Es uno de esos productos cuya silueta no deja lugar a dudas. Si es embutido, alargado y muy estrecho, es fuet. T¨ªpico de Catalu?a, pero muy apreciado en toda Espa?a, donde es f¨¢cil verlo en tapas y tablas de embutidos informales, de esos que suenan a reuni¨®n familiar o de amigos y que auguran un rato agradable y sin formalismos. Tambi¨¦n es habitual tenerlo en casa para el picoteo dom¨¦stico.
Se fabrica a partir de carne desmenuzada, adobada y embutida en una tripa de cerdo o similar. La carne suele ser de cerdo, incluso, de ib¨¦rico, lo que redunda en el sabor final del producto. Y, tambi¨¦n, en su precio. El fuet, como otros derivados c¨¢rnicos, est¨¢ disponible todo el a?o.
Peque?o, pero con car¨¢cter
Atendiendo solo a la composici¨®n hay bastantes puntos en com¨²n con el salchich¨®n. Pero tambi¨¦n algunas diferencias, empezando por el tama?o, mucho m¨¢s fino y corto en el caso del fuet. Tambi¨¦n var¨ªa la curaci¨®n, mucho m¨¢s larga en el salchich¨®n: dos semanas le bastan al peque?o fuet para estar listo para comer y, a veces, hasta menos.
La ¨²ltima diferencia apunta al sabor. Mientras el salchich¨®n suele llevar mucha m¨¢s pimienta en grano y un contenido m¨¢s magro, el fuet va menos especiado y contiene m¨¢s grasa, una composici¨®n que a?ade calor¨ªas, pero lo convierte en un bocado mucho m¨¢s suave. El aspecto blando del exterior lo dan los hongos, en concreto, un moho llamado toad, el responsable en parte de su sabor ¨²nico.
Esperar tiene recompensa
En el universo de los embutidos, cada d¨ªa de curaci¨®n aporta algo al sabor, aroma y textura del producto. El fuet reci¨¦n embutido se asemeja a una butifarra: carne fresca, sin arrugar y sin moho. Pasada una semana en el secadero ya empieza a brotar el moho y la superficie se vuelve m¨¢s rugosa. Al tacto, no obstante, sigue tierno. Pasados 20 d¨ªas de secado, la superficie ya est¨¢ blanca y endurecida. Podr¨ªa consumirse ya, aunque, si se espera, el producto a¨²n puede mejorar. Al mes de secado, el tono rosado ha dado paso a un color morado, el moho empieza a desaparecer porque queda poca humedad y al tacto ya presenta la dureza habitual de un fuet. Es el momento que los incondicionales de este embutido esperaban para disfrutar de todos sus matices.
Solo en ocasiones especiales
Al tener un bajo contenido en agua y bastantes grasas (42 gramos/100 gr), de las cuales 15,5 gramos son saturadas, estamos ante un producto bastante energ¨¦tico (475 kcal). Pese a tener tambi¨¦n un elevado contenido en prote¨ªnas (19,5 gramos), hay que vigilar otro ingrediente poco recomendable: la sal (3 gramos), cerca del 60% del m¨¢ximo recomendable por d¨ªa para un adulto. Un exceso de sal y grasas saturadas puede tener consecuencias negativas para la salud cardiovascular. Por esta raz¨®n, sin que haya motivos para prohibir su consumo, s¨ª se sugiere que se tome con moderaci¨®n y de forma espor¨¢dica, y siempre dentro del marco de una alimentaci¨®n saludable y variada.
Pelar o no pelar, he ah¨ª el dilema
Cada cual es muy libre de dar cuenta de su fuet como mejor le plazca. Los expertos en la materia, sin embargo, sugieren cortar rodajas m¨¢s gruesas si el fuet es tierno. Cuanto m¨¢s seco, m¨¢s finas deben ser. En cuanto a si debe pelarse o no, puede comerse siempre que la tripa en la que est¨¢ embutido sea de cerdo natural. De hecho, la humedad interna de la carne durante el proceso de curaci¨®n sale al exterior, por lo que parte del sabor est¨¢ en la tripa y es una pena despreciarla. Hay paladares que incluso aprecian el matiz crujiente que aporta. En caso de ser sint¨¦tica es preferible quitarla para que no reste cualidades organol¨¦pticas al producto.
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