Ocho falsas creencias sobre los ni?os y el confinamiento
Nuestra intencio?n no es cuestionar las leyes y recomendaciones establecidas por las autoridades hasta el momento, sino invitar a la calma, a la reflexio?n y al intercambio de conocimientos
?ltimamente, en los medios de comunicaci¨®n, las redes sociales, los grupos de WhatsApp o Telegram y, en general, las conversaciones p¨²blicas y privadas, circula toda una serie de dudas, opiniones, prejuicios, bulos y creencias err¨®neas sobre infancia y coronavirus, muchas de las cuales parecen fruto del miedo que se ha instalado en nuestra sociedad. Como profesionales de la infancia, a la que estas ideas falsas afectan de diversas formas, nos vemos en la responsabilidad de desmentir y aclarar algunos de los temas m¨¢s recurrentes que hemos podido detectar a lo largo de estas semanas de confinamiento.
No cabe duda que, frente a una crisis como esta, in¨¦dita en nuestra historia reciente, y de la que todas estamos aprendiendo, cualquier medida, por sabia que sea, tiene sus inconvenientes. Pensamos que es necesario reconocer y valorar todos los posibles efectos de la situaci¨®n en la que nos encontramos, para tratar de evitar los negativos o para acompa?arlos y as¨ª mitigar su impacto. Queremos dejar claro que nuestra intenci¨®n no es cuestionar las leyes y recomendaciones establecidas por las autoridades hasta el momento, sino invitar a la calma, a la reflexi¨®n y al intercambio de conocimientos para, si es posible, introducir mejoras en las pr¨¢cticas individuales y colectivas.
Abordamos ahora, de modo conciso, cada uno de los mitos relacionados con la infancia y el confinamiento.
1. El coronavirus es muy peligroso para los ni?os y ni?as.
Falso: La infecci¨®n por coronavirus tiene una frecuencia baj¨ªsima de complicaciones en los menores y en los adultos sanos por debajo de los 40 a?os.
Debido al clima social de miedo que se ha generado, en las ¨²ltimas semanas, muchas familias temen por la salud de sus hijos e hijas. Todas las autoridades sanitarias del mundo est¨¢n de acuerdo en que la infecci¨®n por coronavirus tiene un baj¨ªsimo riesgo de gravedad y muerte en aquellas personas que no sufren una enfermedad cr¨®nica de base, y m¨¢s cuanto m¨¢s j¨®venes son. Eso incluye a ni?os y ni?as e incluso reci¨¦n nacidos. La COVID-19, aunque se han dado casos terribles, en conjunto, no es peligrosa para los ni?os y ni?as.
2. Los ni?os y ni?as son vectores de contagio, transmiten el virus m¨¢s que los adultos.
Falso: Cualquier persona de cualquier edad puede contagiar el virus siempre que sea portadora o tenga la enfermedad.
Ampliaci¨®n de los mitos
A lo largo de los pro?ximos di?as tenemos intencio?n de abordar, uno a uno, cada uno de estos mitos, en nuestros respectivos blogs y FB:
- https://www.heikefreire.com https://www.facebook.com/profile.php?id=100008615501386
- https://www.facebook.com/josemaria.pariciotalayero
- https://www.facebook.com/groups/114083272048566/
No existe evidencia emp¨ªrica alguna de que los menores sean m¨¢s portadores que cualquier otro grupo de edad. Incluso hay dudas entre la comunidad cient¨ªfica de que el cierre de colegios sea, por s¨ª solo, efectivo. Por eso no todos los pa¨ªses de Europa han clausurado los centros educativos de modo indiscriminado. Las medidas de contenci¨®n basadas en aumentar el teletrabajo parecen mucho m¨¢s eficaces. La idea que los ni?os y ni?as son m¨¢s contagiosos se basa en un prejuicio: que no se est¨¢n quietos, lo tocan todo, no atienden las ¨®rdenes de los adultos y son m¨¢s dif¨ªciles de controlar que, por ejemplo, los perros cuando llevan correa. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que, debidamente orientados, ni?os y ni?as son personas emp¨¢ticas y razonables, a las que les gusta colaborar. Adem¨¢s, son capaces de adaptarse a numerosas situaciones si les explicamos con claridad lo que ocurre, escuchamos sus opiniones y sugerencias, sus emociones (y, por qu¨¦ no, tambi¨¦n sus posibles quejas y frustraciones) y les permitimos participar en las soluciones.
3. Para frenar la curva, la ¨²nica soluci¨®n es el confinamiento total de los ni?os y ni?as, como hacen en otros pa¨ªses.
Falso: No en todos los pa¨ªses de Europa se han adoptado medidas de confinamiento estricto.
Francia, B¨¦lgica, Suiza, Austria, Inglaterra..., est¨¢n siguiendo las recomendaciones de la OMS y permiten que los ni?os y ni?as salgan de modo ordenado a dar una vuelta con sus padres cerca de casa. Estos ¨²ltimos d¨ªas, tambi¨¦n se ha sumado Italia que a petici¨®n del Colegio de Psic¨®logos, y de asociaciones de educadores y familias, ha decidido que los ni?os y ni?as puedan salir a pasear acompa?ados por un ¨²nico progenitor y en un ¨¢rea cercana a su domicilio, manteniendo la distancia de seguridad. En Alemania, cuya administraci¨®n est¨¢ muy descentralizada, la mayor¨ªa de los Lander se?alan en sus textos la necesidad vital del juego para la infancia y aconsejan que jueguen cada d¨ªa en las ¨¢reas comunes, siempre con los mismos compa?eros y atendiendo a ciertas reglas. En Suiza pueden salir y verse con sus compa?eros o amigos m¨¢s cercanos, siempre los mismos. En Francia puede salir a pasear las familias de modo aislado a un m¨¢ximo de 1 km de su casa.
4. Las madres o padres positivos a coronavirus deben ser separados de sus hijos, no pueden ocuparse de su cuidado. Las madres no deben amamantar.
Falso: La enfermedad se contagia unos d¨ªas antes de causar los primeros s¨ªntomas e incluso cuando no da s¨ªntomas. Si alguien de la familia est¨¢ contagiado, es previsible que todos los que conviven en el mismo hogar lo est¨¦n.
Si los cuidadores, a¨²n afectos de COVID-19, se encuentran bien (lo m¨¢s frecuente en el caso de personas j¨®venes y sin enfermedades previas) puede hacer las actividades que su estado les permita. No tiene sentido aislarse unos de otros en esos casos y el uso de mascarilla dentro del domicilio es de dudosa utilidad. La enfermedad no se transmite por la leche materna. Las madres pueden amamantar. Es previsible que, al igual que con otras enfermedades semejantes que causan catarros, la madre que pase una infecci¨®n por coronavirus fabrique anticuerpos (defensas) contra el virus y que estas defensas pasen por la leche materna protegiendo al lactante. El lavado de manos antes y despu¨¦s de cualquier tarea, especialmente si se viene del exterior, es la mejor manera de controlar los contagios. No a?adamos angustias innecesarias a las ni?as y ni?os confinados separ¨¢ndolos tambi¨¦n de sus progenitores o exponi¨¦ndolos a la visi¨®n enmascarada de sus padres, cuando el uso indiscriminado de mascarillas no ha demostrado ninguna utilidad.
5. Los espa?oles siendo como somos, debemos confinarnos a¨²n m¨¢s, o tendremos m¨¢s muertos que en otros pa¨ªses.
Falso: Ni somos el pa¨ªs con m¨¢s muertos en cifras absolutas ni por 100.000 habitantes, ni estamos en una fase m¨¢s avanzada de la pandemia que el resto de pa¨ªses del mundo.
La mortalidad en cada zona depende de las caracter¨ªsticas demogr¨¢ficas, de salud de la poblaci¨®n y de la capacidad de respuesta de su sistema sanitario. Los porcentajes de ciudadanos en edad avanzada y/o con enfermedades cr¨®nicas previas y descompensadas (de pulm¨®n, de coraz¨®n, de ri?¨®n, de diabetes, de c¨¢ncer activo, de d¨¦ficit inmunitario) van a marcar la tasa de mortalidad de cada pa¨ªs y regi¨®n. Recordemos que la enfermedad se ceba justo en esos grupos de edad, dejando indemnes a j¨®venes, ni?os y, en general, a personas sanas previamente. Por otro lado, los espa?oles no respetamos menos las leyes ni somos m¨¢s irresponsables que los europeos. Cada pa¨ªs ha ido adaptando el confinamiento a los datos aconsejados por los expertos en cada fase de la epidemia. La legislaci¨®n francesa hizo referencia, desde el primer momento, a las caracter¨ªsticas especiales de la poblaci¨®n infantil, a la necesidad para su equilibrio de estar al aire libre y de moverse. Nuestras reglas de confinamiento son mucho m¨¢s estrictas para la infancia que las de otros pa¨ªses. Flexibilizarlas nos ayudar¨ªa, adem¨¢s de a fortalecer la salud de nuestros hijos e hijas, a practicar la participaci¨®n, el cuidado colectivo a la infancia y la responsabilidad.
6. El confinamiento en la infancia no tiene consecuencias. Los ni?os se adaptan a todo mejor que los adultos.
Falso: Los ni?os y ni?as son una poblaci¨®n m¨¢s vulnerable al confinamiento que los adultos por diversas razones.
Al estar en fase de crecimiento, necesitan el medio natural para completar su desarrollo, tal y como lo han venido haciendo las criaturas de nuestra especie desde los or¨ªgenes. Precisan de aire fresco, luz natural, movimiento y juego, tierra, agua y vegetaci¨®n. Para crecer saludablemente, se estima que son necesarias al menos tres o cuatro horas diarias de juego espont¨¢neo al aire libre. A¨²n en esta situaci¨®n especial, de confinamiento por la pandemia, la OMS recomienda, al menos, una hora al d¨ªa de actividad f¨ªsica al aire libre. A muchos, el tama?o de sus domicilios no les permite casi ni moverse. Por otro lado, el v¨ªnculo emocional con sus padres, que necesitan para sobrevivir, les lleva a vivir intensamente las emociones de estos y a sufrir sus consecuencias. Ya se ha reconocido oficialmente en Espa?a que, desde el inicio del confinamiento, han aumentado los casos de malos tratos a la infancia en porcentajes muy preocupantes, adem¨¢s de la violencia de g¨¦nero, que tambi¨¦n repercute directamente en ni?os y ni?as. Aunque es la primera vez que atravesamos una crisis de esta magnitud, disponemos de investigaciones previas sobre confinamiento infantil y sus consecuencias en diversos contextos: guerras, ni?os refugiados, hikikimori etc¨¦tera, que nos ofrecen indicios perfectamente extrapolables a la situaci¨®n actual. El confinamiento s¨ª tiene consecuencias para la salud, el bienestar y el desarrollo f¨ªsico y ps¨ªquico de ni?os y ni?as.
7. En casa, los ni?os est¨¢n m¨¢s seguros. Solo sus padres son responsables de que est¨¦n bien.
Falso: Como demuestran 40 a?os de investigaciones en Psicolog¨ªa Ambiental, los ni?os y las ni?as se desarrollan mejor al aire libre, a todos los niveles: f¨ªsico, emocional, social, creativo e intelectual.
Est¨¢ demostrado que en los espacios cerrados tienen m¨¢s accidentes, y a la menor libertad de movimiento se une la fatiga atencional por un exceso de concentraci¨®n que tiene efectos negativos sobre el humor y el comportamiento. Adem¨¢s, es un error pensar que son un asunto privado de sus padres. No pertenecen a sus familias porque no son objetos sino sujetos de derecho. Una categor¨ªa especial de ciudadanos cuyas necesidades especiales est¨¢n reguladas por leyes internacionales. Son m¨¢s vulnerables que otros colectivos porque, como hemos dicho, est¨¢n en periodo de crecimiento. Y con sus caracter¨ªsticas propias, forman parte de la comunidad. Como dice el famoso proverbio africano: para criar un hijo hace falta una tribu. As¨ª ha sido desde los or¨ªgenes de nuestra especie. Algunos antrop¨®logos llegan a afirmar que es precisamente la organizaci¨®n colectiva del cuidado a nuestras criaturas (que, a diferencia de otras especies, nacen completamente inmaduras), lo que nos ha hecho humanas y civilizadas. Sabemos que las vivencias y carencias infantiles tienen repercusiones importantes a lo largo de toda la vida. Para garantizar la democracia, todos los ni?os y ni?as deben tener los mismos derechos y deberes. Pero en la situaci¨®n actual, no todos disponen del mismo acceso al sol, al aire libre, a zonas verdes, al juego espont¨¢neo en la naturaleza o a una familia tranquila y sosegada, factores que son indispensables para un desarrollo saludable.
8. Ahora lo importante es que hagan las tareas y ¡°no pierdan¡± el curso.
Falso: Aunque los aprendizajes y resultados acad¨¦micos son fundamentales para el futuro de los ni?os, en una situaci¨®n cr¨ªtica como la que vivimos, no son lo m¨¢s importante.
Dado que la alteraci¨®n de al menos un tercio del curso escolar afecta a casi 8 millones de estudiantes en todo el pa¨ªs, las soluciones solo pueden ser colectivas. En las familias, lo esencial es cuidar la salud f¨ªsica y mental de todos sus miembros, permitiendo que los peque?os expresen y elaboren de diversas maneras (dibujos, cuentos, m¨²sica...) sus vivencias del encierro. Favorecer la comunicaci¨®n, la conexi¨®n y el disfrute en com¨²n, aporta bienestar a todos. Y dejarles un espacio para que puedan cultivar sus intereses. Muchos de los grandes genios en las ciencias, las letras y las artes, estuvieron confinados en sus casas por enfermedad. Ello les permiti¨® salirse un poco de la rutina escolar cotidiana para descubrir y desarrollar una pasi¨®n que, m¨¢s adelante, se convertir¨ªa en su vocaci¨®n y su profesi¨®n. Lo m¨¢s importante ahora es que puedan integrar esta vivencia traum¨¢tica, en mayor o menor grado para todas, a sus vidas. Integrarla y extraer de ella ense?anzas positivas.
*Heike Freire es madre, fil¨®sofa, psic¨®loga y pedagoga. Asesora de organizaciones p¨²blicas y privadas, administraciones y centros educativos. Y directora del Curso Superior de Pedagog¨ªa Verde. Florida Universitaria Activista por los derechos de la infancia y de la Tierra.
*Jos¨¦ Mar¨ªa Paricio Talayero es padre, abuelo y pediatra. Doctor en Medicina. Diplomado en Dise?o y Estad¨ªstica en ciencias de la Salud. Presidente de APILAM y creador de http://www.e-lactancia.org y http://www.telasmos.org.
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