Las fuentes oficiales, en ocasiones, mienten: cuatro casos que lo demuestran

El ¨²ltimo bar¨®metro del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), publicado el pasado jueves, plante¨® una pregunta que ha creado una gran pol¨¦mica al sugerir la posibilidad de renunciar a la libertad de expresi¨®n para luchar contra la expansi¨®n de bulos. Pero la controversia es mucho m¨¢s profunda. La alusi¨®n del CIS a consultar solo ¡°fuentes oficiales¡± en la informaci¨®n sobre la pandemia de coronavirus, una recomendaci¨®n muy recurrente en la lucha contra la desinformaci¨®n, resta al periodismo su papel de verificar las informaciones que difunden tanto los poderes pol¨ªticos como las instituciones p¨²blicas o internacionales. Adem¨¢s, minusvalora la importancia de otras fuentes que, no siendo las oficiales, han ayudado a destapar corrupciones y mentiras expandidas desde ¨¢mbitos oficiales. Las fuentes oficiales o quienes las representan, tambi¨¦n pueden mentir y ocultar informaci¨®n de inter¨¦s p¨²blico.

Es evidente que recurrir a la informaci¨®n procedente de instituciones p¨²blicas es una de las herramientas b¨¢sicas del periodismo. Sin embargo, que las fuentes sean oficiales no significa que sean siempre veraces. Precisamente en la pandemia de covid-19 la informaci¨®n oficial ha despertado dudas sobre el n¨²mero de muertes causadas por el virus. En Madrid, por ejemplo, los datos de los entierros apuntan a que las muertes por coronavirus pueden ser 3.000 m¨¢s que las de la estad¨ªstica oficial. El Ministerio de Sanidad pide a las comunidades que comuniquen las cifras de los fallecidos confirmados por covid-19, es decir, solo la de aquellos a los que se les ha practicado un test. El criterio excluye a quienes han muerto en una residencia de mayores sin ingresar en un hospital o en su hogar sin que se les llegara a hacer la prueba.

Estos tres ejemplos muestran casos hist¨®ricos en los que las fuentes oficiales, o sus representantes mintieron u ocultaron informaci¨®n. Y un cuarto en el que una fuente no oficial destap¨® una trama mundial de espionaje:

Los ¡°hilitos de plastilina¡± del ¡®Prestige¡¯

El 19 de noviembre de 2002, el petrolero Prestige se hundi¨® partido en dos frente a las costas gallegas, provocando la peor cat¨¢strofe medioambiental de Espa?a. Pero aquella misma tarde, un cient¨ªfico del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Fierro, del Instituto de Cat¨¢lisis y Petroleoqu¨ªmica, asegur¨® a la prensa que el ¡°hundimiento¡± era una buena noticia que evitar¨ªa la marea negra, seg¨²n relata el catedr¨¢tico de Periodismo y licenciado en Qu¨ªmica Carlos El¨ªas en Medio ambiente, manipulaci¨®n pol¨ªtica y control medi¨¢tico del riesgo. An¨¢lisis del caso del hundimiento del petrolero Prestige. Seg¨²n el argumento de Garc¨ªa Fierro, que respond¨ªa a necesidades pol¨ªticas y no a criterios cient¨ªficos, al encontrarse el barco a una profundidad de 3.600 metros, el fuel se solidificar¨ªa. Esta fue la tesis que manej¨® el Ejecutivo, que dej¨® una frase para la historia. ¡°El fuel est¨¢ a¨²n enfri¨¢ndose, salen unos peque?os hilitos, me dicen que son regueros solidificados con aspecto de plastilina en estiramiento vertical¡±, afirm¨® Mariano Rajoy, entonces portavoz del Gobierno que dirig¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

La OMS ocult¨® que sus expertos en gripe A cobraron de farmac¨¦uticas

Un informe clave de la OMS sobre la pandemia de gripe A (2009-2010), que inst¨® a los Gobiernos de todo el mundo a adquirir f¨¢rmacos antivirales contra el virus H1N1, ocult¨® que algunos de los expertos que lo elaboraron ten¨ªan v¨ªnculos con las farmac¨¦uticas Roche y Glaxo, fabricantes de Tamiflu y Relenza, seg¨²n desvel¨® un estudio del British Medical Journal (BMJ), una de las revistas m¨¦dicas de referencia. El an¨¢lisis de la OMS en el que recomendaba a los Gobiernos almacenar estos dos medicamentos ¡ªlos ¨²nicos dos f¨¢rmacos eficaces contra el virus H1N1¡ª hab¨ªa sido publicado en 2004, antes de que estallara la pandemia, y se apoyaba en publicaciones de tres expertos que s¨ª declararon en sus papers sus lazos con la industria farmac¨¦utica. Sin embargo, la OMS ocult¨® esta informaci¨®n en los informes que entreg¨® a los Gobiernos. En base a aquel informe, en 2009 Espa?a, por ejemplo, compr¨® unos 13 millones de dosis para hacer frente a la pandemia, de las que solo us¨® dos.

M¨¢s informaci¨®n

S¨ª, existo

La injustamente apodada ¡°gripe espa?ola de 1918¡±

Reporteros Sin Fronteras rastrea c¨®mo la censura china contribuy¨® a expandir el coronavirus

El 11-M: ¡°Ha sido ETA¡±

?ngel Acebes, ministro del Interior durante la ¨²ltima etapa de Aznar en el Gobierno, sostuvo durante 56 horas, desde que se produjo el atentado del 11 de marzo de 2004 hasta que se practicaron las primeras detenciones, que los responsables de la masacre hab¨ªan sido miembros de ETA, incluso cuando las pistas apuntaban al terrorismo yihadista. A las 13.30 de aquel mismo d¨ªa afirmo: ¡°Es absolutamente claro y evidente que la organizaci¨®n terrorista ETA estaba buscando un atentado que tuviese una gran repercusi¨®n, que generase dolor, que generase miedo, con un gran n¨²mero de v¨ªctimas y, como he insistido durante estos d¨ªas, ETA permanentemente estaba, en este momento preciso, buscando ese objetivo. Por tanto, me parece absolutamente intolerable cualquier tipo de intoxicaci¨®n que vaya dirigido por parte de miserables a desviar el objetivo y los responsables de esta tragedia y de este drama¡±. Preguntado sobre si exist¨ªa alguna posibilidad de que los autores fueran miembros de Al Qaeda, respondi¨®: ¡°En estos momentos las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el Ministerio del Interior no tienen ninguna duda de que el responsable de este atentado es la banda terrorista ETA¡±.

La filtraci¨®n que desvel¨® el espionaje masivo de EE UU

Es poco probable que alguna fuente oficial del Gobierno estadounidense hubiera reconocido que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) del pa¨ªs estaba realizando un espionaje masivo a trav¨¦s de los tel¨¦fonos m¨®viles. Las revelaciones que el exempleado de la CIA Edward Snowden hizo al periodista Glenn Grenwald, publicadas en The Guardian y The Washington Post, demostraron la existencia de una red de espionaje que operaba a nivel mundial a trav¨¦s de la colaboraci¨®n de agencias de inteligencia de varios pa¨ªses para transferir metadatos y registros a la NSA, que esta agencia utiliz¨® para investigar a ciudadanos de todo el mundo.