Ni edad, ni sexo, ni condici¨®n social: 14 parejas que dinamitaron todas las convenciones sociales
Los separaban d¨¦cadas, millones en el banco, imposiciones morales o sus diferentes razas, pero el amor se impuso y estas uniones cambiaron nuestra forma de contar las historias de amor: al final, la protagonista se iba con alguien inesperado
Soon Yi y Woody Allen
La relaci¨®n prohibida. No hace falta haber visto ni una pel¨ªcula de Woody Allen (Nueva York, 1935) ni siquiera saber qui¨¦nes son Soon Yi, Mia o Dylan Farrow para exclamar ¡°Woody Allen se cas¨® con su hija¡± ante cualquier conversaci¨®n en la que salga a relucir el nombre del cineasta. Pero la realidad es que no, la mujer con la que Allen se cas¨® el 23 de diciembre de 1997 en Venecia no es su hija, es la hija del m¨²sico Andr¨¦ Previn y Mia Farrow. Y como tanto Allen como Soon Yi se han cansado de repetir ni siquiera hab¨ªan convivido juntos porque Allen y Farrow viv¨ªan en distintos apartamentos.
Soon Yi Previn (Seul, 1970) era hija de la pareja de Allen y eso ya fue suficiente motivo para que la prensa amarilla hiciese su agosto, pero en su relaci¨®n no hay ning¨²n elemento delictivo ni siquiera ning¨²n tab¨² religioso. Lo que perjudic¨® notablemente al inicio de su historia de amor es que tras descubrir la relaci¨®n Mia Farrow declar¨® que Allen hab¨ªa abusado sexualmente de la peque?a Dylan que s¨ª era hija de los dos. Una acusaci¨®n que fue investigada y desestimada en los noventa.
Durante la relaci¨®n de Farrow y Allen el cineasta no mostr¨® ning¨²n inter¨¦s en Soon Yi, a la que encontraba aburrida. El sentimiento era mutuo: Soon Yi cre¨ªa que cualquiera que encontrase interesante a su madre adoptiva, a la que aborrec¨ªa, ten¨ªa alg¨²n problema. Hasta que un d¨ªa, instigados por la propia Farrow, empezaron a pasar m¨¢s tiempo juntos y lo que desafiaba toda l¨®gica sucedi¨®: se enamoraron. Allen lo cuenta detalladamente en su autobiograf¨ªa Apropos of nothing, Soon Yi era mayor de edad y la relaci¨®n con Mia estaba acabada, pero segu¨ªan juntos. Una tarde Allen olvid¨® unas fotos sugerentes que le hab¨ªa realizado a su amante y Mia estall¨® al descubrirlas. Se hizo due?a de la historia y despellej¨® al cineasta ante quien quisiera escucharla, obviando intencionadamente que ella ten¨ªa la misma edad cuando se hab¨ªa casado con Frank Sinatra que tambi¨¦n era ostensiblemente mayor que ella y que en su momento no hab¨ªa tenido remilgos a la hora de romper la relaci¨®n de Andr¨¦ Previn con su buena amiga Dory.
A pesar del esc¨¢ndalo, Hollywood no se posicion¨® y tanto Allen como Farrow mantuvieron sus carreras con normalidad, a finales de la pasada d¨¦cada el movimiento me too resucit¨® la historia de Dylan y los mismos actores que, conociendo las acusaciones, hab¨ªan estado orgullosos de participar en sus pel¨ªculas le dieron la espalda.
?Aguantaron la presi¨®n? Tras 25 a?os y dos hijas en com¨²n, la relaci¨®n de Allen con Soon Yi ya es la m¨¢s estable y duradera de la vida del actor.
El duque de Windsor y Wallis Simpson
La relaci¨®n prohibida. El reinado de Eduardo VIII (Reino Unido, 1894 - Francia, 1972) apenas lleg¨® a un a?o, pero asest¨® tal zarpazo a los cimientos de la instituci¨®n mon¨¢rquica que estuvo a punto de destruirla. El heredero al trono brit¨¢nico tuvo claro desde que conoci¨® a Wallis Simpson (Estados Unidos, 1896 - Francia, 1986) que amaba a su pa¨ªs, pero amaba m¨¢s a aquella enjuta norteamericana divorciada doblemente, y ni la iglesia ni la sociedad ni la casa real pudieron quebrar su voluntad de estar con ella. El breve monarca ofreci¨® la alternativa de un matrimonio morgan¨¢tico, seg¨²n el cual ella jam¨¢s ser¨ªa reina de Inglaterra y, al no ser aceptado, renunci¨® al trono tras 325 d¨ªas de reinado. ¡°Me ha resultado imposible soportar la pesada carga de la responsabilidad y desempe?ar mis funciones como rey, en la forma en que desear¨ªa hacerlo, sin la ayuda y el apoyo de la mujer que amo¡±, declar¨®, unas palabras que ser¨ªan oro molido en un guion, pero en la realidad supuso el mayor dolor de cabeza en la historia de la monarqu¨ªa brit¨¢nica. La l¨ªnea de sucesi¨®n al trono sufr¨ªa un viraje inesperado y la corona acab¨® en la cabeza de Jorge VI y posteriormente en su hija Isabel.
Cuando Wallis consigui¨® el divorcio se casaron en Francia sin la presencia de ning¨²n miembro de la familia real. A partir de ah¨ª el lujoso y decadente estilo de vida de la pareja les situ¨® siempre bajo la lupa de los medios y sus coqueteos indisimulados con el nazismo no les convirtieron precisamente en la pareja favorita de los brit¨¢nicos.
?Aguantaron la presi¨®n? Se mantuvieron juntos y perfectamente conjuntados hasta la muerte del duque en 1972. A pesar de que su romance ha pasado a la historia como s¨ªmbolo de un amor capaz de superar cualquier obst¨¢culo, en 2018, el azote de los famosos, Andrew Morton, escribi¨® en Wallis in Love que la duquesa hab¨ªa mantenido varias relaciones extramatrimoniales. No supuso ninguna sorpresa: durante su relaci¨®n se hab¨ªa especulado con la bisexualidad de ambos y su afici¨®n a las relaciones sadomasoquistas.
Ingrid Bergman y Roberto Rossellini
La relaci¨®n prohibida. "Querido Sr. Rossellini: he visto sus cintas Roma, ciudad abierta y Pais¨¢ y las he disfrutado mucho. Si usted necesita una actriz sueca que habla muy bien ingl¨¦s, que no ha olvidado su alem¨¢n, que no entiende mucho de franc¨¦s y que en italiano s¨®lo puede decir ti amo, estoy lista para viajar y hacer un filme con usted. Ingrid Bergman". As¨ª empezaba la famosa carta que Ingrid Bergman (Suecia, 1915 - Reino Unido, 1982) escribi¨® a Roberto Rossellini (Roma, 1906 - 1977) y que dio paso a una fruct¨ªfera relaci¨®n art¨ªstica y tambi¨¦n personal que transgredi¨® la moral puritana de la ¨¦poca y acab¨® en el Senado de los Estados Unidos.
Bergman era una estrella oscarizada, pero lo que m¨¢s importaba a la sociedad biempensante es que era una respetable madre de familia. Rossellini tambi¨¦n estaba casado y ten¨ªa dos hijos, por eso la p¨ªa Italia se constern¨® cuando su romance durante del rodaje de Stromboli se convirti¨® en un secreto a voces. Y no s¨®lo eso, Bergman se hab¨ªa quedado embarazada.
Por supuesto la pel¨ªcula fue un fracaso, el p¨²blico odi¨® todo lo que la pareja hizo y convirti¨® a la sueca en blanco de los m¨¢s enfurecidos ataques, como la propia Bergman recogi¨® en sus memorias: ¡°Me llamaban puta y fulana. No pod¨ªa creer que me odiara tanta gente. Al margen de lo que pensaran sobre mi vida, se trataba de mi vida privada, y yo no le hab¨ªa hecho nada.¡±
La iglesia se opuso firmemente al romance y en Estados Unidos un senador denunci¨® a Bergman: "De las cenizas de Ingrid Bergman crecer¨¢ un Hollywood mejor", declar¨®. A pesar de todo, en 1950 se casaron en M¨¦xico y la actriz se qued¨® en Europa, consciente del odio que despertaba en Estados Unidos.
?Aguantaron la presi¨®n? Los insultos de los antiguos fans y las reprimendas de la iglesia pesaron menos en el fin de la relaci¨®n que el car¨¢cter autoritario de Rossellini, que prohib¨ªa a su mujer trabajar con otros directores, y sus constantes infidelidades. Tras siete a?os y tres hijos en com¨²n, Bergman solicit¨® el divorcio y volvi¨® a Estados Unidos.
Emmanuel Macron y Brigitte Macron
La relaci¨®n prohibida. La sociedad francesa est¨¢ curtida respecto a la vida privada de sus l¨ªderes pol¨ªticos. Vivieron el romance de Carla Bruni y Sarkozy, el episodio de la hija secreta de Mitterrand, las amantes de Chirac o las escapadas en moto de Hollande, por lo que la poco convencional relaci¨®n de su presidente Emmanuel Macron (Francia, 1977) no pas¨® de ser una an¨¦cdota durante la campa?a electoral.
Pero el origen de su relaci¨®n no pas¨® tan desapercibido. Cuando se conocieron, Brigitte Macron (Francia, 1953) era la profesora de teatro del joven Emmanuel y seg¨²n cuenta la periodista Maelle Brun en Brigitte Macron, l'Affranchie, sus primeros a?os no fueron un camino de rosas. Algo f¨¢cil de entender teniendo en cuenta que cuando se enamoraron ¨¦l ten¨ªa quince a?os y ella era su profesora, estaba casada y era madre de tres hijas, una de ellas compa?era de clase de ese amante del que la separaban 24 a?os. Es f¨¢cil imaginar el estruendo que caus¨® aquel romance entre los muros de un colegio jesuita de una localidad burguesa (Amiens). Esta historia habr¨ªa hecho las delicias de Claude Chabrol y pudo tener consecuencias m¨¢s graves. En Francia la edad de consentimiento sexual era de 15 a?os, pero en el caso de profesores y alumnos se elevaba a 18, Brigitte podr¨ªa haber acabado en la c¨¢rcel como la profesora norteamericana Mary Kay LeTourneau.
El marido de Brigitte desapareci¨® de su vida mientras los padres de Macron sacaban a su hijo del colegio y se trasladaban a Par¨ªs. Pero diez a?os despu¨¦s los amantes se reencontraron y ya nada pudo frenar su amor. Se casaron en 2007 y ella se convirti¨® en una de los principales apoyos en la fulgurante carrera pol¨ªtica de su marido.
?Aguantaron la presi¨®n? Y probablemente incluso reforz¨® su relaci¨®n, llevan juntos trece a?os y su amor no da ning¨²n s¨ªntoma de fatiga.
Elton John y Renate Blauel
La relaci¨®n prohibida. A pesar de la escandalosa vida del cantante, la relaci¨®n de Elton John (Reino Unido, 1947) que m¨¢s cejas arque¨® fue la que le uni¨® a una mujer, la alemana Renate Blauel (Alemania, 1953), con quien manten¨ªa una fruct¨ªfera relaci¨®n profesional y de amistad y que en alg¨²n momento a principios de los ochenta confundi¨® con el amor rom¨¢ntico.
John le pidi¨® dos veces matrimonio y a la segunda ella dijo que s¨ª. Tal vez ellos dos cre¨ªan que era un primer paso hacia la heterosexualidad, pero el mundo, que no se hab¨ªa cre¨ªdo jam¨¢s su bisexualidad (ni la de nadie) torci¨® la nariz y se sent¨® a esperar. Se casaron el d¨ªa de San Valent¨ªn de 1984 por la iglesia y ese acto probablemente fue el ¨²nico de toda su relaci¨®n que implic¨® algo de romanticismo.
?Aguantaron la presi¨®n? Est¨¢ claro que Elton John no soport¨® la mayor de las presiones: ser gay. Se divorciaron cuatro a?os despu¨¦s y, como el cantante cont¨® en sus memorias Yo (ed. Penguin Random House), ¡°Renata no solo se cas¨® con un drogadicto gay, sino con un drogadicto gay cuya vida estaba a punto de desmoronarse¡±. Lo que exim¨ªa a su amiga de toda culpabilidad en el fin de su matrimonio. Ella nunca ha hablado sobre el tema a lo que probablemente haya contribuido la indemnizaci¨®n de trece millones de euros que recibi¨® tras el divorcio. A pesar de que no suele referirse a ella, en 2017 John escribi¨® sobre Renata en su cuenta de Instagram. ¡°Hace muchos a?os eleg¨ª Australia para casarme con una maravillosa mujer por la que tengo tanto amor y admiraci¨®n. Quise m¨¢s que nada en el mundo ser un buen marido, pero estaba negando qui¨¦n era realmente yo, lo que le caus¨® tristeza a ella y una enorme culpa y arrepentimiento a m¨ª. Para ser merecedor del amor de alguien debes ser lo suficientemente valiente y tener la mente clara para ser honesto contigo mismo y con tu pareja¡±.
Carlos de Inglaterra y Camilla Parker Bowles
La relaci¨®n prohibida. Probablemente el tiempo la situar¨¢ entre las m¨¢s grandes historias de amor, pero sus coet¨¢neos no lo sintieron as¨ª, probablemente porque no le gustaban demasiado sus protagonistas. Carlos de Inglaterra (Reino Unido, 1948) y Camilla Parker?Bowles (Reino Unido, 1947) se conocieron en 1970 durante un partido de polo y el flechazo, al menos por parte de ¨¦l, fue instant¨¢neo. Les un¨ªa su amor por los caballos y la naturaleza y les separaba el origen plebeyo de ella, algo que para Carlos no era relevante, pero s¨ª para las f¨¦rreas tradiciones brit¨¢nicas. La reina Isabel ya ten¨ªa a la candidata perfecta para ¨¦l: la dulce y t¨ªmida Diana Spencer, muy del gusto del pueblo brit¨¢nico y muy poco del que deb¨ªa pasar con ella el resto de su vida.
El 29 de julio de 1981 contrajeron matrimonio en la Catedral de San Pablo en Londres para solaz de 750 millones de espectadores que siguieron la ceremonia en todo el mundo. Pero la verdadera historia de amor de Carlos transcurr¨ªa detr¨¢s de los focos. Como la propia Diana reconoci¨® a?os despu¨¦s "?ramos tres en ese matrimonio. Cuando caminaba al altar solo la buscaba a ella entre los invitados, y fue muy doloroso verla all¨ª, sentada en la iglesia¡±. A pesar del esc¨¢ndalo y la tremenda erosi¨®n que el divorcio del heredero al trono pod¨ªa causar a la corona, el divorcio fue inevitable. Un a?o antes Camila se hab¨ªa divorciado de Andrew Parker Bowles y la casa real empez¨® una labor de blanqueo de la imagen de la denostada amante sabiendo que el matrimonio entre ambos era inevitable.?En 2005 y tras tres d¨¦cadas la pareja se cas¨® en el Ayuntamiento de Windsor el 9 de abril de ese mismo a?o, esta vez el gran amor de Carlos no estaba entre los invitados si no a su lado en el altar.
?Aguantaron la presi¨®n? Si alguien pensaba que la ausencia de obst¨¢culos provocar¨ªa desinter¨¦s en la pareja, se equivoc¨®, quince a?os despu¨¦s de su matrimonio siguen siendo una pareja mod¨¦lica.
Sammy Davis Jr. y May Britt
La relaci¨®n prohibida. Apenas cinco a?os antes de que el actor, cantante y miembro del m¨ªtico rat pack Sammy Davis Jr. (Estados Unidos, 1925 - 1990) contrajese matrimonio con May Britt (Suecia, 1933), un chico afroamericano de apenas catorce a?os hab¨ªa sido linchado en Mississippi por silbarle a una mujer blanca. Una imagen que se vale por s¨ª sola para demostrar el nivel de desaf¨ªo que implic¨® la boda de un Davis que ya sab¨ªa a lo que se enfrentaba: m¨¢s de treinta estados consideraban el matrimonio interracial un delito grave. Y no era un problema del que su fama y su dinero pudiesen protegerlo, tres a?os antes el todopoderoso Harry Cohn hab¨ªa pagado a la mafia para que lo secuestrase tras descubrir su idilio con Kim Novack.
La audacia de Davis removi¨® conciencias y supuso un paso abismal para los Derechos Civiles, pero tambi¨¦n implic¨® amenazas de muerte y cancelaciones de conciertos y, por supuesto, el fin de la incipiente carrera de Britt en Hollywood. La hostilidad hacia la pareja tanto en Estados Unidos como en Inglaterra fue brutal; sin embargo en Suecia, pa¨ªs natal de la novia, no supuso ning¨²n problema y su familia asisti¨® encantada al revolucionario enlace.
?Aguantaron la presi¨®n? May Britt y Sammy Davis Jr estuvieron casados durante ocho a?os tuvieron una hija y adoptaron dos ni?os m¨¢s, pero en 1968 Wilkens descubri¨® la infidelidad de Davis con la actriz y cantante Lola Falana y a pesar de las s¨²plicas del cantante, solicit¨® el divorcio.
Ellen Degeneres y Anne Heche
La relaci¨®n prohibida. En los noventa las lesbianas en Hollywood segu¨ªan siendo tan escasas como su representaci¨®n cinematogr¨¢fica, que no pasaba de papeles de s¨¢dicas asesinas o de disimuladas notas a pie de p¨¢gina de la historia principal (como suced¨ªa en Ellas dan el golpe o S¨®lo ellas...los chicos a un lado). Al menos, hasta que Ellen Degeneres (Estados Unidos, 1958) dio el campanazo y convirti¨® a la protagonista de su exitosa serie Ellen en lesbiana al mismo tiempo que ella revelaba su orientaci¨®n sexual. Ambas, personaje y actriz, sal¨ªan del armario ante una audiencia millonaria. Poco despu¨¦s present¨® al mundo a su novia, Anne Heche (Estados Unidos, 1969), una actriz semidesconocida que empezaba a ser ubicua y en aquel momento estaba a punto de estrenar la pel¨ªcula de cat¨¢strofes Vulcano y se preparaba para rodar uno de los proyectos con m¨¢s expectativas de la temporada, Seis D¨ªas y Siete Noches, con Harrison Ford.
Heche habl¨® del inicio de su relaci¨®n en el podcast Irish Goodbye: ¡°Ellen y yo nos conocimos un domingo por la noche en una fiesta de Vanity Fair. El martes fue su salida del armario en su serie?Ellen. El mi¨¦rcoles era el pase de prensa de?Volcano y el jueves la premiere¡±. ¡°Llev¨¦ a Ellen al preestreno y nos dijeron que Fox rescindir¨ªa mi contrato y que yo ser¨ªa despedida y que tambi¨¦n me despedir¨ªan de la pel¨ªcula que iba a hacer con Harrison Ford. Nos dijeron que no pod¨ªamos permitir que la prensa nos hiciera fotos juntas. Esa misma semana fuimos despedidas las dos¡±.
Seis d¨ªas y siete noches s¨ª se grab¨® y Ford fue uno de sus principales apoyos, pero su carrera se hundi¨®. Hollywood no le perdonaba que se hubiese salido del carril, ni siquiera que hubiese dejado a Steve Martin, su pareja por entonces. Ambas actrices vivieron un v¨ªa crucis laboral y se convirtieron en el blanco favorito de los conservadores americanos y el tele-evangelista Jerry Falwell acu?¨® el t¨¦rmino Ellen DeGenerate (Ellen "Degenerada").
?Aguantaron la presi¨®n? En 2000 rompieron y el p¨²blico opt¨® por echar las culpas a Heche: no les gust¨® demasiado que, tras Ellen, volviese a casarse con un hombre. La homosexualidad ya era demasiado para sus cabezas como para tener que lidiar tambi¨¦n con la bisexualidad.
Ellen declar¨® a Los ?ngeles Times que no sab¨ªa qu¨¦ hab¨ªa pasado y que se sent¨ªa enga?ada. Muchos quisieron pensar que Heche la hab¨ªa utilizado como un trampol¨ªn a la fama, aunque declararse lesbiana a mediados de los noventa era m¨¢s bien como desfilar por el tabl¨®n de un barco pirata. La guinda de la historia lleg¨® cuando a la ma?ana siguiente de la ruptura una Heche notablemente confusa entr¨® en una casa ajena y mantuvo una conducta err¨¢tica que provoc¨® la intervenci¨®n de la polic¨ªa. Si hay un tab¨² que resiste agazapado todav¨ªa es el de la salud mental, aquellas im¨¢genes de Heche fueron el beso de la muerte para su carrera.
Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett
La relaci¨®n prohibida. Probablemente la familia real noruega crey¨® que hab¨ªa digerido su p¨ªldora m¨¢s amarga cuando el heredero Haakon contrajo matrimonio con la plebeya Mette-Marit o incluso cuando la rebelde Marta Luisa (Noruega, 1971) inici¨® romance con el d¨ªscolo y recientemente fallecido Ari Behn, un enfant terrible culto, divertido y estudiadamente escandaloso. Ni en sus mayores pesadillas podr¨ªan imaginar un escenario peor, pero lleg¨® en forma de cham¨¢n bisexual entre cuyos logros figura haber... ?resucitado! Durek Verrett (Estados Unidos, 1974) es gur¨² de celebridades como Gwyneth Paltrow y autor de un libro, Spirit Hacking, en el que realiza afirmaciones tan controvertidas como que la infelicidad provoca c¨¢ncer.
Ni la familia real ni los noruegos ven con buenos ojos la relaci¨®n de Marta Luisa con Verret. Incluso se ha sugerido que deber¨ªa abandonar su t¨ªtulo de princesa con el fin de evitar la tentaci¨®n de lucrarse gracias a ¨¦l, algo que ya ha sucedido durante la gira de conferencias en las que bajo el t¨ªtulo?La princesa y el cham¨¢n ambos comparten sus experiencias sobrenaturales para pasmo de una familia real que ya cre¨ªa haberlo visto todo. Marta Luisa, que ya sab¨ªa lo que le esperaba, se anticip¨® a las cr¨ªticas desde su cuenta de Instagram: "No elijo a mi pareja para satisfacerles a ustedes ni las normas o compartimentos estancos que han elegido en su mente para m¨ª".
?Aguantaron la presi¨®n? Cada posado por separado alimenta los rumores de separaci¨®n, pero parece m¨¢s bien las ganas tanto de la sociedad noruega como de la familia real. Recientemente la princesa se salt¨® las recomendaciones de su pa¨ªs sobre el coronavirus para viajar a Estados Unidos con su pareja.
Bo y John Derek
La relaci¨®n prohibida. A mediados de los setenta, la adolescente Mary Cathleen Collins (Estados Unidos, 1956) ¨Cel nombre de Bo llegar¨ªa despu¨¦s¨C viaj¨® a las islas griegas a grabar su primera pel¨ªcula acompa?ada por su madre. A la progenitora le preocupaba que los adolescentes griegos fuesen un peligro para su guap¨ªsima hija. Lo que ninguna de las dos pod¨ªa imaginar entonces era que el verdadero peligro era el hombre que les hab¨ªa llevado all¨ª. Ese hombre era el director John Derek (Estados Unidos, 1926-1998), ex gal¨¢n cinematogr¨¢fico treinta a?os mayor que ella, casado con la actriz Linda Evans y con dos divorcios a sus espaldas. Las fuertes diferencias entre ambos convirtieron el inicio del rodaje en un infierno, pero cuando volvieron a Estados Unidos ya eran una pareja, para consternaci¨®n de Evans, que esperaba que su marido recapacitase. No fue as¨ª: a pesar de la diferencia de edad, la pareja pase¨® su amor por medio mundo, incluida Espa?a, principalmente porque las leyes de Estados Unidos lo consideraban violaci¨®n, y no pudieron residir en su pa¨ªs hasta que Bo alcanz¨® la mayor¨ªa de edad.
?Aguantaron la presi¨®n? Ni la diferencia de edad, ni el escrutinio de los medios hicieron mella en su relaci¨®n: John y Bo estuvieron juntos hasta la muerte del director en 1998.
Meg Ryan y Russell Crowe
La relaci¨®n prohibida. A mediados de los noventa un pu?ado de ¨¦xitos hab¨ªan convertido a Meg Ryan (Estados Unidos, 1961) en la reina de la comedia rom¨¢ntica. Su aire de chica de la puerta de al lado, dulce, so?adora y ligeramente patosa, la hab¨ªa convertido en un seguro de taquilla, ya fuese en compa?¨ªa de Tom Hanks, Billy Cristal o Kevin Kline. Para redondear ese romance con el p¨²blico, la vida privada de Meg tambi¨¦n parec¨ªa de ensue?o: estaba casada con el guapo Dennis Quaid, ep¨ªtome de las virtudes del sanote muchacho americano, al que hab¨ªa conocido en el rodaje de El chip prodigioso y con quien ¨Cpara redondear el paquete aspiracional¨C se hab¨ªa casado un d¨ªa de San Valent¨ªn. De puertas adentro la situaci¨®n era distinta: el ¨¦xito de Meg hab¨ªa coincidido con una ¨¦poca menos afortunada de Quaid, que lidiaba con su adicci¨®n a la coca¨ªna mientras Meg hac¨ªa mohines frente a la c¨¢mara. Sabiendo que su papel de joven atribulada por el amor ten¨ªa fecha de caducidad, Meg intent¨® dar un giro a su carrera y se embarc¨® en el rodaje de Prueba de vida, un thriller sobre una mujer que, tras el secuestro de su marido en un pa¨ªs extranjero, contrata a un negociador para liberarlo. Las noticias sobre su exceso de qu¨ªmica con su coprotagonista, Russell Crowe (Nueva Zelanda, 1964), enervaron al p¨²blico y a una prensa que encontr¨® una mina zarandeando a Ryan. La en¨¦sima novia de Am¨¦rica hab¨ªa tirado a la basura casi una d¨¦cada de matrimonio por un rudo neozeland¨¦s malencarado. No iban a pon¨¦rselo f¨¢cil.
La pel¨ªcula fue un fracaso. Si en otras ocasiones el salseo hab¨ªa servido como promoci¨®n, en este caso fue un frasco de veneno: los espectadores se sent¨ªan traicionados por Ryan. No solo hab¨ªa enga?ado a Quaid, les hab¨ªa enga?ado a ellos. Las comedias rom¨¢nticas de Ryan eran un refugio en la tormenta, y nadie quer¨ªa refugiarse en la vida de una ad¨²ltera
?Aguantaron la presi¨®n? La relaci¨®n apenas dur¨® unos meses, pero asest¨® un golpe brutal para la carrera de Ryan. No as¨ª para la de Crowe, al que nadie culp¨® de destrozahogares e inici¨® un coqueteo con la Academia y la taquilla que a¨²n perdura. La prensa que hab¨ªa machacado a Ryan durante la relaci¨®n se regode¨® en el presunto abandono del neozeland¨¦s, aunque la realidad parece haber sido distinta. ¡°Russell no rompi¨® el matrimonio¡±, declar¨® a InStyle en 2008. "Definitivamente estaba all¨ª al final, pero no fue su culpa. Yo era un desastre. Tambi¨¦n lo lastim¨¦ al final. No podr¨ªa estar en otra relaci¨®n larga, no era el momento para eso. As¨ª que sal¨ª". Tambi¨¦n revel¨® que durante su ¡°id¨ªlica relaci¨®n¡±, Quaid le hab¨ªa sido infiel repetidas veces y ese s¨ª hab¨ªa sido el verdadero detonante de la ruptura.
Olivier Sarkozy y Mary-Kate Olsen
La relaci¨®n prohibida. Su romance sacudi¨® las p¨¢ginas de sociedad neoyorquinas y parisina y las de chismes de Hollywood. Era dif¨ªcil imaginar una pareja m¨¢s opuesta, por origen, intereses, estilo de vida, edad e incluso, y casi es lo m¨¢s perturbador, altura.
En 2010, Olivier Sarkozy (Francia, 1969), hermano del presidente Nicol¨¢s Sarkozy, estaba casado con una adinerada escritora de libros infantiles con la que ten¨ªa dos hijos y viv¨ªa en la zona m¨¢s elegante de Manhattan, dos a?os despu¨¦s compart¨ªa piso en el barrio m¨¢s bohemio de la ciudad con Mary-Kate Olsen (Estados Unidos, 1986) una de las gemelas protagonistas de Padres forzosos y dise?adora de moda, diecis¨¦is a?os m¨¢s joven que el banquero.
Su matrimonio con Charlotte Bernard, oficiado en Par¨ªs por su hermano, hab¨ªa durado casi tres lustros y su ruptura supuso un trauma para toda la familia, que asociaba su huida a la zona alternativa de la ciudad a la t¨ªpica crisis de mediana edad. Los amigos de ¨¦l miraban con desconfianza a la diminuta estrella de Hollywood a la que presupon¨ªan disoluta y vacua y los de ella miraban con recelo al enorme banquero cincuent¨®n y burgu¨¦s.
?Aguantaron la presi¨®n? El 27 de noviembre de 2015, tres a?os despu¨¦s del inicio de su relaci¨®n, se casaron en una ceremonia discret¨ªsima en Nueva York a la que s¨®lo asistieron cincuenta personas, seg¨²n desvel¨® Page Six. Desde entonces han mantenido su relaci¨®n alejada de los focos, pero sin evitar las muestras de afecto. "Tengo un marido, dos hijastros y una vida. Despu¨¦s de trabajar, debo regresar a casa y hacer la cena", as¨ª de convencionalmente defin¨ªa Olsen su relaci¨®n a la web Net a Porter en 2017.
Estefan¨ªa de M¨®naco y Daniel Ducruet
La relaci¨®n prohibida. El peque?o principado de M¨®naco se cre¨ªa curado de espantos tras los romances de juventud de Carolina de M¨®naco, pero nada les hab¨ªa preparado para todas las portadas que protagonizar¨ªa la peque?a de la familia. Estefan¨ªa de M¨®naco (M¨®naco, 1965), la ¡°princesa rebelde¡±, combinaba su gusto por las celebridades como el actor Rob Lowe o los hijos de Belmondo y Delon, con an¨®nimos con ¨ªnfulas de vividores como Mario Oliver ¨Ccon quien comparti¨® flequillo oxigenado¨C o Jean-Yves Le Fur y, sobre todo, los guardaespaldas. El primero de ellos, que no el ¨²ltimo, fue Daniel Ducruet (Francia, 1964). Ducruet hab¨ªa formado parte de la seguridad del pr¨ªncipe Alberto y fue este quien se lo recomend¨® a su hermana cuando empezaba su carrera como cantante. La sinton¨ªa entre ambos fue obvia desde el primer d¨ªa y se afianz¨® cuando la acompa?¨® en su gira por Sudam¨¦rica. Mientras Europa bailaba Ouragan, la princesa y el ex polic¨ªa imitaban a Whitney Houston y Kevin Costner en la intimidad, hasta que Paris Match public¨® unas fotos de ambos retozando en Portugal y estall¨® el esc¨¢ndalo.
La familia real se opuso al romance e incluso anul¨® la asignaci¨®n de la princesa, que acab¨® vendiendo la exclusiva del nacimiento de su primer hijo a la prensa. Tras la llegada del segundo beb¨¦, Rainiero acept¨® lo inevitable y el verano de 1995 se celebr¨® un matrimonio discreto en el principado.
?Aguantaron la presi¨®n? Apenas un a?o despu¨¦s de la boda, el 28 de agosto de 1996 unas fotos ¨Csesenta en concreto¨C de la revista espa?ola Intervi¨² hicieron que todo saltase por los aires. En ellas el consorte real aparec¨ªa manteniendo relaciones sexuales al borde de una piscina con la striper Fili Houteman. El guardaespaldas asegur¨® que todo hab¨ªa sido un montaje e inici¨® una batalla legal contra la publicaci¨®n. Estefania pidi¨® el divorcio y meses despu¨¦s el matrimonio lleg¨® oficialmente a su fin, pero a pesar de lo traum¨¢tico y humillante de la situaci¨®n, han sabido reconducir su relaci¨®n y es frecuente verles juntos en las actividades de sus hijos.
Edward Furlong y Jackie Domac
La relaci¨®n prohibida. Edward Furlong (Estados Unidos, 1977) era el James Dean de la generaci¨®n Calvin Klein. Fr¨¢gil y desvalido, pero con una mirada desafiante, fue el gran descubrimiento de Terminator 2, una de las pel¨ªculas m¨¢s taquilleras de los noventa. Tras conquistar el cine m¨¢s comercial, Furlong se uni¨® a la pandilla disfuncional de John Waters en Pecker, comparti¨® plano con Meryl Streep en Antes y despu¨¦s y sali¨® airoso de su duelo con Edward Norton en American History X. Con apenas quince a?os solo su debacle personal iba tan r¨¢pido como su carrera. Mientras su madre y sus t¨ªos se peleaban por su custodia (y por la de su dinero), Furlong iniciaba una relaci¨®n con Jackie Domac, su tutora en el set de rodaje de Terminator 2 y trece a?os mayor que ¨¦l. Tras muchos rumores sobre lo inapropiado de su relaci¨®n, Furlong confirm¨® el romance y se fueron a vivir juntos. ?l acababa de cumplir los quince y ella ten¨ªa veintiocho, pero eso no era ¨®bice para que se paseasen abrazados por las alfombras rojas. Sus t¨ªos intentaron que Domac fuese juzgada por violaci¨®n e incluso que perdiese su licencia como profesora, pero fue infructuoso. Adem¨¢s de amante, Domac ejerci¨® tambi¨¦n el papel de manager de Furlong, que se distanci¨® de su familia para siempre.
?Aguantaron la presi¨®n? Cinco a?os, esa fue la duraci¨®n de su relaci¨®n. Mucho m¨¢s de lo que la inestabilidad de un Furlong, cada vez m¨¢s dependiente de las drogas, promet¨ªa. Se separaron en 1998 y Domac le denunci¨® por abusos y reclam¨® el 15 por ciento de las ganancias del actor durante los tres a?os que ella hab¨ªa sido su manager.
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