Ante la incertidumbre, la solidez de los principios

La pandemia de la covid-19 nos ha arrojado a un escenario sin precedentes en el que, tras semanas de gesti¨®n y toma de medidas, si podemos destacar una caracter¨ªstica generalizada es la de la incertidumbre. Y en todos los aspectos: familiar, econ¨®mico, pol¨ªtico y de valores. Este escenario nos sit¨²a en una posici¨®n fr¨¢gil que requerir¨¢ de los m¨¢ximos esfuerzos personales, administrativos y corporativos.

El Pacto Mundial de Naciones Unidas, la mayor iniciativa de sostenibilidad corporativa del mundo, est¨¢ tambi¨¦n reaccionando para conseguir que las empresas y organizaciones adopten medidas colectivas que contribuyan a frenar el brote, apoyar a los trabajadores y facilitar la continuidad de las empresas para una r¨¢pida recuperaci¨®n. Medidas que est¨¢n enraizadas en los pilares m¨¢s s¨®lidos que podemos tener: un dec¨¢logo de principios sustentado en declaraciones universales de la ONU aplicadas a los actores corporativos, que abarcan las ¨¢reas de los Derechos Humanos, las normas laborales, el medioambiente y la lucha contra la corrupci¨®n.

Estos principios han de ser nuestra respuesta a esta crisis como faro para la toma de decisiones. Est¨¢n universalmente aceptados, son fijos y ¨¦ticos. Los compromisos honestos con ellos son un baluarte contra la incertidumbre. Las acciones basadas en los mismos ayudar¨¢n al sector privado a hacer frente a la compleja situaci¨®n en la que nos encontramos de forma unificada y coordinada con los dem¨¢s actores.

De ellos se pueden extraer medidas a tomar de forma inmediata, pero sobre todo en el largo plazo porque, adem¨¢s, garantizan la protecci¨®n de los m¨¢s vulnerables y vulnerados: las peque?as empresas, los colectivos en riesgo de exclusi¨®n e incluso nuestros propios recursos naturales, tradicionalmente sobreexplotados al servicio de la producci¨®n¡­ Tenemos que pensar en el ma?ana y en los dem¨¢s, no solo con acciones cortoplacistas, sino desde un respeto profundo a los derechos humanos, que abarcan desde el derecho al trabajo en condiciones dignas, a la salud, a preservar el entorno, a ser transparentes y justos.

Bas¨¢ndonos en estos 10 principios, podemos citar ciertas medidas adoptables por las organizaciones. Por ejemplo, en el ¨¢rea medioambiental, asegurando el seguimiento de los impactos ambientales positivos del teletrabajo y las reuniones virtuales sobre la huella de carbono para evaluar qu¨¦ pr¨¢cticas podr¨ªan fomentarse a largo plazo. En el campo de la anticorrupci¨®n, trabajando para que los productos y servicios se distribuyan y vendan de manera ¨¦tica.

Apelamos a los valores de las Naciones Unidas y de la humanidad entera: la solidaridad, la confianza, la transparencia

Pero sobre todo en los ¨¢mbitos de los derechos, humanos y laborales, son necesarias soluciones para proteger a los m¨¢s necesitados. Es imperioso que las empresas se aseguren de que cualquier medida implementada sea accesible sin discriminaci¨®n de ning¨²n tipo ¡ªraza, color, discapacidad, edad, g¨¦nero, religi¨®n, opini¨®n pol¨ªtica o de otro tipo¡ª y que se est¨¢ prestando atenci¨®n a no generar nuevos escenarios de exclusi¨®n. Es oportuno que se responda con flexibilidad, compasi¨®n y solidaridad al impacto en las plantillas y los socios comerciales, especialmente en las peque?as y medianas empresas. No nos podemos permitir que las acciones orientadas a limitar los impactos financieros repercutan negativamente en los derechos y el bienestar de los trabajadores.

Todos estamos de acuerdo en que hay que conseguir que se mantenga la actividad empresarial. Los contratos actuales deben cumplirse en la mayor medida posible. El compromiso con los proveedores es esencial para garantizar condiciones de trabajo decentes en las cadenas de suministro mundiales, al tiempo que se apoya la continuidad de las empresas al permitir la flexibilidad en la entrega y las cuotas. Y todo ello sin olvidar dotarnos de las medidas de seguridad laboral necesarias para mantener la salud de los trabajadores.

El Pacto Mundial propone la uni¨®n de los actores corporativos en torno a nuestros diez principios porque son un conjunto seguro de valores que nos permiten ser m¨¢s fuertes ante estas sacudidas que, como digo, tienen en el horizonte cercano un final impregnado de incertidumbre.

Cuando me preguntan si despu¨¦s de este punto de inflexi¨®n se van a tirar por tierra los avances conseguidos por nuestras empresas en materia de responsabilidad social o ambiental, la respuesta es inequ¨ªvoca: los avances conseguidos no se invalidar¨¢n. Esta situaci¨®n nos pide a todos los actores trabajar m¨¢s coordinadamente y fortalecer nuestros compromisos, siendo m¨¢s eficientes sin perder de vista nuestros valores. Si compartimos los mismos principios ¨¦ticos, podremos recomponer nuestros objetivos y trazar otros nuevos adaptados al contexto.

Este dec¨¢logo naci¨® hace exactamente 20 a?os, en concreto para dar a la globalizaci¨®n un rostro humano. Hoy, ante esta pandemia, somos m¨¢s conscientes que nunca del mundo global que vivimos; que somos globalmente vulnerables; que este tipo de amenazas no conoce fronteras. La respuesta es estar unidos, trabajar en alianzas p¨²blico-privadas, porque el desaf¨ªo es m¨¢s urgente y grave que nunca y no lo podemos enfrentar en solitario. Desde el Pacto Mundial animamos a todos los actores a trabajar en colaboraci¨®n multi-actor y apelamos a los valores de las Naciones Unidas y de la humanidad entera: la solidaridad, la confianza, la transparencia.

El liderazgo de hoy puede ser individual, pero necesariamente ha de ser colectivo y el sector privado tiene pautas para ejercer su rol indispensable. Abracemos los valores compartidos para construir un futuro basado en la gesti¨®n ¨¦tica.

Cristina S¨¢nchez es directora ejecutiva de la Red Espa?ola del Pacto Mundial de Naciones Unidas.

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.