A favor de una diplomacia mundial en materia de salud
Una pol¨ªtica exterior eficaz es la que se ejecuta en segundo plano, no es ni llamativa ni especialmente visible. Los gobiernos deben adoptar urgentemente este enfoque con la crisis del coronavirus
Una de las caracter¨ªsticas de una pol¨ªtica exterior eficaz es que se ejecuta en segundo plano, no es ni llamativa ni especialmente visible. Los gobiernos deben adoptar urgentemente este enfoque para detener el creciente p¨¢nico mundial causado por el brote de coronavirus. El virus se ha propagado a casi medio centenar de pa¨ªses. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) declar¨® recientemente que el brote es una emergencia sanitaria mundial.
Por el momento, reina el p¨¢nico. Las empresas globales de tecnolog¨ªa, como por ejemplo Google, Apple, Facebook y Tesla, han suspendido temporalmente sus operaciones en China y han pedido a sus empleados que trabajen desde casa. Muchas aerol¨ªneas extranjeras, fabricantes de autom¨®viles, cadenas de venta al por menor y de entretenimiento e instituciones financieras han tomado medidas similares. Y, en Estados Unidos, los ciudadanos y estudiantes de origen asi¨¢tico se enfrentan a una oleada de comentarios xen¨®fobos sobre su comida, cultura y forma de vida.
Adem¨¢s, muchos pa¨ªses se han unido a Estados Unidos para denegar temporalmente la entrada a los extranjeros que han viajado recientemente dentro de China. Sin embargo, destacados expertos en salud mundial sostienen que es improbable que pol¨ªticas restrictivas como ¨¦stas, que suelen estar reservadas para situaciones que ponen en peligro la vida, detengan la propagaci¨®n de lo que la OMS ha bautizado ahora como Covid-19.
En cambio, esas medidas han avivado el p¨¢nico entre los inversores. La mayor¨ªa de las acciones chinas en las bolsas de valores cayeron bruscamente cuando se reanudaron las operaciones tras la fiesta de A?o Nuevo de este pa¨ªs, y algunos ¨ªndices de mercado sufrieron sus mayores ca¨ªdas de un solo d¨ªa en m¨¢s de una d¨¦cada. Debido a que China es la segunda econom¨ªa m¨¢s grande del mundo, estas p¨¦rdidas financieras tendr¨¢n un impacto a nivel mundial. Adem¨¢s, el impacto disruptivo que tiene el Covid-19 sobre los mercados laborales, los viajes, y la producci¨®n de las f¨¢bricas perjudicar¨¢ a las operaciones de las empresas globales que dependen de la fuerza de fabricaci¨®n y las cadenas de suministro de China.
La crisis es un recordatorio de por qu¨¦ los gobiernos deben considerar la salud como un componente esencial de la pol¨ªtica exterior. De hecho, gran parte del p¨¢nico actual podr¨ªa haberse evitado si los l¨ªderes pol¨ªticos hubieran ido tras el logro de una diplomacia mundial.
Las estrategias que probablemente resulten m¨¢s efectivas para hacer frente a esta y a futuras epidemias requerir¨¢n que los gobiernos y otros agentes cooperen m¨¢s estrechamente
En el pasado, los gobiernos han reconocido el papel de la salud como un instrumento crucial de la pol¨ªtica exterior, incluso en la Declaraci¨®n Ministerial de Oslo de 2007. Sin embargo, la aplicaci¨®n de esta idea se ha tornado cada vez m¨¢s dif¨ªcil debido al ascenso mundial del nacionalismo de extrema derecha, que plantea a los diplom¨¢ticos el desaf¨ªo de mantener relaciones amistosas con aliados demonizados por sus propios gobiernos.
Las pol¨ªticas exteriores impulsivas destinadas a hacer frente a esta crisis ¡ªcomo por ejemplo la prohibici¨®n de viajar y la suspensi¨®n de las actividades econ¨®micas¡ª no solo no est¨¢n respaldadas por pruebas cient¨ªficas, sino que es probable que resulten perjudiciales a largo plazo. Por el contrario, el poder blando, o la capacidad de un pa¨ªs para configurar las preferencias de los dem¨¢s mediante la persuasi¨®n y la diplomacia, suele ser mucho m¨¢s eficaz.
De hecho, tres de las estrategias que probablemente resulten m¨¢s efectivas para hacer frente a esta y a futuras epidemias requerir¨¢n que los gobiernos y otros agentes cooperen m¨¢s estrechamente, establezcan una profunda confianza mutua y desarrollen plataformas que promuevan la difusi¨®n gratuita de datos cient¨ªficos basados en evidencia.
1. Salud, un bien p¨²blico global
Para empezar, la salud deber¨ªa considerarse un bien p¨²blico global. Los pa¨ªses que cuentan con sistemas s¨®lidos de recopilaci¨®n y difusi¨®n de investigaciones cient¨ªficas deber¨ªan establecer redes de colaboraci¨®n por medio de las cuales los pa¨ªses de ingresos bajos y medianos puedan informar y publicar informaci¨®n sobre brotes infecciosos. Afortunadamente, las principales revistas m¨¦dicas internacionales, incluidas The Lancet y The New England Journal of Medicine, est¨¢n recolectando datos. Esto es fundamental, porque el nuevo coronavirus no ha sido el ¨²nico brote que se ha propagado a nivel mundial en las ¨²ltimas semanas; tambi¨¦n hay una epidemia de desinformaci¨®n, especialmente en redes sociales.
2. Evitar estigmas
En segundo lugar, no se debe hacer que los pa¨ªses en los que se originen brotes potenciales se sientan estigmatizados. Es necesario que los gobiernos creen canales formales y confidenciales a trav¨¦s de los cuales los funcionarios puedan compartir libremente la informaci¨®n sobre los nuevos riesgos para la salud o los posibles brotes.
Covid-19 se ha difundido tan ampliamente, en parte porque el gobierno chino ten¨ªa verg¨¹enza pol¨ªtica e inicialmente suprimi¨® la informaci¨®n cuando los m¨¦dicos de Wuhan dieron la alarma sobre los casos infecciosos. Aunque los pa¨ªses cuentan con diversos mecanismos para informar al p¨²blico sobre los riesgos relacionados con la salud, una diplomacia mundial en materia de salud m¨¢s coordinada podr¨ªa haber mitigado el impacto de la epidemia.
3. Gesti¨®n de datos compartida
En tercer lugar, los gobiernos deber¨ªan invertir en la creaci¨®n de sistemas de gesti¨®n de datos que permitan seguir la propagaci¨®n de las epidemias, preferiblemente en tiempo real. ?stos podr¨ªan parecerse al cuadro de mando para la innovaci¨®n creado por el Center for Systems Science and Engineering de la Universidad Johns Hopkins para rastrear el brote. Este cuadro recopila datos de la OMS, los Centros de Control y Prevenci¨®n de Enfermedades de Estados Unidos y sus hom¨®logos europeos y chinos, y la Comisi¨®n Nacional de Salud de China, todo en tiempo real. Estos datos son vitales para ayudar a los gobiernos a tomar decisiones informadas sobre la mejor manera de hacer frente al virus.
En un mundo globalizado, no podemos permitirnos ignorar los riesgos para la salud que surgen en otros pa¨ªses. Por consiguiente, los gobiernos de los pa¨ªses ricos en particular no deben considerar el aumento de la globalizaci¨®n y la interdependencia como un fen¨®meno puramente econ¨®mico que permite a las empresas establecer operaciones de fabricaci¨®n y cadena de suministro en las econom¨ªas de ingresos medios y bajos. Los pa¨ªses privilegiados tambi¨¦n tienen la responsabilidad de establecer mecanismos de apoyo que ayuden a otros a hacer frente a las nuevas amenazas para la salud.
Frente a una epidemia mundial, los l¨ªderes pol¨ªticos deben guiarse por las pruebas cient¨ªficas y la compasi¨®n, y no por las an¨¦cdotas y la xenofobia. Una diplomacia mundial en materia de salud que sea ilustrada podr¨ªa salvar innumerables vidas.
Junaid Nabi es investigador en salud p¨²blica del Brigham and Women¡¯s Hospital y de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston.
Traducci¨®n del ingl¨¦s: Roc¨ªo L. Barrientos. Copyright: Project Syndicate, 2020. www.project-syndicate.org
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