Por eso es tan importante, en opini¨®n de Carmen Pellicer, presidenta de la Fundaci¨®n Trilema, que la escuela se convierta en un agente para que este bienestar subjetivo se incremente durante las edades escolares, porque asegura que ¡°el logro acad¨¦mico no implica necesariamente que un ni?o se sienta bien consigo mismo; es decir, puede haber ni?os que tengan una vida acad¨¦mica espectacular pero que est¨¦n deprimidos o se sientan mal, pero no hay ning¨²n ni?o que con fracaso escolar tenga bienestar subjetivo. El bienestar subjetivo, s¨ª o s¨ª, requiere que el ni?o tenga una vida escolar estable, adem¨¢s de ¨¦xito acad¨¦mico¡±.
Para lograr ese bienestar vinculado con lo acad¨¦mico, la presidenta de la Fundaci¨®n Trilema asegura que ¡°el sistema tradicional de notas, de aprendizaje mec¨¢nico y de centrarse solo en matem¨¢ticas o lengua, no es el m¨¢s adecuado para que los ni?os triunfen en el sistema¡±. En su opini¨®n, ¡°es necesario un cambio real del sistema, sobre todo, en educaci¨®n infantil y primaria, que son los a?os cr¨ªticos para que el ni?o adquiera el tono vital. Porque pensamos mucho en la adolescencia, pero tambi¨¦n es necesario trabajarlo en etapas anteriores. Es necesario un cambio y, sobre todo, que el curr¨ªculum integre otro tipo de aprendizajes en la escuela, como es el aprendizaje de habilidades 21, especialmente las socioemocionales, las de autorregulaci¨®n, de pensamiento cr¨ªtico, etc¨¦tera. Todo lo que prepara la educaci¨®n del car¨¢cter del ni?o -no solo cu¨¢nto sabe, sino c¨®mo es, qu¨¦ tipo de personalidad adquiere-, es fundamental. Porque ver la botella medio llena en lugar de medio vac¨ªa se aprende, no es innato. Y no depende ¨²nica y exclusivamente de las circunstancias; depende en gran medida de c¨®mo se educa a un ni?o¡±. Carmen Pellicer concluye que ¡°el ni?o no elige la familia en la que nace, pero la escuela s¨ª puede ayudarle a afrontar sus circunstancias de una manera distinta. Al final, el sistema educativo puede ayudar a que los ni?os que nacen en entornos desfavorecidos, emocionalmente da?ados o inseguros, no se hundan¡±.
Ferr¨¢n Casas se pregunta si el rendimiento escolar es el ¨²nico objetivo a alcanzar en la vida, o si queremos que los ni?os sean felices y que su felicidad contribuye a la propia satisfacci¨®n con la escuela a la que asisten. Ante esta cuesti¨®n, el miembro de ERIDIQV asevera que ¡°lo id¨®neo ser¨ªa que la escuela fuera capaz de articular dos mundos, el mundo de las relaciones con los iguales, con los amigos, que desborda a la escuela y enriquece la vida de estudiante, y el mundo de la escuela, en el que se obtengan buenas notas o tenga buenas relaciones con los profesores, haci¨¦ndoles sentir orgulloso de ella. Hoy en d¨ªa, la escuela est¨¢ creada solo para articular uno de esos mundos. Esto nos ha de hacer reflexionar, porque el mundo de los iguales es muy importante para la vida global de los ni?os y ni?as, para su satisfacci¨®n global¡±.
Para alcanzar esta satisfacci¨®n global, Ferran Casas apuesta por desarrollar acciones distintas en las etapas de primaria y de secundaria. En la primera, este psic¨®logo apuesta porque los ni?os ¡°perciban que tienen derechos y que sus derechos son respetados por los adultos¡±. En secundaria, los amigos adquieren una mayor relevancia, ¡°las redes que se establecen con iguales, el uso del tiempo y el sentimiento de que se tiene un margen de libertad para utilizarlo como se quiere. Seg¨²n vayan avanzando en su madurez, adquirir¨¢ m¨¢s relevancia la satisfacci¨®n con los logros conseguidos e ir¨¢ apareciendo todo lo relacionado con el sentido de la vida¡±.
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