La caza de asesinos en serie en los lugares m¨¢s peligrosos del planeta

Wemmer Pan, en Johannesburgo (Sud¨¢frica), es una zona agradable de paseo alrededor de un lago. Pero hubo un tiempo en el que ir all¨ª entra?aba el riesgo de morir violentamente. Entre abril de 1996 y enero de 1998 varias parejas fueron atacadas. Ellos, con un tiro en la espalda; ellas, violadas y con un disparo en el pecho. Hay m¨¢s. En esas mismas fechas, varios sastres de la zona fueron asesinados en sus negocios a martillazos. Y lo mismo pas¨® con algunos pensionistas. Los cr¨ªmenes se produc¨ªan de d¨ªa.

Ni las motivaciones, ni el modo de acabar con las v¨ªctimas parec¨ªan tener ninguna relaci¨®n, por eso la polic¨ªa sudafricana se puso a trabajar en dos equipos. Uno trataba de cazar al criminal del lago, y otro, al de los sastres. Los primeros ataques eran espaciados, pero con la atenci¨®n de los medios creci¨® la intensidad. No hab¨ªa ninguna huella, ni casquillos de bala ni los documentos de identificaci¨®n de las v¨ªctimas. Para resolver esta oleada de cr¨ªmenes, que lleg¨® a crear p¨¢nico en la zona, hac¨ªan falta nuevas herramientas. La polic¨ªa de Sud¨¢frica utiliz¨® por primera vez la perfilaci¨®n criminal. El asesino del lago era la prioridad.

Elmarie Myburg, crimin¨®loga desde hace 21 a?os en la polic¨ªa sudafricana, revivi¨® aquella experiencia hace unos d¨ªas en una charla online organizada por la fundaci¨®n universitaria Behaviour and Law y el Ministerio del Interior de Espa?a. ¡°Disfrutaba del miedo que creaba, la gente dej¨® de ir al pantano. Su fantas¨ªa de control se hab¨ªa hecho realidad¡±, recuerda Myburg. Elaboraron un perfil: ¡°Establecimos que tendr¨ªa unos 30 a?os, que ser¨ªa africano, porque el 95% de sus v¨ªctimas lo eran, que estaba en una relaci¨®n, y que su horario de trabajo era inestable, porque los ataques se produjeron a diferentes horas del d¨ªa y porque algunos supervivientes describieron que no iba muy arreglado. Pensamos que ten¨ªa educaci¨®n b¨¢sica, pero que era inteligente¡±.

Uno de los asesinos en serie m¨¢s tristemente conocido de ?frica cay¨® por un error absurdo. El cerco se cerr¨®, las sospechas cayeron sobre ¨¦l y la polic¨ªa plane¨® una operaci¨®n encubierta. Un agente le compr¨® una bici que hab¨ªa robado a una de sus v¨ªctimas. Solo el asesino pod¨ªa tenerla. Dos a?os, 27 asesinatos y 26 intentos de homicidio despu¨¦s, un fontanero peque?o y delgado de 32 a?os, Cedric Maake, fue detenido. Ya en el calabozo, confes¨® ser tambi¨¦n el asesino del martillo. Se trat¨® de uno de los casos m¨¢s complejos porque sus v¨ªctimas no atend¨ªan a un patr¨®n concreto. ¡°Nos dijo que simplemente no le gustaba la gente¡±, reconoce Myburg. El perfil que hab¨ªan elaborado coincid¨ªa pr¨¢cticamente en todo. Desde aquellos primeros pasos, la polic¨ªa sudafricana no ha parado de utilizar este tipo de herramientas de criminolog¨ªa moderna, aunque no siempre son suficientes para combatir los elevad¨ªsimos ¨ªndices de violencia.

La seguridad en las calles y las altas tasas de homicidios son dos de las mayores trabas al desarrollo en pa¨ªses como Sud¨¢frica, que alberga algunas de las ciudades m¨¢s peligrosas del planeta. Con 56 millones de habitantes, en 2019, el pa¨ªs registr¨® 21.000 asesinatos ¡ªen Espa?a hay 300 al a?o¡ª y 52.000 cr¨ªmenes sexuales. El director de la oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito, Yury Fedotov, record¨® en la presentaci¨®n de su ¨²ltimo informe anual de homicidios que ¡°los pa¨ªses se han comprometido a cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a fin de reducir todas las formas de violencia¡±.

Disfrutaba del miedo que creaba, la gente dej¨® de ir al pantano. Su fantas¨ªa de control se hab¨ªa hecho realidad. Cuando le detuvimos, solo explic¨® que no le gustaban las personas

Con estos n¨²meros, las armas para detener la violencia tienen que modernizarse. Lo mismo pasa en Am¨¦rica Latina, donde fiscal¨ªas y agentes hacen un esfuerzo tit¨¢nico por utilizar herramientas de la criminolog¨ªa moderna a pesar de los escasos recursos, la alta tasa de homicidios y, en algunos casos, la corrupci¨®n que dificulta cualquier avance. Debido a sus cifras, a menudo se dice que Am¨¦rica Latina y el Caribe es la regi¨®n del mundo con m¨¢s muertes violentas sin estar en guerra. Los datos muestran que la tasa de homicidios en el continente americano es la m¨¢s alta desde que se iniciaron los registros confiables en 1990.

Oscar Puebla, capit¨¢n de la polic¨ªa ecuatoriana y l¨ªder del grupo de perfilaci¨®n explica que esta t¨¦cnica comenz¨® a usarse en su pa¨ªs en 2018. Se trata de una estrategia que naci¨® en el seno del FBI en Estados Unidos hace 50 a?os. Los agentes John Douglas y Robert Ressler entrevistaron durante los a?os setenta a asesinos autores de cr¨ªmenes atroces en las c¨¢rceles estadounidenses para buscar patrones y tratar de entender sus motivaciones. Sus investigaciones dieron luz a la perfilaci¨®n criminal: la elaboraci¨®n de un informe psicol¨®gico del agresor en base a las pruebas y a los escenarios del crimen.

Asesinato de camino a casa de los padres

Los agentes ecuatorianos siguieron los pasos de John Douglas y Robert Ressler y analizaron el historial de cuatro figuras nefastas de su pa¨ªs. Como Juan Fernando Hermosa, el ni?o del terror, que antes de cumplir 16 a?os hab¨ªa asesinado a 22 taxistas y homosexuales. O Daniel Camargo, del que se cree que mat¨® a 170 mujeres y ni?as porque consideraba al sexo femenino culpable de todos sus males. "Las anteriores t¨¦cnicas no eran malas, pero los m¨¦todos evolucionan, la sociedad tambi¨¦n y nosotros tenemos que hacerlo a la par", reclama Puebla. El primer caso en el que trabaj¨® el reci¨¦n conformado grupo de perfilaci¨®n ecuatoriano fue el de Luis Pablo Taip¨¦. Este hombre, que hab¨ªa tenido que abanadonar la carrera de Derecho por falta de recursos, mat¨® entre 2005 y 2014 a seis de sus parejas cuando su paranoia le hac¨ªa creer que le estaban siendo infieles. "En el ¨²ltimo homicidio, unos testigos lo identificaron, pero en ese momento solo se le relacion¨® con sus ¨²ltimos tres asesinatos. A?os despu¨¦s,? gracias a nuestro perfil logramos conectarlo con otros tres cr¨ªmenes m¨¢s", se?ala Puebla. Tan solo quedaban los huesos de sus primeras v¨ªctimas.

Como el de la primera de ellas, una chica que conoci¨® en un mercado, y a la estrangul¨® cuando iban de camino a la casa de ¨¦l para presentarle a sus padres. "Gracias a la nueva metodolog¨ªa establecimos un patr¨®n en la elecci¨®n de sus v¨ªctimas, en qu¨¦ momento estallaba su paranoia y diferenciamos entre los dos escenarios en los que repart¨ªa los cuerpos. Estaban sus zonas de confort, lugares cerca de casa de sus padres, y de expansi¨®n, donde se desplazaba para trabajar", apunta el agente.

Puebla asegura que uno de los objetivos del grupo es intervenir en aquellos casos que el denomina de "conmoci¨®n social", aquellos que llegan a provocar el caos y afectar a la inseguridad ciudadana.

El primer caso en el que trabaj¨® el reci¨¦n conformado grupo de perfilaci¨®n ecuatoriano fue el de Luis Pablo Taip¨¦, que mat¨® a seis de sus parejas cuando su paranoia le hac¨ªa creer que le estaban siendo infieles

Cada d¨ªa de 2019 Colombia registr¨® 34 homicidios al d¨ªa, una cifra que no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos cinco a?os. "En nuestro caso uno de los grandes problemas siempre han sido las ejecuciones extrajudiciales", apunta Mirna Barba, de la Fiscal¨ªa de Colombia. "Pero en 2004 conclu¨ªmos que hab¨ªa una serie de crimenes, como los que tienen motivaci¨®n sexual y los homicidios que necesitaban otro tipo de enfoque", explica. As¨ª es como en 2004, y asesorados por el Gobierno de Estados Unidos, empezaron a desarrollar nuevas t¨¦cnicas para esclarecer los casos.

"Somos perros viejos con trucos nuevos", asegura el perfilador Edwin Olaya. "La tecnolog¨ªa nos ha hecho ir mucho m¨¢s all¨¢, no solo hacemos sugerencias sino que ahora podemos sugerir a los fiscales nuevas hip¨®tesis e incluso reforzar las que ya tiene", a?ade. En uno de sus ¨²ltimos encargos, el grupo de investigaci¨®n de Olaya recibi¨® el de concluir si una serie de 33 homicidios en un breve periodo de tiempo correspond¨ªan con un caso de limpieza social ¡ªel asesinato selectivo de un grupo en concreto, por ejemplo, homosexuales¡ª. "Gracias a las estad¨ªsticas, bases de datos y geolocalizaci¨®n logramos deducir que una parte s¨ª era limpieza social, pero que algunos casos respond¨ªan a motivaciones muy distintas", puntualiza Olaya.

"Una escena del crimen siempre cuenta una historia, y para poder entenderla desde un punto de vista psicologico tienes que tener acceso a todo: a las fotograf¨ªas, a los diagramas, a las entrevistas, a los investigadores...", afirma el agente del FBI Mark Safarik que ha tenido acceso a 5.000 casos en toda su vida y que fue compa?ero de los ideadores originales de la perfilaci¨®n. ?l lo ve as¨ª: "Puedes leer muchos libros sobre Goya, pero si no ves sus lienzos nunca lo entender¨¢s. El lienzo de un asesino en serie es una escena del crimen".

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