¡°?Que le jodan a John Wayne!¡±, as¨ª cre¨® Public Enemy uno de los mejores discos de la historia
Hoy se cumple el treinta aniversario de la publicaci¨®n de 'Fear of a Black Planet'. Esta celebraci¨®n llega con la formaci¨®n original de la banda m¨¢s emblem¨¢tica del 'hip-hop' en pleno proceso de ruptura. La raz¨®n: el apoyo a Bernie Sanders en las primarias dem¨®cratas
En 1989 vieron la luz dos de las pel¨ªculas m¨¢s relevantes y, a su vez, antag¨®nicas en la historia de la representaci¨®n negra. Una fue Paseando a Miss Daisy, comedia amable sobre la progresiva sensibilizaci¨®n de una mujer mayor de clase alta hacia las injusticias que sufren su ch¨®fer y su criada afroamericanos. La otra, Haz lo que debas, dirigida por Spike Lee, una furibunda denuncia a la violencia estructural y el racismo institucional sufrido por el colectivo, que compaginaba la cr¨ªtica con un motivador llamamiento a hacer comunidad, aparcar divisiones y luchar por el derecho conjunto a una vida mejor. Gan¨® el Oscar la primera.
Para entonces, Public Enemy ya estaban metidos de lleno en la lucha por la conquista del relato propio, un relato donde las personas negras existiesen m¨¢s all¨¢ de los servicios que prestasen a sus empleadores blancos y que aspirase a combatir culturalmente los s¨ªmbolos hegem¨®nicos que perpetuaban su opresi¨®n. La banda neoyorquina, encabezada entonces por los raperos Chuck D (de 29 a?os), Flavor Flav (30) y Professor Griff (29), hab¨ªa compuesto el tema principal de Haz lo que debas, la h¨ªmnica Fight the power, y una de la larga serie de controversias que afrontar¨ªan en su convulsa temporada 1989-90 vendr¨ªa, precisamente, del nulo respeto mostrado en una de las estrofas a dos vacas sagradas del imaginario estadounidense: ¡°Elvis fue un h¨¦roe para muchos pero nunca signific¨® una mierda para m¨ª, ese imb¨¦cil fue un racista, simple y claro; que le jodan a ¨¦l y a John Wayne¡±.
'Fear of a Black Planet' es un ¨¢lbum sorprendente por la trabajada unidad discursiva, la eventual profundidad de su concepto y, al mismo tiempo, lo transparente que resulta con respecto al momento y las circunstancias atravesadas por el grupo
Cuando, el pasado a?o, volvieron a salir a la luz p¨²blica las antiguas declaraciones de la estrella del w¨¦stern sobre su creencia por ¡°la supremac¨ªa blanca, al menos hasta que los negros sean educados¡±, el periodista Myles E. Johnson dedic¨® una columna en Afropunk a lo que la letra de Public Enemy le hab¨ªa ense?ado: ¡°Fue la pedagog¨ªa que me ayud¨® a forjar una posici¨®n cr¨ªtica y disonante contra lo establecido. Mis hermanos de Public Enemy me hab¨ªan pedido rechazar esos s¨ªmbolos blancos que no eran para m¨ª, antes de crecer atado a algo que me odiaba¡±.
Parad¨®jicamente, fueron unas declaraciones discriminatorias las que, en el verano de 1989, sumieron a la banda en su primera gran crisis: la bater¨ªa de afirmaciones antisemitas proferidas por Griff en una entrevista en el diario The Washington Times, que llevaron a Public Enemy a despedirle, tras incluso sondear una disoluci¨®n prematura. La tormenta medi¨¢tica, enmarcada en una campa?a contra la pel¨ªcula de Lee bajo la acusaci¨®n de incitar a las revueltas, puso contra las cuerdas a la formaci¨®n, que decidi¨® apartarse del ruido, no conceder entrevistas en meses y convertir ese enfado en su tercer disco.
Fear of a Black Planet, publicado el 10 de abril de 1990, hace hoy 30 a?os, y cerrado por la canci¨®n Fight the power, es un ¨¢lbum sorprendente por la trabajada unidad discursiva, la eventual profundidad de su concepto y, al mismo tiempo, lo transparente que resulta con respecto al momento y las circunstancias atravesadas por el grupo. En algunas canciones, como Welcome to the Terrordome, los m¨²sicos hablan abiertamente del acoso medi¨¢tico sufrido; en otras, como Burn Hollywood burn, sobre lo que opinan del Oscar a Paseando a Miss Daisy; en el conjunto, de la necesidad pol¨ªtica de estrechar los v¨ªnculos comunitarios, de empoderarse y tomar el control frente a la cruel maquinaria antinegra (Anti-Nigger Machine) para obtener la dignidad y el respeto merecidos.
En el libro Fight the power: Rap, raza y realidad (1997; editado en Espa?a en 2001 por Numa), Chuck D se refer¨ªa as¨ª a la toma de conciencia que le llev¨® a ¡°llenar de contenido su discurso¡±: ¡°Mucha gente en el mundo del hip-hop se ha cre¨ªdo que la ¨²nica manera de triunfar y convertirse en una megaestrella es presentarse bajo un aura negativa. Para los deportistas y artistas, es importante comunicar algo edificante e inspirador, porque muchos ni?os no est¨¢n viendo ejemplos negros fuertes en su comunidad, y los que ven son presentados de las formas m¨¢s denigrantes posibles, como el proxeneta, el camello o el timador sin un trabajo fijo y/o decente. La proyecci¨®n de la voz negra es importante¡±.
V¨ªdeo oficial de 'Fight the power'.
Con extractos de grabaciones que van desde las tesis de la psiquiatra afrocentrista Frances Cress Welsing sobre la construcci¨®n del supremacismo blanco hasta las ideas de Louis Farrakhan, l¨ªder de la organizaci¨®n religiosa y sociopol¨ªtica Naci¨®n del Islam, el mensaje que m¨¢s insistentemente se repite a lo largo de las diferentes pistas es el que urge a la poblaci¨®n negra a narrarse a s¨ª misma, a contar sus historias.
¡°Nuestra historia no deber¨ªa ser un misterio¡±, rapean en la festiva Brothers gonna work it out. ¡°Me niego a ser la puta del sistema¡±, dicen en Who stole the soul?, cr¨ªtica a la apropiaci¨®n de la cultura negra por parte de la hegemon¨ªa blanca, raz¨®n de la diatriba de Chuck D contra Elvis. ¡°Hagamos nuestras propias pel¨ªculas, como Spike Lee¡±, exclaman en Burn Hollywood burn, invectiva contra los estereotipos racistas perpetuados por la ficci¨®n donde tambi¨¦n canta Ice Cube¡ quien, solo un a?o despu¨¦s, seguir¨ªa el consejo de la canci¨®n y protagonizar¨ªa Los chicos del barrio.
Tal vez aprendiendo de su colaboraci¨®n con Spike Lee, en el disco la reivindicaci¨®n de la convivencia en armon¨ªa y el rechazo a las conductas poco ejemplares (en contraposici¨®n a las derivaciones m¨¢s t¨®xicas del hip-hop, el ¨¢nimo a hacer lo correcto, como dec¨ªa el t¨ªtulo original de Haz lo que debas, Do the right thing) ocupa un lugar no menos importante. Esto se trasluce en temas como Revolutionary generation, una protofeminista llamada a la comunidad a no ejercer sobre las mujeres negras el mismo abuso de poder que los racistas blancos ejercen sobre ellos. O incluso en la hom¨®nima Fear of a Black Planet, donde, desde un registro simp¨¢tico, animan a los blancos a abandonar el ¡°miedo¡± a mezclarse con gente racializada: ¡°No me interesa tu esposa, pero, en el caso de que ella me quisiera, ?qu¨¦ tiene de malo un poco de color en tu ¨¢rbol familiar?¡±.
Como contrapunto a la carga discursiva de Chuck D, en Flavor Flav recaen algunos de los pasajes m¨¢s divertidos, entre ellos un cl¨¢sico, 911 is a joke, chanza en torno a la pobre asistencia de los servicios de emergencia en los barrios negros. En el vig¨¦simo aniversario del ¨¢lbum, Cey Adams, exdirector creativo de la discogr¨¢fica Def Jam y autor de la portada, reflexionaba para Billboard sobre la qu¨ªmica entre Chuck D y Flavor Flav: ¡°Lo que los hace especiales es esa combinaci¨®n, como si fueran Malcolm X y [el c¨®mico] Martin Lawrence. Chuck nos impresiona con lecciones de historia y Flav cuenta alg¨²n chiste para relajarnos. El uno sin el otro acabar¨ªa, probablemente, con la gente saturada de sermones¡±.
Bajo la producci¨®n siempre innovadora y experimental de The Bomb Squad -que, tras la buena sinton¨ªa con Ice Cube en la canci¨®n Burn Hollywood burn, se encargar¨ªan del primer disco en solitario del rapero, AmeriKKKa¡¯s Most Wanted-, Fear of a Black Planet es uno de los grandes ¨¢lbumes de la considerada edad de oro del hip-hop. Con, seg¨²n Chuck D, 200 samples diferentes utilizados entre fragmentos de canciones, locuciones y grabaciones de radio para lograr los particulares collages s¨®nicos de Hank Shocklee, ¡°el Phil Spector del hip-hop¡±, el disco tambi¨¦n es un gran vestigio de una ¨¦poca donde el g¨¦nero era, ante todo, la expresi¨®n de una cultura de integraci¨®n, en la forma y en el fondo. A ra¨ªz de la demanda judicial de 1991 que acab¨® con el uso de samples sin autorizaci¨®n en la industria musical, el vocalista, resignado, declar¨® que Public Enemy ser¨ªa la banda m¨¢s afectada y que sus discos no tendr¨ªan su car¨¢cter distintivo sin las composiciones de mezclas de The Bomb Squad.
El tercer disco de Public Enemy fue el m¨¢s vendido del grupo en todo el mundo, con dos millones de copias solo en Estados Unidos. Pitchfork le otorg¨® el puesto 17 entre los mejores ¨¢lbumes de la d¨¦cada de los 90. NME lo incluy¨® entre los 100 mejores discos de la historia, mientras que The Guardian lo ubic¨® en el 50? lugar. Tambi¨¦n influy¨® a artistas de todo el mundo.
El rapero espa?ol Frank T, exmiembro de El Club de los Poetas Violentos (CPV), recuerda en declaraciones a ICON que el disco sali¨®, casualmente, el mismo 10 de abril en el que ¨¦l cumpl¨ªa 17 a?os: ¡°Para m¨ª es su segundo mejor ¨¢lbum, despu¨¦s de It takes a nation of millions to hold us back [1988]. Yo era un fan¨¢tico incondicional del grupo y consideraba que eran los mejores. Fear of a Black Planet es una obra maestra y una oda a los samples, ning¨²n disco tiene tantos por canci¨®n, y quiz¨¢ por ello la m¨²sica tiene m¨¢s protagonismo que en el anterior ¨¢lbum. Chuck D es a¨²n m¨¢s duro y cr¨ªtico en sus rimas, y Flavor Flav tiene dos joyas en solitario, 911 is a joke y Can¡¯t do nuttin¡¯ for ya, man!. Creo que el exceso musical puede hacerlo dif¨ªcil de entender para las generaciones actuales, acostumbradas al minimalismo electr¨®nico del trap, aunque ojal¨¢ me equivoque y haya adolescentes fan¨¢ticos de Travis Scott que les d¨¦ por investigarlo¡±.
¡°Nuestra historia no deber¨ªa ser un misterio¡±, rapean en 'Brothers gonna work it out'. ¡°Me niego a ser la puta del sistema¡±, dicen en 'Who stole the soul?', cr¨ªtica a la apropiaci¨®n de la cultura negra por parte de la hegemon¨ªa blanca, raz¨®n de la diatriba de Chuck D contra Elvis
Otros de los grandes influenciados en la pen¨ªnsula fueron los miembros del grupo vasco Negu Gorriak, que dedicaron una canci¨®n a Radio Rahim, el personaje de destino tr¨¢gico en Haz lo que debas que se paseaba escuchando a Public Enemy en un radiocasette. Preguntado por ICON, Fermin Muguruza, cantante de la ya disuelta banda, tambi¨¦n recuerda con detalle el fin de semana de salida de Fear of a Black Planet: ¡°El 11 de abril de 1990 viajamos en un autob¨²s organizado desde el Pa¨ªs Vasco para verlos en el Zenith de Paris. Acab¨¢bamos de enviar a f¨¢brica el primer disco de Negu Gorriak, que ya ten¨ªa muchos samplers de los dos primeros trabajos de Public Enemy y del tema Fight the Power. En Par¨ªs, cuando actuamos dos a?os antes en el mismo recinto como Kortatu [el anterior grupo de Muguruza] junto a la banda parisina B¨¦rurier Noir, ya hab¨ªamos vivido las provocaciones a la entrada de los cordones policiales de los CRS [el equivalente franc¨¦s a las Unidades de Intervenci¨®n Policial] con sus cascos y material antidisturbio, pero a esta tensi¨®n ahora se a?ad¨ªan periodistas que parec¨ªan reporteros de guerra haciendo conexiones en directo y grabando al p¨²blico que acud¨ªa al concierto, en su mayor¨ªa j¨®venes racializados de las banlieues, las periferias parisinas¡±.
¡°Nada m¨¢s escuchar su primer disco en 1987 cos¨ª el logotipo de Public Enemy en mi chaqueta bomber roja, pero puedo decir que en directo, mientras escuch¨¢bamos la m¨²sica m¨¢s vital de la ¨¦poca, aquello ol¨ªa a lucha. El impacto de Public Enemy presentando Fear of a Black Planet fue tan brutal como el que me provoc¨® ver a los Clash nueve a?os antes en Donostia presentando Sandinista¡±, concluye Muguruza.
Public Enemy han continuado en activo y, aunque ninguno de sus ¨¢lbumes ha vuelto a lograr ya esas cifras de venta, canciones como He got game (1998) o Harder than you think (2007) les han permitido mantener una relevante presencia comercial y medi¨¢tica. En 2016, como reacci¨®n al ascenso y elecci¨®n de Donald Trump, Chuck D se embarc¨® en el proyecto de rap-metal pol¨ªtico Prophets of Rage, que tomaba su nombre de una canci¨®n del grupo y reun¨ªa tambi¨¦n a miembros de Rage Against the Machine y Cypress Hill.
Como la historia no se repite, pero rima, el trig¨¦simo aniversario de Fear of a Black Planet llega con la banda, nuevamente, en plena reconfiguraci¨®n. Si hace tres d¨¦cadas expulsaban a Professor Griff por sus comentarios inapropiados, el pasado mes Chuck D anunci¨® el despido de Flavor Flav despu¨¦s de que amenazara con acciones legales contra Bernie Sanders por utilizar su imagen en los carteles de Public Enemy Radio, la marca desde la que el primero ha estado promocionando la candidatura del ya ex aspirante dem¨®crata. El 1 de abril, equivalente en Estados Unidos al D¨ªa de los Inocentes, Chuck asegur¨® que todo hab¨ªa sido una broma pactada, si bien Flav, desde su cuenta de Twitter, neg¨® ser part¨ªcipe.
Los mensajes valiosos, en cualquier caso, sobreviven a sus interlocutores y por eso las palabras de Public Enemy, con las desigualdades a¨²n muy lejos de resolverse (esta misma semana, las estad¨ªsticas sobre el impacto del coronavirus en Chicago mostraban que la poblaci¨®n negra, pese a tratarse de un tercio del censo de la ciudad, representaba el 72% de los casos positivos), hoy no resultan tan anacr¨®nicas como, por ejemplo, las de sus coet¨¢neos del gangsta rap. Un mensaje que, en Fight the power: Rap, raza y realidad, Chuck D resum¨ªa: ¡°Public Enemy siempre ha apostado por una raza, la raza humana. La filosof¨ªa del mundo occidental ha dividido y conquistado a la gente para que piense que existen otros grupos de personas que no forman parte de esa raza, y esto ha fomentado el odio, el asesinato y la destrucci¨®n. Yo estar¨¦ siempre del lado de los negros como una forma de protecci¨®n¡±.
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