Que alguien haga algo contra la humillaci¨®n de los menores tutelados

Se requiere urgentemente un procedimiento al margen de la pol¨ªtica, independiente y exhaustivo, que indague sobre los casos de prostituci¨®n de adolescentes que est¨¢n en centros de acogida de Mallorca tras la denuncia de una ni?a violada.
Mallorca. Si nadie hace algo al respecto de este ¨²ltimo y tremebundo incidente de abusos sexuales a menores, la isla dejar¨¢ de ser arena, sol y guiris saltando desde los balcones, y ser¨¢ sin¨®nimo de Rotherham, los Maristas de Barcelona, Larry Nassar y Jimmy Savile. Y ser¨¢ merecidamente.
Todos los casos de violaci¨®n de menores tutelados tienen los mismos ingredientes: ni?os vulnerables, adultos con una autoridad que los hace intocables, la invisibilidad inherente a estos peque?os y una cultura del silencio. Tenemos culpa colectiva de esto ¨²ltimo. Ha habido una lamentable escasez de cobertura respecto a este horrible caso. Y cuando se ha hablado, no ha sido para exigir desde la indignaci¨®n un cambio sino, por el contrario, con la ¨²nica y c¨ªnica intenci¨®n de utilizar la violaci¨®n y la prostituci¨®n de menores como munici¨®n pol¨ªtica.
Las instituciones son el ¨²ltimo recurso que tienen unos ni?os ya de por s¨ª olvidados, privados de derechos, solos y hundidos. Las familias de origen no son una opci¨®n para ellos por las peores razones. Las casas de acogida no tienen espacio para ellos. Las calles son su ¨²nica alternativa. Los re¨²nen como a perros callejeros, los recluyen a la fuerza en instituciones sin apenas protecci¨®n ni supervisi¨®n, sin opci¨®n para recibir formaci¨®n y, para los que carecen de residencia, sin la menor posibilidad de trabajar. A falta de formaci¨®n y de oportunidades laborales, el cuerpo es su ¨²nica forma de generar ingresos. Podr¨ªamos perfectamente colgarles un cartel que dijera ¡°c¨®mprame¡±. Estos ni?os son el sue?o h¨²medo de un ped¨®filo.
Es ingenuo hasta rayar en la ignorancia deliberada el creer que Mallorca es un caso aislado. Todas las comunidades aut¨®nomas de Espa?a tienen centros de protecci¨®n de menores y, desconcertantemente, cada una los gestiona de manera distinta. Est¨¢n llenos de adolescentes excluidos socialmente que no tienen ad¨®nde ir y para quienes la oferta de unas Nike nuevas y un cart¨®n de tabaco es suficiente incentivo para negociar con lo ¨²nico que les queda para dar. Y a demasiados de ellos, si no est¨¢n dispuestos a darlo, se lo quitan sin m¨¢s, con violencia e impunidad.
Experimento momentos de profunda incredulidad en los que me parece que, en determinadas circunstancias, mi amada Espa?a (al igual que otras muchas naciones) puede ser un pa¨ªs extremadamente b¨¢rbaro y despiadado a la hora de proteger a los ni?os. Los centros de protecci¨®n de menores deber¨ªan, por definici¨®n, ofrecer espacios seguros a los cr¨ªos. Deber¨ªan tener una plantilla de profesionales adecuadamente preparados, ofrecer formaci¨®n y una bolsa de trabajo, y tener mecanismos de queja visibles y accesibles para estos ni?os maltratados, explotados, utilizados, forzados sexualmente y rechazados a diario. En la actualidad, estas cosas no existen de manera consistente o significativa en todos estos centros. En Espa?a. Un pa¨ªs en lo m¨¢s alto de la lista Bloomberg de los pa¨ªses m¨¢s saludables del mundo. Y, para m¨ª, es innegable que lo es. A no ser que seas un menor sin un lugar al que acudir.
Mientras los pol¨ªticos de todos los partidos se glorifican a s¨ª mismos y presumen de sus logros y se comportan como matones de patio de recreo. Mientras prometen cosas, sueltan frases rimbombantes y aprovechan la oportunidad para hacerse fotos. Mientras anuncian nuevas leyes de protecci¨®n de la infancia que se demoran mucho tiempo y exigen esfuerzos herc¨²leos para materializarlos (a pesar de que el Comit¨¦ de los Derechos del Ni?o de Naciones Unidas lleva ocho a?os exigi¨¦ndolas, y un n¨²mero abrumador de ONG, v¨ªctimas adultas de abusos, profesionales de la atenci¨®n a la infancia y progenitores abogan por ellas desde hace mucho m¨¢s). Mientras todos ellos juran un¨¢nimemente proteger los derechos de los menores y convertir el mundo en un lugar m¨¢s seguro para ellos, todo lo que los ciudadanos deben hacer es abrir los ojos y ver la realidad de la situaci¨®n actual: que demasiados ni?os en Espa?a no solo est¨¢n faltos de seguridad y en situaci¨®n de riesgo, sino que corren el peligro de ser abandonados por completo.
Se requiere urgentemente un procedimiento apol¨ªtico, independiente y exhaustivo por parte de especialistas en protecci¨®n a la infancia que indague sobre la tragedia de Mallorca. Y se debe actuar r¨¢pidamente en virtud de sus resultados y recomendaciones. A todos los pol¨ªticos de todos los partidos yo les dir¨ªa: a la mierda vuestra pol¨ªtica, a la mierda vuestras promesas vac¨ªas, a la mierda vuestras mentiras. Encontrad algo de integridad, comprended que esta es una cuesti¨®n humanitaria, y proteged a nuestros ni?os.
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