Compraventa de ni?os para pescar, tareas dom¨¦sticas o prostituci¨®n
La trata de menores de edad es una lacra en muchos pa¨ªses. En Ghana, el destino principal de los menores de edad son los trabajos forzados en el lago Volta, pero tambi¨¦n se les traslada como criados a Arabia Saud¨ª o T¨²nez
Jon (nombre ficticio) habla con lentitud, le cuesta pronunciar algo m¨¢s que monos¨ªlabos y mira con ojos t¨ªmidos y recelosos. Est¨¢ delgado, sus piernas muestran decenas de peque?as marcas y su cabeza una infecci¨®n de hongos cuya consecuencia, una fina pero visible capa blanca, destaca sobremanera sobre el resto de su cuerpo. Dice Jon que, probablemente tenga ocho a?os, que no lo sabe. ¡°Hace un tiempo, no me acuerdo de cu¨¢nto, mi madre me dio a un se?or que vino a casa y ¨¦l me llev¨® a pescar. Los ¨²ltimos meses he estado transportando la carga de lo que otros cog¨ªan del lago, desenredando las redes del fondo del agua¡¡±, explica.
Cuando aquel hombre fue a ver a la familia pobre de Jon en Adidome, zona rural de la regi¨®n Volta, una de las diez que conforman Ghana, lo que en realidad buscaba, bajo pretexto de darle una educaci¨®n imposible con tan escasos recursos econ¨®micos en su lugar de nacimiento, era mano de obra sumisa y barata. Y los ni?os son propicios para ello. Este pa¨ªs subsahariano, donde el 25% de la poblaci¨®n vive bajo el umbral de la pobreza seg¨²n Naciones Unidas (otros estudios sit¨²an esta cifra en torno al 40%), encuentra un gran problema y reto en el tr¨¢fico de personas, sobre todo de menores de edad para trabajos relacionados con la pesca en el Lago Volta, el embalse con mayor superficie del mundo con m¨¢s de 8.500 kil¨®metros cuadrados.
Pese a que, por cuestiones log¨ªsticas, resulta muy dif¨ªcil contabilizar cu¨¢ntos ni?os han sido v¨ªctimas de tr¨¢fico de personas y del consiguiente r¨¦gimen de esclavitud, una amplia investigaci¨®n de la organizaci¨®n humanitaria International Justice Mission arroj¨® en 2013 que casi el 60% de los ni?os que trabajaban en la industria pesquera del lago Volta (49.000 en total seg¨²n fuentes contrastadas) hab¨ªan sido traficados. El mismo organismo denunci¨®, adem¨¢s, que decenas de miles de menores de edad de entre tres y 17 a?os son trasladados a esta regi¨®n anualmente durante la temporada alta de pesca y obligados a trabajar durante jornadas que, en ocasiones, se extienden hasta las 18 horas. De ellos, el 62% eran, como Jon, menores de 10 a?os.
Algo menos de 50.000 menores de edad trabajan en el gran lago Volta; casi el 60% ha llegado all¨ª tras ser v¨ªctima de tr¨¢fico de personas
¡°A m¨ª me pegaban cuando no hac¨ªa algo bien o me quer¨ªan mandar a trabajar¡±, afirma Jon, que fue rescatado y entregado a la polic¨ªa ghanesa. Ahora se recupera de los traumas y de las heridas en el Children Protection Center, un refugio en Accra, capital del pa¨ªs, que la ONG salesiana Don Bosco destina a v¨ªctimas menores de edad que, como ¨¦l y que trabaja desde el 2014 en estrecha colaboraci¨®n con el Gobierno, no ajeno a esta problem¨¢tica. No en vano, en los ¨²ltimos a?os ha redoblado el esfuerzo para combatir esta lacra; ha aumentado los recursos dedicados a implementar planes m¨¢s efectivos, ha incrementado las penas de c¨¢rcel para personas condenadas por tr¨¢fico de personas y ha adoptado procedimientos sistem¨¢ticos de recolecci¨®n de datos m¨¢s modernos.
Estas medidas son insuficientes, sin embargo, para diferentes organismos que han estudiado el tema a fondo. Una de las ¨²ltimas voces en denunciarlo ha sido el Departamento de Estados de los Estados Unidos, responsable de las relaciones internacionales del pa¨ªs norteamericano, que afirm¨® en su poderoso informe 2019 Trafficking in Persons Report que el gobierno de Ghana ¡°no cumple totalmente con los est¨¢ndares m¨ªnimos para la eliminaci¨®n de la trata¡±, aunque reconoce los esfuerzos recientes para erradicarla.
Los traumas de la esclavitud
Fatumatah (nombre ficticio) cuenta tambi¨¦n una historia parecida a la de Jon. M¨¢s habladora y sonriente, dice que no sabe lo que es la escuela, que un miembro de su familia, una t¨ªa suya, la llev¨® hace tiempo a un lugar, tambi¨¦n cerca del lago Volta, donde pasaba los d¨ªas limpiando el pescado que otras personas, tambi¨¦n ni?os en su mayor¨ªa, tra¨ªan en grandes cantidades. ¡°No s¨¦ cu¨¢ntas horas pasaba haciendo eso, pero muchas¡±, recuerda. ¡°Nunca he ido al colegio. No he podido; nadie me ha llevado¡±, afirma. Y cuenta las agresiones sufridas: golpes por no trabajar, una familia que no se preocupa por ella y que hace que la reinserci¨®n familiar, uno de los principales objetivos de la ONG salesiana con los ni?os que han sido v¨ªctimas, sea algo realmente complicado con ella.
Con todo, la pesca en el lago Volta no es el ¨²nico destino para ni?os ghaneses v¨ªctimas de trata y tr¨¢fico. ¡°Aqu¨ª hemos recibido chavales que, una vez enga?adas sus familias, han tenido que ser repatriados de Sud¨¢frica tras promesas para hacerlos futbolistas. Tambi¨¦n ni?as que han sido traficadas a pa¨ªses ¨¢rabes como Arabia Saud¨ª o T¨²nez para ejercer de esclavas dom¨¦sticas o, peor, para prostituci¨®n y servicios sexuales¡±, afirma Francis Adzraku, director del Children Protection Center. Esta ¨²ltima realidad, la de menores traficadas para fines de explotaci¨®n sexual, tambi¨¦n ha sido denunciada y corroborada por diferentes organismos. Una coalici¨®n de ONGs locales public¨® en 2015 un informe en el que recog¨ªa varios ejemplos. El caso de un grupo de ghanesas menores de 7 a?os rescatadas en Nigeria por la polic¨ªa, que hab¨ªan sido obligadas a prostituirse, quiz¨¢s sea el m¨¢s sangrante de todos.
Los traficantes van a las zonas rurales y por unos 50 Cehdis (unos 8.5 euros), bajo la promesa de un futuro en el colegio, se llevan a decenas de ni?os
Dice Adzraku que, desde que el Children Protection Center comenz¨® su andadura, han pasado por ¨¦l unos 400 menores. Una treintena intenta recuperarse hoy de los horrores sufridos. ¡°El tr¨¢fico de ni?os resulta un problema grande porque es algo cultural. Hay personas que van a algunos lugares donde reina la pobreza, prometen que van a llevar a los ni?os al colegio por unos 50 cehdis (unos ocho euros y medio) y nunca lo hacen. El chaval va cambiando de manos hasta que termina trabajando en la regi¨®n Volta, en la mayor¨ªa de las ocasiones, aunque tambi¨¦n en condiciones de esclavitud en otro pa¨ªs¡±, ratifica. Cuando la polic¨ªa u otros organismos internacionales los rescatan, comienza entonces otra fase, la de ayudar a olvidar todo lo experimentado y comenzar una nueva vida.
A Jon le cuesta recordarlo todo. Por eso habla tan poco. Por eso mira con timidez y con recelo. ¡°Cuando los chavales llegan aqu¨ª, y tras realizarles un control m¨¦dico, se encuentran muy traumatizados. Intentamos que no piensen en lo que han sufrido. Y, como son ni?os que, en su mayor¨ªa, nunca han ido al colegio, les ense?amos a escribir, a leer y a hablar ingl¨¦s¡±, prosigue Adzraku, que afirma que hay menores que han sido v¨ªctimas incluso en tres ocasiones. Y recuerda uno de los casos m¨¢s crueles: ¡°Hubo un chaval al que vendieron a una familia junto a su hermana. Por miedo, ¨¦sta llamaba a sus padres y les dec¨ªa que estaban muy bien, que les gustaba mucho el colegio nuevo. Cuando llegaron aqu¨ª, el ni?o no s¨®lo odiaba a sus captores, sino tambi¨¦n a su hermana¡±.
Antes de despedirse, Fatumatah dice que no quiere volver a escuchar nada del lago Volta ni de su pescado. Cuando sea mayor, prosigue, sue?a con dedicarse a ayudar a ni?as que han pasado situaciones parecida a la suya. ¡°Veo lo que hacen conmigo aqu¨ª, en Don Bosco, y me gusta mucho¡±, afirma antes de posar para las fotos sin dejar de sonre¨ªr. Ella ya est¨¢ a salvo, pero la trata y tr¨¢fico de ni?os y el trabajo infantil seguir¨¢n siendo una realidad en su pa¨ªs. Y tambi¨¦n (o sobre todo) en ?frica. Seg¨²n Unicef, en ?frica subsahariana hay alrededor de 48 millones de ni?os que trabajan y casi uno de cada tres menores de 15 a?os (el 29%) es activo econ¨®micamente. Cuando este organismo cuenta tambi¨¦n todas las regiones del mundo, eleva esta cifra hasta los 151,6 millones de menores de edad. En Ghana, adem¨¢s, se dan las peores formas: esclavitud, reclutamiento forzado, prostituci¨®n, trata y exposici¨®n a actividades ciertamente peligrosas. ¡°Los padres no tienen forma de saber lo que hacen con sus hijos cuando se los llevan. Esto es un problema grave con una dif¨ªcil soluci¨®n¡±, finaliza Adzraku.
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