El efecto rebote o las devoluciones ilegales en la ruta balc¨¢nica
Mientras el mundo mira con angustia la continuaci¨®n de la pandemia, en la frontera balc¨¢nica los abusos contra los migrantes no cesan

"Estoy aqu¨ª con dos chicos, hablan ¨¢rabe, no les entiendo muy bien, solo repiten ¡°Polic¨ªa Bosnia, Polic¨ªa Bosnia¡ Problemas". Dice Lukas (nombre ficticio), iran¨ª, solicitante de asilo en Montenegro y voluntario de la organizaci¨®n No Name Kitchen (NNK) en Podgorica.
Lukas coge el diccionario y consigue entender qu¨¦ les ha pasado a los dos hombres quienes tienen cara asustada y sin esperanza: Ali y Said acaban de ser devueltos por la polic¨ªa bosnia desde Bosnia-Herzegovina hasta Montenegro. Ellos solo representan un ejemplo de lo que los migrantes viven cada d¨ªa en toda la ruta balc¨¢nica que, a pesar de las dificultades, violaciones de los derechos humanos e injusticias, sigue siendo una de las pocas opciones para miles de personas de migrar hacia Europa Central. La falta de v¨ªas legales tanto de migrar econ¨®micamente de forma segura como de pedir asilo sin arriesgarse en un viaje largo, peligroso y dispendioso, obliga a quien quiere migrar a hacerlo de una forma tan inhumana como forzada.
¡°Est¨¢n muy preocupados, no saben a d¨®nde ir. Dicen que han sido golpeados por la polic¨ªa. A uno le duele la pierna y al otro el brazo izquierdo; necesitan ir al hospital, podr¨ªan tener algo roto o fracturado¡±, reporta Lukas.
Ali y Said est¨¢n en una condici¨®n administrativa irregular, as¨ª que el acceso a tratamiento m¨¦dico se le deniega tanto en el campo de Spuz, en las afueras de Podgorica, como en el hospital p¨²blico donde se requiere que los pacientes tengan alg¨²n tipo de identificaci¨®n nacional. No queda otra opci¨®n que una cl¨ªnica privada. Lukas hace unas llamadas y lo organiza todo para que el d¨ªa siguiente Ali y Said sean atendidos.
Est¨¢ todo listo, solo hace falta despedirse, descansar y quedar para el d¨ªa siguiente.
¡°Anoche ha habido una pelea en las puertas del campo, la polic¨ªa cogi¨® unas personas¡ Es probable que se llevaran tambi¨¦n a Said y Ali¡±. Dice un hombre a Lukas que, al volver cerca del campo, justo en el punto en el cual hab¨ªa quedado con Ali y Said, no encuentra a ninguno de los dos. In¨²til llamar por tel¨¦fono, o escribir en Facebook, no se conectan desde las siete de la noche del d¨ªa anterior. Lukas no puede hacer nada m¨¢s que llamar la cl¨ªnica, anular la cita y volver a casa; cargando el peso de sus dudas en soledad.
¡°Est¨¢n muy preocupados, no saben a d¨®nde ir. Dicen que han sido golpeados por la polic¨ªa. A uno le duele la pierna y al otro el brazo izquierdo; necesitan ir al hospital, podr¨ªan tener algo roto o fracturado¡±
¡°Nos han devuelto a Albania. Una pelea empez¨® en las puertas del campo, el servicio de seguridad llam¨® la polic¨ªa que al llegar no pregunt¨® nada, solo cogi¨® a m¨ª, Ali y otros chicos que estaban por ah¨ª. Nos pusieron en la parte de atr¨¢s de un coche que no se pod¨ªa identificar como coche de la polic¨ªa, era todo negro. Yo estaba asustado y me sent¨ªa como en una jaula. Despu¨¦s de unas horas pararon y nos dijeron: "Bajar del coche y correr; sin dar la vuelta". No sab¨ªamos ni d¨®nde est¨¢bamos¡±. Escribe Said cuyos huesos rotos ahora le duelen menos que la injusticia que acaba de sufrir: devuelto de Bosnia a Montenegro y de Montenegro a Albania en menos de 24 horas.
Durante 2019, 8.000 personas en tr¨¢nsito fueron registradas en Montenegro. El jefe de la polic¨ªa bosnia, Zoran Gali?, admiti¨® 7.000 devoluciones ilegales entre su pa¨ªs y los vecinos: Serbia y Montenegro. Las devoluciones, cometidas por parte de oficiales bosnios durante los primeros 8 meses del 2019, son ilegales no solo porque lo admitiera Gali?, sino porque as¨ª lo estipula el derecho internacional cuando las devoluciones son realizadas de forma grupal, por fuera de las fronteras legales y reconocidas y sin un procedimiento administrativo que las avale.
Informes publicados por la plataforma Border Violence Monitoring Network (BVMN), cofundada por No Name Kitchen, arrojan alguna luz sobre las devoluciones ilegales en la ruta balc¨¢nica. ¡°En Montenegro se observa una inversi¨®n del flujo migratorio: Personas que antes migraban hacia el norte, ahora retornan a Grecia, despu¨¦s de perder el ¨¢nimo tras ser devueltos de forma ilegal y violenta en diferentes puntos fronterizos¡±, seg¨²n el informe publicado por BVMN en junio de 2019.
Valentina Angotti pertenece a la ONG No Name Kitchen, que trabaja en los Balcanes con refugiados.
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