Eva Millet: ¡°No hace falta ser los padres perfectos, no hace falta sacar matr¨ªcula de honor en el confinamiento¡±
La autora de 'Hiperpaternidad' incide en que los progenitores sobreprotectores est¨¢n viendo c¨®mo los ni?os son capaces de afrontar una situaci¨®n frustrante y ser responsables
La pandemia del coronavirus ha supuesto una prueba para todos. Una prueba que ha puesto en jaque nuestra resistencia, nuestra paciencia y nuestra capacidad de convivir en familia, ofreciendo objetivos nuevos, alejados de todo lo que conoc¨ªamos y que nos hac¨ªa abrazar o besar a nuestros seres queridos. Ahora no podemos. Pero la realidad, esta nueva realidad, nos ha ense?ado que tenemos que vivir diferente, tenemos que trabajar diferente, tenemos que criar diferente. Nuestra ansiedad, nuestros miedos, debe ser enfocada de otra manera. Eva Millet, Hiperpaternidad (del modelo mueble al modelo altar); de Hiperni?os (?Hijos perfectos o hipohijos? y de Ni?os, adolescentes y ansiedad., explica c¨®mo est¨¢ siendo o va a ser este nuevo viaje, pero del que, seguro, se pueden sacar cosas positivas.
PREGUNTA. ?Esta pandemia pone a prueba a la familia? ?C¨®mo?
RESPUESTA. S¨ª, es una prueba de fuego, sin duda. Una situaci¨®n excepcional que nos ha obligado a estar las 24 horas del d¨ªa juntos, bajo el mismo techo a padres e hijos. Una situaci¨®n que ha magnificado nuestro papel de progenitores, que hemos de adaptar a varios roles: el de cuidadores, maestros, compa?eros de juegos, cocineros, ?polic¨ªas?, para marcar unos l¨ªmites, adem¨¢s de ?periodistas?, para informar a nuestros hijos de lo que est¨¢ ocurriendo sin crear alarma. Un verdadero desaf¨ªo.
P. ?Qu¨¦ cambios se dan dentro del hogar?
R. Aunque nuestros hogares sigan siendo los mismos las circunstancias han cambiado mucho. Para empezar, no se ha podido salir hasta hace relativamente poco y las din¨¢micas familiares suelen ser de entrar y salir todo el rato. Asimismo (y esto me parece muy interesante) los ritmos de las familias, que suelen ser trepidantes, disminuyeron de forma brutal de un d¨ªa al otro. De repente, no hab¨ªa mil cosas para hacer en las agendas de los hijos, que es una de las caracter¨ªsticas de la hiperpaternidad en la que me he especializado. Ahora se dispone de casi todo el tiempo del mundo y, sorprendentemente, no pasa nada. De hecho, gracias al confinamiento muchos ni?os han tenido, por fin, tiempo para jugar, que deber¨ªa de ser la principal actividad de la infancia.
P. ?Y al aire libre?
R. El domingo 26 de abril hubo una verdadera sed de aire libre, de poder salir. La verdad es que los ni?os, antes del confinamiento, ya no pasaban el tiempo adecuado jugando fuera, pero no hasta estos extremos. Quiero creer que este trance va a servir para que los padres se den cuenta de lo importante que es el exterior para la infancia. El tiempo al aire libre no es un capricho, es un derecho, una necesidad para su bienestar f¨ªsico y mental.
P. ?C¨®mo lidiar con la ansiedad que implica todo esto?
R. De entre los muchos roles que los padres adoptamos estas semanas est¨¢ el de psic¨®logos, y aunque todos los expertos coinciden en que los ni?os son muy adaptables y que har¨ªa falta un confinamiento mucho m¨¢s largo para que haya secuelas serias, es importante estar alerta. La ansiedad es una emoci¨®n dif¨ªcil de definir y muy contagiosa. Y estos d¨ªas, junto al miedo, ha estado muy presente en nuestras vidas: hay ansiedad por el futuro, ansiedad por el virus, por la Selectividad, por el trabajo. ?Es una espiral!
En su faceta de aliada, la ansiedad nos ha ayudado a que nos mantengamos en casa de una forma muy disciplinada, pero en su faceta neur¨®tica, negativa, la ansiedad nos impide dormir, nos provoca malestar f¨ªsico y desaz¨®n, y no solo a los adultos.
A los ni?os les cuesta a¨²n m¨¢s explicar la ansiedad, as¨ª que hemos de estar alerta cuando detectemos cosas como: s¨ªntomas reiterados de peque?as enfermedades (dolor de barriga, de cabeza); preocupaciones constantes (por contagiarse virus, porqu¨¦ mueran seres queridos); miedo a salir a la calle; alteraciones de patrones de sue?o y hambre; m¨¢s irascibilidad y, tambi¨¦n, mutismo. Ya s¨¦ que ahora no estamos haciendo una vida ¡°normal¡± pero cuando algunos de estos s¨ªntomas sean continuados y disruptivos, hay que pedir ayuda profesional.
P. ?Sobreprotecci¨®n versus libertad, se nos ha olvidado ese sentido de sobreproteger tan actual o, al rev¨¦s, nos hemos vuelto m¨¢s sobreprotectores?
R. El psic¨®logo Javier Urra me comentaba hace unos d¨ªas una cosa interesante: que los hijos educados en una sociedad sobreprotectora est¨¢n viendo que hoy no se les protege, sino que se les dice ?tienes que ser responsable?. Y eso es muy interesante porque los padres sobreprotectores ¡ªque justificaban a sus hijos a ultranza y los ve¨ªan incapaces de tolerar la frustraci¨®n o hacer sus deberes sin ayuda, por ejemplo¡ª, est¨¢n viendo que los hijos ?pueden! Son capaces de sobrellevar una situaci¨®n muy frustrante o de comportarse de forma responsable.
P. ?La responsabilidad paterna y el coronavirus, sabemos (o podemos) cuidar?
R. Creo que s¨ª, sin duda. Afortunadamente la mayor¨ªa de las familias quiere y puede cuidar a sus hijos. Con sus altos y bajos, sus m¨¢s y sus menos, pero el cuidado y el amor est¨¢n ah¨ª. Y creo que se est¨¢ demostrando estos d¨ªas.
P. ?Y cuidarnos nosotros como padres para criar?
R. Tambi¨¦n hemos de cuidarnos, s¨ª, y mantener el tipo, porque si nosotros no estamos bien, los ni?os lo notan. Ahora, ello no quiere decir un positivismo a ultranza (la corriente del pensamiento positivo es una gran trampa) pero tampoco desahogarse completamente en los hijos, desgranando todas las desgracias. Como siempre la respuesta est¨¢ en el sentido com¨²n y en nuestra madurez: m¨¢s que nunca, los padres hemos de ser los adultos de la casa.
P. ?Madres helic¨®ptero en la cuarentena? ?C¨®mo a?adir la variable del teletrabajo?
R. Bueno, especialmente los primeros d¨ªas hubo una especie de frenes¨ª a ver qui¨¦n era la familia m¨¢s motivada y activa durante el confinamiento: centenares de fotos de juegos de mesa, pasteles, actividades. Y est¨¢ muy bien dedicarles tiempo a los hijos, es fundamental en estas circunstancias, como tambi¨¦n tener horarios y organizar algunas actividades pero, por favor, que esto no se convierta en otro marat¨®n para ver qui¨¦n es la mejor madre o el mejor padre. La b¨²squeda de la perfecci¨®n es un gran generador de ansiedad y con la ansiedad que ya de por s¨ª trae esta emergencia, ?solo nos faltaba competir ahora por esto!
P. ?Ahora somos animadores a tiempo completo, alg¨²n consejo para los padres?
R. No hace falta ser los padres perfectos, no hace falta sacar una ?matr¨ªcula de honor? en el confinamiento. Con que seamos padres y madres lo suficientemente buenos y saquemos un aprobado, podemos estar contentos. Esto es muy dif¨ªcil. Para todos.
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