Nacer y crecer bajo las bombas en Siria

En solo cinco a?os, Kinda, de nueve a?os, Bayan, de 13, sus otros tres hermanos, su madre y su abuela se vieron obligados a huir tres veces. Saben lo que es caminar de sol a sol sin descanso buscando algo de seguridad en medio de la violencia. ¡°El camino era muy dif¨ªcil, tuvimos que andar sobre pinchos y alambres. Est¨¢bamos muy asustados¡±, explicaba Kinda en un testimonio recogido por Unicef. Tras a?os de desplazamientos, la familia, que perdi¨® al progenitor, decidi¨® volver a su casa rural en el norte de Alepo. All¨ª, sobre las ruinas de su antiguo hogar, levantaron una tienda de campa?a en la que llevan seis a?os viviendo. Con vivencias similares, aproximadamente 4,8 millones de ni?os han nacido en el pa¨ªs desde el estallido de la guerra. A esta cifra se suma otro mill¨®n m¨¢s que lo han hecho ya como refugiados en pa¨ªses vecinos. Todos ellos siguen en 2020 afrontando las devastadoras consecuencias de una guerra cronificada.

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"La guerra en Siria alcanza hoy otro hito vergonzoso", ha declarado la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, que visit¨® Siria la semana pasada. "En el noveno aniversario del conflicto, hay millones de ni?os que est¨¢n entrando en su segunda d¨¦cada de vida rodeados de guerra, violencia, muerte y desplazamientos. La necesidad de paz nunca ha sido m¨¢s apremiante". Para Ted Chaiban, director regional de Unicef en Oriente Pr¨®ximo y norte de ?frica, el contexto en Siria es uno de los m¨¢s complejos del mundo. "La violencia y el conflicto siguen activos, lamentablemente, en varios lugares del pa¨ªs, como en el noroeste, con graves consecuencias para los ni?os", ha explicado Chaiban, quien acompa?¨® a Fore en su visita.

A esta petici¨®n de paz de los m¨¢ximos dirigentes de la Agencia de Naciones Unidas para la Infancia se ha unido el Comit¨¦ Espa?ol que ha puesto en marcha una acci¨®n en redes sociales para pedir, una vez m¨¢s, que se ponga fin a la contienda e impedir que llegue a cumplir 10 a?os. ¡°Con esta ilustraci¨®n queremos simbolizar, a trav¨¦s de un juego infantil en el que vas avanzando casillas hasta llegar a 10, la necesidad de parar una guerra que deja ya nueve a?os de muerte, destrucci¨®n y tiempo de infancia perdidos¡±, reitera el director ejecutivo de Unicef Espa?a, Javier Martos. ¡°Nuestro grito con la etiqueta #QueNoLleguea10 quiere dejar claro que los menores de edad sirios llevan demasiado tiempo sufriendo".

Sarna, diarreas y campamentos informales

En Idlib, en el noroeste sirio, el recrudecimiento del conflicto armado, sumado a las duras condiciones del pasado invierno y la ca¨ªda de las temperaturas, adem¨¢s de una crisis humanitaria grave, ha tenido un impacto muy alto en la vida de cientos de miles de ni?os y sus familias. M¨¢s de 960.000 personas, entre ellas unos 575.000 menores de edad, se han visto obligadas a desplazarse desde el pasado 1 de diciembre. Por otro lado, en el noreste, al menos 28.000 ni?os de m¨¢s de 60 pa¨ªses siguen atrapados en campamentos de desplazados, sin acceso a los servicios m¨¢s b¨¢sicos.?

Ni?os forzados a trabajar

B. Hern¨¢ndez

La econom¨ªa maltrecha de un pa¨ªs en guerra casi una d¨¦cada ha llevado a que ni?os como Imad, de 13 a?os, trabajen reparando coches en un taller mec¨¢nico para sostener a su familia. "Es evidente que nueve a?os de combates brutales han llevado al pa¨ªs al l¨ªmite. Las familias nos han contado que, en casos extremos, no han tenido m¨¢s remedio que enviar a sus hijos a trabajar u obligar a sus hijas a contraer matrimonios tempranos. Ning¨²n padre deber¨ªa verse obligado a tomar decisiones as¨ª", ha explicado Ted Chaiban, director regional de Unicef en Oriente Pr¨®ximo y Norte de ?frica, quien acompa?¨® a Fore en su visita.

"La mayor¨ªa de pacientes que tenemos que admitir en hospitales con enfermedades evitables son ni?os, porque son muchos m¨¢s vulnerables y fr¨¢giles", explica Manuel L¨®pez, coordinador general de MSF para el noroeste de Siria. L¨®pez se?ala que no ha habido grandes epidemias de sarampi¨®n o malaria, pero s¨ª que las enfermedades respiratorias o las diarreas son las m¨¢s frecuentes entre la infancia.?En esta zona del pa¨ªs deben quedar siete hospitales en pie para unos tres millones de habitantes m¨¢s todos los desplazados que han llegado a la zona. Son un n¨²mero "insuficiente", asegura el experto.

El otro gran peligro del hacinamiento y de los campamentos informales que han ido proliferando en la zona, se?ala L¨®pez, son las enfermedades de tipo dermatol¨®gico, como la sarna. "Todos durmiendo bajo una misma manta hace que se transmitan como la p¨®lvora", advierte. M¨¦dicos Sin Fronteras ha repartido equipos de higiene b¨¢sicos, mantas y utensilios de cocina para comenzar a vivir con algunos materiales en lugares donde no hay ni agua potable.?

Desesperanza y escuelas destruidas

La otra gran consecuencia son las secuelas psicol¨®gicas que provoca vivir en un conflicto prolongado en el tiempo. Todos los menores de 15 a?os presentan un cuadro cl¨ªnico de ansiedad alto, explica L¨®pez de MSF, por la p¨¦rdida de familiares, amigos, y por haber tenido que dejar su casa, adem¨¢s de por las condiciones en las que habitan.

"Hay algo com¨²n en todas las crisis, ya sea en Lesbos, Turqu¨ªa o en Idlib, y es la desesperanza: ven como la situaci¨®n se enquista, siguen viviendo en un campo de refugiados y no ven la salida. Los cuadros de ansiedad se agravan, acompa?ados de s¨ªndromes postraum¨¢ticos, y las enfermedades mentales, que no est¨¢n debidamente tratadas, se convierten en agudas y graves y son m¨¢s dif¨ªciles de curar", explica L¨®pez. El acceso a la atenci¨®n m¨¦dica o la asistencia psicosocial es una tarea que tambi¨¦n ha asumido Cruz Roja Internacional, especialmente en los campos de refugiados del L¨ªbano, donde se albergan 1,6 millones de refugiados procedentes de Siria.

La otra tragedia del pa¨ªs est¨¢ en las aulas. La pandemia global causada por el virus Covid-19 ha cerrado las pocas escuelas que permanec¨ªan abiertas. La guerra, adem¨¢s, ha provocado que m¨¢s de dos millones de ni?os y ni?as no tengan acceso al colegio, seg¨²n Cruz Roja Internacional. Adem¨¢s, cada d¨ªa dos centros educativos son da?ados o abandonados por culpa de los bombardeos en Idlib, se?ala Save The Children. La organizaci¨®n denuncia que desde que se empez¨® a intensificarse el conflicto en abril de 2019, 570 colegios de los 1.062 que hay en toda la regi¨®n han sido da?ados, destruidos o est¨¢n situados en ¨¢reas demasiado peligrosas para que los alumnos puedan acceder.?

La pandemia global por el Covid-19 ha cerrado las pocas escuelas que permanec¨ªan abiertas a lo largo del pa¨ªs

¡°Una escuela proporciona m¨¢s que educaci¨®n: ofrece estabilidad y rutina; cruciales ambas para la salud mental y la recuperaci¨®n de los peque?os despu¨¦s de experimentar tanto horror y p¨¦rdida¡±, se?ala Sonia Khush, directora de Save The Children en Siria. Para ayudar en esto, la organizaci¨®n internacional ha puesto en marcha aulas m¨®viles donde ense?an materias b¨¢sicas como lengua y matem¨¢ticas, adem¨¢s de proporcionar apoyo emocional y psicosocial a trav¨¦s del juego para ayudarles a recuperarse de las experiencias traum¨¢ticas. La organizaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ distribuyendo, junto a sus socios locales, material escolar como libros de texto y mochilas.

Unicef, por su parte, proporciona educaci¨®n formal e informal a casi tres millones de ni?os en escuelas como la de Kinda y Bayan, cercana a la tienda de campa?a donde viven en Alepo. "Nuestro mensaje es claro: dejad de atacar escuelas y hospitales. Dejad de matar y mutilar ni?os. Garantizadnos el acceso transfronterizo y entre zonas de combate que necesitamos para llegar a las familias que lo necesitan. Los ni?os llevan demasiado tiempo sufriendo¡±, ped¨ªa Henrietta Fore. Quiz¨¢ Kinda y Bayan, junto a su familia, no tengan que volver a huir m¨¢s y les aguarde un futuro lejos de las bombas.

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