La etiqueta de la videollamada: c¨®mo comportarse para no desentonar frente a la pantalla
De todos los usos y costumbres, no hay uno que urja m¨¢s dominar
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Un d¨ªa de malestar general, dolor de cabeza y fiebre fue suficiente para encerrarme en un cuarto de la casa, sospechoso de tener el nuevo coronavirus. Recuerdo el momento de "entrar a vivir" en los 8 metros cuadrados porque me dieron cuatro obsequios (una pastilla de jab¨®n, con su toalla, un rollo de papel higi¨¦nico, una mascarilla) y una advertencia: si das positivo habr¨¢ que desinfectar todo lo que toques ¡ªafortunadamente no fue el caso¡ª. Comprendida la amenaza, no me separ¨¦ del port¨¢til y el m¨®vil, que bastante sobados estaban ya.
El plan estaba claro: me enganchar¨ªa a los grupos de WhatsApp, a las series, a LaLiga que a¨²n se jugaba, y har¨ªa un curso online que hab¨ªa dado por perdido por falta de tiempo. Lo que no me esperaba fueron las videollamadas que llegaban desde el sal¨®n, con mi esposa y mis hijos arremolinados frente a la c¨¢mara. Deber¨ªan haber sido totalmente absurdas, pero me resultaron extra?amente c¨¢lidas. Aunque algo no encajaba: era yo, con la barba de un n¨¢ufrago, vistiendo un atuendo digno del gran Lebowski y con la c¨¢mara apuntando al techo. En aquel momento, antes de que se declarase el estado de alarma, me jur¨¦ que aprender¨ªa una lecci¨®n de etiqueta para no desentonar en el nutrido elenco de apps para hacer videollamadas. Ahora que se han puesto de moda, a m¨ª no hay quien me tosa.
Que la pantalla no parezca un confesionario
En un libro de videollamadas para dummies a esto se le dedicar¨ªa un cap¨ªtulo entero, pero a un lector inteligente le bastan un par de frases: no te pases la llamada mirando hacia abajo como si estuvieras confes¨¢ndole los pecados al cura. "Tenemos la tendencia a mirar a las personas en la pantalla, pero deber¨ªas mirar a la c¨¢mara cuando hables para que sientan que te diriges directamente a ellas", aconsejan en el blog de Zoom, una de las aplicaciones de videoconferencia m¨¢s populares del momento.
Tampoco est¨¢s en una consulta de rinolog¨ªa, y a nadie le interesan las profundidades de tu nariz, as¨ª que puedes ahorrarte el esfuerzo de ponerte el port¨¢til en el regazo. Lo correcto es situar la c¨¢mara a la altura de los ojos, y no demasiado cerca: la ¨®ptica de la c¨¢mara deforma la imagen y resta bastante atractivo, un h¨¢ndicap inasumible ahora que los usuarios de apps de citas les dedican un 25% m¨¢s de tiempo.
Dos botones fundamentales
Para iniciar una videoconferencia solo hay que saber usar dos botones, uno activa la c¨¢mara y otro el micr¨®fono. Para un uso personal no hace falta controlar nada m¨¢s, pero en el ¨¢mbito profesional las normas son algo m¨¢s estrictas. Seg¨²n el gur¨² de la eficiencia directiva Mark Murphy ha explicado en la revista Forbes, todo el mundo debe usar la c¨¢mara. No hacerlo crea una situaci¨®n de asimetr¨ªa. Nada de oyentes: "Si solo algunas personas usan v¨ªdeo, la cohesi¨®n del equipo se erosiona r¨¢pidamente". Pero no quieras ser tan estricto como la mujer que se llev¨® el port¨¢til al ba?o para orinar y retransmiti¨® el momento a todos sus compa?eros de trabajo (y quienes luego lo recuperaron en las redes). Tampoco sigas el ejemplo de los que miraban: si bien ella pod¨ªa haber pedido permiso para ausentarse, grabar o tomar capturas de pantalla y, m¨¢s a¨²n, difundirlas, est¨¢ completamente fuera de lugar si no se ha pedido permiso.
El problema con el sonido es que por el micr¨®fono del ordenador se cuelan todo tipo de ruidos. Pueden crear un alboroto inocente para tomar unas copas (s¨ª, esta crisis de salud p¨²blica ha visto el auge del telebotell¨®n), pero la suma del ruido de la lavadora de un compa?ero, los ladridos del perro de otra, los ni?os de un tercero que han convertido la casa en un circo y el teclear constante del alumno aventajado que toma notas en el ordenador acaban creando una cacofon¨ªa bastante desagradable para una reuni¨®n de trabajo. Un verdadero profesional de las videollamadas como Murphy no tendr¨ªa este problema porque animar¨ªa insistentemente a sus compa?eros a usar auriculares con micr¨®fono, que es la mejor manera de eliminar el t¨ªpico eco de este tipo de llamadas.
En el fondo est¨¢ la cuesti¨®n
En una videollamada, el fondo lo es todo. En serio. Si no, que se lo digan al profesor de ciencias pol¨ªticas Robert Kelly, que se hizo c¨¦lebre tras una entrevista en la BBC en el despacho de su casa. ?Lo que dijo sobre la destituci¨®n de la presidenta surcoreana Park Geun-hye? Ni idea, pero por un momento fue como si Benny Hill hubiera vuelto a la parrilla de la televisi¨®n brit¨¢nica. Todo un logro.
Para que el fondo no te robe el protagonismo debe ser tirando a neutro y sencillo cuando te muevas en el terreno profesional. En lo personal, estar pendiente de las verg¨¹enzas del piso tambi¨¦n es importante. Si no quieres dejar nada al azar bucea en las opciones de la aplicaci¨®n que vayas a usar: muchas permiten insertar un fondo artificial. ?Qu¨¦ hoy toca karaoke?, arriba las luces del escenario.
Levanta la mano (o, al menos, haz que se te vea)
Con los amigos esto no suele funcionar: el que habla un cuarto de hora sin que se le seque el gaznate y el que no abre la boca aunque le pase un coche por encima del pie seguir¨¢n en su l¨ªnea. Pero en las videollamadas de trabajo, sobre todo cuando son multitudinarias, es fundamental mantener el orden. En este contexto, las pistas del lenguaje corporal se pierden f¨¢cilmente y no siempre se distingue cuando alguien est¨¢ pidiendo paso. Teniendo en cuenta que tanto la imagen y el sonido suelen llegar con retardo, la din¨¢mica de unas personas hablando por encima de otras puede acabar siendo ingobernable. La soluci¨®n, pedir el turno mediante se?as. Tambi¨¦n est¨¢ permitido usar opciones para compartir mensajes breves con todos o solo con algunos participantes, lo que permite que no haya que pedir la palabra solo para decir una frase.
La videollamada no es la opci¨®n por defecto
?Es lo mismo la llamada de unos los abuelos a sus nietos que la de un cu?ado que se aburre? ?Vale igual el toque de madrugada de un grupo de amigos beodos que el una amistad que acaba de leer un art¨ªculo sobre algo llamado sexting? ?Cu¨¢ndo hacer una videollamada est¨¢ justificado y cu¨¢ndo es una molestia comparable a la de las teleoperadoras que llaman a la hora de la siesta, "porque es la ¨²nica a la que te cogen en casa"? En el terreno personal, las reglas las pone cada uno. En el profesional, la gu¨ªa deber¨ªa ser la eficacia, y, si bien es cierto que una videollamada te ahorra el traslado que requiere una reuni¨®n presencial, una llamada de tel¨¦fono suele ser la mejor opci¨®n cuando se trata de una conversaci¨®n de dos personas. Un jefe sin escr¨²pulos podr¨ªa hacerte quitarte la bata para atender a sus palabras sin poder siquiera actualizar la bandeja de entrada en lo que dura la charla. Al menos ind¨ªcale la ¨²ltima norma de etiqueta para videoconferencias: nunca se debe videollamar si m¨¢s, hay que avisar antes.
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