La bioqu¨ªmica espa?ola que encontr¨® en Mozambique alumnos ¨¢vidos por aprender

Empezaba el d¨ªa, como cada ma?ana en mi despacho de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), revisando el correo. Me encontr¨¦ entre tantos otros, uno sin remitente conocido que en el asunto indicaba: "Se buscan profesores de Bioqu¨ªmica para dar clases en Mozambique". El coraz¨®n se me aceler¨®, sin motivo aparente, aunque al leerlo en profundidad entend¨ª la raz¨®n. Hac¨ªa a?os que deseaba hacer algo bueno, sin m¨¢s, y aqu¨ª estaba la oportunidad.

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Conoc¨ªa el proyecto del doctor L¨®pez y sus colaboradores. Sab¨ªa que van a Mozambique a formar m¨¦dicos. Y en eso es justo en lo que creo. Cualquier humano de entre los millones de personas que existen en este planeta, se ve conmovido por el drama de la migraci¨®n, pero si eres Canario y has visto c¨®mo llegan a tu costa pateras, en ocasiones llenas y en otras vac¨ªas ¡ªcon lo que ello significa¡ª, m¨¢s.

Me falt¨® tiempo para contestar a aquella llamada, a ponerme en marcha, a querer saber m¨¢s, a que me escogieran a m¨ª para ir. Porque creo en la educaci¨®n como herramienta, en la colaboraci¨®n para hacer crecer a otras personas a la vez que nosotros crecemos en superlativo. Adoro ense?ar y aprender. Y esta oportunidad era una experiencia premium para ambas cosas, que siempre van de la mano.

Y as¨ª fue. All¨ª me plant¨¦ para estar quince d¨ªas ense?ando a los alumnos de Medicina de la Universidad Cat¨®lica de Mozambique, en Beira, lo mismo que transmito a mis estudiantes en Espa?a; eso si, previendo que tendr¨ªa que adaptar la materia, bajar el nivel y superar la barrera idiom¨¢tica. Todas esas previsiones que hice con las premisas de primer mundo sirvieron para poco. Cuando vi a mis nuevos alumnos, comprend¨ª al instante que ellos iban a aceptar lo que les ofreciera como un regalo y que les iba a parecer todo maravilloso, as¨ª les hablara en castellano, portugu¨¦s o ingl¨¦s, cualquiera que fuera el contenido de la materia, mucho o poco, dif¨ªcil o f¨¢cil. Lo quer¨ªan todo, viniera como viniera, sin ninguna exigencia y con todo el agradecimiento del mundo.

Cuando por culpa de la situaci¨®n sanitaria global que estamos viviendo, tuve que volverme a casa unos d¨ªas antes de lo previsto, todos expresaron tristeza. Todos. No dudo que mis estudiantes en Espa?a me tengan cierto aprecio, pero si alg¨²n d¨ªa se suspende alguna clase, tengo bien claro que eso no les causa ninguna pena. Esto no quiere decir que nuestros alumnos sean malos, sino que aquellos saben que cada oportunidad de aprender es ¨²nica y quiz¨¢s no se pueda volver a repetir.

En Mozambique, cada dos a?os aproximadamente, tienen una cat¨¢strofe natural que los lleva a sufrir epidemias de c¨®lera. Su poblaci¨®n est¨¢ adem¨¢s altamente afectada de tuberculosis y el VIH. Tambi¨¦n tiene otros graves problemas sociosanitarios. El proyecto Formaci¨®n Integral de M¨¦dicos ha formado a 220 m¨¦dicos mozambique?os. Todos ellos trabajan ahora en su sistema sanitario y por primera vez en muchos a?os estos profesionales aut¨®ctonos han sido los responsables de la contenci¨®n de la ¨²ltima epidemia de c¨®lera acontecida en su pa¨ªs.

Todas las previsiones que hice con las premisas de primer mundo sirvieron para poco

Como labor social es fant¨¢stica. ?No creen? E incluso podr¨ªamos cuantificar el ahorro de costes, tan acostumbrados a mirar el aspecto econ¨®mico de todo en nuestra sociedad, y saldr¨ªa un balance positivo. Pero no se enga?en, el mayor beneficio se obtiene de su orgullo, de ver a una poblaci¨®n que logra superar por s¨ª misma sus dramas, sus miedos. Los j¨®venes africanos a menudo van cogidos de la mano para emprender un camino, yo siempre pens¨¦ que era por costumbre. Ojal¨¢ sea as¨ª y no que solos se encuentran desvalidos para afrontar la vida que les ha tocado vivir.

Esta experiencia la he vivido acompa?ada f¨ªsicamente por la doctora Taida Mart¨ªn, hemat¨®loga del Hospital Universitario de Canarias, y emocionalmente por el director del proyecto, Luis, as¨ª como por la encargada de log¨ªstica, Mar¨ªa, desde Gran Canaria. Los nombro aqu¨ª por agradecimiento, porque una experiencia como esta tiene su epicentro en los protagonistas, que son los mozambique?os, pero su desarrollo est¨¢ marcado por las personas que te acompa?an. Todos me han hecho pasar una de las semanas m¨¢s intensas y apasionantes de mi vida. Con Taida en especial, he departido risas y reflexiones sobre el agotamiento al que nos somet¨ªan diariamente las demandas ben¨¦volas de los estudiantes, a las que por otra parte no nos pod¨ªamos resistir. He visto mudar su voz fina y delicada de una mujer adulta hac¨ªa una voz ronca y apenas audible en unos cinco d¨ªas. Cualquier sindicalista versado en riesgos laborales nos hubiera recomendado una baja.

Son muchas las emociones y reflexiones que se obtienen de este tipo de experiencia, pero me quedar¨ªa con la sensaci¨®n de que eres importante ¨²nicamente porque sabes y ellos anhelan aprender. Ning¨²n otro aspecto tiene valor. Sin duda, volver¨¦.

La bioqu¨ªmica Pilar Fern¨¢ndez es profesora en la Universidad de Las Palmas.

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